vaaaaaaaale se que hoy es día de actualización y créanme no lo he olvidad, pero ayer estaba en mi habitación y mirando el episodio 7.01 y el 7.02 tuve un ataque de furia por como fue tratado Spencer y todo el drama, y como me gusta el drama... decidí volcarlo en el ordenador... no aseguro que sera una historia larga, no se si sera one-shot. todo depende. en fin espero que les guste, y otra vez gracias por estar del otro lado.

Descargo de responsabilidad: Si la serie fuera mía ricitos de oro habría pagado por la traición. jajaja

Tu eras fuerte, yo no lo era. me ilusioné, me equivoqué. me descuidé lo olvidé. Lo hice.

James Arthur.

10 semanas

-¿No podías? O ¿no querías?- las palabras salían de su boca cargadas de rabia, había intentado suprimir, el dolor, había intentado razonar, como evidentemente todos lo habían hecho. Pero no podía.

Miraba a la mujer parada frente suyo exigiendo que hablara con ella, y acusándolo de tener el orgullo herido.

Cuando en realidad lo único que tenía herido era su corazón, su alma…

-No, no podía- respondió luchando con las lágrimas, pero eso a él ya no le interesaba.

-¿Y si hubiera recaído con las pastillas?- vio el pánico en sus ojos azules. Si lo había pensado, pero en ese momento tenía otra razón por la que luchar contra el impulso, o al menos eso creía.

-No lo hiciste- su voz titubeo, era evidente que lo decía más para convencerse a sí misma.

-No, pero lo pensé- no quería seguir hablando con ella, por más que quisiera causarle dolor, no lo hacía sentir mejor, todo lo contrario. Pero tampoco quería que lo convenciera. No esta vez.

Se giró para marcharse.

-¡Spence!- le llamó, y como le dolía esa palabra.

Por instinto o por costumbre volvió su rostro.

-Lo siento- sabía que era sincera a pesar de la nota de incredulidad.

Pero, cual jarrón chino algo en él se rompió y sus pedazos no se podían juntar mucho menos reparar.

-Demasiado tarde-

Camino lo más rápido que pudo, ignorando el llamado de Prenstiss.

A decir verdad su enojo no era solo con Jennifer. Era con todos, contrario a lo que rumoreaban en la agencia. En realidad ellos no eran una familia.

En una familia, no hay secretos, no hay mentiras. No hay falsas lágrimas… ni falsos entierros.

El provenía de una familia rota, experimento dos veces el abandono, si no tres.

Primero su padre, después Elle, después Gideon.

Fue difícil superar esas experiencias, incluso se planteaba si es que lo había superado de verdad. Porque en ese momento sentía el abandono no de tres, sino de seis personas y todas al mismo tiempo.

Emily lo abandono en el momento que decidió no contarle sobre su pasado, se suponía que eran amigos y quizás si hubiera hablado a tiempo nada eso habría pasado. Derek y García cuando solo ellos dos fueron tras Doyle. Hotch por decidir creyendo siempre tener la razón y la solución para todo, sin importarle los sentimientos de los demás. Rossi porque sabía que se pondría de lado de Hotch.

Y ella… ella lo abandono a su suerte, lo vio llorar durante diez semanas, lo abrazó, le secó sus lágrimas, incluso lloro con él, maldita sea.

Como podía una persona con una simple acción llevarte al infierno, luego con besos y caricias experimentar el cielo.

Para luego arrojarte a los brazos de la miseria absoluta.

Había caminado sin rumbo fijo. Cuando se detuvo estaba de pie frente a una parada de autobús. Se sentó en la banca y arrojo su cabeza hacia atrás, ya podía sentir el dolor de cabeza comenzando a formarse, amenazando con empeorar las cosas, todavía más.

Miro el cielo celeste.

Se sentía solo, se sentía desprotegido.

Luchaba por consigo mismo intentaba convencerse que todo solo había sido la consecuencia de una cadena de hechos desafortunados.

Pero su cerebro que analizaba, las ganancias y pérdidas, le decía que todo se podía haber evitado, que todos habían actuado con egoísmo.

Su celular vibro en su bolsillo, iba a ignorarlo creyendo que quizás era alguno de ellos.

Pero al sacarlo vio de quien se trataba.

Era la persona que desde el regreso de Emily lo había estado persuadiendo con una propuesta, una propuesta que él había eludido.

Pero que en ese momento tenía una respuesta.

Presionó el botón para aceptar la llamada.

-Jefa Strauss-