¡Saludos, gente hermosa de Fanfiction! Ha llegado (¡finalmente!) el momento de ponerme a escribir un fic largo sobre Yuruyuri. A ver qué tal voy en el desarrollo y el apoyo recibido (estoy seguro que alguien ha de leer eso xD)

Prólogo

Akari se había quedado sin energías. Estaba derrotada. Ya no podía pelear contra aquella enemiga misteriosa, cuyo rostro era oculto por una capucha. Había hecho todo cuanto estuvo a su alcance, pero al final todo fue inútil. Nada funcionaba, sin importar lo que intentara.

La misteriosa enemiga se mostraba bastante segura de su victoria, pero a la vez se hacía ver decepcionada, pues desde un principio estuvo esperando que Akari hiciera algo más, pero ese algo jamás se dio. Su brazo derecho todavía le ardía por la herida que le había sido causada anteriormente, pero eso no representó ningún impedimento para vencerlas a todas y tener a Akari en el suelo, prácticamente derrotada como las demás.

─ Se ha acabado, Akari-chan. Ya te había dicho que jamás serías capaz de derrotarme, y por ello es que te di la oportunidad de que dijeras mi nombre, para hacer esta pelea un poco más emocionante, pero parece que no lo has descubierto todavía.

Akari apenas podía moverse en ese momento. El desgaste había sido demasiado, y aun así todo cuanto hizo no sirvió de nada. Akari se pone a llorar de dolor y desesperación. Se culpaba a sí misma por no haber logrado salvar a sus amigas y a su hermana. Ni siquiera las había visto caer ante el horrible poder de aquella enemiga, y en ningún momento pudo lograr hacer algo para al menos salvar a una sola de ellas.

─ Onee-chan… Kyouko-chan… Chinatsu-chan… Himawari-chan…

─ Realmente has sido una decepción, Akari-chan ─ la enemiga empieza a caminar lentamente en círculos, alrededor de Akari. Sus palabras, aunque crueles claramente, las decía con una delicadeza tal que parecía intentar hacer cosquillas a los tímpanos de Akari ─. El dominio de tu poder es tan básico, tan lánguido, tan desganado, que al final decidiste no confiar en ellos y usaste aquello otro para pelear contra mí, a sabiendas que yo ya lo había visto y superado sin ningún problema. No te extrañes de no haber podido salvar a tu hermana, ni tampoco a tus amigas.

Akari no podía sino escuchar en silencio aquellas palabras. Le dolía porque aquello era verdad. Esa extraña que era su enemiga acertaba cruelmente en cada uno de sus señalamientos. La verdad es que jamás pensó que su poder pudiera ser de utilidad para vencer, y por eso estuvo, desde el principio, descartando toda posibilidad de su uso en la batalla. Aún no comprendía el porqué, pero había caído en que se había equivocado al hacerlo así. Por un momento le pareció oír la voz de Akane, aquella frase que la había inspirado a seguir adelante sin importar lo poco especial y efectivo que pudiera parecer su habilidad. Seguía sin entender cómo podría su poder ser de utilidad estando ella sola, pero ahora mentalmente se estaba reprendiendo por no hacer caso a las palabras de Akane.

La única otra persona que estaba de pie en el campo era Nishigaki-sensei, pero como ella no tenía ningún poder especial ni ninguno de sus inventos funcionaba ya, estaba obligada a presenciar la pelea desde la distancia. Akari se estaba hundiendo en sí misma, ya no se veía capaz de seguir adelante de ninguna manera. No había posibilidad alguna de ganar, y lentamente se dejaba caer al suelo, cuando…

─ ¡NO LO HAGAS, AKAZA! ─ grita Nana con todas sus fuerzas ─ ¡NO DEJES QUE EL ESFUERZO Y LA FE DE TODAS SE DESPERDICIE! ¡RECUERDA QUE TU HERMANA Y LAS DEMÁS ESTÁN ESPERANDO POR TU VICTORIA! ¡Y TAMBIÉN YO LO ESPERO! ¡ASÍ QUE LEVÁNTATE Y MUÉSTRANOS A TODAS NOSOTRAS QUE ESA FE NO ES EN VANO!

Akari mira por un momento a su sensei, y sus ojos se humedecen al recordar eso. Lo último que le dijo Kyouko, las palabras de aliento de Akane, el apoyo moral de todas sus amigas… No podía permitirse caer y abandonar todo. Jamás se lo perdonarían si lo hiciese.

─ ¿Entonces otra vez te pones de pie? ─ la enemiga continúa dando vueltas alrededor de Akari ─ Eres persistente, pero pareces que acabas de dar un pequeño paso para comprender ese poder que estoy buscando… ¿Será que finalmente puedo obtener aquello que realmente estoy buscando? Si es así, entonces mi victoria ante ti será todo lo grandiosa que he estado esperando que fuera.

Por alguna extraña razón, a Akari le llegan imágenes a su cerebro, cosas que de pronto le hace entender muchas cosas. Esas últimas palabras de su enemiga se habían convertido en la llave para dar con su verdadera identidad, y cuando lo hace, Akari muestra la mayor sorpresa que haya tenido jamás. Entonces era ella a quién tenía enfrente todo ese tiempo, y eso la perturbaba completamente.

─ Tú… tú…

─ Parece que lo has descubierto, Akari-chan ─ la enemiga se detiene enfrente de Akari, y su voz delataba que sonreía ampliamente ─. Pero no creas que eso lo hará más fácil, pues ahora te venceré definitivamente. Prepárate, Akari-chan, porque de aquí no pasas.


Desde el principio

El temporal en aquellos días no era bueno. Las lluvias habían hecho que se paralizaran todas las prácticas deportivas al aire libre, además que la mayoría de las alumnas de Nanamori tenían que quedarse un rato en las instalaciones de la escuela, a la espera de que escampase un poco. Entre las chicas afectadas por ese clima tan desatado se encontraba Akari, la cual llevaba casi media hora metida en la casita del club del té, y en todo ese tiempo tuvo que quedarse sola.

El suelo se encontraba muy fangoso para ser práctico irse de allí caminando, y la lluvia no amainaba, así que Akari se tenía que entretener probando con cualquier cosa que encontraba, haciendo hasta lo imposible para hacer honor a su membresía en el "club de entretenimiento", pero pronto el aburrimiento podría mucho más, y Akari acabaría simplemente mirando la lluvia caer en el pasto, pues la puerta del club estaba abierta.

Se estaba haciendo tarde, y la cobertura impedía poder llamar a casa para que fuesen a buscarla. Estaba completamente encerrada. El incesante golpeteo de las gotas de lluvia la empiezan a amodorrar lentamente, hasta que finalmente se siente vencida por el sueño. Justo cuando su consciencia se desvanecía en su propia cabeza, Akari es despertada de golpe por unos fuertes chirridos que venían de afuera.

─ ¿Quién es? ─ nadie responde, y eso hizo que Akari se pusiera nerviosa ─ ¿Hay alguien ahí?

Lentamente Akari se levanta y se dirige a la puerta de la casa-club. Aún llovía de manera descomunal, parecía que estaba diluviando, y el rango de visión de Akari estaba bastante cortado por una leve bruma que se apoderaba lentamente del lugar. No era para nada el escenario ideal el que tenía enfrente, y Akari resuelve a cerrar la puerta con llave para impedir que algún extraño pudiese entrar. Era una suerte que siempre tuviera con ella la llave que Kyouko le había obsequiado en el día de su integración al club de entretenimiento, pues no sabría qué hacer de no haberla tenido. Los chirridos continúan acercándose hasta que Akari podía oírlos justo detrás de la puerta, por lo que se esconde tras la mesa mientras escucha a alguien golpeando la puerta.

─ ¿Quién es? ─ dice Akari muerta de miedo.

¿Akaza? ¿Puedes abrir, por favor?

Se trataba de Nana Nishigaki. Akari pudo rápidamente reconocer su voz, por lo que suspiró aliviada y se volvió a levantar para abrir nuevamente la puerta. Nishigaki-sensei estaba completamente empapada a pesar de venir con un paraguas, y en su mano libre llevaba un aparato del tamaño de un portafolios y que emitía ese escalofriante chirrido. Akari dudaba que fuera buena idea que Nishigaki-sensei llevara esa cosa, pues ese sonido sugería que volaría en pedazos en cualquier momento.

─ Gracias por abrirme ─ Nishigaki-sensei se dirige rápidamente a la mesa y deposita el extraño aparato ─. Aunque no te lo creas, este nuevo invento mío pesa bastante, y ya llevaba un buen rato cargándolo para que la lluvia no lo estropeara…

─ ¿Qué es esa cosa, sensei?

─ Aún está en fase de experimentación, llevo una semana averiguando lo que hace, pero al menos no ha explotado todavía ─ ríe Nishigaki-sensei, pero Akari se siente incómoda por aquello ─. También he estado pensando en un nombre adecuado para mi invento, pero la inspiración no me llega. Matsumoto no pudo acompañarme el día de hoy por atender asuntos familiares, así que por ahora necesito a alguien que me ayude a probarlo ¿Me ayudarías, Akaza?

Akari quería decir que no, pero no tenía ninguna excusa para rechazar la invitación de su sensei, y además le parecía que se vería tonta si sólo argumentaba que esa cosa chirriante le daba miedo, así que terminó aceptando aquella propuesta. Nana presiona unos cuantos botones y hace que el aparato apuntase a Akari y la iluminase como si se tratara de un proyector. Akari estaba muerta de miedo, temía que aquella cosa pudiera hacer algo terrorífico que la pudiera lastimar de algún modo, pero nada especial pasa, extrañando mucho a Nishigaki-sensei.

─ Vaya, que decepción. Parece que sigue sin funcionar correctamente.

─ Lo siento, sensei, pero no entiendo qué debería hacer esta cosa ─ dice Akari con timidez.

─ Bueno, es un poco difícil de explicar, pero básicamente quería crear un aparato que dotara a las personas de habilidades "especiales", por decirlo de alguna manera ─ responde Nana tranquilamente, aunque sus facciones revelaban lo pensativa que estaba ─. No es la primera vez que llegué a crear esta clase de cosas, pero sí es la primera vez que pude ponerlo a prueba. Había empezado los experimentos con Matsumoto, claro está, pero en ningún momento pude ver ningún cambio o resultado. Matsumoto no presentó absolutamente ninguna nueva habilidad destacable. Tal vez simplemente me equivoqué en mis cálculos y creé un aparato que sólo lanza una luz sin sentido. En ese caso, creo que no he hecho sino perder mi tiempo inútilmente.

A pesar que Akari no emitiera opinión alguna, a favor o en contra, de lo que decía su sensei, la idea de tener habilidades fuera de lo común le parecía maravillosa. Se veía a sí misma con el superpoder de una presencia que todo el mundo sería capaz de notar. Se veía a sí misma en el centro entre sus amigas mientras era saludada con alegría y fervor, y Akari también se podía ver a sí misma bastante alegre siendo tomada en cuenta por todas. Rápidamente despierta de su sueño estando despierta, y se dice mentalmente que algo así no podría ser posible. No había manera de que tuviese tales poderes tan extraños.

Nishigaki-sensei revisa nuevamente su extraño aparato y le hace cuantos ajustes se le ocurren para comprobar su funcionalidad, pero pronto decide dejarlo como estaba y revisa el exterior. Aún llovía a cántaros, por lo que veía completamente imposible salir. El suelo afuera se notaba inundado, y Nishigaki-sensei tuvo la extraña idea de que Akari y ella podrían salir de allí en bote si continuaba lloviendo de esa manera, cosa que le hace bastante gracia, aunque le hubiera gustado más que también estuviera Rise.

─ ¿Sabes, Akaza? Si quieres puedo ayudarte a estudiar, pues sé que se acerca la temporada de exámenes ─ dice Nana para sorpresa de Akari ─. Sé que es un poco injusto que te esté ayudando solo a ti, pero del mismo modo que somos sensei y alumna, también somos amigas, después de todo, y además tenemos que pasar el tiempo de alguna manera ¿Quieres que te dé una mano en aquello que no entiendas?

─ ¡Sí, sensei! Muchas gracias.

Era la única manera que había de matar el tiempo mientras seguía cayéndose aquel oscuro cielo sobre la tierra, y además Akari podía ver despejadas sus dudas gracias a la confiable ayuda de su sensei. Eran muchas las preguntas que Akari tenía respecto a los distintos temas de estudio, y cada pregunta contaba con una respuesta segura y amena de parte de la sensei. En cuestión de una hora de repasos y revisiones, ya Akari se sentía lo bastante lista para enfrentar todos y cada uno de los exámenes si se dieran en ese mismo momento.

─ Has progresado muy bien, Akaza ─ dice Nana con un tono de admiración ─. Seguramente tendrás muy buenas calificaciones, pero recuerda siempre estudiar más para que no se te olvide lo que te he enseñado.

─ Muchas gracias, Nishigaki-sensei.

─ No hay problema. Te dije que también somos amigas, y por eso es natural que te ayudara con lo que hiciera falta ─ Nana se levanta nuevamente y vuelve a dar vistazo fuera ─. Mmmm… Acabo de acordarme que me dejé unos experimentos químicos en el laboratorio. Es mejor que me vaya ahora sin que importe esta lluvia ─ mira por un momento a Akari ─. Te puedes quedar un rato más, Akaza, pero te recomiendo que aproveches la más mínima escampada para que vayas rápido a tu casa. Está claro que esta lluvia no se va a detener hoy. Te dejo el paraguas, por si lo necesitas.

Akari asiente mientras ve a Nishigaki hundirse casi hasta las rodillas en el fango y se va de allí como puede, exponiéndose de lleno a la lluvia que pronto la hace desaparecer entre la oscuridad. Nuevamente Akari se había quedado sola, y así tendría que esperar a que dejase de llover. Por un momento se preguntó cómo estarían sus amigas. Posiblemente estaban todavía dentro de la escuela por la imposibilidad de salir a la calle, o tal vez encontraron el modo para irse de allí rápidamente, pero se olvidaron de ella (esa última idea no le hacía ninguna gracia a Akari). Nuevamente sentía que las pesadas gotas que caían sobre el techo la estaban arrullando, como si se tratara de una canción de cuna, así que se levanta y se pone a buscar en los armarios de la casa. No es que esperara encontrar algo interesante, pero al menos la actividad la ayudaría a mantenerse activa y sobreponerse a todo aquello. Al menos habían futones escondidos, así podría Akari tener algo en qué dormir si no conseguía salir de allí, pero no contaba con otra cosa para guarecerse; no habían pijamas, cepillos de dientes, un cambio de ropa ni un baño. Sólo estaba el futón, y eso le parecía un poco terrible a la pelirroja. Estaba ante un verdadero reto de supervivencia en la casa del club del té.

De pronto el aparato dejado por la sensei empieza a chirriar nuevamente, y Akari se asusta mucho al pensar que alguien podría haberlo encendido, o que se encendiera solo. Al menos ya sabía que aquella cosa no hacía nada, así que se acerca lentamente para apagarlo completamente, pero en cuanto le faltaban solo unos centímetros, nota que algo andaba mal con esa cosa.

─ ¿Eh?

Antes de que tuviera la más mínima oportunidad de reaccionar, el aparato explota y envuelve la salita en una densa nube oscura. Y en cuanto a Akari, ella resulta golpeada de lleno por la explosión. No supo en qué dirección salió volando, ni tampoco se dio cuenta de cuándo o contra qué se golpeó la cabeza. Lo único claro es que de golpe pierde el conocimiento y no recordó nada más por un buen tiempo.


Algunas horas después

Podía sentir algunas gotas caer sobre sus mejillas.

¿Acaso alguien lloraba? No. No se oía ningún sollozo, ni un lamento. Sólo podía oír que todavía llovía allá afuera.

Lentamente abre los ojos, y Akari nota que las gotas caían de algunas vigas en el techo. Sólo eso le faltaba. Ahora el techo tenía goteras debido a la explosión. La luz había sido apagada, y Akari no dudaba que el foco se hubiese roto por aquello mismo. Intentó levantarse, pero el cuerpo le estaba doliendo al más mínimo movimiento, pero igual se las arregló para acercar una mano a su rostro para limpiarse aquellas gotas, pero de pronto nota algo que le asusta mucho.

Era capaz de sentir su mano moverse. Juraba incluso que la tenía enfrente, pero no podía verla. Prueba a mover los dedos, a abrir y cerrar la palma rápidamente, pero ante sus ojos no pasa nada. Sólo podía ver el techo, como si no hubiera nada atravesado. Ignorando el dolor que sentía, Akari se levanta y se sostiene, un poco mareada, de la mesa. Ahora probaba con mover ambas manos frente a ella, pero siguió sin verse a sí misma. Muerta de miedo como estaba, corre por toda la salita hasta encontrarse un espejo y lo proyecta a su rostro.

─ N-no… Yo…

El espejo podía reflejar todo, menos el rostro de Akari. Prueba todos los ángulos posibles, pero Akari no logra dar con el más mínimo rastro de sí misma. Estaba completamente aterrada. Todo ello sólo podía significar que se había vuelto invisible. Ya no se trataba de una de esas ridículas alegorías de Kyouko y Chinatsu respecto a su presencia, ni tampoco una historia sobre ella misma inventada por alguna de sus amigas, ahora era de verdad. Ella era completamente invisible.

Dejándose caer sobre sus rodillas, Akari rompe a llorar al pensar que así nunca sería capaz de lograr esa presencia por la que llevaba tanto tiempo esforzándose. No quería ni imaginarse lo que pasaría cuando llegase con sus amigas. Nadie podría verla, nadie se daría cuenta que ella se encontraba allí, nadie volvería a notarla, y era por eso que lloraba de esa manera tan amarga.

─ No… No quiero… No quiero ser invisible…

¿Akari? ¿Estás aquí? ─ Akari se sobresalta y mira en dirección a la entrada abierta del club.

El terror se apoderaba cada vez más de ella. No ella. De todas las personas que podrían ser las primeras en verla a través ¿por qué precisamente ella? Akane entra a la casa del club con un grueso impermeable y un enorme paraguas, aunque las botas que llevaba se le notaban completamente sucias por el barro y el agua por los que tuvo que pasar.

─ ¿Akari? ¿Qué pasó? Te estuve esperando desde hace horas ─ Akane se quita las botas y los zapatos para no ensuciar los tatamis del club y se acerca a Akari para abrazarla ─. Me asusté mucho de pensar que algo te había pasado. Hace poco entré a la escuela para buscarte, pero nadie me pudo decir dónde te encontrabas, así que se me ocurrió buscarte aquí. Menos mal que te encuentras bien.

Akari no estaba escuchando del todo lo que estaba diciendo Akane, y es que su mente viajaba alrededor de algo que la había dejado completamente sorprendida ¿Akane sí podía verla? ¿Cómo podía ser eso posible? ¿Cómo es que podía hacerlo, si ella misma no era capaz de verse? Akane saca un pañuelo del interior de su impermeable y limpia con delicadeza el rostro de Akari, hasta que la menor se decide detener a su hermana.

─ ¿Akari?

─ Onee-chan, ¿de verdad eres capaz de verme? ─ dice Akari con un tono de inocencia que hacía que Akane se derritiera por dentro.

─ Siempre, Akari. Aunque creas que eres invisible para las demás, mis ojos siempre serán capaces de verte ─ es la sencilla respuesta de Akane mientras se quitaba rápidamente el impermeable.

─ P-pero… ¡Pero soy invisible, onee-chan! Yo misma no soy capaz de verme ¿Cómo es que tú sí me ves?

Akane no responde, sino que vuelve a su tarea de limpiarle el rostro a Akari, le da un fuerte abrazo para animarle y le responde al oído:

─ Ya te lo dije. Tú siempre estás ahí, ante mis ojos. Yo jamás dejo de verte. Después de todo, es mi trabajo como tu onee-chan el verte en todo momento.

Akari podía sentir el calor que le transmitía Akane con aquel abrazo. No era tanto porque la protegiera del frío tan horrible que hacía, sino porque la hacía sentir feliz saber que, a pesar de aquel extraño acontecimiento, tenía en su hermana un apoyo total. Le era agradable esa sensación, era un pequeño rayo de esperanza que hacía que todo adquiriese color frente a ella. Akari corresponde al abrazo de Akane y se deja absorber por el confort que ésta le proporcionaba.

─ Gracias, onee-chan. Por un momento creí que…

─ ¿Qué no podría verte? ─ interrumpe Akane muy sonriente ─ Es verdad que me parece que te hiciste ligeramente transparente hace un momento, pero jamás podrías ser invisible para mí. Yo te…

De pronto Akane se detiene y no dice nada más. Lo que estaba por decir no iba a ser la primera vez, en vista del cariño absoluto que profesaba por Akari, pero estaba en ese momento a punto de salírsele la lengua por la forma en que le hablaba. Sí amaba a Akari, pero no del modo en que Akari creía que la amaba. No era para nada un cariño ordinario, ni siquiera un simple cariño intenso, sino un deseo total y casi incontrolable hacia ella. Akane no solo amaba a Akari como hermana o como persona, sino también como mujer, y eso era exactamente lo que Akane tanto temía: que Akari supiese cuán intensos eran sus sentimientos hacia ella.

─ Tú me… ─ Akari deja en suspenso la frase, esperando que Akane terminase.

─ Que te quiero mucho, Akari, y que siempre puedes contar conmigo para lo que sea ─ continúa Akane improvisando de golpe.

Akari sonríe muy contenta y abraza con mayor fuerza a Akane, la cual se sentía muy feliz de ser la receptora y causante de esa alegría en su hermana. Al cabo de un rato (uno que no fue lo bastante largo para Akane) ambas se separan y miran nuevamente afuera. Todo estaba bastante oscuro, pero la lluvia había bajado considerablemente su intensidad, por lo que ambas consideraron la posibilidad de irse. Afortunadamente Akane llevaba consigo un segundo impermeable que se lo dio a Akari para que se lo pusiera rápidamente, pues no sabían por cuánto tiempo podría durar aquel bajón de la lluvia. Ambas toman el paraguas de Akane (Akari prefirió dejar guardado el que le dejó Nishigaki-sensei) y salen de ese lugar casi corriendo, aunque el fangoso terreno las detenía bastante.

─ ¿Nuestros padres están preocupados en casa? ─ dice de pronto Akari.

─ Ellos salieron de la ciudad y no vuelven hasta dentro de unos días ─ dice Akane tranquilamente ─. La pésima cobertura de este momento seguramente les ha impedido llamar a casa, así que me tomé la libertad de salir a buscarte mientras dejaba mi teléfono en casa. Yo misma probé a llamarte varias veces, pero como las llamadas no te llegaban, me preocupé mucho y decidí salir a buscarte.

Akari caía en cuenta de todo lo que explicaba su hermana. Entonces así ocurría todo. El que Akane la ayudara de esta manera, a pesar de lo adverso del camino, le alegraba mucho y le quitaba de la cabeza todas aquellas preocupaciones sobre su invisibilidad de momento. De pronto se acordó nuevamente de Kyouko, Yui y Chinatsu, y no evitó preguntarse si ellas ya se habrían ido a casa. En cualquier caso, dudaba que fueran capaces de verla luego de cómo quedó luego de la explosión. Pensando en aquello, una nueva preocupación llegó a la cabeza de Akari, y Akane lo notó al instante.

─ ¿Qué ocurre, Akari? ─ dijo mientras abrazaba con dulzura a Akari.

─ Onee-chan, ¿crees que haya alguna manera para hacerme visible otra vez?

─ Mmmm… Espero que sí. Desde luego que puedo verte, pero yo sola no seré suficiente para que puedas llevar tu vida de forma normal. Será mejor que empecemos a averiguar cómo te ayudo con tu problema luego de la cena.

─ ¿La cena? ¿Tan tarde es? ─ se asusta Akari.

─ Así es ─ responde Akane calmadamente ─. Claro que esta lluvia hace parecer que oscureció hace horas, pero en realidad anocheció hace como media hora.

Akari estaba bastante consternada. No esperaba haberse quedado inconsciente por tanto tiempo. Realmente aquella explosión hizo mucho más que aturdirla, aunque no se imaginara hasta qué punto la había afectado.

CONTINUARÁ…


Ahora que he terminado el capítulo, les contaré un pequeño secreto (solo compartido en una ocasión con Gabriel H.A.): Esta historia originalmente quería empezarla el año pasado, o hace casi un año, para ser más exacto ¿Qué paso? Pues problemas de alto daño como la avería de mi PC, el fin del Wi-fi gratis de los vecinos, la imposibilidad (todavía vigente) de recuperar algunos archivos en proyecto que tenía en mi anterior memoria, empecé a trabajar… En fin, muchas cosas me hicieron abandonar temporalmente esta historia, hasta que empecé a leer el fic de Gerendo01 (sí, tú. Me ayudaste mucho sin saberlo xD) de Mahou Shoujo Akari Magica. Desde luego, y al igual que Gerendo01 con su extraño crossover, esto lo quise hacer (originalmente) inspirado por las historias de Mr. E's-pen y por la intervención igualmente magnífica de Al Domayan en crear aquella secuela de Akari, la viajera del tiempo. Claro está, esta historia que hago no va con la intención de hacer una secuela de ninguna de las historias de Gerendo01, Al Domayan ni Mr. E's-pen. Me dieron un espaldarazo tremendo al darme luces sobre la historia que quería hacer, pero no tengo ninguna intención de tomar (al menos no directa ni inmediatamente) ningún elemento de sus historias para desarrollar la mía (sí, soy muy arrogante, pero por arrogante es que he logrado hacerme querer por quienes me conocen xD). También me inspiré en el viejo género giallo, un boom del terror audiovisual y psicológico creado por los cineastas italianos de los años 70 y 80, y que tienen como grandes precursores los novelistas (también italianos) de los años 20 y 30, aunque este fanfic no será realmente giallo, ni tampoco veo razón para ponerle terror a esta historia, sólo trataré de tomar el misterio que este género conlleva. Bueno, les dejo por ahora, y espero que hayan disfrutado bastante de este fic. Se agradecen los reviews que puedan dejar, que sé muy bien quienes leen y quienes no (especialmente con los del grupo de Yuruyuri fans en Facebook).

Hasta otra