Recuérdame
Por: Luna-chan 143
Hoooolis mis queridos lectores esto es solo un capricho espero les guste;)
...
Pov Marceline:
Apenas Por La Ventana sí Filtran los rayos del sol me revuelvo Entre mis sabanas tratando de bloquear la luz, Temprano levantarme odio, Pero no tengo Otra obsion Hoy Es El Primer Día de Clases despues de las Vacaciones de invierno y Tengo Que prepárame párr ir un La Escuela.
Salgo de la cama párr despues meterme una el armario A por Cambiarme muda uña de ropa Limpia, MIENTRAS abotono mi camisa pienso en la probabilidad de faltar y quedarme un dormir Hasta Tarde Pero ENTONCES recuerdo Que mama Que Sigue un qui estafa jhon y La Verdad no Me entusiasma la idea de quedarme estafa Ellos.
- Buenos Dias -saludo Bajando a la cocina Esperando encontrarlos vaciando la nevera Pero No Es Así, en solitario encuentro Una nota pegada en el frigorífico. No me molesto en leerla ya Sé lo que los dados, lo que Estado Escuchando from Que Tenia Diez Años.
- Buenos días.
Me GIRE un ver un mi querido primo Marshall le Entrar Por La Puerta Trasera.
- ¿Qué haces here? -pregunte Buscando Algo decente párr esquina Entre el Desorden de la mesa.
- Que vi la camioneta de tu padrastro no estába en la cochera.
FUE un Tomar la nota.
- Adiós, puf, tu madre es Una basura.
DESPUES DE UN trago de leche asentí.
- SE LLEVO tu televisión Marshall Murmura MIENTRAS mira El Sitio Vacío Frente a mi sofá.
- -Supongo Que No Encontró nada de valor en mi habitación ayer.
Sonrio ante el recuerdo de la Cara de frustración de Jhon al no ENCONTRAR Las Joyas de la Familia Que Yo astutamente escondí detras de la Fotografía De La Boda mis Padres.
- Le pediré a papá Que me reponga la Televisión.
El asintio.
- Y Que te Compre comida Más.
En ESE Momento Uno Más sí une a el Grupo, Ash mi ex novio Que Ahora era mi amigo. El mira mi mesa y Niega.
- ¿Esclavo Una visita de la bruja y su?
Asentí.
- Para Pasar la navidad-Dije Tomando mi mochila-pero apuesto Que se le ACABO la plata y no obsion Otra tenia.
Ambos chicos rieron.
- Le diras a tu padre estuvieron here Que, ¿no?
Aunque Quisiera no podia, EL estába Ocupado de Como jefe de la ONU bufete de abogados, y apenas tenia Tiempo Para La hija de do imprimación matrimonio.
- VAMOS ya.
Asintieron Ambos MIENTRAS me seguían.
...
De Cuando llegamos al APARCAMIENTO de la preparatoria, Ash y Marshall Se La Pasaron asustado a los chicos Que se le cruzaban en do camino.
- Bueno, Marceline
Uno de mis amigos me CodeA apenas entramos al Edificio Principal.
- Que-respondo pecado Interés DE En que Lo Que mar Tuviera Que decirme.
- Mira ESO.
Señalo al Grupo de chicos Nuevos Que miraban pecado entendre ONU Papel en sus Información Manos.
- Fresca-DIJO Carne Marshall Con una Sonrisa medios. Opinas -Qué, Darle Que Hay do Bienvenida.
Puse los ojos al escucharlo, ESA ERAN MIS las expectativas realizada de Que Amigos tenian de mi. Una abusona Que se aprovechaba de los mas Débiles párr Tener Lo Que Queria CUANDO SE le Daba la gana, y Debo aclarar Que en si Principio era lo Ahora Pero la ONU ya no me gustaba del tanto de ESO de molestar.
- Ash déjalos Tranquilos-Dije Llegando a abrir mi casillero.
- ¡Pero Marceline! , Miralos Piden a gritos Ser molestados-mascullo mi primo Marshall le Rodeando mis Hombros estafa do mano continúa derecha.
Dios, Razón tenian, ¡Uno traia Una gorra estafa orejas de conejo y pantalones cortos! , Ni Hablar De Los Otros.
- ¡Eh, tu!
Un chico de Con el cabello rosa volteo un Vernos.
- Que ... que, Quieren-hablo estafa Voz temblorosa y asustado Por La visión de los dos Abusones de la Escuela.
- Estan estorbando, ¡quitense!
El chico conejo sí Puso Frente un amigo su.
- No molestamos a nadien.
Marshall y Ash sí miraron párr despues Reír.
- ASI QUE Héroe de la ONU.
ONU de la estafa tiro lo empujón al Consuelo.
- Vamos Marceline.
Ash me tomo del Brazo.
- ¿Finn, estas bien?
Uno de los amigos del chico sí inclinó un ayudarlo.
- ¡Métanse estafa Alguien de do Campanadas Abusones! -grito y Ash sí detuvo.
- Chávez tal no te ESCUCHE busque cuatro ojos, ¿Pero me llamaste abusón?
El chico dio Un paso Adelante.
- Si Y ASI Fuera ¡Que!
Silbo Marshall.
- Te metiste en la ONU chico lio gordo.
Mire al castaño Aun de pecado pastel vacilar Frente a Ash.
- Mira ¡tú!
Lo tomo Por El cuello de la camisa y estába Por golpearlo Pero yo detuve lo.
- Ash Ya Es Suficiente-le-Dije déjalos Tranquilos.
Ambos me miraron Con extrañeza.
- Ella Tiene Razón Ash-Marshall DIJO-la perfecta Vendrá en Cualquier del Momento.
Eso basto Para Que dejara una los chicos en paz.
- Como sea-refunfuño MIENTRAS Metia Las Manos en sus Información Bolsillos y caminaba Hacia Algun Lado.
...
El timbre de la Primera Clase Hace Mucho Que Habia Sonado y Nosotros como siempre no entramos, estabamos en la azotea Perdiendo El Tiempo.
- Ja, extrañado habia esto-Marshall Hablo MIENTRAS SE relajaba contra La Columna de concreto- ¿Qué Pasa Aun ESTAS molesto?
Ash cruzado de brazos frunció el ceño.
- ¿Desde Cuando Te volviste Una aguafiestas Marceline?
Cieno Lo.
- Sabes Que Me encanta GOLPEAR.
Rodé el los ojos.
- Mira Ash, mi mamá mi robo Televisión y no tengo ni la ONU rábano en mi nevera, no esperes Que Te Tenga lastima-murmure Dandole Una mirada de muerte.
- Hey, Hablando de tu padre, this heno.
Heno baño La Entrada de la academia estába estafadores SU TRAJE Gris Y UNA Cara de amigos en Pocos.
- Sí se Entera Que No entraste a Clases.
Me PUSE de pastel.
- Seguramente FUE una la casa y vio el Desorden.
Salí Corriendo Hacia abajo Pero en la esquina tropecé estafa Alguien y minar Cayendo sobre mi rodilla.
- Auch, auch.
Me queje MIENTRAS Miraba mal un Quien FUE el causante de TODO ESTO Que estába IGUALMENTE en el Consuelo Buscando Desesperado Algo.
- Oh, Perdón no te vi-mascullo el chico castaño acomodándose SUS gafas.
- ¿Perdón ?, ESO no assistance.
De Un momento un Otro El Me Ayudo a Ponerme de pastel.
- Déjame ver.
Apenas toco mi rodilla lo Aparte.
- No ... es necessary-Dije apenada de Repente. -mejor vete.
El frunció el ceño.
- Ayudarte Solo intentaba.
Los pasos provenientes del techo sí Escuchan Cada Vez Más Cerca.
- Ya te Dije Que No es Necesario, ¡vete!
Se quedo ONU Parado heno rato.
- ¿Estás segura? -Yo Pregunto estafa Una mirada preocupada a mi Postura encorvada Por El Dolor. -pudiste romperte Algo.
Que ningún ente Día Que le queria Salvar el pellejo. Si Ash lo encontraba En Este punto abandonado de la Escuela seguramente ahora si lo golpearía, lo conocia ya Muy bien COMO párr deducir Que No lo iba a Dejar en paz, sin Despues De Lo Que paso en el pasillo.
- Señorita Abadeer.
La voz de la subdirectora nos sorprendio una habana/hotel.
- Su padre vino una estafa Hablar el usted-DIJO cruzada de brazos. -Le aconsejo Que No lo Haga Esperar.
Su mirada Se Fue Desde mi Hacia el castaño.
- ¿Simón Aun no encuentras ESE Libro?
El nego.
- Bien, no te preocupes seguramente està en la Biblioteca.
La subdirectora estába Por alegarse Pero Simón la llamo de nuevo.
- Ni Se Te ocurra decirle.
Haciendo acopio de Voluntad me enderece.
- ¿Qué pasa? -pregunto mirándonos Con extrañeza.
- No pasa nada, señora Rhosw- le Dije Pero claramente ella no me creyo teniendo en Cuenta Que Yo solia mentir Mucho
Ella miro a Simón otra vez.
- ¿Es ESO Verdad?
El una regañadientes asintio.
- Al Menos ve a la Enfermería-CUANDO DIJO PASE un do Aun Lado cojeando. -Marcy.
Me tenso nadien me habia Llamado a si es Jahr.
- SE El es Tu Nombre, ¿no?
Di un suspiro los antes de Hablar.
- Mi nombre es Marceline.
Salí despues de azotar la puerta, al pasillo y me fui cojeando Hasta la escalera sintiéndome Como Una idiota Que AÚN vive en do Estúpido Mundo rosa.
- Marceline de Tenemos Que Hablar.
DIJO mi padre me apenas Vio Bajar POR Las Escaleras.
- ¿Ahora papa ?, Estoy en la Escuela.
El me jalo del Brazo.
- This Mañana me Llegaron las facturas de tu estado de Cuenta, ¡Marceline Porqué ya no Tienes plata -grito soltándome de Repente CUANDO llegamos a Un Lugar Lejos del bullicio del 'cambio de Clases!.
- Yo ... algunas Compre Cosas-musite tratando de sonar convincente, no podia decirle lo de mama y Jhon seguramente ESO terminaría Por enfurecerlo AÚN Más y ESO A Mí no me CONVENIA.
- Bien Por AEE Cosas te quedaste Por plata pecado el Resto del mes.
Se acomodo do traje y dio suspiro hondo un.
- Claro soja.
Asentí.
- Bien, me voy.
Me Quede Sin pastel Más Nada Decir Hay de, Que Llegaron Hasta Ash y Marshall. Justo en ESE Momento me traje Las lagrimas de impotencia, no podia permitir Que Me Vieran llorar yo párr Ellos era UNA PERSONA Que No nada Sentia Lejos de odio y resentimiento.
- ¿Qué pasó? -pregunto mi primo Mirando Por Donde habia de Visto IRSE un mi padre.
- Que RESULTA mama robo mi Tarjeta y la Vacío Toda.
Di suspiro un.
- Siempre PUEDES Venir a casa conmigo y papa.
Marshall me Rodeo de los Hombros.
- -Supongo.
Al dar Un paso mi rodilla protesto de nuevo.
- Tengo Que ir a conseguir algo-les Comente los antes de Irme Hacia la Enfermería Donde Por suerte no habia nadien. Me fui a hurgar Entre los Estantes Buscando Algo Que ayude estafa del dolor del EL, ESTO Pero Una época preparatoria Escuela era Obvio Que No habria Medicamentos Más Fuertes Que antiséptico un.
- Hum.
Un sonido vino de Repente y Me Quede quieta.
- Que QUIERES LLAME una Enfermera Una. -Ofreció Simón acuclillándose un Lado mi.
- ¿Qué haces here? -cuestione Por avergonzada Ser asustada facilmente bronceado. - ¿No deberias ESTAR en Clases?
Río de Repente.
- Tú También.
Fruncí el ceño y me levante.
- Enserio que haces here.
Ahora estába Buscando Entre las botellas arriba del Escritorio de la Enfermera.
- ESCUCHE Entrar a Alguien Para entrar y vid en solitario una era QUIEN ver.
Se encogió de hombros.
- ¿Y no le Dirás a la subdirectora? -LE pregunte MIENTRAS Olia el Líquido de la botella verde en mis manos de moler.
- No.
Me arrebato la botella.
- Las banditas estan here.
Se estiro un Tomar La Caja de Encima de mi cabeza.
- Bien ya PUEDES irte-Dije Tomando Una bandita y yéndome a sentarme en el Escritorio.
- ¿Necesitas ayuda? -pregunto Con Una Pequeña Sonrisa mirándome forcejear Con Mis vaqueros y mis botas negras de Plataforma.
- ¿Qué te Hace Pensar ESO?
Se Acerco A Donde estába y despejo la bandita Que estába en mi nariz.
- Porqué la rodilla está aqui.
Mire COMO EL ponia la bandita de color de rosa en mi herida. Un extraño sentimiento en sí extendió en mi pecho y no Pude deducir de Que se trataba, Que solo era Cálido y agradable, Algo Completamente Distinto una acostumbrada Lo Que estába.
- ¿Pasa algo? - Pregunto Simón extrañado Por Que lo Miraba fijamente desde ya Hace rato un.
- Nada-conteste Con las mejillas rojas Mirando Hacia Otro Lado. En ESE Momento El Chico Con las orejas de conejo entro a la habitación.
- Hola Simón ESCUCHE Que Estabas en contra.
Se detuvo apenas me vio Sentada en la cama.
- Oh, Perdón Pense Que Estabas en solitario.
Simón parecia Nervioso de Repente.
- Me Tengo Que ir.
Dije Rompiendo el ambiente tenso, Sabia busque CUANDO mi Presencia ningún POR Bienvenida era el los demas.
- ¿Marceline ?, ¿Qué pasó ?, ¿Por Qué Estabas en la Enfermería? -pregunto Marshall Despues De Que Me vio Salir de la Enfermería estafa Una bandita en mi rodilla.
- Tropecé estafa tonto un.
El rio Despues De Una mirada a mi herida.
- Me gusta tu bandita rosa Marcy-Se Burló y yo le golpee en El Brazo.
- Sabes Que No me gusta Que me llamen asi-le Dije MIENTRAS acomodaba mis pantalones. -Y si te gusta del tanto mi bandita, Porque ningunas Te Ayudo una cola consigas Una.
Dio Un paso atras estafadores Las Manos levantadas.
- Solo bromeaba Marceline-asevero en Do Defensa alejándose de mi.
- Si Claro, ¿Donde está Ash?
Se encogió de hombros estafa indiferencia.
- Ni idea Tengo prima, invito ven Pero el Almuerzo.
Agito Unas Cuantas Monedas En Su Mano.
— ¿A quién le quitaste eso? —pregunte aunque sabía la respuesta y la verdad no entendía por qué lo hacía, él tenía una madre que no se preocupaba por el dinero. Así que no comprendía porque les quitaba el dinero a los demás.
— ¿Recuerdas al chico de cabello rosa?
Asentí.
—Bien ahora ya entiendes.
Sonrió de medio lado, él no tiene remedio.
—Ven, me muero de hambre.
Nos fuimos a la cafetería que ya estaba llena hasta el tope de estudiantes, cada uno en su pequeño grupo conversando sobre sus propios asuntos. Recargado en la barra estaba ash esperándonos como si nada recibiendo miradas enojadas de los demás detrás de él que esperaban en la fina que no avanzaba.
— ¡Hey!
Se quejó uno de los chicos cuando nos metimos en la fila.
— ¿Tienes algún problema chico?
El me miro asustado.
—N…no.
Sonreí después de ver su miedo descrito en todas sus facciones no muy agraciadas.
—Eso pensé—dije tomando la caja de leche de la charola que sostenía entre sus manos temblorosas —Gracias.
Ash y Marshall rieron burlándose del pobre pelirrojo.
— ¡Aun lado!
Todos se apartaron al instante dejándome pasar a mí y a mi grupo.
Fin pov.
Desde lejos el grupo de chicos nuevos miraron con impotencia el penoso espectáculo.
—No puedo creer que hicieran eso—dijo el peli rosado con indignación. —ellos son unos aprovechados.
Finn y Simón asintieron.
—Los abusones de la preparatoria, no me sorprende que esa chica tenga su propio club de odio—fin mascullo después de que se sentaron en su mesa.
—Es lo normal teniendo en cuenta lo cruel que es. — agrego el chico rosa antes de morder su magdalena.
….
Ahuyentando a unos chicos Marceline y su grupo se adueñaron de su mesa.
—Hey.
Ash llamo después de un rato.
—Miren lo que encontré—dijo mientras sacaba de su mochila un libro de pasta de cuero que se veía bastante valioso.
— ¿Qué es? —pregunto Marshall después de darle una mirada a las hojas que contenían palabras que no entendía.
—Quien sabe, pero parece valioso.
Ash toco el cuero con ambición resplandeciendo en sus ojos negros.
—Hey Marceline, mira quien te está observando desde ya hace un rato.
Ella volteo a ver a donde le señalaba su primo y casi se atraganta con su sándwich, lo bueno es que eso lo tradujeron como desagrado.
—Tu novio el cuatro ojos.
Apenas Marshall hablo, Marceline le dio un puñetazo en el hombro.
—Eres un idiota—dijo mordiendo ahora una manzana.
—Vamos Marceline míralo…pobre está loco por ti—mascullo Ash con tono de lastima.
—Bien es suficiente.
Le arrebato el libro.
—Me quedo con esto hasta que dejes de comportarte como un idiota—asevero poniéndose de pie.
— ¡Pero Marceline!
Se quejó el peliblanco pero ella no le hizo caso se fue de la cafetería hacia su casillero con las mejillas rosas oportunamente cubiertas por su cabello.
—Esos dos son unos tontos—murmuro abriendo su gaveta y metiendo el libro entre sus demás cuadernos. De repente de la nada cayó de un álbum viejo que guardaba desde el primer día de clases, una foto bastante vieja que ella atesoraba más que nada.
—Valla así que aquí estaba—dijo para sí misma mirando con nostalgia la imagen.
— ¡Marceline!
Llamaron lo chicos y ella se apresuró a guardar la foto en el libro que más tuviera cerca.
—Queríamos disculparnos por ser unos idiotas.
Ambos se detuvieron frente a ella.
— ¿Enserio? —pregunto sin creérsela.
Asintieron al mismo tiempo.
—Claro, tan enserio que te regalo el libro —Ash mascullo de brazos cruzados y el ceño fruncido.
—Él quería venderlo pero entonces recordamos que a ti te gustan todas esas de fantasmas y espíritus—Marshall comento con humor explicando la razón del descontento de su amigo.
—Valla gracias.
Ambos chicos sonrieron pues se habían salvado de una golpiza.
—Vallamos a clases—dijo después de cerrar la gaveta.
— ¡Pero por que!
Ambos chicos hicieron una rabieta.
—Por qué no tengo nada más que hacer, y además si papa se entera que no presente este examen se pondrá más furioso.
No les quedo de otra que seguirla al salón donde ya se llevaba a cabo el examen.
—Qué bueno verlos. Señorita Abadeer y compañía.
La maestra dejo lo que hacía y los miro con desaprobación.
—Supongo que viene a presentar su examen.
Marceline asintio.
—Es una pena pero no puedo permitirle presentar el examen, teniendo en cuenta su pésimo desempeño todo el año escolar.
La profesora dio un suspiro.
—Pero puedo darle otra oportunidad si mejora sus notas con la ayuda de un tutor.
Marceline se quedó pensando. Eso era imposible, ¿cómo iba a poder hacerlo?, si los únicos amigos que tenía eran esos dos detrás de ella y los demás de la academia le tenían miedo.
—Pero—susurro.
—Nada de peros señorita, su padre ya sabe de lo que paso y está de acuerdo.
Marceline miro sorprendida a la profesora.
— ¿Mi padre lo sabe?
Un asentimiento después ella palideció, estaba perdida esta vez.
….
Marceline pov:
¿Qué haría ahora para subir mis notas?, donde conseguiría un tutor lo suficiente listo como para que me ayudara…rayos esto sería imposible. Pensé mientras miraba el estanque del parque donde estaba en este momento sentada en la banca de metal mientras veía los patos.
—Hey, ¿Estás bien? —Pregunto alguien detrás de mí.
—Mira que sorpresa, eres tu Simón.
Dije sonriendo.
— ¿Acaso estas siguiéndome?
El negó después de una pequeña risa.
—Vivo por aquí. —dijo sentándose a mi lado.
—Claro.
Me levante.
—Escuche que necesitas un tutor.
Pare a medio paso.
—No es asunto tuyo.
Fin pov.
Sin atreverse a mirar atrás Marceline consiguió llegar a su casa, y al parar en su puerta rezo con todas sus fuerzas que no hubiera nadien adentro, algo que se cumplió. Apenas entro se fue a su habitación donde saco de su mochila todo hasta que encontró aquel libro.
—Simón…eres un idiota. —dijo con la mandíbula apretada y con los ojos llorosos. —Un idiota. —repitió apretando la fotografía contra su pecho. Por qué le dolía tanto que no la recordara, que olvidara esa boba promesa que hicieron cuando niños, pensó cayendo de rodillas recordando lo vacía que se escuchaba la casa cuando solo el sonido de su llanto rompía el silencio.
….
A la mañana siguiente como siempre Marceline esperaba afuera de la casa de Marshall le a que este saliera junto a Ash que no paraba de preguntar el porqué de los lentes de sol.
—Ya te dije que el sol me está matando.
Ash levanto una ceja.
— ¿De verdad?, oh es que te metiste en otra pelea y ocultas un moretón.
El peliblanco trato de llegar cerca de las gafas de sol pero Marceline le dio un manotazo.
—En primer lujar si me hubiese metido en una pelea no habría salido mal parada.
Le jalo del cuello de su camisa.
—Y tú lo sabes, ¿verdad? —pregunto con un tono de voz amenazante.
—Sí, lo sé. —susurro Ash después de recordar cuando ella lo golpeo.
— ¡Hey!, ¿qué pasa? — Marshall pregunto confundido. —Marceline te metiste en otra pelea. — dijo mirando sus gafas de sol.
La pelinegra rodo los ojos y dio un suspiro exasperado.
—No lo hice, yo estaba haciendo otras cosas.
Recordó la noche que paso sufriendo por un idiota que ni siquiera se acordaba de ella.
— ¿Qué cosas? —pregunto preocupado Marshall.
—Vendí las argollas de mis padres. —dijo mientras subían por la escalinata de piedra que daba a la puerta de metal con el nombre de la preparatoria en letras doradas. —con eso me basta para sobrevivir este mes.
Apenas entraron la profesora Lockwod llamo a Marceline.
—Buenas noticias señorita Abadeer, conseguí al tutor perfecto.
Marceline levanto una ceja.
— ¿Así? —pregunto sorprendida genuinamente por la noticia.
—Él es Simón Petrikov, alumno de mejor promedio de toda la preparatoria.
Ella sintió la caída de su estómago apenas escucho la noticia.
— ¿El acepto ayudarme? —pregunto escéptica.
La profesora asintio.
—Es un buen chico, debe de saber que insistió tanto en ayudarla apenas se corrió la noticia de que sería expulsada si reprueba este examen.
Ella amplio sus ojos como platos.
— ¿Voy a ser expulsada?
—Lamento que si señorita Abadeer. —dijo la profesora. —Por eso debe aprovechar esta oportunidad.
Se dio la vuelta y se fue a cumplir con sus otras labores.
— ¿Qué te dijo? —pregunto Ash acercándosele.
—Que consiguió un tutor para mí.
Ambos chicos rieron.
—Pobre chico.
Dijeron ambos revolcándose en el suelo.
— ¿Y sabes quién es? —pregunto Marshall tratando de recuperar el aliento.
Ella asintio.
—Simón Petrikov—dijo con indiferencia.
Marshall Le levanto una ceja.
— ¿Que no es el mismo que estudio contigo en esa secundaria privada? —pregunto mirando a su prima quien se encogió de hombros.
—No me acuerdo de él—mascullo Marceline antes de irse al edificio principal a toda prisa.
— ¿De qué hablaban? —pregunto Ash sintiendo como que se perdía de algo.
—De cuando Marcy estaba en secundaria.
Ash agito su mano.
—Si ya se, estuvo en una especie de internado—dijo restándole importancia a esa vieja historia.
—Era una secundaria privada donde mi tío Hunson la metió para alejarla un rato mientras el divorcio se llevaba a acabo.
Ash asintio.
—Ella tenía un amigo…un tal Simón.
Se encogió de hombros.
—Bueno de todos modos qué más da, ¿no?
El peliblanco asintio.
….
En la biblioteca Simón aprovechaba el tiempo que tenía libre antes de que tocara la campana para leer sus novelas favoritas. Estaba leyendo justo cuando Peter estaba por entrar a la cripta maldita de la momia cuando la puerta se abrió con un fuerte estruendo que le hizo saltar asustado.
— ¿Por qué lo hiciste? —pregunto Marceline molesta.
—Necesitabas ayuda—le contesto mirándola atraves de sus lentes redondos.
—Si…pero yo no te pedí que…tu.
Se quedó sin palabras.
— ¿Sabes quién soy no? —pregunto acercándose unos pasos a donde estaba sentado.
—Sí, se quién eres.
Su corazón se detuvo. ¿Acaso hacia escuchado bien?, ¡él la recordaba!
—Una de las abusonas. —dijo él poniéndose de pie.
Su corazón murió en ese momento, la esperanza había muerto de una vez por todas.
—Bravo, chico vaya que si eres listo. —dijo quitándose los lentes de sol. —Así que entenderás que no es buena idea que un…chico como tú se me acerque ¿no?
Simón parecía sorprendido por su cambio de humor.
—Eso no me hará cambiar de opinión—le dijo desafiante.
—Uhm, parecer que no eres tan listo como pareces.
Le dio una mirada de arriba abajo.
—La profesora me pidió te ayudara y eso hare.
Tomo su libro.
—Nos vemos en el almuerzo.
La miro con una sonrisa y se fue de la biblioteca dejando a Marceline frustrada y herida.
….
Durante las clases Marceline se quedó pensando en que haría después de lo que paso en la biblioteca.
Era obvio que el ya no recordaba a la niña de zapatos de charol rojo, ni a la joven que leía con él por horas las historias de miedo que el conseguía de la tienda de antigüedades de sus padres.
Que haría ahora que lo único bueno que recordaba en su vida se había desvanecido con el tiempo. Su mente le grito en ese momento la única cosa que le aseguraría mantener su dignidad intacta, la indiferencia. Pensó apretando la pluma en sus manos con un pensamiento jugando en su mente, Si él no la conocía, ella tampoco.
El timbre sonó anunciando el almuerzo.
— ¿Hey bienes? —pregunto Ash de pie frente su pupitre.
—Me tengo que reunir con mi "tutor" —dijo haciendo comillas con sus dedos. —Los veo luego.
Ash y Marshall se miraron.
—Oh, oh —mascullaron ambos. Conocían esa mirada, pobre chico seria torturado.
….
Llegar a su mesa no será difícil, ellos no pasaban desapercibidos entre la multitud. Pensó con una risa por lo irónico de la situación.
—Bienvenida señorita—dijo el pelirosa sonriendo amable ofreciéndole un sitio vacío en su mesa.
Vuele como chicle. Pensó Marceline dándole una mirada al chico que le parecía familiar de alguna manera extraña.
— ¿dónde está? —pregunto después de sentarse.
—No tardara mucho. —Mascullo él chico de los pantaloncillos cortos aferrando su mochila verde contra su pecho. —vamos Jake no hagas ruido.
Marceline levanto una ceja.
—Es Jake, mi mascota, por favor no le digas a nadien—suplico Fin mirándola con unos grandes ojos brillantes.
—Ok, ¿pero creen que tarde mucho? —pregunto impaciente.
—Bu…bueno—dijeron ambos sin saber bien que decir para que se quedara.
Se puso de pie.
—No tengo tiempo para esto, ok.
Se fue de la mesa y ambos suspiraron decepcionados.
—Otra oportunidad que pierde por tontear por ahí.
El chico peli rosado lo miro mal.
—Está ayudando a mi prima, eso no es tontear Fin. —dijo.
—Ok, perdón olvide que ella se trasfiere hoy. —Dijo el rubio en su defensa tomando una galleta de su plato y dándosela a su pequeño perro naranja.
….
En la entrada Simón acompañaba a su amiga peli rosada que miraba nostálgica los pasillos.
—No tenemos que pasar por ahí si no quieres. —comento notando su expresión.
—Vamos ya pasaron dos años desde que paso eso, además quiero saludar a los chicos. —dijo sonriendo.
Ambos se fueron a la cafetería donde Bonnibel fue inmediatamente a saludar a sus viejos amigos.
— ¿Dónde está? —pregunto después de no ver a Marceline por ninguna parte.
—Se cansó de esperar, ¡Simón debiste darte prisa!
Se quejó Fin.
—Tienes que ir a buscarla.
Bonnibel suspiro.
—Chicos no me parece esto que están haciendo—dijo mirando a sus amigos.
—Vamos, ¿prima no quieres vengarte por cómo te humillo? —pregunto Gumball y ella asintio, si quería vengarse. Pero no así, eso era demasiado cruel hasta para alguien como Marceline Abadeer.
—Nada de peros, El plan ya está en marcha.
La pelirosa miro al castaño.
—Tienen razón Bonnie, hay que darles un escarmiento.
….
Caminando molesta hacia el otro extremo Marceline se dio cuenta que ni Ash ni Marshall estaban en la cafetería. Estaban en la azotea seguramente, pensó saliendo por las puertas dobles sin darse cuenta del castaño detrás de ella que la detuvo apenas dio un paso por las escaleras junto al armario de intendencia.
—Marceline. —dijo sorprendiendo a la pelinegra.
— ¡Qué diablos! —grito asustada.
—Te dije que nos veríamos en la cafetería.
Ella levanto una ceja.
—No estabas esperando que me quedara hay esperándote hasta que te dignaras a venir, ¿oh si?
Simón dio un hondo suspiro.
—Además esos chicos me incomodan.
El castaño abrió un ojo.
—Perdón pero perdiste tu oportunidad chico—dijo empezando a subir las escaleras.
—Ah no, tú no me harás quedar mal.
El la siguió sin importarle sus continuos intentos de que la dejara tranquila.
— ¡Hey! —Se quejó cuando la tomo del brazo impidiendo abriera la puerta.
—Primero tienes que estudiar. —mascullo dándole un tirón a su brazo provocando resbalara del escalón y callera sobre él, oportunamente Simón se sostuvo del barandal.
—Marceline, ¿estás bien? —pregunto preocupado.
—Eres un idiota. — murmuro con la cara aun enterrada en su pecho aun con el pulso latiendo como loco.
—Perdón. —susurro sin molestarse en soltarla, Algo que provocaba esas sensaciones empezar a revivir contra su propia voluntad y su decisión de dejar el pasado en el olvido. Tal y como el, pensó dándole una mirada.
—He…por que no vamos a la biblioteca.
Sugirió dando un paso atrás sonrojado.
—Aún no he dicho que iré contigo—susurro mirándolo aun para consternación del pobre de Simón que no podía mirarse más lindo.
—Vamos.
No le dio tiempo de protestar más.
….
En la biblioteca Finn y Gumball ponían un balde lleno de alguna sustancia pegajosa rosada sobre la puerta entre abierta.
— ¿Ya todo está listo? —pregunto el rubio y el peli rosado asintio. —Solo hay que esperar que Simón la traiga.
Agitando la cámara sonrió.
— ¡Hay vienen!
Corrieron a esconderse detrás de un librero.
—Adelante pasa.
Marceline miro a Simón y luego la puerta entreabierta.
—Ok.
Fingiendo que estaba tratando de abrirla sonrió, principiantes que estaban tratando de jugarle una broma.
—No puedo abrirla, que pena tendremos que dejarlo para después. — dijo lo bastante fuerte como para que alguna persona escondida la escuchara.
—Déjame ver.
Simón la hizo un lado.
— ¡No! — grito cuando él abrió la puerta que cedió apenas empujo.
—Oh, ¿estás bien chico? —pregunto arrodillándose a su lado.
— ¿Te parece que estoy bien?
Marceline rio mientras tocaba con sus dedo su mejilla cubierta de mezcla rosada.
—Dulce. — mascullo después de probar.
—Ven te ayudo.
De repente sonó la campana y el castaño entro en pánico ya que nunca había llegado tarde a una clase.
—Vamos.
Lo llevo a su casillero donde le entrego una vieja camisa negra que tenía guardada desde hace tiempo.
—Era de mi primo. —dijo cuándo se quedó mirando el pedazo de tela. —se la quite cuando me mintió.
Él sonrió.
—Es curioso. —murmuro.
Marceline levanto una ceja. — ¿Qué es curioso? —pregunto cruzándose de brazos.
—Eso que dijiste, me recordó a alguien. — dijo mirándola.
— ¿Así?
Trataba de fingir indiferencia pero de verdad quería que le contara sobre eso. Tal vez así los recuerdos volverían, pensó expectante.
—Una…amiga.
La miro.
— ¿Era como yo?—pregunto acercándose a Simón que sorpresivamente frunció el ceño.
— ¡Claro que no!
Marceline hizo un gesto ofendido.
—Entiendo.
Se dio la vuelta y Simón sintió una opresión en el pecho cuando fue consciente de que le había hecho daño.
—Marcy…yo.
Lo detuvo.
—Ya te dije que odio que me llamen de esa forma, y tranquilo no es necesario que digas nada más.
Cerró su casillero.
— ¡Marceline! —grito Marshall.
— ¿Pasa algo?, ¿Marceline? —pregunto llegando junto a ellos.
El chico miro entre el castaño y su prima con una expresión confundida.
—No es nada. —contesto después de un suspiro.
—Ayudaba a mi tutor que cayó en una trampa.
Marshall le dio una mirada y no pudo evitar reír.
—Oh, bueno pensé que te gustaría ir conmigo y Ash a la Nightosphere, pero parece que estarás ocupada.
Le toco el hombro.
—Nos vemos.
Se fue riendo del chico de lentes.
—Entonces nos vamos.
Simón recién salido de su trance levanto la mirada.
— ¿Qué? —pregunto confundido.
—Mientras más rápido comencemos más pronto terminara este teatro.
Comenzó a caminar hacia la calle, desde hace ya mucho que había sonado el timbre de salida.
….
Simón se quedó mirando la fachada de la gran casa donde de vivía Marceline. No sabía por qué pero le recordaba a la guarida de algún vampiro, oh, fantasma.
—Pasa ya—dijo ella aun de pie en el umbral de la puerta esperando al castaño.
—Claro.
La siguió dentro de la casa hasta el comedor.
—Vamos quita esa cara, ni que estuvieras en la guarida del vampiro.
Dio un salto cuando ella apareció detrás de él, diciendo lo mismo que estaba pensando.
— ¿Conoces esa historia? —pregunto dejando su mochila en el sofá.
—Claro es una historia interesante.
Le sonrió.
—Pero enserio lo más cercano a una criatura malvada de la noche es mi padre, y él no está en casa. —susurro antes de irse a la cocina.
En la sala simón miro la estantería con montones de fotos de recuerdos familiares. La estantería con libros también le llamo la atención como a cualquier interesado en las antigüedades.
—Academia privada Ooo. —mascullo leyendo la portada.
— ¿Siempre haces eso con tus amigos? —pregunto Marceline con una soda en las manos. —hurgar en sus pertenencias personales.
Simón se sonrojo avergonzado.
—Yo también estuve en una academia privada. —Dijo—En Ooo.
Marceline dio una risa irónica por esta situación. Antes cuando tuvo que abandonar la academia y regresar a la casa de su padre, se pasaba los días imaginando como seria su reencuentro después de tantos días sin verse, ninguno se parecía a este y eso era decepcionante porque ella jamás pudo olvidar a su primer amor.
—Enserio… ¡qué bien!
Simón rodo los ojos ante su sarcasmo. Regreso el libro al estante y al girarse se topó con una gran pintura de un hombre de traje negro con un libro en las manos.
— ¡Tu padre es Hunson Abadeer! —grito sorprendido y Marceline rodo los ojos.
—Sí, mi padre es el mejor abogado de este lado de Ooo. —dijo con indiferencia como si estuviera describiendo algún desconocido y no a su propio padre. Simón confundido.
—Pensé que su hija tenía seis años. — Simón dijo confundido.
—Yo soy la hija de su primer matrimonio con una de sus clientas que termino engañándolo con su mejor amigo.
Miro la pintura de su padre que desde ya hace tiempo se sentí tentada en tirar a la basura.
—Pero que esperaba, el cómo su abogado debía de saber que ella no era de fiar.
Simón noto el dolor en sus ojos y se conmovió. Pobre prácticamente fue abandonada, pensó aun de pie junto al estante.
—Hey chico.
El dio un suspiro.
—Sabes que tengo nombre ¿no? —dijo molesto.
—Si ya lo sé Simón.
Marceline hizo la seña de comillas con los dedos.
—Eres una especie de genio, ¿no?
Le señalo la televisión recién comprada sobre la mesa.
—Conéctala.
Ordeno como si nada reclinándose en su sofá.
—Claro Marcy, para que son los amigos.
Ella inmediatamente pensó miren quien usa el sarcasmo con una sonrisa.
—Si me ayudas hare como si no me hubieras llamado de esa forma.
El castaño rodo los ojos y fue a hacer lo que le pidió a regañadientes.
….
Más tarde la noche callo ya sobre Ooo y aun Simón no podía poner a funcionar la tv nueva de Marceline, quien aburrida decidió darle una mano a el pobre castaño que estaba ofendido con el aparato por no sucumbir a sus habilidades técnicas.
—Tal vez si conectas eso.
Sugirió Marceline señalando el cable color azul.
—Claro que no. —dijo Simón acomodando sus gafas sobre su nariz.
—Vamos déjame mostrarte.
Empezaron a forcejear por el cable cada uno con su propia idea de cómo hacer funcionar el aparato que continuaba a mostrar nada más que montones de razas.
— ¡Suéltalo! —grito el Cataño halando tan fuerte como pudo pero era Marceline con quie estaba peleando y ella en si no era más fuerte que él, pero si era más astuta.
Lo empujo y terminaron cayendo en la alfombra.
—Auch—lloro escondiendo su cara en el hueco del cuello de Simón quien entro en pánico.
— ¿Estás bien? , Marceline—pregunto mirando el techo.
—Me duele.
El sintió una vez más la extra opresión en el pecho.
—Déjame ver. —dijo levantando las manos que hasta ese momento habían estado flácidas a cada lado de su cuerpo.
—No. —Dijo con una sonrisa Marceline que aprovecho para tomar el cable.
— ¿Por qué? —pregunto sin percatarse de lo falso de su actuación.
—Por qué…te engañe ha, ha.
Se puso de pie y fue conectar el cable.
—Vez te dije que era ese.
Sonrió ampliamente.
— ¡Marceline!, de verdad pensé que estabas herida. —regaño Simón apagando la televisión.
—Eres tan ingenuo.
Continúo a reír sin importarle que el castaño estuviera molesto.
—Ya basta, hay que empezar a estudiar.
Marceline rodo los ojos.
—Si papa.
Mascullo burlándose de su tono paternal que no recordaba haber escuchado antes.
—Ya enserio Marceline.
Ella volvió a reír con el sentimiento de nostalgia jugando en sus ojos creando un brillo que cautivo a Simón sin que él se diera cuenta. Había echado de menos las ocasiones cuando hacia enojar a su querido rey de hielo.
Fin del primer capítulos mis queridos lectores, perdón por el suspenso pero tengo que detenerme aquí por hoy.
Pero tranquilos ya estoy trabajando en el próximo…mmm hasta la próxima entonces ;)
