Disclaimer: Bleach y sus personajes pertenecen a Tite Kubo y no a mí


CAPITULO 1

Estaba siendo un día bastante normal para Rukia Kuchiki. Se había levantado a las siete, como siempre, se había vestido, había tomado un buen desayuno y saludado a su hermano mayor Byakuya, quien se encontraba a punto de marcharse al trabajo como director de empresa que era, y había salido en dirección al instituto de Karakura, donde cursaba el primer año de preparatoria.

Las clases se le habían pasado lento y aburrido, como siempre, menos por unos cuantos chicos de su clase que le habían gastado una broma al profesor, y, había que admitirlo, fue muy graciosa.

Al salir de clases estuvo un rato hablando con sus amigas Orihime Inoue y Tatsuki Arisawa, y más tarde se dirigió de vuelta a su casa.


Mientras volvía vio a un grupo de chicos e inmediatamente después de ver que habían hecho frunció el ceño y se dirigió furiosa hacia ellos:

- ¡¿Qué se supone que estáis haciendo, idiotas?!-los chicos se voltearon sorprendidos y asustados al escuchar el tan repentino grito de la chica.

Me llamo Rukia Kuchiki

Color de pelo: negro

Color de ojos: violeta

Ocupación: estudiante de preparatoria

- ¿Quién te crees que eres niña? -respondió el que parecía ser el líder de la banda- ¿Acaso no te han enseñado a tratar a tus mayores o qué? - y coloco una mano sobre la cabeza de Rukia, enfadándola más de lo que ya estaba

-Ya me has hartado…-a continuación, se oyó un gemido de dolor proveniente del chico a quien Rukia le había dado una patada bien fuerte en sus partes.

- ¡Pagarás por lo que le has hecho a nuestro jefe, hija de…!

-El jarrón…- la vista de los chicos se volvió hacia una farola cercana, donde reposaba un jarrón, ahora roto con las flores esparcidas por el suelo- tengo entendido que lo colocaron ahí porque fue el lugar donde atropellaron a una chica ¿Qué hace ese jarrón tirado y roto? ¡Respondedme ahora mismo!

-Pu-pues… supongo que lo tiramos al pasar por ahí con los monopatines- respondió otro chico, antes de recibir una patada en toda la cara.

- ¡Respuesta correcta! - dijo Rukia aún bastante enfadada- Ahora marchaos de aquí a menos que queráis acabar como vuestro querido jefecito.

Dicho esto, los chicos salieron corriendo como alma que lleva el diablo hacia quien sabe dónde y Rukia volvió su mirada hacia donde estaba una chica y le dijo:

-Tranquila, esos ya no volverán más por aquí

-Gracias por ayudarme, señorita

-No fue nada, pero ahora no tardes en irte al otro mundo, eh- dijo Rukia alborotándole el cabello a la pequeña.


POV Rukia

Así es, puedo ver fantasmas desde que tengo uso de razón. No tengo mucha idea de porque puedo verlos. Lo único que tengo claro es que no es de familia ya que mi hermano no puede verlos.

FIN POV Rukia


Rukia llegó a su casa bastante temprano y encendió la televisión para hacer tiempo hasta que llegara su hermano para cenar los dos juntos.

A eso de las nueve se oyó como se abría la puerta de casa, dejando ver a un Byakuya algo cansado. Inmediatamente Rukia fue a saludarlo:

- ¿Qué tal el día, hermano? Pareces cansado

-Estuvo abarrotado de reuniones y contratos, así que estoy un poco cansado ¿Qué hay de cenar, Rukia?

- Estaba pensando en hacer curry, si a ti te parece bien- respondió esta.

-Me parece bien. Avísame cuando esté listo


Después de una rica cena por parte de Rukia, Byakuya se fue a su despacho ya que tenía que rellenar unos documentos y firmar unos contratos para el día siguiente. Rukia, por otra parte, se fue a su cuarto y se tumbó en su cama. Después de un rato, dirigió su mirada hacia su mesita de noche, contemplando una fotografía de su hermano junto con una mujer de pelo negro, liso por arriba y revuelto por abajo, como Rukia y unos grandes ojos azul oscuro, casi negro:

-Como me hubiera gustado conocerte, Hisana, hermana…-dijo Rukia. En efecto la mujer de la foto era Hisana Kuchiki la hermana mayor de Rukia, junto con su esposo y por ende hermano de Rukia también, Byakuya. Los ojos violetas de Rukia se habían perdido en sus pensamientos hasta que esta sintió una especie de ráfaga de viento.

-Pero si yo no he abierto la ventana-era el pensamiento de Rukia.

-Está cerca. Muy cerca de aquí…- se oyó decir a una misteriosa voz.


POV Rukia

Y ahí fue donde se acabó mi día normal… y también mi vida normal.

FIN POV Rukia


Al voltearse, Rukia vio a un chico de su edad, como mucho dos años mayor que ella, parado en medio de su habitación, con el pelo naranja brillante, corto y revuelto, unos ojos marrones y el ceño fruncido. Iba vestido con un hakama negro y una espada colgada en la espalda.

- ¡Pues claro que estoy aquí, descerebrado! ¿A qué has venido, a robarnos? Pues en ese caso déjame decirte que eres un ladrón de pacotilla.

- ¿Pu-puedes verme? - preguntó el chico bastante contrariado.

-Claro que puedo verte ¿De qué te extrañas? -dijo Rukia "primero se cuela en mi cuarto y encima se cree invisible el tío, pero esas ropas que lleva, eso sí que es raro"

En ese momento se abrió la puerta de la habitación de Rukia, apareciendo Byakuya detrás de ella:

-Rukia ¿Qué haces que estás armando tanto jaleo? Así no me puedo concentrar en mi trabajo.

-Perdón Byakuya, hermano. ¿Puedo hacerte una pregunta? - Byakuya asintió con la cabeza- Nosotros tenemos alarma anti-ladrones ¿verdad?

- ¿Por qué me haces esa pregunta? Claro que tenemos alarma.

-Pues se ha estropeado, porque ese chico de allí se ha colado y ni ha sonado ni nada- dijo Rukia señalando al lugar donde está el chico

-Rukia, no hay nadie aparte de nosotros en esta habitación

En ese momento el chico dijo:

-Déjalo, él no puede verme; ni él ni las personas normales. Soy un shinigami, un mensajero de la muerte- eso asombró a Rukia

-Bueno, si no quieres nada más, me vuelvo al trabajo. Procura no hacer mucho ruido- dicho esto Byakuya cerró la puerta detrás de él.


-Vale, así que eres un shinigami que ha venido de la "sociedad de almas" para exterminar a espíritus maléficos y llevar a los normales al otro mundo… ¡¿Cómo voy a tragarme algo así?! ¡¿Me tomas por estúpida o qué?!

- ¿A pesar de ver fantasmas, no crees en los shinigami?

-Pues no. Acepto que no eres un humano, ya que mi hermano no ha podido verte, pero deja ya está broma de ser el mensajero de la muerte ¿Eh niñato?

Niñato, esa simple humana me ha llamado niñato… Tú te lo has buscado- dijo con enfado el chico del pelo naranja- Bakudô 1 obstrucción… ¡sai!

Inmediatamente Rukia sintió como su cuerpo se retorcía hasta quedar con los brazos cruzados de forma algo dolorosa detrás de la espalda y tirada en el suelo sin poder moverse ni mucho menos levantarse:

- ¿Qu-qué me has hecho? - preguntó Rukia sorprendida

-Son hechizos que solo los shinigami podemos usar; se llaman "kidô"-dijo el chico con aires de suficiencia- aunque no lo parezca, he vivido por lo menos diez veces más que tú, así que no me tomes por niñato ¿Entendiste? -dijo frunciendo el ceño todavía más de lo que ya lo tenía- Tienes suerte, ya que la ley de los espíritus no me permite eliminar humanos a menos que tenga una orden explícita. Así que ya puedes darme las gracias "niñata"- se regodeó delante de ella- Y ahora- sacó su espada y Rukia le miró asustada por que ese chico fuera a hacerle algo, pero, en cambio golpeó con la punta de la empuñadura la cabeza de un fantasma que se encontraba allí:

-No…no quiero ir al infierno-dijo el fantasma temblando ante el miedo que sentía en aquel momento

-No temas, sólo te estoy enviando a la sociedad de almas. Eso no es el infierno, es un lugar tranquilo-dicho esto una luz envolvió al fantasma haciéndolo desaparecer

- ¿Qu-qué le has hecho? - preguntó Rukia, la cual no entendía nada

-Le he mandado a la sociedad de almas mediante el "funeral del alma", ese es uno de los trabajos de los shinigami. Te lo explicaré sencillamente para que hasta alguien como tú pueda entenderlo. Existen dos tipos de almas: los "plus" o espíritus normales, vamos, los que tú ves todos los días. Luego están los "holllow" que atacan las almas de los vivos y los muertos sin distinción para devorarlas y así aumentar su poder…- se paró en medio de la explicación- ¿Qué se supone que estás haciendo?

-Estoy dibujando lo que estás diciendo para entenderlo mejor- dijo Rukia mostrando orgullosa un dibujo lleno de conejitos u ositos mal dibujados- me pregunto cómo ha llegado a dibujar tan mal- pensaba el chico mientras tanto

-Los shinigami tenemos dos tareas: una es hacer el funeral del alma a todo espíritu errante que encontremos y la segunda es exterminar a cualquier hollow. Esa es mi misión de hoy.

-Espera, si no he entendido mal, hay un hollow rondando por aquí cerca- el chico asintió- ¿Entonces qué haces ahí parado idiota? -le gritó Rukia

-Porque… hace rato que ya no siento su presencia, es como si hubiera una poderosa fuerza interfiriendo

En ese momento Rukia oyó un grito que le heló la sangre- ¿Qu-qué ha sido eso? - Tú, shinigami ¿Qué ha sido ese grito de ahora mismo?

- ¿Qué grito? Yo no he oído nada…-en ese momento el chico lo sintió e inmediatamente se puso tenso- Es un hollow, no hay duda ¿cómo es que no lo he sentido antes? Y ¿qué es esa sensación extraña que percibo? Aparte, ¿cómo es que una simple humana haya oído a un hollow antes que un shinigami como yo?

El chico salió corriendo por la puerta y Rukia no se quedó atrás, ya que a duras penas lo siguió.


El piso de abajo estaba destrozado y Rukia ya se temía lo peor, pero cuando vio al hollow sosteniendo a su hermano inconsciente, su mundo se vino abajo. Al ver que todavía estaba vivo, una rabia hacia ese monstruo y los deseos de ayudar a su hermano, hizo todo el esfuerzo posible por romper el hechizo que le había puesto ese chico:

- ¡Para ya idiota! ¿Es que quieres quedarte sin alma o qué? - le dijo enfadado y preocupado el chico, pero se calló al ver como el hechizo se deshacía y la chica caía al suelo exhausta, pero al instante se levantaba- ¿Cómo es posible que una simple una simple humana haya sido capaz de romper un kidô? ¿Quién es esta chica?

-¡Byakuya, hermano!- gritó la chica mientras corría hacia el hollow con un bate de béisbol en la mano.

El hollow la derribó como nada, pero antes de que pudiera hacerle nada, el chico le golpeó con su espada:

-Idiota, los hollow solo atacan a las personas con alto poder espiritual, como, por ejemplo, alguien capaz de romper un kidô con sus propias fuerzas, si atacan a humanos normales es solo para llegar a su objetivo-dijo el chico- No quiero decir esto, pero ese hollow quiere únicamente tú alma.

- ¿Ha venido solo a por mí? ¿O sea, que es mi culpa? Mi hermano al borde de la muerte ¿por mí culpa?

-Espera, yo no he dicho e…-se cortó en medio de la frase al recibir de lleno un golpe del hollow- mierda… me he desconcentrado y he permitido que me ataquen por la espalda… que patético

-Ya está bien, ya basta… ¡He tú! ¿Quieres mi alma? ¡Pues ven por ella! -dijo Rukia poniéndose delante del hollow con una actitud desafiante.

El hollow no se lo pensó dos veces y avanzó hacia Rukia a una velocidad increíble pero antes de que la golpeara, el shinigami se interpuso llevándose el mordisco del hollow, dejándole muy mal herido y semi-inconsciente.

Rukia solo pudo mirar horrorizada-Van a morir, van a morir todos por mi culpa…

- ¿Quieres ayudar a tu hermano? - preguntó con voz entrecortada el shinigami

- ¿Es que hay una manera de hacerlo? - dijo Rukia asombrada

-Sí, hay una manera… más bien es la única manera-dicho esto el chico cogió su gran espada- tienes que convertirte en shinigami

- ¿Cómo? ¿Eso es posible?

-Sí. Si te atravieso el corazón con mi zanpakutô, ¡Te transmitiré la mitad de mis poderes de shinigami! Así tendrás la fuerza de un shinigami por tiempo limitado y podrás vencer al hollow

- ¿Y no me pasará nada? -preguntó insegura Rukia

-No lo sé… pero teniendo en cuenta tu gran poder espiritual creo que puedas soportarlo, aunque las probabilidades de éxito no son altas. Si no funciona ¡morirás! Pero no hay tiempo para dudar y mucho menos otra manera de hacerlo.

Rukia, indecisa, volvió a mirar a su hermano, todavía semi-inconsciente en el suelo-Rukia…huye de aquí, deprisa…- ¡Mierda! Mi hermano preocupándose por mí mientras él está medio muerto y yo ¡Muerta de miedo!¡Soy una idiota!

-Trae esa katana, shinigami ¡Vamos a intentar esa idea tuya! -dijo Rukia toda decidida

-Deja de llamarme shinigami. Mi nombre es Ichigo Kurosaki

-Ya… pues yo me llamo Rukia Kuchiki. Espero de todo corazón que este no sea nuestro último encuentro.

-Bien-dijo Ichigo, para unos segundos después atravesarle a Rukia el corazón con su katana creando una luz cegadora. Una vez desapareció, allí no había nadie y al hollow le faltaba un brazo.

A su lado se podía vez a Rukia vestida con un traje de shinigami como el de Ichigo y sosteniendo una espada de tamaño normal, pero con un aura roja rodeándola- Ese aura...no será la elegida de esa antigua leyenda que me contaron ¿verdad?

-No puede ser…yo solo iba a darle la mitad de mi poder, pero lo ha cogido todo-dijo asombrado Ichigo- Esta sensación que siento, es la misma que entonces. No puedo sentir la presencia de nadie más. Lo escucho todo como a través de un filtro. No me había dado cuenta hasta ahora. Esa fuerza intensa que actuaba como interferencia… ¡Proviene de ella! Esa enorme presión espiritual que sentí en su cuarto… ¡Estaba confundiendo mis sentidos! Nunca antes había encontrado a una humana capaz de ver a los shinigami, ni tampoco a nadie capaz de romper un kidô… y nunca había visto una zanpakutô con esa aura roja rodeándola, ni siquiera en los capitanes.

- ¡Vas a pagar por lo que le has hecho a mi hermano!¡Cara de pez! -dijo Rukia con rabia y cortó al hollow desintegrándolo en el acto.

- ¿Quién es esta chica? ¿Qué es? -pensó Ichigo sin salir de su asombro

Me llamo Rukia Kuchiki

Color de pelo: negro

Color de ojos: violeta

Ocupación: estudiante de preparatoria y shinigami