Holasss :) Traigo...FrUk! Espero que les guste, evitaré lo más posible entrar en oc así que por favor lean.

Hetalia no me pertenece.

-Vete de aquí enano- espetó alguien empujándole y tirándolo al suelo.

-¿Qué pasa Kirkland? ¿te pesan tanto las cejas que ni siquiera puedes levantarte?- rió Francis, lanzándole una bola de papel desde su asiento.

-Kesese~ No deberías meterte con él, podría hacer que sus hadas te lancen maldiciones por toda la eternidad.

-Sí, ¿Qué tal si hacen que te conviertas en un inglés enano y cejón?- secundaron sus dos amigos riéndose junto al francés.

Arthur ni siquiera les prestó atención, en su lugar, se levantó del suelo y comenzó a sacudir su uniforme para quitarse el polvo. El grupo entero dio paso a más burlas y empujones contra el rubio, que solo se limitaba a quedarse quieto en el piso, sin soltar un gemido o muestra de dolor ante sus compañeros.

-Que tengas un buen primer día de clases Kirkland.- dijo por último el galo abriendo una botella de jugo y derramándolo sobre la antes impecable ropa de Arthur que, después de mirar su camisa y pantalones totalmente cubiertos por el pegajoso líquido, salió disparado del salón de clases. El grupo de alumnos siguió riendo por un rato, orgullosos de su travesura, antes de regresar a sus lugares y continuar con sus vidas normales.

-Fran, eso que hiciste a lo último fue genial- le felicitó Antonio dándole unas palmaditas en la espalda.

-¿Vieron como corrió ese pequeño marica? Fue de lo más gracioso.- comentó Gilbert con una gran sonrisa.

-Me pasé todo el verano ensayando esa parte, ami.- bromeó el tercero de los amigos arreglándose el cabello en una coleta.

El resto del día pasó tranquilo, parecía que la escena de esa mañana no había ocurrido y que ese iba a ser un inicio de clases normal y corriente. Los alumnos corrían de un lado a otro curioseando los alrededores de la escuela con miradas emocionadas y expectantes. Arthur no entró a ninguna clase y nadie se molestó en ir a buscarlo.

Faltaban cinco minutos para la salida cuando Gilbert se giró hacia sus amigos con cara aburrida.

-Es cierto que lo que hiciste con el jugo fue genial Fran, pero...siento que tenemos que hacer algo más awesome.

-¿Cómo qué?- preguntó Francis un poco animado ya que él también comenzaba a sentirse desganado.

-Bueno, lo que sea que hagamos tendrá que esperar a mañana. Kirkland de seguro ya se fue a casa.- comentó el español guardando sus cosas.

-No, Alfred me dijo que lo vio subir a la azotea hace unas horas.- dijo Gilbert aún más emocionado.

-Entonces, nous avons déjà.


Arthur descansaba acostado sobre el suelo de la azotea con la mirada esmeralda en el cielo, llevaba puesto el uniforme de deportes y su ropa mojada se encontraba extendida junto a él, atrapando los últimos rayos del sol de la tarde. Sabía de sobra que si dejaba su uniforme solo no lo volvería a ver y, en realidad, no tenía muchas ganas de darle explicaciones a su madre sobre su situación en la escuela, una situación en la que llevaba atascado más de seis años.

Observó como las nubes se obscurecían presagiando una tormenta. Se preguntó si toda su vida sería igual y si podría aguantar tres años más rodeado de la misma basura de gente que lo maltrataba, menospreciaba o, en el mejor de los casos, ignoraba. La Universidad parecía un sueño lejano. Un par de gotas saladas surcaron sus mejillas. No le gustaba llorar, eso en el pasado solo le había sumado más burlas y enemigos de los que necesitaba; pero esa vez no pudo detenerlo y el torrente de lágrimas que emanaban de sus ojos hacía su vista borrosa. La puerta se abrió en un estrépito.

-¿Kirkland?, ¿viniste aquí solo para llorar como un bebe?- inquirió una voz rasposa desde las escaleras.

-Solo es un poco de jugo, no puedo creer que hagas todo este drama por eso.- rió Antonio.

-Solo quería mejorar un poco tu ropa de mal gusto, ami.- Arthur se levantó de un salto sorprendido.

-Shut up idiot,- les gruño el inglés tratando de secarse las lágrimas con el dorso del brazo.

-Oh, se está poniendo serio el petit~.- canturreó Francis acercándose al británico juguetonamente.

-Aléjate, blody shit- retrocede un paso continuando con su esfuerzo de borrar los rastros de su llanto.

-Apúrate Francis, le aposté a Iván veinte dólares a que íbamos a hacer que Kirkland saliera en ropa interior.- presiona el alvino desde atrás.

-Ya voy, ya voy- accede el galo avanzando otros cuatro pasos. La lluvia comienza a caer de golpe, mojando nuevamente las ropas de Arthur, que retrocede cada vez más gritando maldiciones contra el trío de amigos. Suelta un pequeño gemido al sentir el barandal de metal contra su espalda, ya no hay a dónde huir.

Pero ¿Qué más le queda? La perspectiva de regresar medio desnudo a su casa en medio de la lluvia lo hace tragar saliva. Si le hacían eso el primer día de escuela, ¿qué más iba a pasarle en tres años?¿Amenazas?¿robos?¿maltrato? Los moretones de los golpes y empujones recibidos por ya casi siete años le empezaron a palpitar al mismo ritmo de su corazón. La escuela no era nada más que un manicomio lleno de locos ansiosos por destrozar su vida. Sintió miedo, un profundo e intenso miedo ante esta perspectiva. Sin pensarlo se giró hacia el barandal.

-¿Q-qué está haciendo?- preguntó Antonio nervioso.

-Él va a...

-No es posible...- a Francis de repente se le va el alma al suelo, siente su garganta seca y sus pulmones tapados. Sus pies no se mueven presas del pánico y el mundo se detiene por un segundo. Un segundo que pudo aprovechar para correr y sostener una mano, un segundo en el que Arthur no duda y...

Salta.

Todo se vuelve oscuro. Las imágenes pasan rápido: rostros mojados por la lluvia, asustados e incluso sorprendidos. Gritos ahogados y dos ojos violeta que tiemblan ante el golpe sordo de un cuerpo contra el suelo. El pavimento se tiñe de escarlata. El ruido se convierte en zumbidos molestos y la luz lo ciega completamente, siente un pinchazo en su brazo, ignorando el enorme moretón rojo que era ahora su cuerpo. De repente se siente cansado, sus párpados le pesan y el dolor se transforma en algo secundario, lo último que alcanza a escuchar son murmullos y unos pitidos más.

Entonces cerró los ojos.

Gracias por leer hasta aquí! Aclaro que yo no odio a NINGUN personaje y que nadie aquí es el malo porque...Yo AMO al bad trio, así que por favor ténganme paciencia, les prometo un buen final y desarrollo de historia (en lo que quepa de mis habilidades :V)

Recibo reviews, favs, follows, bombas atómicas, galletas, tomates, etc.

Hasta el próximo cap!