Disclaimer: Ningún personaje me pertenece. No poseo derechos sobre nada más que las 517 palabras escritas, los derechos son de Marvel, Fox y quienes resulten ser los dueños legales. Este drabble participa del reto Lullaby del foro Groovy Mutations, que consiste en un relato de la infancia de nuestros mutantes.

Un día para recordar

Era medio día del tercer lunes de aquel verano. El cielo estaba despejado, las nubes eran pequeñas motas de algodón blanco, los pajaritos cantaban y revoloteaban cerca del lago de agua cristalina que había detrás de aquella casa de campo, una cálida brisa envolvía todo a su paso y mecía las copas de los árboles con un agradable ritmo, dejando tras de sí la agradable sensación de paz y tranquilidad.

Un paisaje idílico. Un día inmejorable. Una vida perfecta.

En el columpio cercano al huerto, dos pequeños hermanos jugaban, una competencia sin perdedor, solo querían ver quién lograba llegar más alto, por quién era capaz de llegar primero al sol. No era un juego nuevo entre ellos; ambos siempre se habían sentido cercanos al astro, como si su energía y calor los llamara, como si su energía significara algo más, algo que ni sus padres podrían entender. Solo ellos. Era algo así como su secreto, algo tan propio que de alguna manera sabían que no tenían que compartir con nadie, porque solo ellos eran los llamados por la energía de la estrella.

Scott miró a su derecha para ver la sonrisa pura, sincera, ingenua e infantil de su hermano; y fue en ese exacto momento en que se juró que nunca nada los separaría. No importaba nada de lo que la vida pudiera ponerles en su camino, Scott no dejaría solo a Alex, nunca. No permitiría que los separaran, sin importar quienes lo intentaran. Él lucharía por permanecer junto a su hermano. Scott se juró y perjuró que solo la muerte los alejaría, porque cualquier cosa valdría la pena con tal de ver a su hermano feliz, por seguir viendo aquella brillante sonrisa.

No pudo evitar recordar el día en que lo conoció, había esperado tantos meses para poder conocer a su hermanito, tenía tanta curiosidad de saber cómo era, tenía tantas ganas de jugar con él. Antes de enterarse del embarazo de su madre, el pequeño Scott era feliz, sabía que nada podría llegar a arruinar su vida. Nunca pensó que la llegada del pequeño Alex haría de su vida el perfecto cuadro familiar del que no querría salir nunca y que todos sus amigos envidiarían. Ambos eran muy unidos; Scott le enseñaba todo lo que sabía a su pequeño hermano, y Alex lo seguía como una sombra. Nada pudo igualar la sonrisa de Scott cuando el pequeño Alex dio sus primeros pasos, así como todos entendieron las lágrimas de felicidad cuando la primera palabra de Alex fue algo similar a 'Cod. Sencillamente eran felices juntos.

Alex fue quién llegó más alto en el columpio, y si alguien dice que Scott se dejó ganar, lo negará, porque su hermanito se veía tan orgulloso y pagado de sí mismo, que el mayor no sería quién reventaría la burbuja.

Las risas infantiles llenaron el lugar y los corazones de sus padres, quienes lo observaban desde el porche. Scott disfrutó ese perfecto día de verano, como nunca había disfrutado nada en su vida, sin saber, que ese día sería el último de felicidad absoluta que tendría con su hermano y sus padres.

xxx

Hace rato no escribía, espero alguien lo haya disfrutado.

Cariños.