Tía Enriqueta

Capítulo 1: Problemas

Riza estaba terminando de organizar los informes que había tenido que redactar durante el día y aunque ya era la hora de irse a casa ella estaba haciendo tiempo, necesitaba quedarse a solas con su jefe.

Riza se puso nerviosa, el día anterior había hablado demasiado con cierta persona y por ello ahora ella debía de pedir un favor muy importante a su jefe y aunque se moría de la vergüenza de solo pensar en lo que tenía que pedirle, debía hacerlo o no podría librarse de alguien.

Riza espero pacientemente a que sus compañeros se fueran uno a uno hasta quedar solo ella y su coronel. La rubia decidida se levanto y se acerco hasta la mesa de su coronel, allí él seguía revisando los informes que no le había dado tiempo de revisar debido a que había llegado tarde al trabajo. Nada que no fuera habitual para su superior.

-¿No se va a casa teniente? –pregunto el hombre al ver que su teniente se había parado frente a su mesa sin ni siquiera hablar –yo ya puedo con esto, puede marcharse.

-Señor debo pedirle un favor.

Roy observo a su subordinada su semblante era el mismo de siempre serio, pero la conocía lo suficientemente bien para darse cuenta que se encontraba inquieta. Y la verdad era bastante extraño que ella le pidiera un favor.

-Por supuesto teniente.

-Vera, es que ayer apareció en mi casa una señora que parece ser que es la hermana pequeña de mi madre. Ella acaba de quedarse viuda y ha buscado a sus familiares encontrándome a mí, la hija de su difunta hermana y quería conocerme.

-Pero eso es una buena noticia teniente. Siempre es agradable tener un familiar cercano.

-No es tan agradable como usted cree coronel. Ella… bueno ella es terriblemente pesada y no para de hablar en todo el día y desde que llego ayer a mi casa ha intentado planificar mi vida a cada minuto. Y bueno ya le he dicho que ella es terriblemente pesada de hecho es insufrible.

Roy rió, le parecía divertido ver como alguien era capaz de romper la barrera de seriedad de su teniente, esa tía suya en verdad debía de ser un personaje interesante.

-La cosa es que ella desde que llego no ha parado de hablarme del honor de la familia, de lo importante que es una familia, de lo bueno que es una familia. Familia por aquí y familia por allá. Y de lo importante que es ser una señorita con buenos modales, también para conseguir una buena familia y del trabajo también hablamos, de los trabajos ideales para una señorita.

-Teniente, le estoy viendo en los ojos que ha mentido a su pobre y charlatana tía ¿Qué le ha dicho?

-Le he dicho que trabajo en una floristería.

El coronel comenzó a reírse a carcajadas limpias, casi cayó al suelo de tanto reír imaginándose a su teniente vendiendo flores. Roy decidió callarse por la mirada de su teniente le estaba diciendo que estaba llegando a su límite y lo siguiente sería dispararle.

-Pero eso no es todo, también le hable de usted –Riza vio como su coronel volvía nuevamente toda su atención a ella –ya le he dicho que para mi tía es muy importante la familia y ella deseaba que yo no estuviera sola en este mundo, al igual que ella, entonces se encontraba terriblemente preocupada de que a mi edad no estuviera casada y como ya estaba harta de ella pensé que lo mejor para librarme de ella y que se fuera de una buena vez de mi casa era inventarme que estaba comprometida.

-Prosiga –Roy sonrió ampliamente. Toda esa historia de la tía le estaba resultando de lo más divertida.

-Y claro para que ella se marchara y me dejara pues le dije que estaba comprometida con un buen hombre, por supuesto con un buen trabajo y sueldo. Y creí que con eso me dejaría, pero ella se ha alojado en mi casa y ahora quiere que le presente a mi prometido ficticio.

-¿Y bueno teniente? –Roy se levanto y se acerco hasta su subordinada lentamente hasta estar muy cerca de ella, sonrisa arrogante en el rostro -¿Quién es ese buen hombre con un buen puesto y un buen sueldo?

-Pues –Riza retrocedió un paso, debido a la cercanía de su coronel – es…

-¿Es? –le insistió Roy volviendo a acercarse a ella.

-Pues es usted –Riza cerró los ojos avergonzada, por ello y por la proximidad de su coronel –le dije que era coronel del ejército, también alquimista. Pensé que así me dejaría en paz pero no es así y ahora quiere conocerlo.

-¿Entonces tengo que hacerme pasar por tu prometido? –le susurró al oído haciendo que ella abriera los ojos y retrocediera nuevamente –está bien lo hare, esto va a ser divertido.

El sonido de la puerta hizo que Black Hayate comenzara a ladrar ansioso.

-Ya voy –sonó la voz cantarina de la mujer. La mujer se apresuro hacía la entrada abriendo la puerta –Buenas tardes –sonrió la mujer al recién llegado –usted debe de ser el coronel Roy Mustang, mi sobrina me ha hablado mucho de usted, aunque no me dijo lo atractivo que era.

-Encantado de conocerla –Roy como buen galán beso la mano de la tía de Riza, haciendo que esta se derritiera, como un helado en un día caluroso. Roy sonrió a la mujer era bajita y se veía que ya tenía sus añitos, pero aún así aun guardaba una sonrisa y espíritu joven, sus ojos eran risueños de un azul intenso y su cabello rubio bien ataviado en un moño –no me conto Riza lo hermosa que era su tía.

-Jajajaja eres un pillín –río nerviosamente la mujer.

-Roy lo siento es que estaba arreglándome. Tía te he dicho que no fueras pesada.

-Para nada cariño tu tía es un amor –Roy beso en la mejilla a Riza, haciendo que esta se sonrojara –Estas preciosa ¿vestido nuevo? –Roy obligo a Riza a que diera una vuelta a sí misma para poder verla bien. Ella se había vestido con un precioso vestido celeste de gasa y con un buen escote que Roy no pudo evitar fijarse.

-Se lo he regalado yo ¿A qué es lindo? Esta chica solo tenía ropa de vieja –La mujer cogió a Roy de la mano y lo hizo pasar al salón, haciendo que este se sentara a su lado.

Roy pudo darse cuenta de todo lo que había tenido que soportar su subordinada, esa mujer era terriblemente insufrible, no paraba de hablar y de hablar y eso que él era bueno haciendo como que escuchaba a las mujeres, pero es que ella estaba haciendo que le diera dolor de cabeza. Solo pudo tener un respiro cuando Riza trajo unos pastelitos para merendar y así se callaba por unos segundos mientras comía.

Ahora entendía porque Riza había hecho todo lo posible por quitársela de encima. Aunque en realidad le daba pena porque era una mujer que se encontraba sola sin nadie en el mundo, igual que Riza, pero al contrario de su teniente, esa mujer se veía a simple vista que no era capaz de estar sola, necesitaba a alguien a su lado para no derrumbarse. Roy se sorprendió a sí mismo de lo buen observador que era. Eres guapo, atractivo, un buen partido y encima todo un buen observador, pensaba el hombre alzando su ego.

-¿Así que tú fuiste el alumno de Hawkeye, por eso os conocisteis? Qué bonito un amor desde niños. Aunque no entiendo si os conocéis desde hace tanto tiempo ¿Por qué no os habéis casado ya?

-Nos distanciamos cuando yo entré en la academia militar, de hecho perdimos todo contacto, hasta que un día después de mucho tiempo volvimos a encontrarnos. Yo pase por la floristería donde ella trabaja, estaba arreglando unas margaritas, estaba tan hermosa. Me alegre muchísimo de poder volver a encontrarla.

-¡Qué bonito! Eres todo un romántico Mustang.

-Por favor llámame Roy, si casi somos familia tía.

-Jujuju –Río nerviosamente la mujer posando su mano en la boca.

Ambos reían, haciendo que Riza se irritara aún más. Parecía que su tía y Roy habían hecho buenas migas y se entendían a la perfección, para más irritación de ella. Ambos no habían parado de parlotear en toda la tarde. Menos mal que tenía a su fiel perro al cual acariciaba la cabeza y le daba un poco de tranquilidad.

-¿No es demasiado tarde? mañana tienes que trabajar –Riza estaba intentando que terminara de una vez esa tortura de tarde.

-Roy su trabajo debe de ser muy peligroso. Por favor tenga cuidado.

-No se preocupe, tengo un guardaespaldas que me protege.

-Seguro que es todo un hombre fornido y fuerte.

-Pues no, es una mujer y le aseguro que ella es capaz de hacer temblar hasta al hombre más fornido.

-¡Qué me dice! ¡Una mujer! ¡Por kami-sama! Una mujer no debería de trabajar en algo como eso. Menos mal que mi sobrina no trabaja en algo tan peligroso, me moriría de miedo –La mujer tomo de la mano a su sobrina cariñosamente.

-No debe desprestigiar a las mujeres, en la milicia hay muchas y muy fuertes. De hecho mi guardaespaldas es la mejor tiradora de todo Amestris y de hecho la mejor de todos mis hombres.

-En serio es muy tarde ya –volvía a quejarse Riza, en un intento de que la escucharan.

-Roy creo que estás poniendo celosa a mi sobrina jujuju.

-No, ella sabe que para mí solo existe ella. Riza eclipsa con su hermosura a cualquier otra mujer –Roy sonrió arrogante al ver la expresión de fastidio en su teniente- Me tengo que ir tía, mañana debo de madrugar.

-Si por supuesto, aunque espero que nos volvamos a ver.

-Por supuesto –Roy se levanto y tras despedirse de la mujer dándole un beso en la mano, haciendo que volviera a reír nerviosa.

Riza acompañó hasta la puerta a su superior ambos saliendo intentando salir de la visión y oídos de la tía de Riza.

-¿Qué tal mi actuación? He estado maravilloso.

-Demasiado maravilloso coronel.

-Roy, por favor mi preciosa prometida –Roy acarició la mejilla de su teniente, sonriendo. Era bastante divertido hacerla enfadar, no lo podía negar.

-Déjese de tonterías.

-Lo siento, realmente es insufrible, aunque me he divertido mucho.

-No puedo decir lo mismo coronel. Solo espero que con esto valga.

-No lo creo. No sé si te has dado cuenta, pero ella se siente terriblemente sola, por eso ha buscado a algún familiar desesperadamente. Teniente no todas las mujeres no son como tú. Tú puedes vivir sola sin temer a nada, pero ella no puede estar sola.

-Ya me he dado cuenta de eso, no hace falta que me lo diga.

-¿Por eso no la ha echado de su casa ya verdad? Sabía que detrás de toda esa fachada de dura había una mujer sensible.

-Quiere dejar de me… -Riza calló al acercarse su coronel y posarle un dedo sobre sus labios.

-Tenemos a una tía espiándonos.

-¿Por qué ahora también?

-Porque es la despedida teniente, solo quiere ver cómo nos despedimos –Roy vio como Riza la miraba sin entender – ¿desde cuando no tiene una cita teniente? –su tía está esperando a que nos besemos.

-¿Qué?

-Es lo normal cuando te comprometes con alguien.

-Pero nosotros no vamos a hacer eso.

-Quieres lograr quitártela de encima, solo es un beso.

-¡Usted es mi superior!

-¿No será tu primer beso? –Roy empujo a Riza hasta tenerla contra la pared –Sé que no lo es, ya te robe unos cuantos cuando estudiaba con tu padre.

-Esto no es gracioso coronel –Riza se sonrojo ante la cercanía de su superior, podía sentir su respiración sobre sus labios.

-Solo es un beso –acaricio sus labios levemente al hablar, haciendo que la rubia soltara un leve suspiro. Roy tomo a su teniente por la nuca atrayéndola hacia él besándola dulcemente.

Roy sintió como ella se tensó por unos segundos para después relajarse y aceptar el beso. Sabía que con eso bastaba para impresionar a la tía de Riza, pero no tenía ganas de separarse de los labios de su teniente, eran tan dulces. Roy atrajo a Riza pasando su mano por la cintura de ella y profundizo el beso introduciendo su lengua en la boca de ella. Ambos se besaron lentamente disfrutando del momento, hasta que el aire les falto y tuvieron que separarse.

Ambos tomaron aire aún abrazados. Ambos se miraban a los ojos, sus corazones agitados, al igual que ellos.

-Creo que debo marcharme –Roy se separo de Riza, aunque sinceramente no lo deseaba. Se había sentido tan bien con ese beso.

-Hasta mañana –logró articular ella, viendo como el moreno se alejaba. Riza se recargo contra la pared y cerrando los ojos en un de intento tranquilizar su agitada respiración. No sabía cómo iba a mirar a la cara al día siguiente a su superior.

Continuará.

^0^

Por aquí aparezco con una new historia. Esta es una historia muy cortita serán solo cinco capítulos. La escribí hace tiempo y hoy me he decidido por fin a subirla. Espero que disfrutéis con ella ^^

xaaiiitooooooooooooooooo