¡ESTOS SON MIS SENTIMIENTOS!
BY: K. G. Á. É.
Una misión... ¡¿Dos Allen?!... ¿Dónde está Timcanpy?... TimxAllenxKanda...
D.Gray-Man no me pertenece.
¡ESTOS SON MIS SENTIMIENTOS!
I
En la oficina de Komui se encontraban cuatro exorcistas soportando la escenita del Supervisor...
— ¡Lenaleeee! ¡Voy a extrañarte!—gritaba aferrado a las piernas de la pobre chica.
—Basta nii-san—cansada ya de aquello lo golpeo, logrando liberarse.
—Cof cof—tosió falsamente, recobrando la compostura, o algo así.
—Bien, su misión es recuperar dos inocencias, los detalles se les serán dados en el tren, por ahora lo mejor será que vayan a arreglar sus maletas—finalizó.
— ¿Por qué nuevamente tengo que ir con el conejo y el moyashi?—se quejó Kanda.
—Nosotros también te queremos, Yuu—enseguida respondió Lavi, ganándose a su vez una afilada mirada por parte de su compañero.
— ¿Eh? ¿Allen-kun?—Lenalee se extrañó de ver salir al peliblanco sin decir nada, cuando generalmente gritaba ante el insulto.
Al hacerlo notar, los otros igualmente se mostraron confundidos ante tal comportamiento.
.
.
En su habitación, Allen se encontraba acabando de empacar…
—Otra misión con Kanda… Seguro que volverá a insultarme, nee, Tim—mirándole con tristeza, acarició al golem.
Este respondió a la caricia restregándose contra su mano y después yendo a revolverle los cabellos.
—Gracias Tim. Ya me siento mejor—le dijo sonriendo.
— ¡Bien! ¡No puedo dejarme vencer por algo así! Haré las cosa bien y él no podrá insultarme—se dijo con decisión y una sonrisa más animada.
Estando en el canal se despedían nuevamente de Komui…
— ¡Pulpos! ¡Si se atreven a tocar a mi Lenalee se las verán con Komurin! ¡Wahahaha!—corrección, los amenazaba.
—Che—Kanda ya estaba arto, solo quería irse, pero aún esperaban al moyashi.
—Ano ¿En dónde estás Allen?—susurraba el bookman con una tonalidad azul.
—Nii-san…—Lenalee no podía hacer más que suspirar.
—Si, si, como diga Komui-san—Llegó Allen haciendo a un lado al loc… ehm… supervisor, tomando lugar en la barca.
Todos, sin excepción, pudieron notar su excesiva felicidad preguntándose ¿qué le había pasado en esos minutos? Y sin obtener respuesta comenzaron su viaje.
En el transcurso del mismo, Lavi se la pasó fastidiando al samurái, ya que Allen seguía con su actitud "nada-me-molesta-hoy" por lo que, aunque le pico varias veces, no cayó, así que para no aburrirse fue con su otro juguet… compañero, porque sabía que definitivamente no quería
conocer al nuevo Komurin, cosa que pasaría si se metía con la única mujer de aquel extraño equipo.
Llegando a la ciudad en que se encontraban las inocencias, inmediatamente se vieron rodeados por akuma, para acabar con ellos tuvieron que separarse. Además, las inocencias se encontraban en lugares contrarios, así Lenalee junto con Lavi fueron por una de ellas mientras que Kanda y Allen terminaron juntos yendo por la otra, muy a su pesar…
Los akuma eran demasiados en el lado del espadachín y el albino pareciéndoles casi imposible llegar a la inocencia.
— ¡Así nunca podremos obtenerla!—gritó a su compañero a la vez que destruía varios akuma.
— ¡Deja de quejarte y muévete! ¡Estúpido moyashi!—le insultó, entretenido con sus propios enemigos, estorbos en su opinión.
—Ugh—Allen solo desvió la vista al lado contrario de donde estaba su compañero.
—"Otra vez"—nuevamente era insultado y lo único que hacía era morder su labio inferior para que el otro no notara que le afectaban sus palabras.
— ¿Tim?—Allen de pronto sintió como el golem salía de la seguridad bajo sus ropas.
— ¡Tim espera!—fue todo lo que escuchó el de cabello largo, al voltear solo pudo verlo correr tras el golem dorado, no percatándose de varios akumas con la intención de atacarle.
— ¡Moyashi!—gritó sin poder hacer nada.
— ¡AAHH!—un grito de una voz familiar se dejo oír en ese instante cayendo del cielo una persona.
Una luz verde envolvió el lugar mientras que un fuerte viento le impidió hacer movimiento alguno.
— ¡Lavi!—la voz de la china se oyó poco después de que el viento se detuviese.
La persona que llamaba era la misma que momentos atrás había caído del cielo, persona hacia la cual se dirigió, preocupada.
— ¡Moyashi!—del mismo modo él se dirigió (aunque no lo aceptaría) preocupado a donde su propio compañero se encontraba, ignorando a los otros dos.
La fuerza de aquel viento había acabado con los akumas que faltaban.
Entro a la bodega, en gran parte destruida, en que debía encontrarse la inocencia que ellos trataban de conseguir.
— ¡Moyashi!...—aun había algo de polvo, pero en cuanto se aclaró pudo ver frente a sí a dos Allen inconscientes, uno frente al otro, ambos tomados de sus mano derecha teniendo a su vez en la mano izquierda cada quien una de las inocencias que habían sido envidos a buscar…
.
.
.
N/A: ¡GRACIAS POR LEER ESTO…!
