Disclaimer: Kuroshitsuji no me pertenece, es propiedad de Yana Toboso.

Drabble.


Stopio

Aquellos ojos le perforaban el alma. Un alma que le pertenecía aunque en aquel momento le costará admitirlo y, como un lobo contemplando a su presa herida ansiaba con fervor devorarle. Pero en cambio, su rostro se irguió a su altura, tan cerca de él que podía oler su putrefacto aliento a sangre. Era un demonio, en el sentido más literal de la palabra. Un demonio que había tejido la trampa perfecta para enredarle y pedir a gritos vender su alma, peor que una araña. Rota, herida, trastornada. Eso era para el mundo y todo aquel que le contemplará, podía verlo en sus iris. Pero no quería morir. No todavía. No de aquel modo. Su corazón golpeaba con fuerza sus costillas, pesé a las palabras que sus oídos estaban trasmitiendo nacidas de aquellos labios, el escalofrío que sacudía su espalda no le dejaba tranquilo. No podía sentir paz, ni alivios, ni calma. Solo dolor, pena y la visión de una muerte inminente frente a sus ojos.

La luna, redonda y brillante, coronaba el cielo en la negra noche que los envolvía. No tardaría en amanecer, pero el escalofrió de su espalda le decía que él no vería salir aquel sol. Ahora, en lo más profundo de su trastornado corazón, quería detenerlo todo. Detener el tiempo, el momento, frenar su muerte. No quería morir. No estaba preparado para morir, menos a manos de quien creía fiel a él. ¿Era mucho pedir una segunda oportunidad? ¿Un nuevo comienzo? Arreglaría las cosas. Y su hermano le esperaría al otro lado del cielo. Sería así. Sus ojos se encogieron al reflejarse en aquella mirada, por un momento casi pudo sentir el calor de lo que denominaban cariño en sus mejillas. Sonrió a medias, sintiendo como las manos de Claude le rodeaban la cabeza, levantando sus cabellos. Los segundos más siniestros y a la vez hermosos que estaba viviendo, se le hacían eternos.

Era hora de abrazar a la muerte, su instinto se lo decía.

La lejana escena de aquel mayordomo frente a Alois en el suelo, se reflejaba en el iris de una diminuta mariposa blanca de aquel prado en la tierra donde se encontraban. Mancillando los tonos negros y oscuros que como el mismo infierno se coronaban. Con aquel árbol agitando sus ramas al viento intentado acallar el aullido de un lobo que estallo como el relámpago de una tormenta en medio de aquella noche. El crujir de los huesos estaba a punto de escucharse.

ꟷ ¡Detenlo!

Las ráfagas de frío se unieron para mecer todo a su paso, agitando con fervor cada centímetro de aquella escena. El cuerpo de Alois Trancy cayó al suelo, apagándose. Mientras su vida se escapaba del color de sus ojos, pudo ver por el rabillo como la mariposa blanca revoloteaba movida por las corrientes de vuelta al cielo. Y sus parpados se cerraron para siempre.

O quizás no.


Notas de la autora: Es la primera vez que subo en este fandom y estoy algo emocionada xD Obviando mi odio a la segunda temporada de Kuroshitsuji y lo mal desarrollados que están sus personajes e historia que me daría para escribir una critica de periódico entera, no quita lo mucho que me encanta Alois. Dada la injusticia que supone el anime para él, se me ocurrió darle una segunda vida en una de mis historias y bueno, esta reflexión sobre su muerte, digamos que seria como el inicio. Espero no tardar mucho en traerla.

¡Gracias por leer!