"EL LAMENTO DE LA BESTIA"

Si, como se darán cuenta este es un Fic que relata los últimos minutos del combate entre los Eva 01-03; pero visto desde una nueva perspectiva.

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Gendou negó con la cabeza.

Enciéndalo- ordenó, sin remordimiento.

La enorme bestia arremetió; dominada por un impulso asesino. Balanceó sus enormes brazos y sujeto al Eva-03 por la cabeza y lo golpeó seguidamente contra el edifico adyacente sin contemplación alguna.

Detente, maldita sea, detente-el piloto apenas podía dar crédito al espectáculo del que estaba siendo testigo, desde la cabina- Basta, basta- pero la bestia no cesó.

Con una furia insana acribilló cada palmo del cuerpo con sendos puñetazos que dejaron un reguero de sangre que se esparcía por toda el lugar. Sus ojos rojos lanzaban destellos fulgurantes a medida que reducía cada pedazo de humanidad a entrañas apenas escrutables. Un nuevo golpe arrancó de cuajo la mandíbula del Eva; esta se desprendió y empapó el rostro de su atacante. Pero no se detuvo ahí.

Tanto Misato como Ritsuko estaban asqueadas.

¿Era necesario eso? – preguntó con sequedad.

Fuyutsuki quiso responder, pero ante la mirada estoica del Comandante Ikari no hizo más que encogerse de hombros. Los procedimientos de Gendou eran inexplicables, pensó su compañero. Pero, suspiró; muy pronto todo hallaría su sentido. En especial tú, joven Ikari;- lo miró fijamente a través de la pantalla- sobre ti hay más responsabilidad que nadie.

El entry-plug estalló bajo la presión del agarre del Eva-01.

Todo había terminado.

Y fue cuando lo vió. Estaba ahí; cubierto de sangre; y con una de sus piernas echa añicos, allí, donde antes había estado la unidad Eva. No estaba muerto, era peor, estaba lisiado, privado de uno de sus miembros de por vida. Touji - pensó antes de perder el conocimiento.

¿Estás bien?- cuestionó una voz.

Lentamente abrió los ojos. Pero no había nadie allí.

¿Estaba soñando, todo le había parecido tan real; como si estuviera en ese preciso momento nuevamente, sentía como si hubiera mutilado a Touji por segunda vez.

Observó a su alrededor; las camas revestidas de la sábanas blancas y algunos utensilios médicos nada sofisticados; sí, era la enfermería.

¿Estás bien? – repitieron

Shinji volteó la cabeza para ver si localizaba desde donde venía aquella voz. Extrañamente le parecía familiar, le traía recuerdos, una añoranza que nunca antes había sentido desde que llegó a este lugar. Pero, no; no podía ser. ¿O sí? Trago saliva y con un hilo de voz se dirigió a donde el creía que llegaba con más fuerza el sonido.

¿Mamá?

La sábanas blancas, sobre su cuerpo manaron sangre a borbotones; el suelo, todo a su alrededor se torno de un rojo carmesí; pero él apenas lo notó. Ahí frente a él, estaba el rostro de su madre, llorando como nunca la había visto.

¿Mamá, eres,… eres tú?

Pero pronto la imagen desapareció y se transformó en el rostro del Eva, de su Eva; sus ojos rojos se acercaron hasta los de él. Abrió su enorme boca y su oscuridad devoró a Shinji que comenzó a gritar.

Adentro, sintió como un punto luminoso, tan minúsculo como una hormiga, se retorcía.

El Ángel, se dijo; aunque no comprendía como lo sabía.

Despertó por segunda vez. Ahí, frente a sus ojos, unos puños provenientes de su propio cuerpo, golpeaban incansablemente a una masa, ya sin forma, que palidecía con las luces del Sol poniente. Se sorprendió por un segundo; un segundo en el cual; una de sus manos tomó el entry-plug que sobresalía de entre los escombros y lo apretó hasta que empezó a chorrear el liquído LCL y algo más, algo rojo; rojo carmesí.

Cerró los ojos, pero esta vez ya no vió a su madre; ni al Eva; ni tan siquiera al Ángel, no vió a nadie… a nadie más.