Disclaimer: Todo lo reconocible de Harry Potter es propiedad de J.K Rowling.

"Este fic participa en el reto anual "Long Story 2.0" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black"

Desde el vamos, quiero aclarar que este es un AU (Alternative Universe) mágico. Intentaré mantener la personalidad canon de los personajes lo mejor posible, pero al estar en un universo con otras reglas y con otro argumento, es posible que una que otra cosita cambie. En todo caso, espero que sea de vuestro agrado.

El titulo, Viridián, es una tonalidad del verde y no es más que una alusión al color de Slytherin con una palabrita novedosa.

Ojala que el prologo sea lo suficientemente claro para asentar el terreno de por donde irán las cosas. En todo caso, si tenéis dudas, las iré aclarando a lo largo de la historia, ya sea de forma directa o, como es idóneo, a través de la narrativa.

¡De ante mano, gracias por leer!


Viridian

Prologo

En la antigüedad, la especie humana propició tanta destrucción que rozó el limite de la extinción, poniendo en peligro a todo ser vivo a su alrededor. Durante ese periodo, una nueva especie dominante surgió, con más poder que la anterior. La sabia naturaleza decidió que ellos serían los verdugos de los humanos y crearían una nueva era que trajera consigo paz al planeta entero. Sin embargo, en aquellos tiempos ancestrales, la nueva especie no fue capaz de acabar con la humanidad. Por el contrario, los tomó bajo su protección y les guió por el mejor camino.

Entonces, aquellos nuevos seres de increíble fuerza, sabiduría y poderes fuera de lo normal, fueron llamados magos y brujas. Su apariencia era igual que la de los humanos, con la diferencia de que eran inmune a las enfermedades y envejecían con mayor lentitud, por lo que su vida era cuatro veces más larga. La humanidad les temía tanto como les respetaba, pero convivían juntos, ayudándose mutuamente. Al menos así fue hasta que los hombres, volviendo a ceder a la sed de poder, hicieron cosas atroces en contra de sus protectores, acusándolos incluso de tener pactos con el diablo.

Fue en aquellos años cuando la división se formó. Por el lado de los humanos se creó una asociación de inquisidores, mientras que los magos formaron una organización para protegerse entre ellos. Hubieron varias guerras, pero poco a poco, ambas especies pusieron distancia los unos de los otros. Así pues, la sociedad mágica decidió vivir en su propio mundo, exiliando silenciosamente al ser humano y haciéndole creer falsamente que ellos eran los que dominaban la tierra.

De esa forma, mientras los hombres formaban sus imperios y gobiernos, los magos dictaminaron tener un concejo que fuese conformado por los más capaces de su especie y un miembro de cada otra especie mágica, como los duendes, los vampiros, los centauros, las banshees y demás. Ese concejo fue nombrado como la Corte de Wizengamot, la cual se encargaría de crear y propiciar leyes que beneficiaran al mundo mágico.

Los años trascurrieron y desde las sombras, aquellos seres continuaron con su noble misión de preservar la armonía lo mejor posible. No obstante, como nada es perfecto en esta vida, el sistema que había estado funcionando tan bien durante siglos, comenzó a verse corrompido de diferentes formas. Un mago aprovechó esas debilidades para crear un grupo extremista llamado los Caballeros de Walpurgis, cuyo objetivo era que las criaturas mágicas gobernasen por encima de los humanos. No solo magos y brujas se unieron a la causa, sino que otras tantas criaturas consideraron que ya era hora de una nueva era.

Para mal fortuna de aquel mago, que se hizo llamar Voldemort, los Sangre Pura de su especie intervinieron. Veintiocho nobles familias cuyo linaje inmaculado les dotaba de un poder tan grande que con solo desearlo podían reducir el mundo a escombros, encerraron a Voldemort en una celda que estaba más allá del tiempo y el espacio, condenando sus actos con una eterna vida de soledad. Mientras que el mundo mágico, temeroso de sus lideres, volvió a acatar las reglas de antaño y el curso siguió sin que los humanos sospecharan nada.

Así llegamos a los años de 1980's, a una mansión en Inglaterra, donde dos pequeñas niñas jugaban, ignorando que a unos metros de distancia estaba la entrada a la caverna donde el mago tenebroso había sido encerrado.

—Ya perdiste de nuevo la pelota, ¡le diré a mamá! —amenazó una de ellas.

—¡No! ¡No, por favor! Iré por ella —rogó, temerosa de que la fuesen a castigar por perder los juguetes de nuevo.

—Está bien, aquí te espero —dijo la otra niña, cruzándose de brazos de forma muy altanera.

La menor hizo una mueca y luego suspiró. ¿Qué más podía hacer?

Se alejó con pasos rápidos y para nada cautelosos, entrando temerariamente a la caverna subterránea que se escondía detrás de varios arbustos. La pelota estaba en la entrada, tan solo bastaba con estirar los brazos y tomarla. Demasiado fácil para que algo saliera mal, y aún así, pasó lo que no tenía que pasar. La pequeña se fue de bruces hacia adentro de la caverna. Cayó como un gato, de rodillas y amortiguando el impacto con sus manos, pero eso no evitó que se lastimara.

—¡No! —se escuchó el grito de la otra al verla caer—. ¿Estás bien? —preguntó preocupada, con forme se acercaba.

—Estoy bien —refunfuñó la niña, levantándose y sacudiéndose el polvo como si nada.

La más pequeña tomó la pelota y la lanzó fuera, para luego salir con algo de ayuda de la otra. Luego de eso, las niñas volvieron a casa a curar las heridas de la más pequeña, ignorando que unas cuantas gotas de sangre habían sido derramadas sobre las piedras de la caverna. Ésto último no tendría nada de malo, de no ser por un detalle: La sangre comenzaba a brillar y la mancha se extendía, formando un charco color carmín.

Entonces se escuchó una risa muy profunda, tenebrosa y maléfica. Enseguida, una manos salieron de aquel charco de sangre, agarrándose de los bordes, y un hombre emergió, como quien sale de un pozo. Sus rasgos, aunque humanos, tenía más parecido con los de una serpiente.

Con el viento se escuchó el antiguo hechizo que lo había encerrado ahí: "El sello durará por la eternidad y ningún mago, bruja, humano o ser mágico podrá deshacer la maldición. Nosotros, los veintiocho sagrados, nos aseguraremos de que así sea."

Voldemort comenzó a reír. Esos malditos sangre pura serían los primeros en sufrir por lo que le habían hecho. Claro, primero tenía que recuperar su poder, ya que tantos años de encierro lo habían debilitado.