Antes de comenzar, quiero dejar claro que no me pertenecen ninguno de los personajes. Los personajes de Guardianes de la Galaxia son de Marvel Studios. El personaje Angolmois es propiedad de su creador Mine Yoshizaki.

Aquí está mi nuevo fanfic. Hace prácticamente tres años que saqué la primera parte (con el estreno de Guardianes de la Galaxia) y con el estreno de la segunda parte de la película viene la continuación, espero que les guste. Se recomienda leer la primera parte, El diario de una fugitiva, aunque no es obligatorio y si lo hacen espero que les guste.

Si no han visto la segunda parte de la película de Marvel, este fanfic contiene spoilers, así que es recomendable que la vean.

Me hace mucha ilusión escribir este fanfic.


Interior de mi nave. Día 301 desde mi venganza.

Mi nombre es Angolmois y soy una chica alienígena perfectamente normal, bueno, eso si dejamos aparte que me buscan en varios planetas por delincuencia, robo y asesinatos, o sea toda luna tiene su cara oculta, ¿No?

El caso es que estaba yo con mi nave cuando me acercaba al planeta de los Sovereign, que eran unos supremacistas, vamos que eran unos estirados que se creían superiores a los demás sólo por tener una tecnología un poco más avanzada. No estaba segura de si ellos me querrían detener a mí también, así que adopté la forma de una embajadora de Xander y bajé de mi nave, que por suerte no reconocieron.

Me habría salido con mi plan, pero o sea me pillaron con las manos en la masa, no vi que la suma sacerdotisa había puesto a un guardia particular detrás de mí para tenerme vigilada y cuando me acerqué a las baterías dio la voz de alarma, o sea una rata chivata y asquerosa. Rápidamente el ejército me apresó y me llevaron ante la suma sacerdotisa, que finalmente descubrió el engaño y reveló mi forma verdadera.

"¡Angolmois! Vaya, vaya, ¿Así que tan poco te importaba tu especie que siendo la última vienes aquí a robarnos aun sabiendo lo que hacemos con los ladrones?"

No dije nada, vaya si lo sabía, porque aquellos canallas no se conformaban con encarcelar a los criminales, sino que directamente los mataban, o sea no se conformaban con el ojo por ojo era muerte por ojo. Lo que ellos no sabían era que yo tenía un arma secreta: la lanza de Lucifer, y no tenía ya miedo alguno en usarla.

Podía haber destruido el planeta poniéndola a máxima potencia, pero mi expediente estaba ya demasiado sucio como para añadir destrucción de un planeta; de modo que solo la usé para echar rayos con los que confundir a los guardias que allí se encontraban.

"¡DETENEDLA! ¡DETENEDLA!" gritó la sacerdotisa con furia.

Me di la vuelta y lancé un escupitajo que le acertó en el rostro. Me miró con rabia, desprecio e intenso odio hacia mi persona, o sea, si las miradas matasen…

Hui con mi nave de allí todo lo rápido de lo que fui capaz, todos temían a aquellas naves pilotadas a distancia que poseía aquel planeta y con las que cazaban a todos los ladrones que trataban de fugarse después de un robo. Y hablando de robos, durante mi huida pude sustraer una batería, que se paga a más de cincuenta mil unidades en el mercado negro ¡Bien por mí!

En lo primero que pienso gastar el botín es en una buena posada, nunca me había sentido tan cansada como ahora mismo.

Interior de mi nave. Día 302 desde mi venganza

¡Hoy por poco me matan y no escribo esto en el diario!

Había logrado canjear el dinero, en el mercado negro vendí la batería y recibí el dinero; con ello compré un propulsor para mi nave, con lo que ahora me permite ir a más velocidad de la normal.

Sigo sin comprender como logré llegar a un buen albergue sin que me persiguiera alguna patrulla de guardias o algún cazarrecompensas intergaláctico, grupos de los que siempre debo huir, ¡O sea, es horrible esto de ser una fugitiva!

Lo encontré en Coldface, un planeta que aún no había visitado, y en el que, por fortuna no me reconocieron al haberme escondido bajo el aspecto de la primera persona que se encontró conmigo en aquel lugar, habitado por gente que parecía hecha de bloques de hielo. En el hotel hacía mucho frío, al igual que en todo el planeta, pero había que reconocer que tenían muy buen gusto para la decoración, y la comida, ¡O sea deliciosa, aquellos hielos de sabores variados era una especialidad que no se encontraba en ningún lugar de la galaxia! Por la noche dormí como una marmota aunque parezca increíble la cama de hielo era cómoda.

Por la mañana cometí un grave error al ir directa a por el desayuno, no vi que había un tipo alto y vestido con una enorme armadura hecha de metal delante.

"¡Yo iba antes, señorita!" me dijo.

Pero yo no le hice caso.

"Le digo que yo iba antes" me repitió, esta vez más alto y tocándome el hombro.

Yo le aparté la mano, pero seguí fingiendo que no había oído nada.

"¡QUE SE QUITE YA, GUARRA!"

Y esta vez trató de golpearme; yo me agaché, y trate de devolverle el golpe… grave error, oí como crujían mis huesos, al principio creí que mi mano estaba rota, pero afortunadamente no lo estaba, aunque me había hecho muchísimo daño, aún me duele cuando escribo esto.

El desconocido me agarró sin esfuerzo y me lanzó contra las mesas; me golpeé fuertemente tirándolas al suelo y alarmando a todos los clientes del lugar, que salieron corriendo o llamaron rápidamente a la guardia, que no llegó a tiempo.

Para luchar contra él saqué la Lanza de Lucifer y traté de lanzarle rayos, pero no le hice absolutamente nada.

"¡Eso no te servirá conmigo, Angolmois!"

¡O sea, pillada! No era tan difícil adivinarlo, la lanza de Lucifer era bien conocida en toda la galaxia, y yo era su única portadora conocida.

"¿Sabes que me voy a quedar con tu lanza cuando te mate?" me preguntó mientras avanzaba hacia mí para rematarme.

Pero yo no me iba a quedar quieta esperando a que sucediera, o sea, no soy ninguna pardilla. Saqué una pequeña bomba que tenía reservada para emergencia, y esta estalló cerca del desconocido; no le hizo ningún daño, pero el instante de confusión me permitió escapar; el desconocido me persiguió, sacó un cañón de plasma y trató de dispararme pero llegué a mi nave sin que me acertase.

"¡No creas que has escapado, Angolmois!" fue lo último que le oí decir "¡Ninguna presa ha logrado nunca escaparse de Cazador!"

Interior de mi nave. Día 305 desde mi venganza

No sé si sucedió de verdad, sólo recuerdo que había ido al planeta de los reptiloides adoptando su forma para comprar más munición, cuando me pareció ver a Cazador entre la multitud del mercado.

Por supuesto hui de inmediato sin comprar nada, o sea, estuvo a punto de matarme, no correré ningún riesgo de nuevo, al menos no hasta equiparme bien.

[…]

Interior de mi nave. Día 307 desde mi venganza

Me planteé la posibilidad de visitar Nowhere, Tiván El Coleccionista guarda todo tipo de armas, quizá podría proporcionarme algo con lo que derrotar al Cazador. Pero rápidamente descarté la idea. El Coleccionista solo se mueve por puro interés, y no tiene ningún escrúpulo, si Cazador ya ha hecho un trato con él solo iría directa a una trampa.

Un par de jóvenes cazarrecompensas trataron de atraparme, pero les hice polvo sin problema alguno ¡Aficionados! Ardieron junto a su nave bien chamuscados.

[…]

Interior de mi nave. Día 310 desde mi venganza

Otra vez lo he vuelto a ver, ha sido en el planeta de los Platonianos, solo que esta vez él también me vio a mí y me persiguió. Logré darle esquinazo cuando llegamos a la plaza donde cambié varias veces mi forma para despistarlo, aun así tenía la sensación de que sabía dónde tenía que ir a cada momento.

Ahora me pregunto: ¿Tendrá este enemigo alguna especie de don que le permite adivinar donde estoy en cada momento? De ser así me pasaría la vida siendo una fugitiva por partida doble, huiría de la justicia y de Cazador… ¡No! ¡O sea, ya es bastante duro huir de una como para huir de dos!

He decidido que no voy a huir más, y sé a quién voy a pedir ayuda para la próxima vez, aunque no estoy muy segura si la voy a obtener…

Nave Milano. Día 311 desde mi venganza

Me siento como si me reencontrara con otra versión de mí misma, pero esta vez de forma positiva.

Todo comenzó esta mañana, cuando envíe un mensaje a unos amigos pidiéndoles ayuda; no eran cualquiera, eran ni más ni menos que los Guardianes de la Galaxia. A decir verdad ya llevaba casi un año sin saber de ellos, pero me nombraron miembro honorífica en nuestro último encuentro; lo cierto es que nuestra relación no comenzó bien, trataron de detenerme para cobrar mi recompensa pero al final terminamos siendo amigos; tengo entendido que planeaban luchar contra Thanos, algo que prácticamente es una locura, enfrentarse a ese titán loco es básicamente un suicidio, de ahí mi alivio cuando me contestaron y supe que seguían con vida; Thanos no los había matado, al menos por el momento.

Los Guardianes de la Galaxia acordaron reunirse conmigo en un punto lejano, y allí me dirigí con mi nave, cuando divisé la nave Milano sonreí, no pude evitarlo, me alegraba mucho de volver a verlos. Esta vez no venían ellos solos, traían a otros dos miembros más consigo que no conocía. Una de ellos era una horrible criatura que parecía un híbrido entre un insecto y una mujer… ¡O sea, daba repelús el solo mirarla! El otro era un hombre, de aspecto flacucho y delgado, su rostro pareció asustado al verme, al parecer ya sabía lo de mi expediente.

Peter Quill el capitán fue el primero de todos en hablar.

"¡Angolmois! ¡Nos alegramos mucho de verte!"

"¡Habla por ti, Quill!" le respondió Rocket, pero no hablaba en serio, ya que pude ver cómo guiñaba un ojo.

Drax se dirigió a mí y me medio asfixió con un abrazo.

"¡Mois, psicópata! ¿Has matado a muchas personas sin nuestra vigilancia?"

"Muchas no, solo unas doce" respondí, lo que causó las risas de todos excepto de los nuevos, que parecieron horrorizados al oír aquello.

"Sigues siendo la de siempre, entonces" añadió Gamora, cuyos labios mostraban una ligera sonrisa.

"Yo soy Groot"

Hasta Groot estaba feliz de verme.

Peter Quill se dirigió a mí.

"Te voy a presentar a los nuevos Guardianes, ellos son Mantis y Kraglin. Chicos, ella es del miembro honorífico del que os habíamos hablado"

La muchacha se acercó a mí, y tímidamente casi sin mirarme dijo:

"Es un placer para mí conocerte"

Acto seguido me dio la mano. ¡O sea! ¡Me daba asco hasta tocarla! De pronto su rostro se tensó.

"Piensas que soy fea, ¿Verdad? Pues te diré algo, cuando encuentre a alguien que me quiera lo hará por lo que soy, una carita como la tuya solo…"

Drax le puso la mano en el hombro, murmuró algo y me miró con severidad. Bajé la cabeza avergonzada, ¡O sea, que impresión tan mala le había dado! ¿Pero cómo había podido saber lo que pensaba?

"Leo las emociones" explicó entonces Mantis "Supongo que mi aspecto es un poco chocante"

"No, yo lo siento" dije, no debería dejarme llevar por la primera impresión"

Luego el hombre delgado se presentó también.

"Angolmois yo… admiro tu carrera, has sido una gran saqueadora, yo antes era saqueador… Dime, ¿Qué técnicas usabas para abrir cajas fuertes? ¿Explosiones?"

"Me basta un poquito de ayuda de mi Lanza de Lucifer"

Pareció encantado ante la simple mención.

"¿¡La Lanza de Lucifer?! ¿¡Me la vas a enseñar?!"

"Sí, siempre y cuando tengas las manos donde pueda verlas"

O sea, no iba a dejar mi arma de Lucifer a la vista de alguien con manos largas.

Sin embargo, Gamora interrumpió la conversación de manera cortante:

"Mois, tenemos asuntos de los que atender. ¿Por qué nos has llamado?"

Le conté toda la historia de lo ocurrido con Cazador con todo detalle, desde cómo mis golpes no le hacían efecto alguno hasta como sabía que, de alguna manera aquel bicho raro me estaba persiguiendo por toda la galaxia sin descanso. Ellos escucharon con atención, pero luego sus rostros parecieron más bien decepcionados.

"¿Nos pides ayuda por tan solo un hombre?" preguntó Peter algo atónito.

Gamora negó con la cabeza.

"¡Qué inmadura!"

Yo me puse colorada, pero por la vergüenza. O sea, si llego a saber que iban a responder así… Drax sin embargo parecía algo más animado.

"¡Genial! ¡Vamos a machacar a ese tío!"

"Yo soy Groot"

"Sí, tú también puedes luchar" le respondió Rocket.

Peter Quill, el capitán se dirigió a su tripulación:

"¿Entonces estamos todos dispuestos a ayudar a Mois con su pequeño problema?"

Los demás parecieron asentir, tal vez porque como Drax querían algo de acción, o cabe la posibilidad de que yo les importo aunque no lo demuestren de la manera correcta.

De modo que el capitán planeó una estrategia. Elegir un planeta en el que esperar a que Cazador venga a por mí, y una vez lo tengamos a tiro, reducirlo.

Nave Milano. Día 312 desde mi venganza

La cosa no salió como esperábamos. Ahora nos encontramos todos aquí, heridos por dentro y por fuera.

El planeta elegido fue uno desierto cerca del Sistema Solar. Tal como había pensado, Cazador supo dónde encontrarme… ¿Cómo podía saberlo si no tenía ningún localizador implantado en mi nave ni nada por el estilo? Quizá era simplemente una habilidad que tenía natural, como la que tienen los depredadores para perseguir sin descanso a sus atemorizadas presas. Cazador vino a acabar conmigo pensando que estaba sola, pero en esos momentos aparecieron mis amigos los guardianes para hacerle frente.

Drax se lanzó contra el villano y lo golpeó, pero no le hizo el más mínimo daño.

"¡Maldito!" le oí gritar al grandullón.

Cazador le devolvió el golpe, y sí que le hizo daño, pero eso no hizo que ambos dejaran de pelearse.

"¿Qué está haciendo ese idiota?" preguntó Gamora "Va a conseguir que lo lastimen. ¡Drax, aparta!"

Con las cuchillas preparadas, la mujer se lanzó a por el villano; el metal hizo chispas al colisionar contra él, pero no logró atravesar el cuerpo. Ella esquivó los ataques del malvado y les hizo una señal a Peter y Rocket para que dispararan sus armas… ¡Las balas tampoco funcionaron! ¿¡Es que Cazador era inmortal?! ¿¡Es que iba a perseguirme por toda la Galaxia sin que nadie pudiera ayudarme y acabara dándome caza!?

El malvado sonrió malévolamente.

"Ahora me toca dispararos a mí"

Dicho esto transformó sus brazos en ametralladoras y disparó contra ambos, por suerte Groot los protegió… en ese momento vi como Mantis se acercaba sigilosamente por detrás, cuando estuvo cerca tocó con sus dedos la sien del villano.

"Duerme" la oí decir.

"¡Eso no funcionará conmigo, perra!"

Y le sacudió un golpe con la culata tirándola al suelo, pero cuando se disponía a rematarla, Drax se lo echó encima… y recibió un disparo en el brazo.

Ninguno de nosotros podíamos creer lo que acabábamos de ver, uno de mis amigos acababa de ser gravemente herido, y todo era mi culpa.

"¡Tenemos que retirarnos y pensar otra estrategia, tu plan no funciona, Peter!" exclamó Gamora.

Peter estaba tan horrorizado con lo sucedido que no opuso resistencia alguna.

"Contamos contigo, Groot" dijo Rocket.

Groot se enfrentó valientemente a Cazador para distraerlo mientras con cuidado Peter y Kraglin cargaban con el cuerpo herido de Drax hasta la nave Milano; cuando estuvieron dentro, Rocket le hizo a su amigo árbol una señal y este se apresuró a embarcar también en la nave para huir temporalmente del malvado.

Una vez en la nave no he podido mirarlos a la cara. Drax está malherido y todo por mi culpa, por haberme metido en problemas con Cazador y luego haberles pedido ayuda. Sé que estarán furiosos conmigo, así que me voy a quedar con ellos hasta que Drax se recupere para poder pedirle perdón, luego iré a enfrentarme sola a mi enemigo y que pase lo que tenga que pasar.


Espero que les haya gustado el capítulo.

Me gustaría aclarar que esta historia sucedería después de lo ocurrido en Guardianes de la Galaxia 2, que me gustó muchísimo, ¿A ustedes también?

Gracias por leer y espero actualizar pronto.