Shaman King ni sus personajes me perteneces,

AU formato de cuento, HORO X REN, RENXJEANNE

YOHX ANNA, MENXHANA, HANAXYOHANE,

tal vez solo tal vez HAOXLYS

La historia de un lápiz y un cuaderno

-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o

Capítulo 1

Caminó por el pasillo de su habitación con fastidio, odiaba que Bason lo siguiera a todas partes, al menos en su cuarto podía estar, en silencio y sobre todo solo. Estaba harto, entre los gritos de la tía Jun y los regaños del tío Marco se desesperaba. Solo cuando estaba su madre estaba un poco a gusto, lamentablemente solo la veía una o dos veces a la semana. La dinastía Tao era realmente estricta con él.

Entre el entrenamiento, los estudios, las clases de arte y de sociales lo estaban sofocando. Tampoco era muy difícil, pero si agotador. Alguna vez había escuchado que su padre hacia eso sin problema alguno.

Carraspeó un poco, luego gruñó y se encerró en su alcoba. No sabía mucho de cómo era su padre, pero según le decían "era idéntico" a él. Si eso era verdad su padre debía de había tenido una vida tan fastidiosa como él. A veces deseaba haberlo conocido.

Men Tao apenas tenía 12 años, y ya estaba pensando en las mil y un formas de huir de la dinastía Tao, así como las miles de razones por las cuales no debía de hacerlo. Una de ellas, jamás vería de nuevo a su mamá y tomando en cuenta que ella era la única persona que le daba un poco de cariño, le dolía la idea de no volver a verla. El pequeño de ojos rojos y cabellos color plateado se tiró sobre su cama y miró hacia el techo de su habitación resignado.

Sin ánimo alguno giró por su cama y tomó una vieja libreta, que hacía tiempo había usado para escribir de vez en cuando sus tareas y obligaciones. Escribió cosas sin ningún sentido aparente solo para opacar su aburrimiento y su mal humor momentáneo, así que dejó que aquella pluma peculiar y de color dorado que acompañaba la vieja libreta se deslizara por una de las tantas amarillentas hojas de papel. Después de un rato de mirar hacia otro lado, el pequeño de ojos rojos regresó su mirada a la libreta, encontrado que, entre los rayones sin sentido rayones habían escrita algunas palabras.

Sí, era ilógico, pero resultaba posible. Cuando ponía su mano sobre la libreta, el lápiz hacia su trabajo y empezó a narrar una historia, que no le pertenecía, una historia que jamás imaginó leer.

"En aquellas montañas nevadas, se podía ver el cielo azul y las nubes blancas; fue ahí donde hice la promesa de ver de nuevo a la persona que más amaba. Sin embargo, nunca pude decirle cuando la amaba."

Esas fueron las primeras líneas que se escribieron por sí mismas, desde entonces sucesivas líneas narraron una historia secreta que había pasado tiempo atrás.

La primera vez que lo vi, me era totalmente indiferente a pesar de la graciosa sonrisa que me había regalado y su brillante mirada poco me había impresionado solo era un simple empleado de la mansión. En esos momentos lo único que me importaba era ser más fuerte y ser un digno heredero de la familia. Sin embargo a esa persona poco parecía importarle algo, más bien parecía sencillo y sincero, lo cual hasta cierto punto llegaba a irritarme. Pocas veces había hablado con esa persona, y mucho menos sabía su nombre, hasta cierto día que él mismo había llegado frente a mí y con una sonrisa en sus labios me entregó un lirio blanco y dijo con su aterciopelada voz su nombre.

Tal vez desde esa vez me impresionó, o tal vez me enamoré. Era la primera persona que me veía directamente a los ojos sin tener miedo. Recuerdo muy bien que le fruncí el ceño dejando aquella flor en algún lugar, restándole importancia. El me miró un poco decepcionado por mi actitud y aún así sonrió diciéndome que esperaba verme pronto de nuevo.

Yo desvié la mirada y caminé unos pasos por los pasillos de la mansión dándole la espalda, sonreí un poco y le dije con la voz seria- tu ya debes saber cómo me llamo, de todas formas supongo que te veré pronto- casi podía asegurar que él había sonreído, esa misma noche regresé al lugar donde estaba el lirio y lo tomé entre mis manos y lo llevé conmigo hasta mi habitación. Me sentí completamente desesperado conmigo mismo al darme cuenta que no podía sacarme a esa persona de mi cabeza. Había pasado todo el día pensando en el. Apenas tenía 16 años, y era primavera, esa noche con el lirio en mis manos descubrí que alguien como yo, a pesar de todo. También me podía enamorar.

Tao Ren.

El pequeño niño de ojos rojos abrió los ojos un poco más para ver si era verdad lo que estaba escrito ahí. Diablos su imaginación lo estaba volviendo loco, era eso o que ya estaba soñando.

Tal vez el deseo contante de querer conocer un poco más de su padre le estaba jugando esa broma de tan mal gusto, por que saber que a su padre… le gustaba "otro" lo dejaba por mucho confundido. Tomó un poco de aire y cerró aquella vieja libreta, lo mejor era dormir.

Anuncio:

Crónicas de un secuestro Cap. 10 – mayo 25, disculpen la espera