¡Hola!
Aqui vengo de nuevo con otra historia para el fandom de Ranma 1/2. Será algo corta, tendrá algunos 5 capítulos. Espero que les guste.
Disclaimer: Ranma 1/2 y todos sus personajes pertenecen a la magnifica Rumiko Takahashi.
¿Poco femenina?
Por: LP Luna Phantom
Capítulo 1: Discusión
Era una mañana típica en Nerima. Soun y Genma se encontraban en un difícil duelo en el cual sólo podía haber un vencedor... bien, tal vez no; sus partidas de shogi generalmente terminaban sin un ganador oficial.
-¡Despierta Ranma! ¡Vamos a llegar tarde! - se escuchó el inconfundible llamado de Akane.
-Estos niños no saben cuando parar - comentó Genma con tono reprobatorio.
-Déjelos Saotome - pidió calmadamente su compañero de juego - así es como nace el amor.
Amor no era precisamente lo que en aquellos momentos la joven pareja (si es que se les podía llamar así) sentía el uno por el otro. Akane ciertamente tomaba de la mano a su prometido, pero no con fines amorosos o siquiera amistosos, su único propósito era sacarlo de la casa, cuanto antes fuera mejor, y partir para la escuela. Ranma, por su parte, lo único que deseaba era tener un buen desayuno, el cual difícilmente iba a obtener.
-Esperen, olvidaron sus... almuerzos - Pero Kasumi llegó tarde, ellos ya se habían ido.
Ambos chicos corrían a gran velocidad con dirección a su escuela Furinkan. Las campanas aún no sonaban, lo que significaba que todavía podían llegar a tiempo; ¡por supuesto!, no podía faltar que su "querido" director apareciera para hacerlos llegar tarde, pero gracias a un estomago vacío, el ánimo de Ranma no estaba para perder tiempo en tontos juegos y sólo lo mandó a volar muy lejos de ahí.
-Uff... llegamos a tiempo - comentó aliviada Akane cuando puso ambos pies dentro de la escuela y entonces se dirigió con toda tranquilidad hacía los salones, dejándola atrás a Ranma con una expresión clara de enojo. Y no era para menos, él no había probado ni un bocado en la mañana, mientras ella sí había desayunado.
Las clases transcurrieron con absoluta normalidad para todos y para Ranma como si fueran eternos tormentos, ¡tenía tanta hambre! Obviamente fue regañado por Miss. Hinako por no poner atención a su educativa clase sobre comedias de televisión.
Minutos más tarde, esa hora terminó, dando lugar a la llegada del descanso. Ranma inmediatamente, y con una enorme sonrisa, tomó su mochila y buscó su... ¿almuerzo? No estaba por ningún lado dentro de ella; vació todo su contenido sobre su banco, pero no encontró más que un libro y lo que parecía haber sido alguna vez un lápiz.
-¡Oh, rayos! Olvidé mi almuerzo. Con el hambre que tengo... - murmuró con disgusto. Estiró el rostro para echarle un vistazo al banco de Akane y ver si ella tenía algo que pudiera compartirle - Oye, Akane...
-Yo también olvidé mi almuerzo - interrumpió sabiendo lo que le diría, ¿para qué otra cosa Ranma le pondría atención en la hora del almuerzo? - ¿Por qué no vas a comprar algo en la cafetería? - sugirió.
-Lo haría si tuviera dinero.
-Entonces vas a tener que esperar a que lleguemos a casa.
-¡Maldición! Tú estas tan tranquila porque tú sí desayunaste.
-Si te hubieras levantado temprano hubieras podido comer también. No es mi culpa que seas tan flojo.
-¡Oye, ¿a quién estas llamando flojo?! - se puso de pie mientras decía esto en un intento por hacer más audible su exclamación, pero en ese preciso momento un fuerte gruñido se hizo notar desde el interior de su cuerpo, específicamente desde su estomago. ¡¿Por qué diablos tenía que tener tanta hambre?! Se dejó caer en su banco y simplemente dejó que el tiempo pasara.
El resto de las horas pasaron igual de lentas que las anteriores hasta que por fin llegó la última del día, pero también la que probablemente sería más insoportable: Educación Física. El maestro pidió a las mujeres que formaran equipos y jugaran beisbol, y a los hombres que jugaran futbol soccer, tarea imposible para Ranma en su estado. Normalmente él era el más activo de la clase, pero ese día parecía llevar un costal de piedra a cuestas, casi por el suelo.
Akane casi no prestaba atención a su juego, estaba preocupada por él, se veía muy mal, como casi nunca lo hacía; claro, jamás soportaba tanto tiempo sin comer. Estaba a punto de ir con él y acompañarlo un rato, pero no actuó lo suficientemente rápido.
-¿Qué pasa Ranma? - preguntó Ukyo acercándose, incapaz de contener su curiosidad por más tiempo - Luces fatal - Desde la mañana s había estado preguntando qué cosa podría estarle pasando a su prometido.
-No he comido nada en todo el día - explicó como si aquello fuera el fin del mundo.
-¡Ah, tienes hambre! - exclamó con el rostro iluminado - Déjame eso a mi - pidió gustosa de poder ayudarlo. Sacó una parrilla y comenzó a cocinar.
Akane decidió "ignorarlos" e ir a reunirse con sus compañeras para continuar con el juego.
El rostro de Ranma resplandecía con el puro olor de los okonomiyakis de U-chan. ¡Olían tan bien! No podía esperar a llevarse a la boca las delicias que su amiga preparaba; y no era el único, muchos más chicos de su grupo se habían reunido al lado de la parrilla, sin duda Ukyo estaba preparando algo especial.
De repente, el aire se llenó con cientos de pétalos oscuros, presagiando la inminente llegada de la Rosa Negra, Kodachi Tatewaki.
-Tú, bruja maldita - todos voltearon hacía atrás, de donde provenía su voz, y vieron que se encontraba de pie sobre la barda de la escuela, vestida con su uniforme de gimnasia y con su inseparable cinta. - ¿Así que tratas de envenenar a mi Ranma-sama con tus porquerías, eh? - bajó de la barda de un solo salto y se posicionó en frente de Ukyo.
-¿Qué dices? ¿Envenenar? No soy tú - se burló y luego agregó con una sonrisa - Además, fue el mismo Ranma quien me pidió que le hiciera de comer.
Kodachi frunció el ceño, visiblemente enojada.
-¿Cómo te atreves a proferir semejantes mentiras? Te voy a enseñar... - amenazó mientras blandía su cinta como si de una espada se tratase y atacaba a su rival.
-¡NO! - gritaron Ranma y Ukyo al unísono. Él porque la que iba a ser su comida acababa de ser atacada también y había ido a parar al piso, y ella porque odiaba que sus okonomiyakis fueran desperdiciadas.
-Me las vas a pagar - espetó Ukyo enojada, sujetando su espátula con fuerza y acercándose a Kodachi, lista para atacarla. - ¡¿Cómo te atreves tú a tirar la comida que con tanto amor hice para mi Ran-chan?! - se dejó llevar por su furia y la atacó.
Ambas comenzaron a pelear, alejándose cada vez más de la escuela; al ojiazul poco le importaba lo que hicieran esas dos, pero era Ukyo la que le estaba haciendo de comer. No podía dejar de contemplar el okonomiyaki a medio cocer en el suelo, sazonado ahora con tierra y piedras. "Decía ella que quería hacerme de comer y luego se marcha como si nada, olvidándome aquí" pensó Ranma molesto. Le echó una mirada al suelo donde reposaba su "comida", parecía estarlo invitando a tomarlo. ¿Sería capaz de comerlo?... ¡Definitivamente sí!
Estiró un brazo para tomarlo y... ¡ZAZ!
-Lo siento, Ranma - Akane se disculpó acercándose a toda velocidad para cerciorase que la bola de beisbol que le arrojó sin querer no le hubiera hecho daño... aparte de la marca roja en su ahora adolorida mejilla.
-¡Akane! ¡¡Eres una tonta!! ¡¿Por qué hiciste eso?!
-Ya te dije que lo siento, fue sin querer. ¡¿Y cómo que tonta?!
-¡Fue tu culpa! ¡Todo ha sido tu culpa! ¡Maldición Akane! ¡Al menos pudiste haberme dejado comer una taza de arroz!
-¿Otra vez con eso? Sabes que no fue mi culpa que te quedaras dormido.
-Pero se supone que eres mi prometida y son esas locas las que siempre están tras de mí y hasta me hacen de comer... - exclamó resentido, y luego añadió con sorna - no es que quiera que tú lo hagas, con lo fatal e incomibles que resultan siempre tus comidas.
-¡Bien, pues si soy tan mala cocinera, porque no te comprometes con ellas! Apuesto a que eso te gustaría. - respondió molesta.
-Claro, ellas cocinan mejor, son más bonitas y mucho mejores que una torpe marimacho tan poco femenina como tú.
-¡Ah, ¿así que no soy femenina?! - no era eso lo que él había dicho, pero con el temperamento de Akane fue como si sí lo hubiera hecho. Su paciencia estaba llegando a su límite.
-Por supuesto que no. Incluso yo, que soy hombre, soy más femenina que tú cuando me transformo.
-Ranma... - murmuró la peliazul como una advertencia para que se callara de una buena vez, pero él sólo la ignoró y siguió hablando.
-No podrías ser femenina ni aunque lo intentaras - ella no pudo resistir más y le soltó una de sus bofetadas más dolorosas, que hizo ver al moretón como 10 tonos de rojo más abajo que la marca de la mano de Akane.
-¡Ranma idiota! - exclamó furiosa y se fue corriendo.
El ojiazul se quedó entonces solo... un momento, ¿solo? ¿Cuándo había acabado la clase? Lo pensó un poco y decidió que lo prefería así, definitivamente no quería estar con alguien, y mucho menos ir a casa. De pronto había olvidado todo el hambre que sentía hace unos momentos; ahora solo se sentía molesto y frustrado... muy frustrado.
"¡Mierda! Akane siempre sabe cómo hacerme enojar" Pensó y se marchó con desgano al vestidor de los chicos.
(CONTINUARÁ...)
¿Y qué les pareció?
*Bueno, Akane le arrojó la pelota porque estaba viendo que iba a comerse el okonomiyaki de Ukyo que estaba en el suelo. Si hubiera puesto sus pensamientos tal vez serían algo como: "Tonto, mi comida no se la come por nada y la de Ukyo hasta la toma del piso"... o algo por el estilo. OJO: Tampoco es culpa de Ranma, recuerden que el pobrecito no había comido nada y por eso estaba tan irritable.
Espero que les haya gustado, si es así entonces diganme para escribir el proximo capítulo.
¡Nos vemos! ¡Y gracias por la atención!
