En una página que amo, pusieron un desafío en el que publicaban una palabra para cada día de Octubre, y aquí estoy participando xD. Yo también le tengo pánico a las arañas, así qué… Parte de este fic está basado en algo de mi jejeje. ¡Disfruten! ¡Intentare ponerme al día pronto y completar los 31 días! ¡Besos, hasta la próxima!
I
Arañas
Sunset Shimmer, la valiente chica que había derrotado a enemigos poseedores de enormes magias, aquella que había logrado meter en problemas a la princesa de un mundo antiguo…
Tenía aracnofobia.
—¡TWILIGHT! —bramó la voz de la pelirroja de la habitación. Twilight corrió rápidamente a la habitación que ambas compartían desde la cocina, para ver a Sunset rodeada de almohadas a forma de fortaleza y con un oso de peluche en la mano—. ¡MATALA, MATALA!
—¿A quién? —se cuestionó la chica volteando la mirada; en la pared que señalaba su novia no había nada destacable—. ¿Qué ocurre?
—¿Es que no la ves? ¡Allí está! —señaló con terror la pelirroja. Twilight volteó la vista nuevamente, y fue entonces cuando reparó en lo que veía la chica: una araña tigre caminaba lentamente por la pared—. ¿Qué haces quieta? ¡Mátala antes que nos coma!
Twilight mantuvo por unos segundos su perpleja mirada en la araña. Luego volteó a ver el rostro de Sunset, notando ahora el brillo verdaderamente asustado de sus ojos cyan.
Y luego empezó a reír.
—¿De qué te ríes? —preguntó Sunset mirándola alarmada—. ¿Por qué aún no haces nada? ¡Mátala!
—Es que tu… tu… —Twilight tuvo que respirar profundamente para calmarse—. Sunset, Dios…
Twilight caminó algunos pasos, tomando una revista que estaba por allí. Colocó a la araña sobre ella, y la dejó salir por la ventana fuera de la habitación con tranquilidad. Cada movimiento de ella fue seguido por la mirada de Sunset.
—Listo. —La peliazul se volteó para ver a Sunset, quien había empezado a abrazar al peluche al punto de que, si el osito fuera de verdad, habría muerto ahogado—. ¿Sunny?
—¿Se fue? —cuestionó la pelirroja.
Twilight la miró unos segundos, antes de acercarse para sentarse junto a la pelirroja, quien apartó algunas almohadas.
—¿Por qué no me habías dicho que te daban miedo?
—No les temo —aseguró la chica. Twilight la miró fijamente arqueando las cejas, provocándola fruncir el ceño—. ¿Qué? ¡No es miedo! ¡Es respeto! ¡Tienen colmillos! ¡Tienen ocho patas! ¡Tienen veneno! Yo no tengo nada de eso.
—Sunset, esa era una araña tigre. Ellas son inofensivas para los humanos, ¡incluso nos protegen de las arañas de rincón!
—¿Y si ellas en realidad han matado humanos, y le echaron la culpa a las arañas de rincón? ¡Aunque ellas no son mejores!
Twilight volvió a reír. Abrazó a la pelirroja, aun riendo contra su cuello.
—Sunny, eres una unicornio originalmente. ¡Tienes magia en ti! —señaló. Se apartó para ver el ceño aún fruncido de ella—. Sunset, no te pueden hacer nada.
—¿Quién sabe? Algún día quizás tomen el control del gobierno y nos controlen a todos en una monarquía absoluta en donde perderemos toda nuestra libertad y tendremos que servirles.
Sunset se ganó una nueva risa de Twilight, pero también un rápido beso en los labios.
—No te pasara nada, Sunny —declaró la chica, sonriendo ante la boba sonrisa de la pelirroja—. Es imposible que alguien te haga daño. Primero tienen que pasar por mí.
