Aventuras en la fábrica de chocolate
NA: Hola, esta es mi primera historia, la hice porque no encontraba mucho de ellos dos y me gustan juntos, además todos los que hay son de un Charlie adulto y eso es aburrido. Me baso en la película de Tim Burton.
Advertencias: SLASH!Sexo explícito, chan, no pierdas tu tiempo acá si no te gusta WonkaxCharlie. Edad de Charlie: 13
Disclaimer: No poseo los personajes ni gano dinero haciendo esto.
Capítulo 1
Era una mañana como cualquier otra en la fábrica de Willy Wonka, excepto porque esta vez Charlie se había quedado dormido.
― ¡Charlie, es hora de que te levantes!― gritó la señora Bucket.
Charlie se levantó de un salto por el estrépito y, tambaleándose, bajó a desayunar. El día anterior se había quedado hasta tarde en la noche probando un nuevo invento con su mentor, pero no pudo aguantar mucho más y se fue a acostar, mientras que Wonka se quedó trabajando en el dulce, y le dijo a Charlie que fuera mañana por la mañana para ver el progreso.
Emocionado por volver al trabajo, Charlie comió rápidamente su desayuno y se fue a ver al señor Wonka.
― ¿Ya te vas, hijo?― dijo el señor Bucket asombrado.
― Sí, el señor Wonka me dijo que vuelva hoy por la mañana para revisar el progreso de nuestro nuevo invento― dijo Charlie emocionado.
― Muy bien, Charlie, pero recuerda volver a tiempo para el almuerzo― dijo la señora Bucket.
Con un gesto en respuesta, Charlie salió de la casa, dirigiéndose hacia la Sala de Inventos, donde seguramente le esperaba el señor Wonka. En el camino por el puente de chocolate, Charlie saludó a varios Oompa Loompa que estaban trabajando. Estaba muy animado por ir a ver al señor Wonka, por supuesto, ya que le encantaba inventar nuevos dulces.
Una vez que llegó a la Sala de Inventos, entró y miró alrededor en busca del señor Wonka, pero no lo vio allí.
Extraño. Wonka siempre lo esperaba allí, o en su oficina. Tal vez debería buscarlo en su oficina. Decidido a ir a la oficina, Charlie dio media vuelta y salió de la sala. Mientras caminaba hacia la oficina por el largo pasillo, Charlie escuchó algo proveniente de una gran puerta. Era la puerta a la habitación del señor Wonka. ¿Sería que él también se había quedado dormido? Tal vez no debería molestarlo y esperar a que despierte… ¡Pero era tarde y Charlie estaba ansioso por seguir con el invento!
En unos pocos pasos, se dirigió hacia la puerta y, silenciosamente, se deslizó dentro. La habitación era muy amplia y lujosa. A la derecha se encontraba un gran armario de madera donde Wonka guardaba su ropa, junto a él había una puerta, que probablemente daba al baño privado, y también había algunos otros muebles pequeños y medianos color chocolate en varias partes de la habitación. Pero lo que más llamó la atención de Charlie fue lo que se encontraba en el centro de la habitación. Era la cama del señor Wonka, muy amplia y adornada con un dosel color púrpura. En el centro de la cama se encontraba el chocolatero, durmiendo con un brazo extendido y la cabeza de lado. Tenía puesto un pijama color rojo ciruela, el favorito de Wonka. Charlie nunca lo había visto en esa ropa, de hecho nunca lo había visto durmiendo. Se acercó con cautela, tratando de no hacer ruido. Se sentía extraño entrar en su habitación, sobre todo porque su mentor estaba allí durmiendo, pero misteriosamente emocionante. La cara de Wonka estaba relajada y ligeramente enrojecida, y Charlie creyó que se veía muy linda. De repente sus mejillas empezaron a arder. Sin pensar en lo que hacía, Charlie lentamente levantó una mano. Se preguntó si ese rostro se sentía tan suave como se veía. En el momento en que sus dedos tocaron la mejilla de Wonka, sintió un estremecimiento por todo su cuerpo. La piel era cálida y suave, con un leve aroma a chocolate y canela. Quería acercarse para oler mejor ese embriagador aroma, pero un bajo murmullo de parte del chocolatero lo hizo detenerse abruptamente y darse cuenta de lo que estaba haciendo:
― Mmm… Charlie…― balbuceó Wonka.
Charlie se quedó paralizado con los ojos muy abiertos. ¿Lo había despertado? ¿Había hecho ruido? ¿Su corazón había latido tan fuerte como para despertarlo? ¿Se había dado cuenta de su presencia? O tal vez… ¿tal vez Wonka pronunció su nombre mientras dormía? ¿Por qué? ¿Qué se suponía que significaba eso?
Pero sus preguntas fueron interrumpidas cuando de repente el señor Wonka se levantó de un salto.
Willy Wonka se encontraba muy aburrido haciendo papeleos en su oficina, cuando de repente la puerta se abrió y entró Charlie.
― ¡Hey, Charlie!― dijo Wonka con entusiasmo. Pero Charlie no contestó. Se acercó en silencio hasta el escrito lleno de papeles, lo rodeó y se detuvo justo al lado de Wonka. Estaba a punto de preguntar qué era lo que pasaba, pero Charlie, como si leyera sus pensamientos, dijo:
― Shhh… No quiero hablar, sólo quiero sentirte― Y con esas palabras, Charlie acarició suavemente su mejilla.
― ¿Charlie, qué estás…?― Comenzó, pero no pudo terminar porque el muchacho posó sus labios en el cuello de Wonka, haciéndolo sentir increíble.― Mmm… Charlie…
Pero luego todo se desvaneció cuando oyó algo. Se levantó bruscamente, abrumado y confundido. Resultó que todo fue un sueño, pero… Charlie realmente estaba aquí.
