Hetalia axis power no me pertenece


Si había algo que Heracles amara en este mundo eran los gatos. Le encantaba su pelo suave, sus adorables orejitas y sus patitas con sus almohadillas esponjosas. Le gustaba la personalidad de aquellos animales, eran muy independientes y no parecían necesitar de nadie para cuidarse, pero en cambio si les mostrabas cariño o les acariciabas ellos te devolvían el gesto de una amorosa manera, por muy independiente que parecieran solo buscaban amor.

Sadik le había dicho mas de una vez que amando solo a los gatos jamás encontraría a nadie humano que le gustara. Él siempre creyó que el turco tenía razón, hasta ese día.

Ese año le había tocado a Kiku ser la sede de la ONU, en un principio el japonés se había negado alegando que en esa fecha hacían la convención del manga y estaría muy ocupado, pero finalmente no le había quedado mas remedio que acceder al tratarse como Ludwig había dicho de "un asunto oficial".

Kiku le invito a acompañarlo a la convención y él acepto. Esa mañana le espero tranquilamente en el recibidor. El japonés bajo al poco rato. Heracles le miro de arriba abajo sorprendido. Kiku iba disfrazado de gato, su disfraz no era el típico saco de tela que vendían en las tiendas de disfraces, llevaba unas zarpitas cubiertas de pelo blanco, unas rosadas orejas del mismo color y un tanga blanco del que salía un rabo cubierto de pelo.

El japonés camino hacia el de manera felina, casi sensual. Entonces comprendió, aquello que mas le gustaba en este mundo no eran los gatos, era Kiku, verle así vestido le había hecho entender.

Para él Kiku siempre había sido diferente, no sabia que era lo que tenia que le hacía querer estar a su lado, cuando sonreía sentía algo calido en su pecho y no podía evitar mirarle de reojo cuando pasaba a su lado. Ahora comprendía que era amor.

Realmente amaba a ese chico y no se avergonzaba de ello, dudaba que pudiera haber un ser mas hermoso que el. Algún día reuniría el valor necesario para decírselo, omitiendo que se había dado cuenta de ello viéndole vestido de gato.

El japonés llego a su altura, le sonrío calidamente, provocando un ligero sonrojo en el griego y le indico que se podían ir. Heracles comenzó a caminar junto a Kiku, que parecía librar una lucha interior, después de un rato observándole no pudo evitar preguntar.

-¿Ocurre algo...?

-No... -el griego le miro sin creerle demasiado- esta bien... si, usted siempre me a gustado Heracles-san...

El griego se quedo algo impactado ante la declaración, la analizo mentalmente por si había oído mal, incluso había usado un tono formal para declararse, si, definitivamente se le había declarado. No sabía que responder ya que aun que a él le gustaba el japonés no era bueno con las palabras y estaba seguro de arruinarlo todo hablado.

Hizo lo único que se le ocurrió, apoyo una mano en el hombro del japonés, se inclino un poco y le beso suavemente. El japonés se sobresalto un poco, cerro los ojos y correspondió al beso del griego.


Si no les gusta no me maten, solo diganme "es horrible".