Los personajes de KHR no me pertenecen.


Clases.

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Él miro desdeñoso y aburrido a la niña que le miraba penetrantemente, sus mejillas infantiles rojizas, él enarco una ceja. I-Pin se removió incomoda en su sitio, sus negros ojos miraban con timidez al hombre delante de ella. Pudo ver como la camisa blanca y pulcramente planchada de Hibari-san ceñía su pecho fuertemente, mostrando a ella—cuando levanto los ojos para verlos, y comprobo que un botón no estaba abotonado—una pálida piel, la niña se sonrojo aún más, pero al parecer a Hibari eso no lo llamo la atención, a diferencia de la niña él no se dio cuenta del botón.

Hibari carraspeo llamando la atención de I-Pin, dio un respingo y se apresuro a hablar tartamudeando adorablemente, él no se inmuto, estuvo estoico.

—Así que..¿Qué dice Hibari-san?

—¿Hm?

I-Pin soltó un suspiro, no la había escuchado. Rodó sus ojos negros con resignación y negó.

—Nada.

I-Pin dio media vuelta para marcharse, cuando vio de reojo el brillo de las tonfas de Hibari, sonrió. Hibari jugueteo con sus tonfas entre sus manos, moviéndolo mientras veía por la ventana, I-Pin se acerco.

—¿Hibari-san? —cuando no tuvo respuesta, prosiguió.—¿Me enseñaría a usar tonfas?

Hibari dejo de lado sus tonfas y le miro escéptico. La niña se sonrojo con violencia.

—¿Dónde está el otro bebé? —preguntó Hibari, dando a recalcar que el bebé era su maestro, Fon. Ella sabía que su maestro siempre le anudaría si se lo pidiese, una lástima que no estuviera hoy ahí.

—No lo sé. —murmuro queda I-Pin. Hibari chisto la lengua y miro de reojo sus tonfas, se levanto con tranquilidad pasmosa y se acerco a ella. Bajo la mirada para verla fijamente. Ella media menos de un metro sesenta y, él más que 1,60 de eso ella estaba segura. Hibari escucho el corazón de la chica, hacia un gracioso 'doki doki', sonrió de medio lado.

—De acuerdo. —finalizo apartándose de la niña que temblaba.

Cuando I-Pin iba a salir por la puerta Hibari le tironeo del brazo y la empotro entre la puerta y su cuerpo.

—Pero, ¿Cómo me pagaras estás clases?—preguntó frunciendo el entrecejo, mientras la curvatura de sus labios se ensanchaban macabramente.

—¿D-Dinero?

—Hn. Tengo algo más divertido que el dinero herbívora. —se alejo de ella y tomo entre sus largos dedos una copa de coñac. Sonrió helando a I-Pin. —Espero con ansias las clases, I-Pin.—se burlo mientras salia de la habitación. I-Pin respiro agitadamente.

Hibari sonrió de forma sádica detrás de la puerta, moviendo sus tonfas.

—No está mal...—susurro él. I-Pin supo que las clases que tendría con Hibari serían como el infierno y, más si éste le hacia temblar con solo mirarle.


N/A. Es aquí donde yo grito como histerica y luego se avergüenzo de semejante acto. xD Pero nah, bah, como sea. No sé porque lo hice, tal vez por capricho. =) En fin, si os gusta de puta madre y, si no, pues nada. xDD