¡Hola! ¿Cómo están?
Bueno, pues estaba aburrida un día y me puse a leer fics al azar y se me ocurrió esta idea.
Además de que no encontré ni una sola de esta pareja (en español), y creí que sería interesante.
Es mi primer crossover, así que todos sus comentarios son más que bienvenidos.

Disclaimer: Ninguno de los personajes o lugares que reconozcan me pertenecen.


I. Encuentro Casual

¨Suéltame¨- escuchó una voz femenina gritar no muy lejos de donde estaba, aunque hubiera podido escucharle sin tener que estar más cerca. Otro grito lleno de molestia llamó su atención; definitivamente algo estaba pasando. Y no parecía ser algo bueno. Se apresuró sintiendo el ki de una persona elevarse al llegar al final de la calle.

Justo ahí, se encontró con una chica discutiendo con un hombre. A decir verdad, parecía una simple pareja teniendo una simple discusión. Quizá se había preocupado sin razón alguna. Pero…

-¨Ya te lo dije, idiota¨- insistió la chica -¨lo nuestro terminó¨- dijo alejándose de su tacto bruscamente.

-¨Pues te guste o no¨- dijo el hombre tomándola violentamente del brazo -¨no te libras tan fácil de mi¨- gruñó furioso mirándola fijamente a los ojos.

La chica estaba más que enfadada -¨siento mucho que tu cerebro sea tan pequeño, como todo lo demás en ti¨- arrugó las cejas -¨que no puedas comprender lo que te estoy diciendo¨- alzó más la voz forcejeando para que soltara su brazo -¨se acabó¨.

-¨Eres una…¨- comenzó a gruñir aún más, y apretó con más fuerza su brazo…

-¨Oye¨- una voz detrás de él lo tomó fuertemente del hombro -¨¿es que no le escuchaste? Te ha dicho que la dejaras en paz¨- dijo seriamente, después de decidirse a intervenir en esa extraña riña.
Jamás le había gustado que trataran mal a una chica. Eso se lo había enseñado muy bien su madre.

El hombre, furioso, soltó a la chica bruscamente y se volvió a él -¨¿y a ti qué te importa, idiota?¨.

Manteniendo su semblante serio, dirigió su mirada hacia la chica que parecía estar cada vez más confundida -¨¿te está molestando?¨- preguntó suavemente.
Esperó por alguna respuesta, pero la chica solo asintió tímidamente al sentir su mirada sobre ella.

-¨Mira, imbécil¨- comenzó a decir el hombre, llamando su atención de nueva cuenta -¨será mejor que no te metas en esto porque…¨-

-¨Es la segunda vez que te lo pido de buena gana¨- interrumpió mirándole amenazadoramente mientras se cruzaba de brazos -¨la siguiente, no tendrás tanta suerte¨ - arrugó la nariz aún más, manteniendo su semblante serio.

El hombre comenzó a reír -¨¿se supone que debo asustarme de un idiota como tú?¨- preguntó divertido -¨escúchame bien…¨- comenzó a decir mientras lo tomaba bruscamente del cuello de su camiseta.

En un rápido movimiento, le dio un golpe lo suficientemente fuerte en el estómago para hacerle perder el balance y caer al piso. Un golpe fuerte, pero nada de lo que no pudiera recuperarse en algunas horas.

-¨¡M-Ma-Maldi-to ….. i-dio-ta!¨- gruñó con dificultad mientras intentaba recuperar el aire que había salido de él a causa del fuerte golpe que recibió.

Ignoró por completo al hombre que se retorcía en el piso y dio un paso hacia adelante.
-¨¿Te encuentras bien?¨- preguntó suavemente a la chica que estaba frente a él.

Parpadeo varias veces sin poder creer lo que acababa de ocurrir frente a sus ojos -¨eh¨- intentó decir intentando descifrar si ese desconocido quería ayudarle o quizá tenía otras intenciones -¨si, estoy bien¨- dijo con dificultad, dando un paso hacia atrás nerviosamente.

-¨Me alegro¨- dijo el desconocido con una agradable sonrisa que le hizo sonrojarse un poco.

Sin comprender cómo aquel simple gesto había tenido aquel efecto en ella, prefirió ignorarlo -¨gracias¨- dijo tímidamente bajando la mirada.

-¨No fue nada¨- dijo encogiéndose de hombros. Se agachó un poco a tomar el bolso que estaba en el piso y dio otro paso hacia la chica frente a él -¨supongo que esto es tuyo¨- dijo ofreciéndole el bolso.

Incapaz de levantar la mirada, simplemente tomó el bolso tímidamente -¨gracias¨- dijo en una voz casi inaudible.

El desconocido se quedó quieto frente a ella.

Podía sentir su mirada buscando la suya, pero por alguna extraña razón su cuerpo no reaccionaba.
Se sentía demasiado nerviosa en su presencia que, incluso se había olvidado de que había alguien más en el piso, maldiciendo su suerte, y aquella tonta discusión -¨será mejor que me vaya¨- dijo tímidamente levantando un poco la mirada.

El desconocido volvió a sonreírle de aquella forma tan encantadora y, viéndolo un poco más de cerca, en verdad era bastante atractivo. Y vaya que no podía negarlo..
-¨¿En verdad estas bien?¨- preguntó un poco preocupado de nueva cuenta haciendo una seña para que salieran de ahí.

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios y tan solo asintió. Colocó su bolso en su hombro y acomodó nerviosamente los pliegues de su falda gris oscuro mientras comenzaba a caminar apresuradamente, para alejarse de ahí de una buena vez.

El desconocido caminó detrás de ella, quería asegurarse que en verdad estuviera bien -¨oye¨- llamó intentando detenerla.

La chica se detuvo por unos instantes y se giró a él torpemente, sonrojándose un poco al encontrarse con su mirada -¨disculpa la molestia¨- dijo tímidamente e hizo una pequeña reverencia -¨de nuevo gracias¨- bajó la mirada y se dio la vuelta. Comenzó a caminar apresuradamente y se alejó antes de que el chico pudiera decir algo más.

-¨Espera¨- dijo suavemente, pero se detuvo y dejó que se alejara.
¿Aquel hombre la habría lastimado? Sintió sus músculos tensarse tan solo de pensarlo.
Dejó un suspiro de resignación salir de él y se llevó una mano a la parte trasera de su cuello -´al menos me hubiera gustado saber su nombre´- pensó para sí y comenzó a caminar en dirección a su casa.

Entró a su habitación ignorando los gritos de su madre provenientes de la cocina.

-¨¿Qué acaso estas sordo?¨- gritó una voz al abrir bruscamente la puerta de su habitación.

-¨¿Hmm?¨- se volvió a la puerta distraídamente.

-¨¡Por Kami, me estoy volviendo loca en esta casa!¨- gritó la mujer desesperadamente.

-¨Oh, lo siento madre¨ - sonrió llevándose una mano a la parte trasera de su cabeza, como solía hacerlo cuando estaba nervioso -¨es solo que¨- comenzó a decir sin pensar.

Su madre dejó de gritar sus penas y guardó silencio para prestar total y plena atención a su hijo -¨¿ocurrió algo, querido?¨- preguntó suavemente.

El chico levantó la mirada hacia el techo de su habitación -¨no lo sé, madre¨- dijo encogiéndose de hombros.

La mujer se acercó a él y acarició suavemente su mejilla mientras se sentaba junto a él en la cama -¨soy tu madre, te conozco mejor que nadie¨.

El chico la miraba en silencio, indeciso de querer decirle lo que había ocurrido.

-¨Y sé muy bien cuando mientes, así que ni lo intentes¨- añadió segura de sí misma, alzando una ceja.

Dejó un suspiro de resignación salir de sus labios -¨creo que Videl y yo…¨

La mujer interrumpió bruscamente -¨no me hables de esa chica, sabes que la detesto¨- se cruzó de brazos con evidente molestia.

El chico bajó la mirada -¨entonces, supongo que estarás feliz de saber que definitivamente no volverá conmigo¨- se encogió de hombros dejándose caer por completo sobre la cama.

-¨Lo siento mucho¨- dijo la mujer haciendo el mayor intento por sonar convincente -¨pero¨- cambió su tono por uno más alegre -¨esa chica no te merece hijo, mucho menos después de lo que te hizo¨.

Por Kami, madre¨- dijo llevándose las manos a la cabeza, había escuchado las quejas de su madre por semanas.

-¨No, sabes que tengo razón¨- dijo la mujer seriamente levantándose de la cama -¨esa chica es odiosa, interesada y además…¨- hizo una pausa mientras un gruñido de odio salía de ella -¨simplemente la detesto, no te merece¨- volvió a cruzarse de brazos.

-¨¿Podrías al menos fingir que te sientes mal por el dolor de tu hijo?¨- rodó los ojos mientras se levantaba de la cama y se recargaba contra la pared junto a la ventana.

-¨Sabes que me preocupo por ti, querido¨- dijo suavemente acercándose a acariciar su mejilla -¨pero llevo semanas diciéndote que fue lo mejor que pudo ocurrirte¨.

Dejó un resoplido salir de sus labios -¨claro, que me abandonara sin razón alguna es definitivamente lo mejor que pudo ocurrirme¨- dijo pasándose una mano por su negra cabellera alborotada.

La mujer apretó los labios -¨sabes muy bien a lo que me refiero¨- alzó una ceja -¨además, así tendrás más tiempo para entrenar con tu padre y, quien sabe¨- se encogió de hombros intentando sonar más alegre -¨quizá algún día salves a alguna linda chica en peligro y se enamore perdidamente de ti, como yo lo hice con tu padre¨- suspiró emocionada mientras se llevaba las manos al pecho.

Podría jurar que en cualquier momento aparecerían corazones flotando alrededor de su madre.
Siempre admiró eso en ella, a pesar de todos los años que llevaban juntos y las discusiones por el fuerte carácter de su madre, seguía perdidamente enamorada de su padre como la primera vez.

Volvió a suspirar -¨bueno, será mejor que regrese a la cocina¨- sonrió dulcemente -¨la cena está casi lista, y espero que hoy si nos acompañes ¿me oíste?¨- preguntó suave y firmemente, sin levantar la voz.

Asintió -¨lo haré¨- dijo fingiendo una sonrisa mientras su madre salía de su habitación.
Volvió a dejar su cuerpo caer sobre su cama. Se llevó las manos detrás de la cabeza mientras se recostaba y cerró los ojos. Aún le dolía la forma tan brusca en que había terminado su última relación. Sin motivo. Sin explicación. Y a ella parecía no importarle nada…

Abrió los ojos y se quedó pensativo siguiendo los suaves movimientos del ventilador en el techo de su habitación. Había intentado obtener respuestas una vez más pero, como siempre, ella lo había evitado y tan solo lo echó de su casa. Como lo había hecho en otras ocasiones. Suspiró resignado.

Quizá era momento de dejar de intentarlo; igual no había tenido éxito las últimas 2 veces que lo intentó. Quizá su madre tenía razón. Ahora tenía más tiempo para entrenar con su padre y los demás.
-´Y quizá algún día salves a alguna linda chica en peligro´- las palabras de su madre resonaron en su cabeza. Rió para sí al imaginar algo similar a las escenas que usaban en las películas.

Sacudió la cabeza divertido -´madre y sus ideas´- rió para sí cuando un pensamiento inundo su mente.
-´¿Alejar a un hombre molesto de una chica, sería como salvarla de algún peligro?´- preguntó para sí seriamente al recordar aquellos ojos violetas. Y vaya que le había parecido una chica muy linda, como ninguna que hubiera conocido antes.

Sin darse cuenta, una suave sonrisa se formó en sus labios -´si tan solo me hubiera dicho su nombre´- pensó para sí al cerrar los ojos y volver a imaginarla. Su larga cabellera oscura y su tímida y brillante mirada violácea. Abrió los ojos de golpe y sacudió la cabeza confundido, alejando todo pensamiento foráneo. ¿Por qué estaba pensando todas esas cosas?

Escuchó a su madre llamarle desde la cocina y se levantó de la cama.
Dejó otro suspiro escapar de sus labios. Ni siquiera conocía a esa chica. Y estaba seguro que no la volvería a ver.

Al día siguiente…

-¨Has estado muy callada, ¿te ocurre algo?¨- preguntó una castaña sentada a su lado, sacándola de sus pensamientos.

Su voz la sobresaltó un poco y sacudió suavemente la cabeza -¨lo siento¨- dijo sin levantar la mirada, llevándose una mano a la mejilla.

Habían salido de sus respectivos colegios y, como todos los días, habían ido al Crown.
Tenían años haciendo lo mismo, desde que habían comenzado aquella inquebrantable amistad y aquel vinculo que las unía.

-¨¿Qué ocurre?¨- insistió la castaña.

Levantó suavemente la mirada, solo para percatarse que faltaban dos chicas en la mesa. ¿En qué momento se fueron y no se dio cuenta? Por lo general podía sentir sus auras, pero algo la tenía demasiado distraída. Y eso no era normal en ella.

Escuchó su nombre y volvió a salir de sus pensamientos. Por Deimos, tenía que concentrarse y alejar de su mente tantas distracciones.
Se encogió de hombros y dejó un suspiro salir de sus labios -¨Nikolas¨- dijo suavemente, bajando la mirada.

-¨¿Otra vez?¨- preguntó la castaña un poco molesta.

La chica solo asintió con la cabeza.

-¨¿Te ha hecho algo?¨- preguntó preocupada la chica de cabellera azulada, que estaba sentada frente a ella.

-¨Discutimos, como siempre¨- rodó los ojos -¨insiste en que debo regresar con él y que todo fue un malentendido¨.

-¨Es un cretino¨- dijo la castaña golpeando la mesa.

-¨Ya lo sé¨- respondió mirándola a los ojos -¨ayer¨- comenzó a decir en voz baja -¨me siguió cuando regresaba al templo¨.

-¨¿Te hizo algo?¨- interrumpió la castaña -¨lo mataré¨- apretó el puño que descansaba sobre la mesa.

Sonrió para sí. Sus amigas eran demasiado sobreprotectoras unas de las otras.
Eso, y todo lo que habían pasado juntas -¨no hace falta¨- se encogió de hombros.

-¨¿Le hiciste entrar en razón?¨- preguntó sonriente la chica de cabello azulado.

Sintió como sus mejillas se sonrojaron levemente al recordar a aquel desconocido. Sacudió la cabeza y bajó la mirada tímidamente.

-¨No me digas que regresaste con él¨- dijo la castaña alarmada.

-¨¡No!¨- respondió rápidamente la chica levantando la mirada -¨discutíamos y se estaba alterando mucho¨- hizo una pausa y cerró los ojos al imaginar al desconocido de intensa mirada oscura.

-¨¿Y?¨- preguntó curiosa la castaña, extrañada de la actitud de la chica -¨¿qué ocurrió?¨- insistió -¨tú no eres así, algo cambió¨.

Abrió los ojos tímidamente y asintió con la mirada. Ni ella podía comprender lo que le ocurría.
-¨Un chico intervino justo cuando Nikolas empezaba a ponerse un poco violento¨- se encogió de hombros y bajó la mirada sonrojándose de nueva cuenta.

Ambas chicas la miraban confundidas. ¿Acaso se estaba sonrojando?
-¨¿Quién era? ¿Y qué ocurrió con él?¨- preguntó la castaña alzando una ceja.

-¨Nada¨- se encogió de hombros -¨después de que golpeó a Nikolas, me sonrió de una forma tan…..¨- hizo una pausa -¨y después corrí de vuelta al templo¨- se llevó una mano a la frente.

-¨Espera, espera¨- llamó la chica de cabello azul -¨¿golpeó a Nikolas?¨- preguntó sorprendida.

Tomó un mechón de su larga cabellera oscura y comenzó a jugar nerviosamente con él -¨sí, bueno¨- hizo una pausa sin saber cómo continuar -¨debieron estar ahí para entenderlo, no sé cómo explicarles¨.

-¨Podrías comenzar por decirnos su nombre¨- dijo acusadoramente la castaña sonriendo suavemente.

-¨No lo sé¨- rió nerviosamente mientras continuaba jugando con su cabello.

- ¨¿Quieres decir que un completo desconocido golpeó a Nikolas?¨- preguntó la chica de cabello azul intentando unir los cabos sueltos de la historia.

La chica asintió con la cabeza.

-¨¿Y lo golpeó por defenderte?¨- preguntó la castaña.

La chica asintió con la cabeza de nueva cuenta, sintiendo sus mejillas sonrojarse de nueva cuenta -¨algo así, pero le pidió dos veces que me dejara y como Nikolas se negó, pues….¨- se encogió de hombros nerviosamente.

Ambas chicas la veían extrañadas. Les parecía un gesto bastante amable para ser un desconocido.
-¨¿Y por qué corriste al templo?¨- preguntó la castaña cruzándose de brazos, segura de saber la respuesta mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

-¨No lo sé¨- respondió exasperada, llevándose ambas manos a sus mejillas encendidas.

La castaña rió divertida -¨¿te puso nerviosa, no es cierto?¨- insistió.

-¨Basta, por favor¨- suplicó sintiéndose cada vez más avergonzada. Jamás había estado en una situación similar. Jamás se había sentido tan intimidada por un hombre. Ni siquiera le habían intimidado aquellas batallas que habían tenido enfrentando al enemigo, protegiendo a su princesa. Ninguno de ellos le habían intimidado; era la encarnación de la princesa del fuego y la guerra, no debería sentirse intimidada por nada. Mucho menos por aquella intensa y sensual mirada oscura. ¿Sensual? Deimos…

La castaña no pudo evitar volver a sonreír, disfrutando de esta pequeña oportunidad para hacerle pagar por todas las veces que le hizo lo mismo -¨debió ser un chico muy lindo¨- dijo.

Asintió suavemente con la cabeza -¨lo es¨- sonrió para sí al admitirlo en voz alta.

Continuaron con su charla unos instantes más y decidió retirarse pues había prometido a su abuelo que regresaría temprano para ayudarle con la limpieza del templo. Además que necesitaba alejarse de ellas de una buena vez, comenzaban a meter ideas en su cabeza y debía alejar todo pensamiento sobre aquel atractivo desconocido de una buena vez. Estaba segura que no lo volvería a ver.

-¨Nos vemos mañana¨- sonrió dulcemente mientras se despedía de sus amigas y salía rápidamente del Crown. Una vez afuera, se detuvo a cerciorarse de traer su cartera dentro de su bolso y…

-¨¡Cuidado!¨- gritó alguien detrás de ella antes de golpearla por detrás de las piernas y hacerla caer bruscamente al piso.

¿Qué rayos acababa de pasar? Su brazo comenzó a sentir un pequeño ardor. No tuvo tiempo de ver lo que le había ocurrido cuando escuchó la misma voz junto a ella comenzar a sollozar.

-¨Duele¨- decía un pequeño niño en el piso junto a ella, intentando luchar contra las lágrimas que se formaban en sus ojos. Sollozó de nuevo al tocar el raspón en su rodilla izquierda.

-¨¿Estás bien?¨- preguntó suavemente la chica dirigiéndose al pequeño con preocupación.

-¨¡Goten, te dije que….!¨- se detuvo frente a ellos un atractivo chico de cabello oscuro y alborotado -¨eres tú otra vez¨- dijo con una suave sonrisa al reconocer a la chica.

Sintió como sus mejillas se encendían de nueva cuenta. ¿Cuál era su suerte de encontrarlo en un momento tan embarazoso?

-¨¿Estás bien?¨- preguntó el chico ofreciéndole su mano para ayudarla a levantarse.

Asintió nerviosamente sintiendo una extraña descarga recorrer su columna al tomar su mano.
-´Por Deimos, ¿qué fue eso?´- preguntó para sí al sentir un pequeño mareo al estar de pie.

-¨¿Estás bien, Goten?¨- preguntó suavemente agachándose para estar a la altura del pequeño que seguía en el piso, luchando contra sus lágrimas.

El pequeño negó con la cabeza y señaló el golpe en su rodilla -¨¡me duele mucho!¨- sollozó.

-¨Eso te pasa por no hacerme caso¨- le reprochó suavemente -¨¿vas a llorar por un raspón?¨- preguntó en voz baja haciendo que el pequeño cerrara los ojos -¨¿qué dirá Trunks cuando se entere?¨- bromeó cruzándose de brazos.

El pequeño abrió los ojos y se puso de pie enseguida -¨soy grande, no lloro por cualquier golpe¨- dijo el niño aparentemente molesto por su comentario. Inmediatamente después adoptó una pose como si estuviera listo para pelear.

La chica no pudo evitar reír al ver el cambio tan brusco en el pequeño que segundos antes luchaba por contener su llanto.

El chico se levantó del piso y dirigió su mirada hacia ella, lucía muy linda cuando reía -¨siento mucho lo que pasó¨- sonrió ligeramente y se llevó una mano a la parte trasera de su nuca. Estaba nervioso de nueva cuenta.

-¨No, descuida¨- dijo tímidamente alzando una mano -¨me alegro que no le haya pasado nada¨- bajó la mirada para dirigirla hacia el pequeño niño.

-¨A mí también¨- dijo el chico sin despegar su mirada de aquella chica. Sonrió para sí, sin entender lo que ocurría en su interior. Ahora que se había encontrado con ella de nuevo… ¿No podía o no quería despegar su mirada de ella?

-¨¿Todavía te duele?¨- preguntó dulcemente la chica mientras se dirigía al pequeño junto a ella.

-¨No¨- dijo el pequeño con una gran sonrisa, volviéndose a ella.

-¨¿Qué tienes que decir, Goten?¨- preguntó el chico cruzándose de brazos.

El pequeño bajó la mirada tímidamente -¨perdón por ser tan descuidado¨.

La chica sonrió y acarició dulcemente la suave cabellera alborotada del pequeño -¨no te preocupes, lo importante es que no te lastimaste¨.

El pequeño se sonrojó aún más ante la caricia de la linda chica.

-¨Creo que debería lavarse la herida para evitar que se infecte¨- dijo la chica volviendo su mirada al desconocido que la ponía tan nerviosa.

Asintió sin poder decir algo.

-¨Aquí hay un baño¨- señaló la entrada del Crown -¨estoy segura que pueden entrar¨- sonrió tímidamente y bajó la mirada.

-¨Gracias¨- dijo el chico y dirigió la mirada al pequeño -¨vamos, Goten¨- intentó tomar su mano pero el pequeño se negó.

-¨No quiero ir contigo¨- dijo ridículamente cruzándose de brazos y evitando su mirada.

La chica intentó no reír ante las acciones del pequeño y decidió intervenir -¨¿quieres que yo te ayude?¨- preguntó con una dulce sonrisa, dirigida solo para él.

El pequeño se volvió a ella con las mejillas encendidas y enormes ojos brillantes, llenos de emoción.

-¨No, no deberías molestarte¨- dijo nerviosamente el chico, rascando de nuevo la parte trasera de su cuello.

-¨No es nada¨- se volvió a él por unos segundos, incapaz de sostener la mirada sobre la suya por más tiempo-¨¿vamos?¨- preguntó al pequeño impaciente por entrar al lugar.

Dejó un largo suspiro de resignación escapar de sus labios. Su hermano menor era demasiado entusiasta, justo como su padre. Sonrió para sí mientras caminaba detrás de ellos no muy seguro de que fuera una buena idea.

-¨No nos esperes¨- dijo el pequeño molesto evitando la mirada del chico, dándose la vuelta para ir al baño.

-¨Goten¨- gruñó entre dientes. Se las pagaría al llegar a casa.

La chica rió divertida dejando que el pequeño la tomara de la mano después de insinuarle al otro chico que se fuera. Sintió su mirada sobre ella y tan solo se encogió de hombros antes de darse la vuelta.

Se pasó una mano por su cabellera alborotada. Ese niño era demasiado travieso y no dejaba de meterse en problemas. Aunque, quizá esta vez no había sido tan malo. Se acercó a una mesa y se sentó a esperar. Y planear cómo le haría pagar por lo que estaba haciendo.

Ahora que lo pensaba, quizá tendría oportunidad de preguntarle su nombre.
Sonrió para sí -´o quizá Goten ya lo averiguó´- pensó mientras se cruzaba de brazos y sacudía la cabeza.


¿Qué les pareció?
¿Es raro o si les gusta esta pareja?
No olviden dejar sus reviews, que siempre me emociono demasiado al leerlos y saber qué les gustaría leer en el siguiente capítulo.

A mis fieles lectores de mis historias de Sailor Moon, no se preocupen, pronto actualizaré mis historias. Lo prometo.
Gracias por su tiempo :D