Hola a todos!

Muchas gracias por entrar a leer mi historia.

Llevo varios años escribiendo cosas para diferentes fandoms y esta es creo que la tercera vez o así que publico una de mis historias, pero por lo general suelo borrarlas antes de acabarlas y, por lo tanto no las publico. Así que espero que este sea el comienzo de una cuenta que no acabe borrando y en la que vaya subiendo cositas regularmente (más o menos).

Respecto a la historia, he de decir que desde que salió el CD Drama de Choro y Jyushi trabajando en el bar de okamas me enamore de la apariencia de Choro (amo a Choromi, en serio) y eso al final ha desembocado en esto.

Espero que os guste mucho este primer capítulo y prometo no tardar demasiado en escribir y subir el segundo (normalmente acabaría toda la historia y luego iría subiendo semanalmente, pero si lo hago así, sé por experiencia que no subiré nada).

{Red}


Capítulo 1 - Choromi

Un par de golpes se oyeron a través de la puerta de mi camerino. Era la señal de que tenía que salir en 5 minutos. Revisé por última vez mi maquillaje antes de calzarme los tacones rojos que debía llevar esta noche y salí por aquella puerta en dirección al escenario.

La jefa me dio las últimas instrucciones antes de irse a ayudar a otra de mis compañeras con su traje. Los focos del escenario se apagaron y la chica que había estado sobre este hace escasos segundos entró entre las cortinas para reunirse conmigo, dándome ánimos para mi actuación de hoy. Coloqué correctamente mi vestido una última vez y suspiré antes de dirigirme al centro del escenario. –You had plenty of money in 1922—Aún totalmente a oscuras, y en silencio por la expectación del público, comencé a cantar, ganando aplausos y silbidos del público tras reconocer mi voz.

Un único foco se encendió, enfocándome únicamente a mí mientras una suave música comenzaba a sonar. –You let other women make a fool of you—Al menos una vez al mes, generalmente por petición de los clientes, tenía que interpretar esta conocida canción versionada por Jessica Rabbit. –Why don't you do right… like some other men do?— De nuevo había tenido que embutirme en el ya conocido vestido añil oscuro de tirantes con escote en v y corto hasta las rodillas que tan famoso se había hecho en este club. -Get out of here— Como siempre, mis tacones rojos preferidos acompañaban a la que parecía haberse convertido en mi pieza de ropa favorita para las distintas actuaciones en las que participaba, generalmente como cantante solista, ya fuera con algunas de mis compañeras bailando para acompañar las canciones que interpretaba o, como ahora mismo, cantando en solitario. –Get me some money too— Como ya había hecho cientos de veces, me dediqué a simplemente cantar de la forma sensual que sabía le gustaba a los clientes, dirigiendo miradas con cierto toque sexy a diferentes rostros anónimos de los hombres que se encontraban entre el público.

Esta era mi última actuación de la noche, por lo que lo poco que duraba mi canción se podría decir que hasta se me había hecho corto. Parecía mentira que disfrutara tanto sobre este escenario cuando las primeras veces que no me dejaron otra opción más que actuar a penas había podido contener mis nervios.

Tan solo quedaba la última palabra de la canción, la cual debía cantar en un par de tonos más altos que el resto de la canción, lo cual hice sin ningún problema, cerrando los ojos para saborear mejor esta última nota. A penas terminé, volví a abrir los ojos, mirando al afortunado que se encontraba en la tercera fila de mesas con media sonrisa dibujada en su rostro y los ojos entrecerrados. Abrí los ojos como platos al reconocer aquella expresión y al hombre al que pertenecían. Afortunadamente, aunque la música con la que cerraba la canción seguía sonando, el único foco que estaba encendido se apagó, evitando que mi reacción fuera detectada por ninguno de los clientes.

Apenas se cortó la música y yo ya había huido del escenario, escondiéndome en la seguridad de mi camerino. Revisé mentalmente mi horario una última vez. Menos mal, hoy no tenía que atender las mesas. Me senté en la cómoda silla de mi tocador y apoyé la cabeza sobre la superficie de este, tratando de relajarme un poco antes de cambiarme de ropa para irme a casa. Levanté la cabeza para mirar mi reflejo en el gran espejo que componía la parte superior del tocador.

Era imposible que, yendo tal y como iba, me hubiera reconocido, ¿verdad? De todos los clubes a los que podía haber ido, de todas las horas a las que podría haber venido a este preciso club, ¿por qué tuvo que venir precisamente a la hora que yo actuaba?

Un par de golpecitos a mi puerta me sacaron de mis pensamientos, ¿acaso no sabían que ya había terminado por hoy? Quizá necesitaban que hiciera alguna sustitución o el público estaba exigiendo un bis. Con ello en mente, recoloqué correctamente mi peluca verde de corte Bob y abrí la puerta, horrorizándome al ver quién se encontraba tras ella.

Frente a mí se encontraba Osomatsu, el mayor de mis cinco hermanos, vestido con unos pantalones negros y camisa roja, sujetando una bonita rosa a juego con su camisa y dibujando en su rostro su típica sonrisa de lado, algo sonrojado, pero verdaderamente atractivo al mismo tiempo. – Choromi-chan, hoy has estado magnífica. B-bueno, no es que los otros días no lo hayas estado, por supuesto que sí, pero hoy esp-pecialmente - En su voz podía notar claramente lo nervioso que estaba, tratando de contener su lengua para no decir ninguna estupidez mientras intentaba mantener su mirada sobre la mía, no pudiendo evitar bajar la vista de vez en cuando hacia el escote de mi vestido. Por mi parte, me dediqué a sonreírle de forma dulce, intentando no mostrar mi pánico al descubrir no solo que, efectivamente, había visto a mi hermano mayor en aquella mesa frente al escenario, sino que, además de haber venido a más actuaciones, era fan mío.

Pero gracias al destino, uno de los chicos de seguridad se acercó hasta nosotros, indicándole a Osomatsu que no podía estar en la zona de camerinos e invitándole de forma realmente amable a irse. Sintiéndose intimidado por el segurata, mi hermano mayor me dedicó una sonrisa encantadora mientras me tendía la rosa, la cual cogí casi inconscientemente, atontado por aquella sonrisa. –Encantado de haberte conocido, Choromi-chan. Espero que podamos hablar más adelante –Por algún extraño motivo, tomó mi mano y la acercó a sus labios, depositando un suave beso sobre esta antes de alejarse por el pasillo, seguido por el tipo de seguridad.

Como el idiota que soy, me quedé ahí petrificado unos segundos antes de cerrar corriendo la puerta del camerino y sentarme en el suelo con las manos tapándome la cara, avergonzado por mi estupidez. Tras unos segundos reevaluando mi vida, me levanté y quité la peluca, colocándola en su sitio antes de peinarla un poco, dejándola preparada para el próximo día. No tardé mucho en quitarme el vestido y los tacones, sustituyéndolos por mi camisa blanca, vaqueros y zapatillas verdes, dejando todo bien recogido antes de coger mi sudadera verde, las llaves del camerino y salir de este, cerrando la puerta antes de irme.


¿Qué os ha parecido? Dejad reviews para contarme qué tal (y si se me pasó alguna falta ortográfica).

Para los que tengan curiosidad, la canción que supuestamente canta Choromats- digo Choromi es "Why don't you do right", la versión que se utilizó para Jessica Rabbit en la película de Roger Rabbit (no sé por qué esto no me deja poner el link por si alguien quiere escuchar la canción, pero con poner "why don't you do right Jessica Rabbit" en You Tube debería saliros ^w^).

De nuevo, muchas gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.