Mi nombre es Alison, Alison Sanders y os voy a contar la historia de como encontré al que sería el amor de mi vida. Pero antes de contaros toda la historia voy a presentarme.
Tengo 17 años y nací un 25 de julio de 1995. Soy rubia, alta y delgada, o eso es lo que dicen. Intento parecer perfecta pero eso es una simple fachada, pero aunque no os lo creáis la gente se lo cree, todos excepto mis mejores amigas.
Ellas son Caitlin y Miley. Caitlin es morena, baja y muy buena persona, mientras que Miley es rubia, alta y un poco controladora. Ellas lo saben absolutamente todo sobre mí. Luego están Liam y Danny. Son mis mejores amigos pero a diferencia de Caitlin y Miley no saben todo lo que ocurre en mi vida. Los dos son morenos, altos y muy sexys, pero sinceramente no me los follaría. Ellos son como mis hermanos, y no podría tirarme a un hermano. Los cinco vamos al instituto Avalong High School en el centro de Nueva York. Y ahora que ya me conocéis un poco mejor os contare mi historia.
Todo empezó un día en el centro comercial. Era una tarde como otra cualquiera sobre las 7 de la tarde. Miley, Caitlin y yo estábamos tomando algo en una cafetería, cada una pendiente de su móvil sin prestar atención al resto, cuando Miley comenzó a hablar:
- ¿Os acordáis de la fiesta que hay esta noche?-pregunto con una malicia en su voz que me resultaba familiar.
Caitlin y yo asentimos lentamente, preocupadas. Cada vez que a Miley se le ocurría algo, acabábamos arrepintiéndonos al día siguiente. ¿Que se le habrá ocurrido esta vez? Miley, a pesar de ver nuestro miedo en la cara, no le dio importancia a nuestra expresión y siguió hablando.
-Se como hacer que esa fiesta sea un poco más divertida.
-¿Cómo de divertida? ¿Que coño se te ocurrió esta vez?-preguntó Cailtin.
Miley nos miró con una sonrisa de oreja a oreja, y dijo:
-Vais a tener que acompañarme a Central Park para averiguarlo.
Caitlin seguía asustada, y lo notaba por la forma en la que realizó su siguiente pregunta:
-¿Y se puede saber que vamos a hacer en Central Park tan tarde?
-Ya lo veréis, ¿vais a venir si o no?
-Si, no vamos a dejar que vayas tu sola, que a saber que se te ocurre.-dije casi susurrando.
Miley ni se inmuto, se dedico a coger su bolso a levantarse y a guiarnos hasta la salida. Llegamos a Central Park sobre las 8 de la tarde, tuvimos que recorrer medio parque para llegar a donde la señorita quería. Tras unos diez minutos llegamos a un banco donde había tres chicos y nos acercamos poco a poco. Llevaba a Caitlin a mi izquierda y Miley a mi derecha y mientras nos acercábamos escuche a uno de los tres chicos hablar. Era un chico alto, rubio, con unos ojos castaños muy penetrantes. Parecía fuerte, atlético, y a la vez tenia un aire de misterio. Me intrigo, lo admito, pero no era para nada mi tipo, era como decirlo un chico problemático. Fue entonces cuando volví a escucharlo, sin embargo, esta vez estaba lo suficientemente cerca para entender lo que decía.
-Que buena esta la rubia.
El chico que estaba a su lado, uno moreno, alto y que también parecía fuerte contestó:
-¿Que rubia? Hay dos.
-La del centro.
Intente no darle importancia a los comentarios de ese chico, pero he de admitir que ese tipo de cosas me molestaban y mucho. Nos plantamos delante de ellos y Miley empezó a hablar con un chico con el pelo castaño y mas bajito que los anteriores, pero que parecía ser el líder de los tres. Miley se fue a un lugar apartado de nosotras, dejándonos solas con aquellos dos desconocidos. Me encontraba incómoda, y no podía evitarlo notaba como los ojos del rubio recorrían todo mi cuerpo de arriba a abajo. No conocía a estos chicos, y no parecían muy buena gente. Mire para donde estaban Miley y el chico de pelo castaño y me fije en que el chico le dio a Miley una bolsita llena de algo, no sabía muy bien que era. Tras unos minutos se acercaron a nosotros y empezaron las típicas presentaciones.
-Chicas, estos son P.J., Ryan y Oliver- dijo Miley señalando a los tres chicos.
-Un placer-dijimos Caitlin y yo al unisono.
Al parecer P.J. era el de pelo castaño, Oliver el moreno y Ryan el rubio. Caitlin y yo no dijimos nuestros nombres, pero eso no pareció molestar ni a Oliver ni a P.J.. Ryan, al contrario, si parecía un poco molesto, pues se quedo mirándome como esperando a que dijera mi nombre. Tras las pequeñas presentaciones, Miley le comentó lo de la fiesta, cosa que no me agrado, pero no podía decir nada. Me di la vuelta para irme pero alguien me agarro del brazo, Ryan.
-Oye encanto, ¿no vas a decirme tu nombre?
-No, y ahora si no te importa déjame tranquila.
Me solté de su agarre, y en cuanto lo hice el me guiño el ojo. Eso hizo que aun me enfadara mas, ese chico era un completo imbécil.
Me aleje ignorando los gritos de Miley y Caitlin, pero poco después las sentí andando detrás mía, intentando alcanzar mi paso. Sabía que este comportamiento tendría consecuencias, pero me daba igual. Solo quería llegar a casa y prepararme para la fiesta.
Gracias por leer.
