AUTORÍA

Esta historia es un Fanfiction que une los universos de las series de TV Supernatural y Shadowhunters. Los personajes de Cassidy Blossom, Nick, Beatrice y Chamsael son ideados por el autor. El resto de los personajes principales pertenecen a los creadores de ambas series, de todas las temporadas y episodios. Los eventos relatados en esta historia no afectan eventos pasados, presentes o futuros de la trama oficial, y tienen lugar después del capítulo referido como punto de partida y antes del siguiente.


NOTAS DEL AUTOR

Este Crossover ocurre en ambos universos de las series de TV Supernatural y Shadowhunters. Consistirá de un prólogo, cinco capítulos y un epilogo. La historia estará confeccionada de tal forma que se ajuste a las tramas de las dos series sin afectación de las mismas.

Los capítulos se irán publicando gradualmente. Espero que a los fanáticos de ambas series les guste la historia, la trama y mi estilo literario. Todo tipo de críticas y opiniones son bienvenidas, y el filtro de profanidad esta desactivado. Disfrutad...


EL CAMINO HASTA AHORA…

Supernatural (Temporada 12, Episodio 15): Después de múltiples mentiras, secretos y desaventuras, Sam le confiesa a su hermano Dean que está trabajando con los Hombres de Letras británicos, obteniendo pistas sobre casos gracias a su red superior de inteligencia y reconocimiento. Dean accede a trabajar con ellos también, haciendo resaltar su desconfianza y poniendo como condición que en el momento que algo no les parezca aceptable, se salgan del grupo.

Shadowhunters – The Mortal Instruments (Temporada 2, Episodio 10): La batalla en el Instituto de Nueva York resulta en la activación de la Espada de Almas por Jace Weyland tras ser engañado por Valentine Morgenstern. La explosión de energía causó la muerte de decenas de Criaturas de la Noche en el acto, incluyendo vampiros y licántropos conocidos por el grupo. Jace derrota a Valentine en una dura pelea, mientras Clary intenta destruir la espada, pero ella falla en el intento y el arma desaparece. Valentine termina encarcelado por el Instituto con esperanzas de que revele la localización de la Copa Mortal. Con enormes pérdidas en el Mundo de las Sombras y el arma mortal en paradero desconocido, el grupo de los Cazadores de Sombras debe hacer lo posible por resolver la situación.


PRÓLOGO

La noche está fría y extremadamente oscura. Una brisa congelante se cuela por el cuello expuesto de Cassidy, alcanzando cada poro de su piel cubierta por un vestido rojo de satín. Su columna vertebral tiembla. ¿Cómo demonios he terminado en este parque a esta hora? Se queja.

La respuesta yace oculta dentro de su alma, atormentándola con cada paso que da. El hecho de haber sido criada bajo el cuidado de una de las familias católicas más devotas de Nueva York no la ayuda a entender sus sentimientos. Toda su niñez, adolescencia, y parte de su adultez joven habían sido condicionadas en función de la interpretación que sus padres le daban a la Biblia, y ella lo aceptaba. Nunca se había quejado, retrocedido, o siquiera cuestionado el régimen estricto al que fue siempre sometida. Su fe en Dios siempre fue más fuerte que sus necesidades. Sin embargo, esta noche cedió a la tentación.

¿Qué demonios me ha ocurrido? Se pregunta repetidamente mientras camina. Casi rompo mis votos de fe allí atrás, cediendo a las tentaciones de la carne. Comienza a murmurar sus rezos con la esperanza de olvidar que casi tiene sexo con un joven, que recién había conocido, en la fiesta de cumpleaños de su mejor amiga. Por poco lo pierdo todo, suspira mientras mira su pequeño reloj dorado. Las 2:15. Debí haber agarrado un taxi. Sus pensamientos sobre la situación actual son rápidamente borrados por la imagen del joven que rompió su devota voluntad de hierro. Recuerda cada detalle de su cara pálida, sus pómulos pronunciados y sus bellos ojos grises. Dios mío, esos ojos… Esos grandes, redondos e hipnotizadores ojos, ella murmura y suspira su nombre. Nick...

El sonido de un arbusto la hace sobresaltar y girarse a echar un vistazo. Dios mío, todo esto me tiene al borde de la locura, suspira. La negritud del cielo, el viento helado, los arboles oscurecidos y la farola defectuosa son más que suficientes para hacer apurar la marcha a Cassidy Blossom. Debo llegar a la calle rápido, se dice a sí misma. Un segundo ruido, esta vez de hojas secas aplastadas, hace que su corazón se vuelva loco. Comienza a correr sin mirar atrás.

Alguien agarra sus muñecas a unos pocos pasos de la calle. El miedo cierra sus ojos. Ella grita, patea y forcejea, intentando salir del firme agarre de su agresor. Su pelea termina al escuchar su voz.

— Nena, sólo soy yo. Cálmate.

Cassidy abre sus pequeños ojos azules. El hombre todavía tiene sus muñecas fuertemente agarradas, pero ella se siente segura al ver su cara. Sus ojos grises le devuelven la calma que había perdido. El ondeo de su pelo negro bajo la luz tenue del farol del parque hace que su cuerpo tiemble. Nick.

— Calma, — la detiene.

Él suelta sus muñecas con delicadeza. Se para frente a ella y arregla todos los mechones regados de su pelo rubio. Dios mío, ¿Que estoy haciendo? ¿Porque no lo detengo? Sus manos están paralizadas. Su cuerpo tiembla de excitación.

— ¿Ahora, estas lista? — Pregunta el hombre con tono seductor.

— Sí…

Nick cambia abruptamente su expresión facial. Sus pupilas se dilatan. Sus cejas se aplanan. Su sonrisa se vuelve sardónica.

— No estaba hablando contigo, rubiecita.

— ¿Qué…?

Ella no llega a terminar su pregunta. Un inmenso dolor invade su espalda por unos segundos, hasta que deja de sentir completamente. Su vida se desvanece mientras ve su propio corazón ensangrentado fuera de su pecho, agarrado por una mano llena de uñas largas y afiladas. Cassidy Blossom es ahora un cadáver tirado en la acera del parque, rodeado por un charco de su propia sangre.

Nick no muestra miedo o sorpresa. Se limita a irse del lugar, seguido por la persona que llevó a cabo el asesinato. Todas las farolas del parque se apagan simultánea y repentinamente. El lugar se transforma en una boca de lobo. La brisa se torna glaciar.

— ¿Esta fue la última? — Pregunta Nick.

— Todavía falta una, — el asesino acomoda el corazón ensangrentado de Cassidy dentro de una caja de madera con runas talladas. — Ya tengo su nombre. Es sólo cuestión de tiempo.

El siniestro personaje le entrega un pequeño pedazo de pergamino. Nick lo abre y sonríe al leer el nombre escrito en él. Luego lo vuelve a enrollar y lo guarda en uno de los numerosos bolsillos cosidos en su largo abrigo negro. Farfulla las mismas palabras una y otra vez con deleite mientras se aleja del lugar.

— Pronto nos veremos, Clarissa Fairchild…