AVISO: Me hice una cuenta en "Sweek" y subí este mismo fic, linduras. Hasta me metí a un concurso, les aviso para que no piensen es plagio. Me encuentro bajo el mismo alías.
Hola linduras. Llevo un buen tiempo armando esto, primero unas escenas de un cap y luego el otro en desorden, dependiendo de como me sintiera y pudiera quedar en la escena. Iba a ser un fic de un cap pero me quedo muy largo que en mi mente se me formo como 4 escenas largas, dando lugar a 4 cap que ya tengo completos y solo estoy revisando. Probablemente hoy mismo los suba todos, porque mi intensión con este fic no es tener muchas leídas oh comentarios, tener lectores intrigados oh algo por el estilo, lo único que busque aquí fue desahogarme, buscar una señal de algo, exponer un trozo de mi alma.
Si claro hay maquillaje, es un fic y se debe acomodar al ambiente, me disculpo por lo repetitivo del inició, es una idea tan usada pero el verdadero transfondo es lo siguiente. Por cierto le iba a poner grandes notas a los caps pero no, solo daré un dato en el siguiente, porque puedo arrepentirme después, se pueden decir cosas erróneas cuando estas molesto, triste y desesperado. Además no sé realmente que pasa... Solo sé que te extraño, ¿Me extrañas?...
Aviso extremo de "Ooc"
Invasor Zim pertenece al maestro Jhonen Vasquez, solo la historia es propiedad de LagrimasSolitarias.
"INTERMEDIÓ"
Capitulo 1: RENACER.
¿Podrias imaginarte prepararte toda tu vida para algo y que un idiota lo arruine por una golosina?.
Suena a broma de humor negro, pero la vida posee un sentido del humor tan cruel.
Ya que precisamente eso le paso a una fémina de mirada altanera.
Tak fue aplicada en la academia, Tak debía ser parte de la gran asignación, Tak debería reclamar lo que es suyo por derecho, Tak termino meses en el frío abismo del espacio.
Bien si antes no era venganza ahora si lo es.
Llevaba poco tiempo de volver a la tierra, un par de días para ser exactos, ni lenta o perezosa supo descubrir la hora que el Tarado se comunicaba con los gloriosos Altos, todo gracias a que la UCI de este le ahorro hacer un plan, él le dijo la hora y hasta dejo la ventana abierta.
—¡Diganle mis Altos!, ¡Si el tonto no me creyó que lo escuche de sus Altísimas bocas!, ¡Ustedes no tienen porque seguir lidiando con esta burla para el Imperio!.
Exclamaba la fémina, teniendo al verdugo de su ayer inmovilizado en el suelo de la sala, frente a la inmensa pantalla del televisión, realizándose la llamada a los líderes Irken, que miraban atentos, como la hembra apresaba los tobillos de Zim con dos extremidades de su pak, sujetando sus muñecas con las manos al nivel de su cabeza, terminando por tener las otras dos extremidades mecánicas en forma de exis en su cuello, su liviano cuerpo ejercía todo el peso posible estando sobre él con las piernas abiertas encima de su cadera.
Se compartían una mirada de rabia con rencor, toda la ira que a Zim le daba de como un ser insignificante se atreviera a tanto, toda la ira que Tak cargaba ya que ese tipo es causa de sus males.
Rojo y Púrpura se dieron una mirada entre si, un segundo y se hundieron de hombros aburridos. El pequeño Irken estaba apuntó de maldecir intentando contraatacar, encolerizado que hasta la hora su seguridad no había hecho nada, tragándose la vergüenza que sus amados Altos vieron este espectáculo de la tonta hembra.
Pero sus altezas lo callaron de golpe con.
—Tiene razón.
Zim abrió los rubís como platos, viéndolos interrogante, Tak no cedía en su posición.
—Zim tú misión es una mentira, te dijimos esto para desásenos de ti o simplemente murieras antes de encontrar un planeta que inventamos.
Dijo como si dijera que los nachos tienen queso, lo mas obvio y común que pudiese ser.
—Pero últimamente sea hecho muy aburrido burlarnos de la burla del Imperio, ¡¿No podrías variar tu no-inteligencia de vez en cuando?!.
Lo acompañó su hermano, en tono infantil de niño que no quiere ver capítulos repetidos en la tv.
—En fin.
Volvió hablar el coherente de los hermanos.
—Ahora que lo sabes eres un exiliado. Que no te sorprenda, tu arruinates la operación Ruina Inevitable parte I, aparte de los años de terribles apagones de luz por tu misma causa, escapates de tu castigo en Comidortia dos veces. ¿En serio creíste que premiariamos tu estupidez con una misión secreta?.
—¡Ahora ya deja de llamarnos!.
Término diciendo Púrpura, en serio era agotador tener que liderar con un exiliado por tanto, el chiste de exiliado es no tener contacto con nadie del imperio, menos con ellos.
Los lideres de la raza más maldita del universo hicieron una señal para cortar, pero Tak sacudió su cabeza liberándose del estado de goce ya que al fin se hacia justicia, obligándose a recordar que debía aprovechar el momento.
—¡MIS ALTOS ESPEREN!.
Utilizo al máximo el uso de sus cuerdas bocales, fusionando ya que los Altísimos hicieron una señal evitando se corte la llamada, más curiosidad que otra cosa.
—Mi nombre es Irken Tak... La del plan de las golosinas rellenando la Tierra.
Dijo avergonzada como también asustada, era probable que sus lideredes la castigaran al no cumplir lo prometido.
—¿Golosinas y la Tierra que?.
Interrogó Rojo bajando y subiendo una antena, justo cuando apachaba un ojo.
—Creo que fue un plan con helado de vainilla.
Intento recordar Púrpura.
—No a habido ningún plan con helado de vainilla jamás, Púrpura. De lo contrario lo recordaría.
Le respondió serio.
—Como sea, ¡Ya me dio hambre!.
Exclamó agitando los brazos, lo malo de hablar de golosinas.
—Espera solo un segundo.
Le pidió a su contraparte viendo a Tak.
—Codigo de pak, Irken Take.
—19092013, mi Alto.
Contesto al otro lado de la pantalla la ojos morados, temerosa por la seriedad del ojos rojos, esa podía ser una mala señal, por ello ni siquiera se atrevió a corregir su nombre por respecto a su gobernante.
—Espero lo hayan anotado.
Parecía que le decía a uno de los sirvientes que están encargados de los controles.
—Entiendo que es soldada, así que espere una llamada nuestra en un transcurso. Debido que se necesita personal para el expurgó galáctico.
—Si la carne de cañón.
Susurro Púrpura al fondo, antes de empezar a comer bocadilllos que algunos sirvientes les traían.
Tak sentía que le temblaba el labio inferior y sus ojos no salían del impacto, ¡¿Podria ser que sus Altos le daban otra oportunidad de servirle al imperio a pesar de sus fallas?! Era demasiado hermoso y real este momento.
—¡Estare muy atenta de su llamado, mis Altos!.
Hizo saludo militar con su mano, poniendo su espalda firme, la sonrisa y casi lágrimas de felicidad estaban presentes. Los hermanos le dieron un ademán de como sea y se corto la llamada.
Pasaron unos segundos donde Tak no supo más que lo que es estar sumergida en alegría. Hasta recordar donde estaba y que aún se encontraba sobre el Tarado sometiéndolo, rápido guardo sus extremidades mecánicas en el pak, poniendose de pie.
Este día podría ser titulado el mejor de su vida, no solo la escoria al fin es liberado de la venda y descubre su miseria, sino que también ella estaba camino al rumbo que merece. Justo ahora vería su cara y se reiría en grande.
Pero el ojos rubís que extrañamente estuvo callado todo este tiempo, se había sentado y dado la espalda ocultando la mirada baja todo el tiempo, fue aun mas extraño que la fémina sintió algo pulsando dentro suyo con esa actitud, como si se estuviese quebrando una pared de cristal dentro de Zim y solo ella podía escuchar los vidrios.
—Vete...
Apenas escucho que le dijo, en un tono que no supo definir pero parecía muerto.
—Em... ¡Claro que me voy! Tengo mucho que hacer antes que mis Altísimos me llamen jajaja y no es por nada pero sospechó que no te volverán hablar a ti ¡Jajaja!.
Intento mantener la compostura, caminando altanera hacia la puerta que tiro de una patada sin mirar atrás, no podía gastar tiempo con ese exiliado, bien podría darle una justa paliza pero no, ya tenía suficiente y ella tenia mejores cosas que hacer, como seguir reparando su antigua base y a su UCI.
Zim era un cuento pasado, se término por decir.
A los días a la fémina le parecía cada vez más extraña la ausencia del Irken, no lo miraba por esa deprimente ciudad cuando ella salia a caminar en su tiempo libre, solo a sus asistentes que se decían algo sobre que su Amo estaba enfermito, a Tak no tenia que importarle, ¿Pero en serio Zim estaría enfermo? La ansiedad de saber algo la mato, se decía que solo era morbosa curiosidad. Tanta que bajo esa escusa se aventuró un día a entrar a su base.
—¿Escoria?.
Llamo extrañada que todo estaba en penumbras y muy polvoso, cosa ilógica para alguien adicto a la limpieza como Zim, los asistentes probablemente habían salido porque el sitio se oía vacío, también la seguridad estaría apagada y Computadora limpiándose ya que ni su voz fue escuchada, la ojos morados dio algunos pasos hasta topar sus pies con una silueta en el piso...
Siendo el verdugo de su ayer, ahí tirado como cualquier basura que se olvido en la alfombra, derramando cuantas lágrimas solitarias agrias fuera posible de sus joyas de ojos.
Solo pudo ver esos ojos apagados que en el ayer brillaban con arrogancia, no entendía porque le dolían en lugar de provocar satisfacción, la angustia por estarse desmoronando a pedazos quien destruyo su cordura, la asfixiaba.
Tan ilógica la vida, tan maldita en voltear papeles, tan oscuro el panorama del ser que desoló su existir.
¿Que hacer para que sus lágrimas sesasen? Para que vuelva a ser como en el ayer, para que ella dejara de sentirse compadecida en lugar de victoriosa como debía ser.
Podría tomarle unas fotos y chantajearlo que las mostrará a toda la galaxia, gritándole entre risas lo patético que es buscando reaccione...
No eso no cambiaría su estado, probablemente lo empeoraría.
¡Odia esto!.
¿Por que diablos debería afectarle el dolor del Tarado?... Él solo pasaba por lo que justamente merecía, el castigo dado por terceros por arruinar su vida, ella solo podía estar feliz de ya estar todo en su lugar.
Pero no.
En lugar de ello se sentía miserable con esos ojos sin vida, un cadáver andante sin alma arrogante, un recuerdo del Irken de su infancia que la olvido como si nada.
Amargo le fue el recuerdo de Zim, superándole solo este.
—Zim...
Susurro recostándose a su lado, lo observaba respirar mostrando el no querer hacerlo, algo le decía que si lo mataba le haría un favor, quizás eso esperaba oh más bien en silencio le rogaba...
¡No!.
De alguna forma su vida término girando alrededor de esa escoria, si él no estaba eso significaba que...
—No te rindas...
Tomaría broma de mal gusto haberle dicho esas palabras a su verdugo, pero peor broma fue el tomar su rostro con ambas manos, seguido de acercarlo al suyo uniendo sus labios en una acción desesperada, buscaba que le reclamase teniendo un segundo algo de vida siquiera para ello, pero la broma mayor fue que le gustase el sabor de esa boca que sus labios se habían tostado, tentanda a probar más que eso.
Zim cerro los ojos involuntariamente, no sabia que hacia Tak, ni supo cuando entro, solo escuchó sus palabras lejanas, sintiendo como sus labios se apropiaban de los suyos, no tenia idea de que era esto, solo comprendía que esos besos húmedos se sentían sanadores a lo largo de su rostro, bajando por su cuello, junto a manos delgadas que con firmeza acariciaban su cuerpo bajo la ropa.
Se dejo hacer respondiendo con jadeos al estimulo en su piel, no noto cuando la camisa de su uniforme fue descartada, estando besos que succionaban partes de su pecho entre lamidas de larga lengua de su especie, se sintió querido por los seis dedos que se paseaban con entrega en sus antenas, maravillándose con ronroneos que se intercambiaron por sonidos de excitación provenientes de la hembra, que había mandado lejos su uniforme propio al igual que lo que quedase del de Zim, encantada con el rose de sus pieles, en algún momento sintió tanto calor para arder sus mejillas, ya fuese por la imagen borrosa de la fémina de hermoso cuerpo descubierto sobre el suyo, o porque no paraba de adornarlo de besos más pasionales según continuasen.
Beso sus manos libres de guantes, lamió sus dedos importándole poco las garras de su raza, disfrutó su pecho no parando de acariciarlo, mordió lo que pudo de su cuello vibrando con los jadeos del ojos rubís.
—Aaah.
Se estremeció inclinando las antenas rizadas al bajar por su estómago sus manos, descubriendo la excitación del Irken ansiosa al igual que su propia humedad bajo su vientre.
—mmm... Aah..
Se maravillo por su textura calidad entre sus manos flotando, limitando sus garras a rosar, pensando que también debía tener cuidado con sus dientes al cambiar la acción con su boca.
—¡Aaaah!.
Incrementando el sonar de los jadeos, gustosa con la sensación de ese órgano endureciéndose dentro de su boca, enredando su lengua, explorando con succión, deslizando sus manos en las piernas que como todo el cuerpo sometido vibraban, no le importaba si del todo no sabia que hacia, su instinto le decía como mover su cabeza aumentando la velocidad de sus movimientos, tocando con mas ansias las piernas, elevándose por momentos al miembro que motivaban masajeando, le gustaba el sabor viscoso que empezaba a probar su paladar, se excitaba presionando sus propias piernas por los jadeos mas ahogados, succionaba a un mejor ritmo sintiendo que algo venía.
—Tak... Aaam... Aaaah...
Cerro los ojos en el éxtasis de oír con anhelo su nombre, siguiendo su labor hasta que el órgano que termino vibrando hinchado liberare con abundancia, un desconocido liquido caliente invadiendo en su mayoría su garganta, escurriéndose un poco por sus labios, mentiría si dijera que no sintió ahogarse, al igual que lo hiciera si déjese que no le gusto, no supo distinguir el sabor, solo que lamió el restante de sus labios con una mirada cambiada, se había quedado con hambre de mas.
Se levanto un poco gozándose de ver al Irken con la respiración cansada por su causa, su pecho se movía de una forma que la hipnotizaba. Se arecosto sobre él, no tardando en chupar sus antenas de puntas semi cuadradas, se divertio al sentirlo agitarse complacido bajo su peso, le fascino el movimiento en sus senos que acercaba a su rostro al intentar meter por completo las antenas en su boca como lo hizo con su miembro, el cual sobaba enbarrandose de la sustancia aun en él.
—Aaaam...
Era excitante, placentero y cálido cada rose.
Se sintió frenarse en un instante donde sus ojos se conectaron con los rubís bajo suyo, estaban estaciados en un nuevo sentir, su piel erizada con antenas inclinadas le decía que le gustaba, la respiración agitada bailando con la suya le comunicaba que estaba complacido.
Pero algo la inquieto.
Ver el abismo de incertidumbre detrás de la excitación de tan hermosas joyas.
Podía estar disfrutando esto, tener la temperatura quemante como la suya, pero no quitaba el hecho que un soldado Irken sin motivo porque vivir, es igual a una caja de regalo perfectamente elaborada sin el mínimo contenido en ella.
—Zim.
El órgano acariciado volvía a vibrar entre sus manos, se apresuro a buscar angustiada sus labios en otro beso que intentaba arreglar las partes rotas en el enemigo de su ayer, sus movimientos eran con prisas provocando al Irken a responderle cosa que no hacia, solo estaba hay, recibiendo sin negación lo que ella le diese, esto le decía a Tak que no sería fácil, pero desde ahora se prometía regresarle la vida a su alma que había perdido.
—¡Aaaaaah!.
Un rasposo gemido se presentó cuando la fémina paro el húmedo contacto, luego de sentir tan duro el miembro en su agarre, presintiendo que sus manos ya no serían suficiente para calmarlo, pasándose a sentar encima del mismo con las piernas abiertas, presionándose sobre él con tanta fuerza que se termino auto-penetrando. Algo le dijo que para regresar vida se debía dar algo valioso de la suya, no supo de donde vino ese pensamiento pero si sabia que debía seguirlo.
Respiro hondo presionando los párpados, junto a sus puños no distinguiendo si sus propias garras se incrustaron en la piel, curioso porque ese grueso trozo de carne de miembro despierto no había lastimado al tenerlo dentro de su boca, pero ahora que se abría campo dentro de su estrechez comprimiéndolo, dolía como si le perforaran el cráneo.
—Am...
Respiro más profundo callando el grito en su garganta, la visión de los ojos de tonalidad preciosa rubís la observaban de una forma que jamás lo habían hecho, opacando cualquier dolor. Se miraban embelesados, impactados, atrapados.
—¡Aaah!, ¡Aaaaah!, ¡Aaaahm!.
Debía ser que le gustase su sonjoro en su fino rostro, el como su lunar se movía cuando sus caderas chocaban con las suyas empujándolo a imitarla, sería que tenerla imponente sobre él en una danza que le daba placer le deleitarse.
—¡Aaaaaah!, ¡Aaaahmm!, ¡Aahh!.
Le gustaría el como sus manos buscaron por si solas sujetarse aferradas a su cadera, gozándose de la piel que a pesar de la dura vida del entrenamiento en la academia, se mantenía cual seda, podría gustarle las garras incrustándose en lo que alcanzaban de su pecho y hombros necesitando donde apoyarse.
—Ooh, aaah, aahm.
Quizás era el olor exquisito a una peculiar sangre en el aire, no proveniente de herida sino unión bendita, aunque también podría ser el ritmo en estocadas elevándose con cada profunda embestida que el afán de la fémina le pedía, y el hecho de tenerla tan cerca al entrar más en ella que ancleaba al igual que él la espalda.
—¡Aaaaaah!, ¡Aaaaahhh!, ¡Aaaaaah!.
Bien podría ser sus alientos jadeantes entre gritos de placer, lo que lo tenía en las nubes, deteniéndose el tiempo en el momento que sus cuerpo se convulsionaban en excitante sincronía, o más que todo lo carnal que daba satisfacción a las explosiones de cosquilleos en la zona baja, seria algo más grande que el latir de un corazón saltando con otro en cada chocar.
—¡AAAAAAHH!, ¡AAAAAAAHH!, ¡AAAAAAAAAHHH!.
Definiendo al fin, al ir elevando como culminando la ferocidad del vaivén, que lo que mantenía a sus rubís cautivos eran los par de mares morados de la fémina, algo tan brillante se escondía dentro suyo, algo mas que altanería con sarcasmo y odio hacia él, algo llamado pasión de vida que lo hizo sucumbir rendido, similar al insecto enamorado de la luz que se acerca a ella aunque pueda quemarlo.
—¡AAAAAAAAAAAHH!, ¡AAAAAAAAAAAAH!, ¡AAAAAAAAAAHHHHH!.
Y si que acababa de quemarse, liberándose dentro suyo a lo poco que la sintió escapar a desvanecerse en cansacio.
La manera que sus fluidos se mezclaban aun sin salir de ella, el como reposaba su cuerpo sobre él, sus pechos se movían con arduo cansancio, su aroma gobernaba sus antenas de puntas semi cuadradas, quería seguir viendo lo que habita en sus ojos, necesitaba jamás perderse segundos valiosos que juraban teletransportarlo donde solo hubiese paz en esas joyas, ya que desapareció en ese instante todo lo que por días lo agobio.
¿Que poder tiene la hembra que empezó aferrar en un abrazo sobre él?.
Intentaba decirle en un simple gesto como lo es un abrazo, que por favor se quedara así, que no se aparte y lo deje vivir bajo suyo, ya que no recordaba alguna vez haberse sentido tan seguro.
Por su parte la mirada altanera se debatía internamente lo que acababa de acontecer, el misterio de porque la mirada rubí la hizo estar tranquila en medio del dolor es enorme, y el hecho que sentir un poco mejorado al Irken extrañamente la hacia sonreír.
Pero no era suficiente, quería mas que solo seguridad en él, lo quería feliz por absurdo que parezca siendo la escoria que arruinó su vida.
Y se esforzaría porque esos ególatras rubís brillen radiantes como en el ayer.
Más Tak se equivoco, los ojos de Zim jamás volvieron a brillar como antes.
Esta vez lo hacían adornados de un brillo distinto, algo que incrementaba al verla. Le gustaba, eran más radiantes e intensos, sentía que sus rubís se deleitaban en perderse en los morados suyos.
En algún momento se acabaron las escusas para pasar tiempo juntos, solo empezaban a visitarse y salir porque si a todo lugar, de un día para otro la fémina se mudo con el Irken, Mimi se pasaba acompañada de los dos asistentes cercanos volviéndose también inseparables al estar en la base, los días se pintaban de colores mas alegres cuando los enemigos del pasado solo tomaban sus manos entrelazando los dedos, las palabras sobraban y los silencios eran agradables, las diferencias se notaban pero las similitudes ayudaban.
Zim se mostraba tan lleno de vida que hasta en las batallas con el Dib se notaba mas entusiasta, cada segundo se encontraba mas cerca de destruirlo, Tak le daba uno que otro consejo que ayudaba.
Los recuerdos eran preciosos, hasta los celos enfermizos que el ojos rubis empezó a manifestar al descubrir que la hembra se volvió en lo más importante de su vida, por ello temía que fueran a robarla de su lado, a la altanera no podía causarle mas gracia, la paranoia del mirada arrogante era exagerada pero tierna (Aunque a ojos de otros sobre pasaba lo latoso), ¿Alguien robarla de su lado? Eso nunca pasará, le decía todo el tiempo en medio de sus dramas. Las reconciliaciones en alguna que otra pelea que aun se daba por en veces, eran deleitosas, como si cada reconciliación fortalecía en aumento su unión.
Tres meses fueron.
Tres meses donde se conocieron a fondo, donde hablaban mañana, tarde, noche y madrugada, donde las sonrisas y lágrimas de felicidad aumentaron, donde se sentían renacer y crecer mutuamente, donde todo fue perfecto, donde solo se planeaban panoramas buenos en un futuro juntos, donde nada mas existió que el amor entre los dos, donde la azúcar que a pesar de pertenecer a la raza mas sanguinaria les encanta abundo, donde el tiempo hizo el favor de alargarse estando unidas sus pieles con corazones en sincronías, donde parecía que siempre seria así, que luego de tanto sufrir de distintas formas en el pasado ahora la vida los premiaba con este vivir.
Pero cuando te sientes feliz la vida tiene que sacudirte. ¿El por qué? nadie lo sabe, todo gira de una forma en la que ni puedes pararte por más que busques un freno.
Tak había sido llamada por el Imperio como lo dijeron los Altos, el recordárselo a Zim fue difícil, el pasar menos tiempo con él por entrenar antes de irse fue tenso, el pequeño Irken ya estaba tan apegado a la fémina noche y día... Que dejar de verla horas de un día para otro le lastimaba, pero más le lastimo cuando las horas fueron días, ella no pudo despedirse, se le hacia tarde y Zim se había dormido en el laboratorio, el sentir como se le volvía arrancar una parte de su alma lo canso, los pak no siempre se mantienen activos solo por cargas, el sistema emocionan también esta conectado, motivo porque con un golpe así se canso necesitando dormir seguido.
Los primeros días decían ser los peores, pero es una mentira, todos los días son malos sin el ser que amas. El cielo se vuelve gris, el escenario blanco y negro, tu corazón esta afligido, tus momentos son agonías en la preocupación de como estará tu otra mitad, solo alguien que no a visto al propietario de tus sentimientos por meses lo entendería.
Zim sabia el honor que la ojos morados tenía, los protocolos y reglamentos de la armada, el pensar de soldado jamás lo perdería por mas exiliado que fuera.
Pero el extrañar a la mirada altanera no se lo quitaba saber el porque de su ausencia.
Al principio Tak se las arreglo para poder verse, ya fuera porque se empeñaba en terminar su trabajo más rápido o porque los planetas de las misiones estaban cercanos, el expurgó trataba de eliminar los planetas innecesarios que por algún motivo estaban en el listado de conquistar y ya se había realizado esa fusión. Y en otras palabras, planetas sobraban en la galaxia, por ellos los Altos no se arriesgarían en poseer ya conquistados que no combinaban lindamente con los colores de los otros, (Es cuestión de estética).
Zim disfrutaba el estar con ella en ese corto tiempo, se negaba a soltarla en los abrazos y ella se dejaba hacer, lo intentaba mantener feliz porque le gustaba verlo así, sin tan solo esos recesos fuesen perpetuos.
—¡Ya empezó la serie!.
Escuchó que decía Gir a Mini-Alce.
—Yo la gravare, todo esta listo.
Dijo computadora.
—¡Squeak!.
Habrán buenas criticas decía el androide flotante.
—¡Eso me hace muy feliz!.
Hasta el humano Nick se encontraba en la sala.
Los rubís que acaban de llorar por cumplirse una semana desde otra partida de su dueña, se asomaron a ver el alboroto de la sala, todo por una tonta serie que descubrieron se estrenaba ese día, una cosa de doctores contrarios que salvan vidas, quizás se enamoren pasen por pruebas y bla bla bla.
—¡Estupidos!, ¡¿No tienen en que otra cosa gastar el tiempo los asistentes de Zim?!.
Los regaño poniéndose frente al televisión, provocando lloriqueos de Gir, chillidos de Mini-Alce, y felices suplicas de que se haga a un lado por parte del forzado alegre humano.
—¡Amo, por favor! Esperamos mucho para esto.
pidio el computador.
—¡A ZIM NO LE IMPORTA!.
—Siempre se pone muy irritable cuando la hembra no esta por aquí...
—¡MIENTES!.
—¡Squeak!.
—¡Si Amito, queremos ver la televisión!.
—¡Y que tal si Zim la ve con nosotros!, ¡Eso me haría muy feliz!.
Y una descarga eléctrica atacaba al chico al hablar.
—¡¿QUE QUE?!, ¡ZIM VER ALGO TAN ESTÚPIDO COMO ESTO JAMAS!, ¡OYERON!, ¡ZIM LO DIJO Y YO SOY ZIM!.
Dos minutos mas tarde todos miraban el programa en tranquilidad, el más concentrado con brillo en la mirada era el alíen, curioso como un entretenimiento humano lo atrapó tanto.
Un humano doctor que hace bien su profesión que lo apasiona, pero mas el dinero llegando a las practicas clandestinas en su trabajo para conseguirlo. Estando de contraparte una humana que también es doctora pero muy respetuosa y correcta a su labor, ambos en un lugar diferente que luego terminan conviviendo por cosas de la vida, con caracteres contrarios que chocan creando una química perfecta. Si, habían personajes a su alrededor con cosas especiales pero ninguno le llamo la atención a Zim más que esa pareja centrar, en la serie se trataban con alias, el médico se llamaba el Azul y ella la Plata.
Azul por sus ojos, Plata por ser plata que purifica.
Debido que en el transcurso de la serie ella iba indirectamente purificando el actuar del Azul, el estaba renuente a dejar sus clandestinas prácticas al comienzo, pero tan atraído por ella que haría de todo por ganar su aceptación.
Zim no paraba de pensar en su fémina y él, podría ser que el ambiente y las personalidades de los protagonistas no cuadraban con los suyos, pero la química entre ambos y el mensaje que se transmitía solo le recordaba su amor con la ojos morados. El como se aman, el como ella parecía ser la luz que el necesitaba para vivir y ver todo desde otro angulo, uno precioso, el como después de mucho sufrir en sus vidas parecía que serian premiados estando juntos, aparte de las peleas y el desagrado que le hacia recordar sus comienzos.
Era como a través de los ojos miraba el Azul a la Plata en un pedestal, la misma forma que él fue viendo a Tak.
Y el Irken se había vuelto un fanático, ya fuera la trama, el emparejar oh todo pero ya era un fan, le alegraba ver esa serie y a ese par juntos, le atraía a Tak a la mente y eso era bueno, le daría algo de vergüenza cuando le dijera que actores terrícolas en una serie le hacían pensar en ellos, pero debía decírselo, aunque quizás le parezca tonto, lo importante era que con esto se sentía mas cerca de ella y podía sonreír en lo que esperaba que volviese. Probablemente le diría sonrojado al verla, ¿Aceptas ser mi Plata? Ya que lo quería hacer desde que supo que si se encariñó con los personajes en tan poco tiempo fue por eso.
(Continuará)
Nos vemos/leemos lindos, gracias por leer.
