Disclaimer: Bleach y Piratas del caribe NO me pertenecen tampoco sus personajes.
Importante: La imagen/portada de este fic le pertenece a Peca, una gran artista, quien me permitó usar la imagen y la pueden encontrar en Deviantart como Peca06 (les dejaré el link en mi perfil). Les recomiendo y los invito a que le echen un vistazo a su maravillosa galería que cuenta con muy buenos dibujos, fotos e incluso tiene un folder especial para IchiRuki.
¡Hola!
Aquí les traigo mi primer historia formal que ha sido inspirada viendo la película de Disney, Piratas del caribe.
Le he pensado mucho para este fanfic y espero que les agrade. Les informo que me encantaría leer lo que piensan de esta historia y que también estoy abierta a cualquier tipo de sugerencia, opinión, alguna idea o crítica constructiva.
—Diálogo—
"Pensamientos"
Flashback
Sin más preámbulos por favor disfruten de la lectura.
Beyond the sea
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Capitulo Uno: Beyond the sea
Somewhere, beyond the sea. Somewhere, waiting for me.
My lover stands on Golden sand and watches the shipsthat go sailing by.
Michael Buble
Las dos mujeres de cabello negro la arrastraron por la cubierta del barco y la lanzaron de rodillas a los pies de su capitán. Ella apretó tanto la mandíbula que incluso pensó que sus muelas se quebrarían por la fuerza, sin embargo eso a ella no lo le importaba. La joven se sentía impotente y no miraría a aquel hombre a los ojos, no le dejaría ver la desesperación y rabia reflejados en sus enormes orbes violetas.
Su barco se encontraba en llamas detrás de ella y pronto se hundiría pieza por pieza. El humo negro, que subía a los cielos y perforaba el aire, ocasionó que se le cristalizaran los ojos, aunque bien esto podía ser confundido por la rabia que sentía en aquellos momentos.
Ella se contuvo a si misma de gritar en desesperación al no poder hacer nada mientras todo por lo que había trabajado durante años se hacía añicos y se hundía alrededor suyo. Y todo se debía al bastardo frente a ella.
—Mírame —ordenó una ruda voz que a pesar de la dureza con la que hablaba parecía pertenecer a un hombre de no más de treinta años. Rukia apretó aun más la mandíbula e ignoró al hombre.
—Dije que me mires, enana plana —demandó él retirando los empapados mechones de cabello de su rostro con la punta de su espada y descendiendo hasta posarse en su cuello.
La mujer levantó la cabeza bruscamente y se encontró con unos fieros ojos marrones. El hombre frente a ella era un joven de aproximadamente su misma edad. Su piel se encontraba ligeramente bronceada, tenía el cabello de un extrañísimo color naranja y fruncía el ceño formando unas arrugas que cortaban la piel de su apuesto y varonil rostro.
—¿¡Qué! —demandó Rukia sin poder contener su furia.
—No es sensato contestar de esa forma cuando te encuentras frente al capitán de otro barco —la regañó el muchacho firmemente acariciando el cuello femenino con la punta de la espada.
Rukia guardó silencio por unos momentos y le permitió al capitán hablar.
—Soy un hombre justo —comenzó a decir el joven pirata— por lo que no los mataré a no ser de que fuercen mi mano.
La joven Kuchiki rió seca y amargamente repitiendo con burla sus palabras —¿Un hombre justo? por favor —bufó la joven antes de continuar— los escombros de mi barco se hundirán en el mar y uno de mis hombres no se encuentra aquí, por lo que puedo asumir que se encuentra muerto. Esta pelea fue todo, menos justa. Veníamos en su ayuda y resultó ser una sucia, traicionera y asquerosa emboscada pirata. —escupió la joven haciendo énfasis en los adjetivos, permitiendo que el deje de odio y disgusto que sentía resbalaran por las amargas palabras.
El capitán del barco alzó las cejas por la sorpresa de su discurso, pues él esperaba que ella se arrojará a sus pies agradeciendo su decisión de dejarlos con vida, como muchos otros habían hecho antes y en definitiva él no esperaba esto.
—Tu tripulación hizo la adecuado al rendirse y tendrán la oportunidad de unirse a nosotros o partir en el próximo puerto, a mi parecer estoy siendo justo —replicó arrogante.
—Maldito hijo de… —Rukia se puso en pie velozmente y lo tacleó al suelo antes de que alguien pudiera hacer algo. La acción fue estúpida y ella lo sabía, sin embargo en aquellos momentos se encontraba tan cegada por la ira que no pensó con claridad antes de actuar.
La capitana golpeó la mandíbula de él fuertemente, e ignorando el sonido de algo rompiéndose bajo su puño, se sentó a horcajadas sobre su cintura. Sacó un cuchillo, que llevaba oculto entre sus ropas, y presionó el filo sobre su garganta.
El sonido metálico de una pistola al prepararse en acción resonó en sus oídos y al sentir la punta de esta presionada en la parte trasera de su cráneo Rukia se congeló. —Tatsuki atravesará tu cráneo con una bala antes de que puedas cortar tan profundo, tal vez seas rápida pero no creo que seas tan fuerte —dijo el capitán sorprendentemente tranquilo observándola a los ojos con una estúpida sonrisa altanera que casi lo mandaba a su tumba.
Rukia frunció el ceño y hasta arrugó la nariz en un gesto de pura rabia— No necesito ser fuerte para matarte sólo debo saber donde cortar. Si muero, al menos sabré que un asqueroso y tramposo pirata como tú vendrá conmigo, pues no tendrán tiempo de nada antes de que te desangres hasta la muerte.
—¿Y dejar a tu gente indefensa? —amenazó el pelinaranja. Rukia iba a contestar a esto cuando escuchó la voz de su amiga.
—¡Por favor capitana, no haga esto! —chilló Momo asustada desde uno de los lados del barco.
La joven volteó la cabeza y se encontró a la pelinegra, quien se hallaba al frente de la tripulación al lado de Renji— ¡Rukia! —gritó el pelirrojo sin poder acercase pues era restringido por la otra tripulación.
La joven logró hacer contacto visual con ambos por breves instantes antes de suspirar rendida y tirar el cuchillo. Segundos después sintió como dos personas doblaban sus brazos detrás de su espalda y la alejaban del pirata.
—¿Qué haremos con ella, Ichigo? —preguntó Tatsuki—¿La arrojamos por la plancha? —sugirió la mujer macabramente.
—No. Llévenla a abajo, un tiempo en el hoyo debería calmarla lo suficiente para una charla civilizada —ordenó el capitán ya de pie reacomodando su ridículo sombrero plumado y sacudiendo sus ropas.
—Si, capitán —dijeron a coro las dos mujeres.
Él observó anonadado como tiraban rudamente de la joven capitana y como esta miraba preocupada a su indefensa tripulación sin mostrar temor alguno por su propio destino.
—Barbillas en alto, señores, no estaremos aquí por mucho tiempo —Rukia dijo firme y solemnemente antes de desaparecer por la puerta que dirigiría a su celda.
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—Aprisa Lisa, este lugar me da asco —se quejó Tatsuki mientras la otra mujer encendía una antorcha en lo que descendían las escaleras en dirección a la parte más profunda del barco.
Continuaron el camino hasta la bodega, donde guardaban los barriles y el resto de la carga, durante todo el trayecto, Rukia miraba a todos lados memorizando los recovecos y puertas para cuando eso le fuera necesario. Bajaron un par de escalones más y abrieron la puerta de una muy pequeña celda individual.
Mientras una de las mujeres sostenía la antorcha que alumbraba su paso la otra arrojó a Rukia dentro de la jaula, ocasionando que su fino y empapado uniforme azul se embarrara de agua estancada.
—Fíjate como me tratas —amenazó Rukia a la mujer de cabello corto.
—Te trataré como se me pegue la gana —replicó Tatsuki cerrando con llave la celda.
—No será así por mucho —murmuró la capitana recibiendo una sombría mirada por parte de la mujer quien hizo ademan de querer lastimarla, justo lo que Rukia quería.
—Déjala —ordenó la otra mujer— solo se nos ordenó dejarla ahí —impidió Lisa tomando a la otra chica del codo.
Tatsuki giró los ojos pero no intentó acercarse a la capitana. Ambas piratas la miraron de reojo y subieron nuevamente a la cubierta, llevándose consigo las llaves y la única fuente de luz, dejándola en completo silencio y oscuridad.
Luego de que la morena escuchó la puerta de arriba cerrarse la joven buscó a tientas en su celda y encontró una caja de madera y un barril, los cuales acomodó de tal forma que pudiera sentarse sobre estos sin siquiera tocar el agua encharcada.
—Asquerosos bastardos, sucios —se la pasó maldiciendo una y otra vez mientras sentía como la furia iba apaciguándose hasta que finalmente se acurrucó como pudo en el reducido espacio quedándose profundamente dormida.
-oOoOoOo-
Flashback
La pesada bruma en el mar los había obligado a detenerse a mitad de la nada y todos a bordo se encontraban alerta a cualquier peligro.
—¿Qué ordena hacer, capitán? —preguntó un oficial avanzando hasta situarse al lado del jefe.
—Esperar —respondió el capitán Kuchiki avanzando a la proa con el primer oficial pisándole los talones— Alcen las velas y atentos todos al vigía —ordenó simplemente.
Con un movimiento de cabeza, el oficial recorrió el barco gritando las ordenes del jefe y ayudando ocasionalmente a atar cuerdas.
La pequeña Rukia se encontraba parada sobre una caja de madera de tal forma que pudiera alcanzar el barandal de la proa y recargarse sobre este. Su fino vestido victorense se encontraba recogido sobre sus rodillas para permitirle mas movilidad y durante alguna parte del trayecto se había desecho de los blancos guantes que le hacían juego.
Su mirada se encontraba hipnotizada por la densa neblina que cubría las aguas negras y peligrosas que bajo de esta se encontraban. En un barco no habían cosas divertidas para hacer o niños con quien jugar, sin embargo la pequeña aclamaba que ella nunca se había aburrido a bordo. Por una extraña razón, la joven se sentía atraída por el mar.
—Rukia, esa no es la forma de llevar el vestido. Arréglatelo, por favor —pidió seriamente el hombre.
—Si, ni-san —obedeció la Kuchiki —¿Cuándo comenzaremos a movernos?
—Cuando la neblina se desvanezca, no es seguro viajar así —dijo el mayor deteniéndose al lado suyo.
—¿Debería asustarme? —preguntó curiosa.
—No, solo es cuestión de esperar un par de horas —dijo el hombre estremeciéndose al sentir un helado viento recorrer sus largos cabellos — Ve a dentro con tu hermana, no te quiero tan cerca de la proa, Rukia, es peligroso.
—Si, ni-san —aceptó la pequeña sin rechistar bajando los escalones brincando uno por uno esquivando oficiales ocupados.
Durante esos momentos la pequeña no tenía idea que ese sería uno de los días más trágicos de su vida, el cual quedaría grabado como un recuerdo sombrío por siempre.
Fin del Flashback
-oOoOoOo-
El sonido de unos pasos la despertaron y Rukia se enderezó rápidamente tallando sus ojos suavemente. Cuando los abrió nuevamente la luz de una antorcha los lastimaron obligándola a parpadear varias veces para así acostumbrarse al perforante brillo de las llamas.
—¿Estas lista para hablar conmigo? —preguntó el capitán mirándola con esos orbes color café a través de las barras de la pequeña celda— ¿O prefieres quedarte aquí más tiempo? Uno de tus camaradas dijo que podías llegar a ser muy testaruda, sin embargo yo pienso que hay una diferencia entre ser testarudo y ser estúpido —opinó.
—¿Enserio zanahoria? Si realmente crees eso entonces deberás saber que tu testarudez de mantenerme aquí no te hará ningún bien, por lo que estás siendo estúpido —contraatacó tajante con una mano sobre la frente y frunciendo el ceño tratando de cubrir sus ojos ya acostumbrados a la oscuridad.
—¿De qué quieres hablar conmigo si ya has hablado con parte de mi tripulación? —preguntó la chica sin darle tiempo de contestar al insulto anterior— ¿No crees que sería más fácil tener cualquier tipo de "platica" respecto a lo que sea con ellos a que conmigo?
—Si, sinceramente si lo creo, sería mucho más fácil. Sin embargo, aún cuando no se rehúsan completamente a hablar conmigo, sé que ellos no están precisamente contentos de que te tenga encerrada aquí abajo, en especial tu amigo de cabello rojo.
—Entonces déjame salir.
—¿Y tener un cuchillo en mi nuca a la primera oportunidad que tengas? No lo creo.
—¿Estas diciendo acaso que le tienes miedo a una pequeña e indefensa chica como yo? —preguntó sarcásticamente e Ichigo río cortamente.
—No. Estoy siendo precavido de una capitana naval que se las arregló para golpearme en la mandíbula y tratar de cortar mi garganta en nuestro primer encuentro —admitió el chico encogiéndose de hombros.
—Eso tú te lo buscaste —dijo la mujer entre dientes.
—Quizás lo hice, pero por ahora deberás portarte bien y cooperar si deseas salir de ahí —dijo altanero.
—¡Estúpido, arrogante, idiota! —le gritó Rukia.
—Calma, calma asustarás a las ratas —se burló el capitán quien calló enseguida cuando un cuchillo pasó a milímetros de sus ojos y fue a clavarse en una de las paredes del barco— ¿¡Qué rayos! —exclamó parpadeando furiosamente y volteando a ver el gesto fruncido de la capitana el cual era iluminado levemente por la luz de la antorcha.
—Fallaste —dijo secamente— volveré después cuando estés lista para comportarte civilizadamente.
El joven pirata subió de vuelta murmurando algunas cosas y limpiando su frente con la parte de atrás de la mano. "¡¿Qué no se aseguraron de que no estuviera armada?" pensaba para sí. Era la segunda vez en la semana en la que casi era asesinado a manos de esa mujer.
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Ichigo subió a la toldilla del barco ignorando las expectantes miradas que todos los presentes, navales y piratas, le dirigían.
—Su capitana se rehúsa a cooperar, ahora muévanse todos y bajen las velas —anunció cual si fuera el alcalde de alguna ciudad.
Observó aburrido como la mitad de las personas volvían al trabajo sin reproche alguno y como la otra mitad lo hacía murmurando cosas por lo bajo y de mala gana.
—Me estoy haciendo viejo para esto y apenas tengo diecinueve —murmuró Ichigo para si masajeando el puente de su nariz.
—¿Problemas con la capitana, Kurosaki? —preguntó un joven de cabello negro y lentes desde detrás suyo.
—Ugh no tienes ni la menor idea, Ishida.
—Pensé que la habías visto chocar espadas con Ikkaku durante la pelea.
—Y si fue así, esa enana le metió un buen susto.
—¿Entonces por qué decidiste traerla? —preguntó tranquilo — tendremos a toda la fuerza naval tras nosotros.
—Por favor, hemos tenidos a "oficiales navales" a bordo antes y nunca nadie nos ha perseguido; bajan en el siguiente puerto y regresan a sus aburridas vidas como "héroes" —le recordó como si fuera una aburrida rutina de siempre.
—Exacto. Pero nunca antes habíamos tenido a alguien tan importante como prisionero.
—¿Importante? —repitió el capitán desconcertado.
—Si, Ichigo, importante. Dime acaso si el apellido Kuchiki te resulte familiar.
Ichigo ensanchó los ojos y su boca se abrió por la sorpresa. Se quedaron en completo silencio por unos momentos hasta que un grito atrajo la atención de todos en el barco y asustó a todas las gaviotas a la redonda.
—¿¡Qué!
—Eres demasiado lento —se burló Ishida.
—¿Byakuya Kuchiki tenía una hermana? —estalló el muchacho y observó a su amigo asentir con la cabeza— Ugh esto no puede resultar peor. ¿Tienes la menor idea de lo que significa tener a ese hombre tras nosotros? —exclamó arrojando los brazos al aire exageradamente.
—De hecho yo te…
—¡Esto es, ugh. Maldita sea! —maldecía el capitán bajando las escaleras en dirección a su habitación hablando y murmurando cosas para sí de cómo el día no podía empeorar —Estas a cargo, Ishida— anunció antes de encerrarse en su cámara.
—No teman todos… es ahh el sol —explicó amablemente el moreno a los integrantes de la tripulación quienes lucían entre divertidos, asustados y curiosos ante tal comportamiento.
Continuará…
Así es chicos, eso es todo por ahora. Espero que haya sido de su agrado y por favor dejen un lindo review. Háganme saber sus opiniones y críticas de esta nueva historia y si tienen alguna idea o sugerencia no duden en escribirla.
Ahora, quiero preguntarles que piensan de Orihime, si es de su agrado o no, ya que la añadiré a la historia más adelante, y en lo personal la mujer no me agrada del todo, sin embargo quiero su opinión acerca de ella para decidir si la haré un poco fuera de carácter.
Besos a todos,
Eliza.
