Hace mucho que soy fan de Los Vengadores y también hace mucho que me gusta el Stony aunque Steve no me agrada mucho la verdad, como lo imaginaran me dolió la película de Civil War al igual que leer la historia en los comics, pero bueno eso ya paso. Hace mucho que quería escribir algo sobre ellos dos, pero no sabía qué hacer en sí, así que espero y les guste este fic, ya saben cualquier crítica es bien recibida.

Los días pasaban uno a uno a veces con lentitud otras tantas veces demasiado rápido para el gusto de algunos, fueran días felices o tristes no se detenían. El tiempo no regresa solo avanza y las personas tenían que hacerlo con él, aunque el frio o él calor se presentaran tan extremos en diferentes épocas del año todos debían hacer sus cosas, trabajo, escuela, deportes, negocios, no importaba el qué solo seguirían haciéndolas con o sin ganas, de eso trata la vida de avanzar, aunque a veces no se quiera hacerlo, aunque a veces pese tanto el cuerpo como para levantarse de la cama es en esos momentos cuando se necesita más voluntad para seguir adelante.

Tony Stark lo entendía a la perfección es por eso que nunca se detuvo en los años que llevaba viviendo nunca lo hizo, nada podía detenerlo él conocía su fuerza de voluntad que enervaba cualquier otro sentimiento que quisiera derrumbarlo, conocía su propia capacidad para resolver problemas de cualquier tipo incluso los del corazón, con un trago de whisky podía borrar los recuerdos de cualquier mujer que lo haya lastimado, lo cual no pasaba muy a menudo para gusto del genio engreído, incluso cuando él y Pepper terminaron lo que hizo fue tomar una botella de su licor favorito para después solo decir en voz alta dentro de su oscura habitación más para él mismo que para alguien más que había sido su última oportunidad, lo sabía no era el mejor en estos aspectos tan irracionales como el amor.

Dejo que el tiempo pasara, curando de esa manera las heridas con algo de trabajo extra, viajes o fiestas, después cuando los dos volvieron a verse las caras de nuevo y pudieron saludarse como antes cuando solo tenían una relación de trabajo supieron que estaban curados, al principio fue algo incomodo un poco extraño, pero después se dieron cuenta que funcionaban mejor de esta manera. Tony había encontrado un apoyo y confianza en ella, no solo para que Pepper le ayudara a manejar su empresa sino también para que le contara sus problemas sin buscar tal vez un consejo que la pelirroja le pudiera dar a veces solo era para saber que había alguien ahí en ese mundo que lo podía escuchar, es que muy pocas veces Stak se abría con las personas exceptuando claro su amigo Rody él cual siempre estaba ahí para él incluso en las ideas más locas.

Se sentía en confianza, se sentía cómodo, seguro de que tenía un gran equipo a su lado incluyendo a Happy también dentro de su "team", no podía faltarle nada. Así avanzo el tiempo una vez más sin demasiadas noticias nuevas, cosas cotidianas como pagos de impuestos, donaciones, nuevos programas de becas y por supuesto no podía faltar la creación de nuevas armaduras… hasta que él llego, como las tormentas de viento que pasan por los suburbios sin avisar retumbando por las ventanas de las casas causando un caos e incluso asustando a los niños, así apareció él revolviendo todo lo que tocaba dentro del pequeño mundo Stark. No había sido un gran espectáculo conocerlo en personas, solo era un patriota más con cara perfectamente delineada y sonrisa resplandeciente, la primera idea que rondo por su mente fue "aburrido", un vejestorio que estuvo congelado por muchos años con ideas del siglo pasado no le agradaba en nada, claro despertaba su curiosidad los avances tecnológicos que había hecho en él su padre, pero aún no entendía el por qué le tenían tanta admiración, está bien que ayudo en la guerra y toda esas cosas patrióticas pero no era más que un soldado que se hizo "super" gracias al suero.

Tony lo sabía él no tenía ninguna conexión con la figura del Capitán América ni mucho menos con Steve Rogers no encontraba la forma de familiarizar con él y no pensaba romperse la cabeza queriendo agradarle a alguien, aunque de vez en cuando algún pensamiento fugaz le inundaba la mente mientras se encontraba en su laboratorio ya fuera con el Dr. Banner él cual también con el tiempo se volvió un gran amigo suyo o solo, era algo que quería considerar insignificante pero bien sabía que se trataba de todo lo contrario, pensar en Steve Rogers no era normal.

No le asustaba sentirse atraído por un hombre, antes ya había experimentado ese sentimiento al ver personas de su mismo sexo y darse cuenta claramente que eran tan apuestos como él, pero es que al verse rodeado siempre por mujeres hermosamente voluptuosas dispuestas a lo que fuera por pasar una noche con él le calentaba más que aquellos hombres con los que a veces podía ponerse coqueto si lo deseaba sin que afectara claro a su reputación de casanova rompe corazones, pero él lo sabía el Capipaleta era diferente, no solo era la atracción hacia su perfecto rostro que sin duda le quedaba bien la frase "tallada por los dioses" era algo más ese algo que tiempo atrás había creído dejar de sentir, lo sabía por qué esa inquietud que crecía desde su estómago y se extendía a través de todo su cuerpo como la sangre misma que su corazón bombeaba, llegaba a sus extremidades causando un leve sudor, era lo mismo que alguna vez le paso con Pepper pero que surgía para desgracia del genio de una manera inesperada, incluso había ocasiones en las que sin querer sus ojos se cruzaban y el prefería desviar la mirada antes que sentir esa horrible inquietud.

El gran Tony Stark lo sabía esto no era nuevo, muy dentro de él le daba miedo ser rechazado por Steve él cual sin duda era completamente heterosexual, sería una humillación por la cual no quería pasar, ser botado por la persona con la que constantemente peleaba o se burlaba seria como darle un triunfo, lo cual sin duda no iba a cederle. Preferiría callar a dejar que le pisaran el orgullo.

Orgulloso era una palabra que también le describía y no le molestaba para nada, así que seria mejor verlo de lejos con ese traje azul chillón ceñido a su cuerpo. Pensaba a veces que cada vez que se lo ponía tenia que untarse aceite de bebe para que pudiera entrar sin problemas, era algo tonto, pero le causaba gracia imaginarse a un Steve haciendo cientos de posiciones vergonzosas para vestirse con ese ridículo traje de bandera estadounidense, el cual por suerte no usaba cuando estaban dentro de la torre Stark. Ese edificio que él había destinado, ese lugar para que Nick pudiera contactarlos de una manera más fácil cuando necesitaran de los Vengadores, dentro del sitio había todo tipo de cosas desde los laboratorios para Banner y él, hasta pisos destinados solo al entrenamiento con la tecnología más avanzada que Industrias Stark podría ofrecer.

El tiempo paso después de la invasión fallida de Loki trayendo consigo muchos cambios tanto para las personas comunes como para todo este nuevo equipo de super héroes, ya no era la pequeña familia que una vez Tony tuvo, si no mucho más, rodeado de muchas más personas a veces se sentía tan saturado por todo que prefería ir a algún lugar silencioso que no fuera su taller o laboratorio, por ejemplo al jardín que Pepper tiempo atrás había instalado en uno de los pisos de la torre.

Ese lugar era hermoso tenía muchas flores de diferentes tipos, enredaderas, arbustos y uno que otro árbol mediano que daba frutos, siempre que Tony necesitaba relajarse para no tener ataques de ansiedad iba a ese sitio donde todo era tranquilidad, donde tenía buenos recuerdo que le hacían sentirse mucho mejor. Si, ese lugar le gustaba, hasta que una calurosa mañana mientras caminaba descalzo por el camino de pequeñas piedras lo vio… ahí estaba Steve en una esquina escondido entre las rosas pintando las flores que se encontraban más adelante de él.

Stark lo veía con su antiguo estilo de ropa que le gustaba mucho vestir parado entre todas esas flores, descalzo al igual que él, totalmente concentrado en lo que hacía, por un momento quiso tocar su cara saber que tan suave era su piel o su cabello, que tan ásperas eran sus manos a comparación de las suyas que tenían varios callos y cortaduras, se albergo en él una necesidad abrumadora de ir con Steve llamarlo por su nombre no solo por un apodo, tener una charla común sin peleas donde hubiera calma donde solo existieran los dos. Pero sabía que si eso pasaba sus sentimientos se harían aún más intensos al grado de terminar gritándolos al mundo entero y eso no podía pasar, así que solo decidió seguir viéndolo a la lejanía junto a los arbustos de zarzamora.

– Pensé que solo te gustaban los pechos Stark – esa voz pegajosa que en ocasiones podía sonar sensual la conocía demasiado bien, volteo su rostro para poder admirar mejor la silueta de aquella hermosa pelirroja que caminaba hacia donde se encontraba, sin duda desde hace mucho tiempo había tenido varios pensamientos sucios con Natasha y no le impresionaba que ella o Clint se hubieran dado cuenta de la forma en como miraba a Steve.
– Claro! Los de María son fantásticos – aunque Romanoff se hubiera dado cuenta Stark no bajaría la guardia seguirá actuando igual.
– Sin duda lo son, pero no me refería a eso y lo sabes – Tony podía jurar que esas palabras las había dicho con su acento ruso apropósito, para darle un aire de burla, pero de complicidad también, un lenguaje extraño pero palpable para el genio.
– No te preocupes hermosa también veo los tuyos de vez en cuando – le dijo mientras sonreía de lado dejando salir sus encantos como muchas veces antes lo hizo con otras mujeres, se volteo completamente para acercarse a Natasha mientras ponía su mano derecha en el hombro izquierdo de la sensual mujer.
– Entonces no te importaría que yo me acercara a tu soldado… ¿verdad? – esas palabras sonaban demasiado molestas para el gusto del genio, él cual detuvo su marcha un poco sorprendido por la desfachatez de la rusa al suponer que ella podría llegar a estar con Steve.
– Adelante preciosa – y aun así a pesar de los celos no dejo que Romanoff lo manipulara con aquella frase, sin duda si quería molestarlo no lo lograría. Siguiendo con su camino se alejó de aquel jardín que tanto le gustaba escuchando a lo lejos como ellos dos empezaban a platicar.