Nota: Hola! Vengo de nuevo a traerles esta adaptación del cuento Caperucita Roja.
Participa en la dinámica "Cuentos de Hadas" del grupo R27 fan club (the chaos).
Un poco de historia…
El cuento de Caperucita Roja es uno de los que más variaciones han sufrido a lo largo de la historia. Sus orígenes tienen comienzo en la edad media, como una leyenda que se pasaba de forma oral. El primero en incluirla entre los cuentos populares fue Charles Perrault en 1697, modificándola para que sea "apta" para el público infantil.
En 1812 los hermanos Jaco y Wilhem Grimm incluyeron entre sus cuentos a Caperucita Roja, partiendo de tres fuentes: la versión de Perrault de 1697, la versión oral y por ultima la versión teatral de Ludwig Tieck que por primera vez incluye la figura del cazador.
Desde la leyenda original a Perrault se trata de dar un enfoque de lección, ya que Caperucita es mostrada como la adolecente que pasa a la "adultez" (representada por la caperuza que simboliza la menstruación y el despertar sexual), en el que tiene que cruzar el bosque que es una zona de riesgo para los jóvenes; en cambio, el lobo representa el mundo sexual y violento (el salvajismo y lo irracional). También el lobo es representado con la figura del depravado sexual y el que caperucita debe evitar.
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Por mi parte voy a tratar de enfocarme en esa "lección", lo trate de pasar al mundo omegaverse. No tengo idea si me va a salir, ya que nunca hice uno.
Sin más a leer…
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El Lobo
Reborn se agarró la cabeza con ambas manos y presiono. Ya no aguantaba más. No podía pasarle otra vez y definitivamente no quería terminar como la última vez que tuvo su celo.
Él sacio su apetito sexual, si, pero su acompañante termino desmembrado y con cada parte de su cuerpo en cada rincón de la habitación. No es como si lo hubiera hecho a propósito, a pesar de todo a Reborn no le agrada matar sin ningún motivo.
Pero su lobo no estaba de acuerdo. Si el lobo no encontraba a su pareja entonces quien fuera que estuviera debajo suyo, todo jadeante y sudoroso por la copula, no merecía vivir. Si a la presa de turno no le aparecía un hermoso diseño floral de un brillante negro en el rostro, entonces no era su pareja.
No era su otra mitad.
No era la persona encargada de dar a luz a sus cachorros.
No era ese ser especial por el cual estaba dispuesto a morir.
No era nadie y el lobo enloquecía. El lobo se sentirá frustrado y triste, pero sobre todo furioso.
Furioso con la vida y el destino que lo condenaron a ese clavario de andar solo por la vida, anhelando la compañía de su pareja.
De ese ser que lo va a acompañar el resto de su vida.
Reborn grito del dolor y golpeo su cabeza contra el suelo, su lobo lo estaba volviendo loco. Se golpeó tantas veces como le fue posible hasta quedar inconsciente. No quería ser partícipe de esa masacre, no otra vez. Y exactamente eso fue lo que llevo a la extinción de toda su raza, la pareja de cada ser hibrido tenía que ser especial. Tenía que ser el que lo complemente y lo entienda sin reproche alguno. Porque los híbridos viven un largo tiempo, demasiados años en el que tienes que convivir con tu pareja; por eso el cuerpo reacciona a la mejor opción, o como solían decir antiguamente "a la pareja destinada por los dioses". Por eso muchos se quedaban sin pareja ya que el cuerpo no reaccionaba a nadie y tanto el humano como el animal interior morían lentamente.
Primero se iba el animal, que al verse sin nadie a quien cuidar y proteger se moría lentamente. Era agonizante y doloroso. Le seguía el humano que, por su egoísmo, aun trataba de vivir. No por mucho tiempo.
Y entonces el lobo se levantó, no tenía cola, ni orejas ni largas garras (no todavía), su cuerpo era humano, más solo en apariencia. Porque su olfato se triplico, su vista se afilo y su oído se agudizo, su fuerza volvió por diez y ya estaba listo para un día de fiesta.
En el que, si la persona elegida tendría suerte y seria la pareja del lobo, entonces saldría viva.
Si no… bueno ya Reborn limpiara el desastre.
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El lobo miro de arriba abajo a su próxima presa, una chica bajita y delgada, de cabello castaño tirando a anaranjado. Una japonesa muy linda.
Entonces todo empezó de nuevo, como un deja vu, el lobo empezó a largar esas feromonas que encandilaron a la pobre muchacha en esa noche de luna llena. No fue muy difícil llevarla a su cabaña muy dentro del frondoso bosque y en unos pocos minutos tenerla desnuda con las piernas abiertas y toda mojada pidiendo por más. El corazón del lobo se aceleró, ya sabía lo que venía después. Se acercó a la cama temiendo que fuera cierto. No podía ser…
Apretó el brazo de la chica que responde al nombre de Kyoko, fue tan fuerte y con tanta rabia que los delicados huesos se hicieron añicos al instante. Aun así, la chica no reaccionó, pedía más y trataba de restregarse contra el varonil cuerpo de Reborn.
Pero no es el humano el que está en ese momento, es el lobo. Y el lobo se puso furioso, si esa chica fuera su pareja entonces las feromonas no habrían invadido todo su cuerpo, al extremo de perder la noción de la realidad. Por eso no dudo ni un segundo en desgarrarle la garganta y mientras veía como la dulce chica agonizaba la fue desmembrando, poco a poco. Tratando de apaciguar su furia. La mirada desenfocada de la chica fue tan gratificante que decidió ponerse creativo y también le saco los órganos de su bello cuerpo, a los pocos minutos no quedo nada intacto de la chica. El lobo ya ni siquiera quería llegar a la parte de copula, hace mucho tiempo logro identificar los signos que mostraba la presa cuando no era la indicada. Aunque el solo tenía el testimonio de su difunto padre y de su amigo de cómo es cuando encuentras a tu pareja. Y estaba completamente seguro que no iba a ser tan fácil.
Ya más calmado se acostó en la cama y trato de dormir un poco. Después lidiaría con los gritos de Reborn por dejarle toda la cabaña con sangre y carne por todos lados.
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Reborn deambulaba por las calles de esa pequeña ciudad, mirando curioso las vidrieras de los comercios. Demasiada decoración por una simple fiesta, no es que no le gustara Halloween, de hecho, él siempre era el primero en apuntarse a una. Pero justo en ese momento estaba en su celo, ya había pasado seis meses del anterior y su lobo todavía no hace presencia. De una manera está feliz, pero también un poco preocupado ¿no empieza así la caída del lobo? La verdad no lo sabía, nunca le prestó atención a su padre cuando le advirtió de que eso podía suceder.
Suspiro un poco frustrado ¿o sea que estaba cerca su muerte? Bueno, de todas formas, algún día iba a morir y si no es por esto, seguro que de una forma horrible. Siempre lo supo, él nunca fue buena persona y mucho menos desde que se metió en el mundo de la mafia.
Reborn aun metido en sus pensamientos, siguió caminando, cuando de pronto choco con una niña envuelta en una caperuza roja que iba en la dirección contraria, chocó con él y el golpe fue tan fuerte que los agarro desprevenidos a los dos. Reborn seguía parado, pero la niña cayó al suelo, haciendo que se le abriera la caperuza. Reborn quedo un poco impactado con el hermoso vestido blanco que llevaba debajo. Con unas finas tiras y un escote redondo llegando a donde tendría que estar unos pechos.
Pero estaba plano…
"¿Eres un chico?" pregunto con la vos un poco ronca, su lobo estaba tratando de salir.
El niño levanto su cabeza y lo miro con enfado. Se levantó y sacudió su disfraz, con una mano agarro la bolsa de mimbre y con la otra lo empujo, pero no surtió efecto, así que solo le grito idiota y se fue por donde venía.
Quedo unos segundos un poco impactado, pero ya era tarde su lobo había salido. El lobo pudo sentir lo que Reborn no. Olió ese esquicito aroma, a flores, a pan recién orneado, a un hogar… y no era lo que llevaba en el canasto, ese aroma provenía del chico. Cuando se dio vuelta para pararlo, ya era tarde, el chico había desaparecido.
O bueno, él es uno de los mejores lobos rastreadores, de una forma u otra iba a encontrarlo.
No importa cuánto tiempo le cueste…
Notas finales: voy a estar subiendo los capítulos que faltan durante todo el día. Así que nos vemos en un rato.
Ciao ciao.