CAPITULO 1: lo que cambió

TK corría lo más rápido que podía a través de un espeso y oscuro bosque tratando de escapar de sus captores los cuales cada vez sentía mas cerca. Su respiración era agitada por todo el esfuerzo físico que había estado realizando desde hace varias horas sumado al desgaste físico y mental después de estar durante un tiempo indefinido en aquel oscuro lugar.

Mientras corría trataba de encontrar algún rastro de civilización o cualquier otra cosa que pudiera ayudarlo en ese momento obteniendo únicamente como resultado tropezarse con alguna roca o rama provocando rasguños, cortes y moretones en todo su cuerpo, pero esto no lo detenía. Su deseo de alejarse de ellos y reunirse con su familia era tan grande que no se rendiría.

Finalmente TK dejó de correr, pero no debido al cansancio que sentía o por haber logrado llegar a un lugar seguro, se vio obligado a detenerse a encontrarse al borde de un abismo en cuyo fondo se observaba un sinuoso y rocoso rio. El pequeño de 9 años se arrodilló al darse cuenta de que todo estaba perdido y que lo único que podía hacer era esperar a que sus captores lo llevaran de nuevo a su pequeña, fría y oscura prisión por quien sabe cuanto tiempo mas o para que propósitos.

"no puedo escapar, este es el fin"

Cerró los ojos con ese pensamiento en mente logrando que su mente llegara recuerdos de su tiempo en el digimundo, imágenes de momentos en que todo parecía perdido pero que de alguna manera se encontró la manera de superar esa situación. Si se rendía en ese momento estaría deshonrando de cierta manera su emblema de la esperanza.

"pero... ¿que se supone que haga ahora?"

No tuvo tiempo de responder esa pregunta porque en ese momento escuchó el inconfundible sonido de un disparo haciendo que TK se diera la vuelva con miedo para verse cara a cara con sus captores y al ver sus sonrisas se dio cuenta de una cosa: su única salvación seria saltar porque al menos de esa manera existía la posibilidad de sobrevivir, ellos lo regresarían a donde lo tenían para ejecutarlo.

Retrocediendo lentamente el niño cayó de espaldas al vacio y cuando el grupo de cinco hombres encapuchados vieron su cuerpo chocar contra la feroz corriente decidieron que su trabajo ya estaba hecho.

...


Al borde de un colapso nervioso se encontraba a Nancy Takaishi. Había pasado algo más de un año cuando le dieron la noticia de que su hijo había sido secuestrado y hace tan solo un par de horas la llamaron para informarle que lo habían encontrado a la orilla de un rio al otro lado del país. Ella no dudó en subirse al primer avión con la alegría de volver a tener a su pequeño a su lado, pero cuando llegó a la estación de policía local para que le dijeran donde estaba le informaron sobre las condiciones en que lo habían hallado.

Ahora, se encontraba sentada en espera de que algún doctor salga del quirófano para darle alguna noticia y cada segundo que pasaba se le hacia eterno. Trataba de calmarse diciéndose que todo estaría bien, que después de un tiempo prudencial podría llevarse a TK a casa haciendo de todo esto un mal recuerdo... sin embargo, su instinto de madre le decía que las cosas nunca volverían a estar como antes.

Fueron 18 horas en total lo que la señora Takaishi pasó sentada en la sala de espera del hospital y cuando el doctor se le hacerlo para decirle como se encontraba su pequeño sintió que sus temores no habían sido infundados.

Cuando entró en la habitación de su hijo sintió deseos de llorar, pero se negaba a dejar que las lagrimas cayeran de sus ojos porque sabia que lo único que conseguiría seria asustar a TK cuando despertara. Una nueva espera se inició, en esta ocasión para ver cuando su hijo abriría los ojos y mientras lo hacia se preguntaba como decirle a un niño de nueve años que se había quedado sordo, mudo, con un severo daño en el corazón, que existía la posibilidad de que no volviera a caminar y por si fuera poco, que la familia que conocía en realidad no era la suya.
...


"Un mes después de regresar del digimundo fui secuestrado por un grupo del cual nunca se supo nada. Después de estar 15 meses bajo su poder logré encontrar la manera de escapar, pero durante el proceso caí a un rio. El impacto fue muy fuerte y mi estado de salud es… tan mal como ya sabes, lo único que desconoces es que estuve en un coma de 3 meses. Al despertar, mas malas noticias llegaron al darme cuenta del daño permanente a mi cuerpo y del constante miedo que tengo a no se exactamente que. Para complementar todo me enteré de que era adoptado, pero esa ultima noticia no le di mayor importancia porque incluso disuelta como estaba mi familia era mi familia…. Sin embargo, cuando los Yamamoto fueron a conocerme, enterados de lo que me había ocurrido, le propusieron a mi madre de llevarme con ellos un tiempo asegurando de que el lugar donde vivían seria muy beneficioso para mi corazón. Eso no le agrado ni a mi mamá ni a Matt que se opusieron ferozmente. Un día, mientras todavía estaba en el hospital recuperándome de una cirugía, una niña muy parecida a mi entró a mi habitación y si bien estaba confundido al verla había algo en ella que me transmitía paz. Ella, Tara, se acercó a mi cama con un pequeño tablero y un marcador que usamos para conversar hasta que una enfermera entró y la sacó.

Dos días después me enteré de que ella era parte de mi familia biología, ni más ni menos que mi hermana gemela. Cuando me entere de eso, e ignorando la disputa legal sobre mi custodia que parecía querer formarse, le pedí a mi madre que me dejara estar con ella. Desde que había despertado nunca había tenido ganas de reírme y por eso cuando mi madre me vio sonreír al hablar de ella debió pensar que Tara era lo que necesitaba y se olvidó de la discusión con los Yamamoto, lo digo porque al día siguiente Tara volvió a visitarme pero esta vez acompañada por Dai que resultó ser mi hermano mayor.

Durante días enteros me la pasaba hablando con ellos y el hecho de que ellos se adaptaran a mi condición sin hacerme sentir inferior era tan agradable que trate de invitar a Matt a unirse a nosotros, pero a él no le gustó la idea. Creó que estaba celoso y cada vez que me veía con ellos hacia algo para que se fueran lo cual comenzó a molestarme y tuvimos una pelea… desde entonces no he querido volver a saber nada de él y supongo que Matt piensa que yo soy quien debo buscarlo para pedirle perdón porque tampoco me ha vuelto a buscar.

Retomando mi historia, cada vez comencé a pasar más tiempo con mis otros hermanos y finalmente logre convencer a mi madre de dejarme pasar un tiempo con ellos. Eso fue hace un par de meses y en realidad acabo de llegar hace solo una semana que fue cuando me encontré nuevamente contigo… de nuevo regresando a la historia, me entere de unas cosas muy interesantes sobre mi familia biología y si bien al principio me asustaron he logrado aprender a querer ese regalo que me fue dado. ¿Recuerdas lo sucedido cuando nos volvimos a ver? Ese es el regalo del que te estoy hablando.

Como prometí Patamon, te he escrito todo lo que tengo en mente y por lo cual he estado un poco distraído. Lamento lo largo que es, pero aun hay muchas que no te he dicho y que ya será en otra ocasión.

Si no entiendes algo no dudes en decirlo y te lo diré de otra manera. Se que para un digimon que esta aprendiendo a leer esto puede ser mucho"

Cuando terminó de escribir TK revisó las palabras que había escrito. Debido a su mudez no podía hablar con Patamon y por eso, desde que el digimon le informó que se había dado a la tarea de aprender a leer desde que se habían separado, se habían comenzado a comunicar de manera escrita.

Mientras esperaba a que Patamon terminara de leer y le respondiera, lo cual demoraría como media hora, TK comenzó a recordar lo sucedido hace una semana.

Debido a su enfermedad se encontraba varios años retrasado y como el sistema educativo japonés no dejaba adelantar años, su madre tomó la decisión de que estudiara en casa ese año y cuando este terminara fueran a Paris para hacer un examen y de esa manera quedar lo menos retrasado posible. Por esa razón su madre le había regalado un computador para él y hace exactamente siete días, mientras se encontraba listo para retomar sus estudios, vio de casualidad como su digivice comenzaba a brillar y la puerta del digimundo se había abierto.

Si bien sentía deseos en ese momento de ver nuevamente a su digimon, tenia miedo de que su débil corazón lo traicionara y por eso se había quedado mirando durante una hora la puerta al digimundo con su digivice en mano. Para su suerte, Patamon había pasado de casualidad enfrente del portal y eso lo animó a entrar al digimundo.

La felicidad de estar de nuevo en ese lugar fue reemplazada por rabia al ver lo que el emperador de los digimon estaba haciendo. Quería detenerlo y lo único que le impidió hacerlo en ese momento fue la imposibilidad de Patamon para digievolucionar. De eso se dio cuenta cuando fueron atacados por un Tyranomon controlado por un aro maligno y solamente pudieron escapar gracias al secreto de la familia Yamamoto. Sin embargo eso hizo que su corazón se viera muy afectando revelándole a su compañero digimon la enfermedad que padecía.

Desde ese día, Patamon le había pedido a TK que no entrara al digimundo y que no se preocupara por el emperador de los digimon porque había rumores de que cuatro nuevos niños elegidos habían venido a salvar al digimundo y que ellos si lograban digievolucionar a sus digimon.

"se dice que existe un quinto y que solo es cuestión de tiempo que aparezca"

Recordó las palabras que le había dicho/escrito Patamon. Sin embargo eso no calmaba del todo a TK y el hecho de que su digimon se había separado del grupo no ayudaba a calmarlo. Por eso, diariamente usaba ese mismo portal para enviarle mensajes a Patamon y asegurarse de que estuviera bien. Había tenido la fortuna de que la puerta no se hubiera cerrado pero sabia que eso no podía ser eterno, su preocupación no pasó desapercibida y sumado a la curiosidad de saber que había causado que se enfermara de esa manera fueron los motivos por los que el digimon anaranjado le había pedido que explicara con el mayor detalle posible lo que le sucedía.

Su digivice brilló en ese momento señalando que Patamon le había enviado un mensaje. Cuando lo leyó no pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro:

"TK… me siento mal por no haber estado contigo cuando mas me necesitabas, pero me alegra saber que tienes a Tara y a Dai. Deberías hablar con Matt. El regalo de los Yamamoto es grande y me gustaría volver a verte.

Hoy me enteré de una zona que los nuevos niños elegidos la liberaron y que Agumon, que logró digievolucionar a Greymon, esta cuidando. Mañana podrías venir a esta zona y volver a vernos.

Además, como estaré con Greymon ya no tendrás que preocuparte por mi. ¿Vendrás?

Para terminar ¿escribí esto bien?"

TK releyó la carta un par de veces antes de escribir su respuesta:

"si la puerta esta abierta iré mañana temprano a verte y tu redacción fue perfecta. Felicitaciones, eres el primer digimon que conozco que sabe leer y escribir, e incluso lo haces mejor que muchas personas que conozco. Deberemos agradecer a quien te haya enseñado porque hizo un excelente trabajo, pero tendremos que esperar hasta que la paz sea recuperada.

Me despido y me alegra que podamos volver a vernos"

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Este capitulo fue reescrito tantas veces que ya perdí la cuenta. Espero que a alguien le guste y en el siguiente capitulo conocerán a Tara y los pequeños cambios que se han producido.

Este fic no tiene como propósito la reescritura total de la serie. La trama principal no se vera sino hasta, tal vez, el tercer capitulo porque el segundo seguirá siendo una introducción a los cambios principales a tener en cuenta.

Para terminar: ESTE FIC NO TENDRA FRECUENTE ACTUALIZACION POR FALTA DE TIEMPO, disculpen las molestias a quien le interese la historia.