Disclaimer: ¿Qué creen?, ¿Pero que creen?, ninguno de los personajes aquí descritos me pertenecen T.T la vida es injusta con la gente buena! D': Peeta es mio *-* cuando Katniss esta cazando, pero no le digan ;)

Dedicatoria: Este fic esta dedicado a mi amora, la señora de Black :) espero que te guste amor...lo se, estoy traumada con esta saga xD

Comentario: ...sin nada que decir, el titulo es de una frase de Sinsajo :) que describe claramente a Peeta, y la idea de estas viñetas (si es que me da mi cabeza), de como sería según yo el primer embarazo de Katniss :)


El brillante color amarillo que significa renacimiento.

"…, prometemos vivir bien para hacer que sus muertes no hayan sido en vano."-416, Sinsajo

Espero a que el teléfono sonara otra vez. ¿Por qué su madre no podía contestar?, Hacia unas semanas que su madre había llegado al 12 de visita, y le había contado sobre sus sospechas, ella había tomada un poco de su sangre y le dijo que pronto le confirmaría o negaría sus sospechas. Peeta llevaba años diciéndole que ya era hora, que ellos podían con eso, que no conocía a nadie mejor para el puesto, aun así tenía sus dudas, ¿Quién no?, a decir verdad tenía mucho miedo. Nadie contestaba, colgó, lo mejor sería esperar a que su madre le llamase.

Continuaba pensando en las posibilidades de que sus sospechas fueran ciertas, ¿Qué haría?, no estaba segura ni de que sentir, esperaría a que le confirmaran, no podría entrar en pánico antes de tiempo.

Un sonido la saca de sus pensamientos, era la puerta. Peeta llegando de casa de Haymitch, lleva semanas pasando algunas horas de su tiempo libre con él, ella no lo entiende siempre iban juntos, esos dos estaban planeando algo y no le habían dicho nada. Mejor no preguntar, lo que sea que estuviesen planeando dejaría que la sorprendiera.

-¿Cómo esta Haymitch?-Pregunta, mientras su marido se acerca para depositar un suave beso sobres sus labios.

-Bien, te manda saludos, deberías ir a verlo.- Le sonríe, con esa sonrisa que pensó jamás volvería a ver, la sincera, la pura, la única que puede ofrecerle el chico del pan. Cada día se impresiona más de como Peeta ha mejorado en su salud mental, son raras ya las ocasiones en que sufre algún flashback espeluznante, pero ella sabe que jamás se irán, al igual que sus pesadillas.

-Podemos ir a verlo después de comer-sugiere mientras rodea la cintura de su marido con los brazos y este le corresponde de igual manera, no está segura del porque, pero últimamente ha necesitado mucho su contacto, sentirlo cerca de ella. Puede que se deba a que está próximo el aniversario de la caída del Capitol.

-Me parece una excelente idea, muero de hambre, iré a terminar de hacer la comida-besa su mejilla y se aparta de ella, pero esta no lo dejara ir tan fácil, lo jala con fuerza y esta vez ella lo besa en los labios, es solo un roce de labios, pero le hace sentir mejor.

-Pondré la mesa.-Él le sonríe, la toma por la cintura con una mano, con la otra toma suavemente su cara y la besa, pero esta vez enserio, se detienen cuando se quedan sin aliento y cuando cree que ha recuperado el aliento ella vuelve a hablar- Pondré la mesa.-repite, su marido asiente con la cabeza y se va a la cocina a terminar el estofado de cordero.

La mesa ya casi esta puesta, solo faltan los vasos. Katniss los saca de la alacena, está por llegar a la mesa cuando suena el teléfono, pasa los dos vasos a una mano y con la otra contesta.

-¿Bueno?

-¿Katniss?, Hija, ¿Eres tú? –Escucha un tono diferente en la voz de su madre, es como si supiera algún secreto y no estuviera segura si debiera contarlo.

-Sí, mamá, ¿Qué paso?

-Katniss, tenías razón, ¡Seré abuela!- hacía años que no escuchaba ese tono de alegría en la voz de su madre, esta continuaba hablando sin parar de lo contenta que estaba, pero algo dentro de su cabeza le impidió valorar todo aquellos, soltó el teléfono. ¿Estaba diciendo que sería abuela?, ¿Estaba confirmando lo que ya sospechaba?

Los vasos de vidrio se estrellaron contra el piso, rompiéndose en cientos de pedazos, ¿Ella sería madre?, ¡Ella seria madre!, El terror se apodero de su persona, las imágenes de los juegos que vivió y los que observo por cerca de 16 años la atacaron. Tenía miedo, estaba aterrada, temía que Snow llegara y le quitara a su pequeño bebe, todos los temores que creía habían desparecido regresaron, no quería que su hijo fuese parte de los juegos, él no. Sabía que todo su miedo era irracional, que Snow estaba muerto que no existían más los juegos del hambre, pero no podía detener las lagrimas.

Se apoyo en la pared más cercana, se deslizo al piso lentamente, tomo sus piernas entre sus brazos y echo la cabeza sobre sus rodillas, las lágrimas no cesaban, sus pensamientos no dejaban de rondar por sus temores. No se dio cuenta cuando Peeta llego, no noto cuando él hablo con su madre e intento tranquilizarla, no vio el brillo en los ojos de su marido cuando su madre le dio la noticia. Sólo tenía espacio para su temor.

Las lágrimas continuaban, parecía que tenían vida propia, no podía controlarlas, y se sentían bien de alguna manera retorcida porque no quería que se detuvieran. Aun no podía creerlo, esto no estaba pasando, ella que por años había dicho que gamas tendría hijos, no era tanto eso, pesaban más los recuerdos de los juegos, la mal oliente sonrisa de Snow, los rostros de los niños que vio morir, el miedo de no ser capaz de cuidar de su propio hijo, el miedo de no ser una buena madre.

Peeta la abrazaba y le susurraba algo al oído, no estaba segura si eran palabras de consuelo, solo se abrazo a él, acomodándose en el pecho de su marido, aspirando ese aroma a pan que jamás lo abandonaba. El aroma del chico del pan, eso la regreso a la realidad, recordó que su marido sería el mejor padre del mundo y si ella no podía cumplirle a su hijo como era debido él siempre tendría mucho padre.

Un extraña sensación se confort la envolvió, recordó aquella entrevista en la que Peeta había dicho que ella estaba embarazada y lo mucho que se había dicho en la arena que él sería el mejor padre del mundo, pero esto no era lo que la reconfortaba, si no la idea de que no tenía que porque sentir celos de la mujer que fuese la madre del hijo de Peeta, ya que era ella y eso la hacía sentir mejor ya que siempre le recordaba que tenían que vivir por aquellos que habían dados su vidas para que ellos vivieran, porque su marido era el brillante color amarillo que significa renacimiento, todo estaría bien por el simple hecho de que su hijo seria hijo de Peeta, le recordaría que la vida puede continua, que puede ser buena. Pasase lo que pasase ella siempre estaría presente y lo quería. Como aquella promesa.

"La promesa de que la vida puede continuar por dolorosa que sean nuestras pérdidas, que puede ser buena."-417, Sinsajo


Comentario: ¿Qué les pareció? ¿muy malo?, bueno si estuvo muy feo D': sean corteses al decirlo que soy sensible, pero se aceptan las criticas constructivas no destructivas xD que mi autoestima ya de por si es pobre x)...y si les gusto :D seria bueno saber si les gustaría que lo continué :B tengo la idea de otras 2 viñetas, aun no están echas pero si dicen si, yo las hago ;)

Amora de mi vida, ¿Qué te pareció?