Era un día normal como cualquier otro en la ciudad de Nueva Saltadilla, los niños y los jóvenes estaban en las escuelas mientras que los adultos trabajaban. Se ve a un hombre corriendo por los pasillos de un edificio, llevaba muchos papeles a la mano y se le veía algo alterado. Corrió por todo el edificio hasta llegar a una sala donde al parecer había una reunión. Ahí se encontraban el alcalde y varios colegas. El hombre llego corriendo ahí se le veía muy alterado, preocupado y nervioso. Al entrar llego directamente con el general de las fuerzas armadas, el cual al escuchar lo que el hombre le decía se levanto y dijo.

-Señores me acaban de informar que los seis sicarios mas peligrosos del mundo acaban de escapar de la prisión de máxima seguridad – dijo el general

-¿Qué? ¿Cómo pudo ser posible? Si se supone que están bajo máxima seguridad – pregunto el alcalde

-No lo sabemos señor pero esos seis jóvenes escaparon esta mañana – dijo el general

-Alcalde ¿Qué vamos a hacer? Ellos son una amenaza en todos los aspectos, el único que pudo atraparlos una vez ahora esta muerto – dijo una mujer

-Lo se y no se que haremos esta vez contra esos seis – dijo el alcalde

-Tal vez yo tenga la respuesta a su pregunta señor alcalde – dijo un joven que no pasaba de los veinte años de ojos negros y cabello anaranjado

-y ¿Cuál es esa respuesta señor Akatsutsumi? – pregunto el general

-Chicos con habilidades especiales – dijo el joven Akatsutsumi

-¿habilidades especiales? ¿De que esta hablando Akatsutsumi? Explíquese bien – dijo el alcalde

-Me refiero a los niños o jóvenes que tienen cualidades diferentes a las de cualquier ser humano común y corriente – dijo Akatsutsumi

-Hay demasiado en el mundo ¿usted a quienes nos recomienda? – pregunto el general

-Bueno sabemos que los jóvenes que escaparon son tres mujeres y tres hombres ¿no es así? – pregunto Akatsutsumi

-Si – dijeron todos los presentes

-Entonces lo que yo les recomiendo es hallar a tres jóvenes y a tres señoritas que puedan vencerlos con facilidad. Que no le teman a nada y que solo busquen terminar con la existencia de ellos – dijo Akatsutsumi

-Déjese de rodeos y díganos de una vez ¿a quienes nos sugiere? – dijo impaciente el alcalde

-Yo les sugiero a...