Tsu: kajskakjakjs ... ¡y hemos vuelto del más allá!
UP: *muerta para el mundo mientras sale su alma desde su boca*
Tsu: aham... *tose y carraspea un poco* Bueno... por ahora seré yo quién hablará porque Uznara anda como estresada ya que la próxima semana rendirá la prueba para el ingreso a la universidad y... bueno, ya pueden imaginarse la presión y todas esas bobadas que está recibiendo.
Ahora, este fic con la ñoñita lo hemos reescrito porque nos pareció interesante el gran cambio que hemos tenido desde que comenzamos a escribir en FF. Por ello, quisimos editar uno de nuestros one-shot para comparar qué tanto hemos mejorado... y pues... bueno, nos dimos cuenta que era bastante el cambio, pero ahora queremos dejárselos a su disposición.
También, a las personas nuevas que vienen recién conociendo el fic, no se angustien, la trama y los diálogos no ha cambiado nada al original, solo han sido corregidos pequeñas palabras y aumentado algunas líneas un par de párrafos.
Y ahora, lean y disfruten. Y si les gustó, ¡no olviden dejar un review :D!
Disclaimer: The Legend of Zelda y sus personajes no son propiedad nuestra, les pertenece a su respectivo creador y a la compañía Nintendo.
Juntos por el "Fierro Golpeador de Parejas Felices"
...
–…No importa cuánto me esfuerce, cuánto tiempo le dedique… cuánto tiempo usando mi paciencia… pero es que… ¡NO PUEDO IGNORAR ESTE MALDITO DÍA!
Una joven de cabello color rubio y de ojos tan azules como el mismísimo océano pacífico, que no tenían nada de pacíficos, hablaba con voz molesta y los dientes apretados con la persona al otro lado de la línea telefónica.
–Ari, hazle un favor al mundo y deja de ser tan irritante en San Valentín, simplemente es un día de fiesta más en el calendario…
–Fiesta o no, me perturba el saber lo que la mayoría de las personas hacen en él, como hoy mostraban en las noticias del mediodía.
–Oh por favor, ¿y vas a seguir con eso? ¿Por qué no mejor te consigues un novio y tratas de disfrutar del día como tal?
–Já, sí claro. Como tú ya tienes a Iván es fácil decirlo…
–Escúchame bien, –la voz ordenó en un tono tan serio que la joven casi podía imaginarse la cara ceñuda de su amiga –o mueves tu enorme y perezoso trasero de la cama, te ducharas, te maquillaras, y salieras de esa horrible y apestosa cueva friki a la que llamas "habitación" hacia la luz del sol, te sería mucho más fácil encontrar a alguien con quien compartir bellos momentos románticos…
–Sabes que odio las cosas cursis, ¡¿y cómo que mi trasero es enorme?! ¿Acaso no te has visto esa tremenda narizota en el-?
–Lo siento Ari, mi Iván está por venir para nuestra cita. Chao, nos hablamos pronto. Te quiero, ¡besos y abrazos!
– ¡No Bea espera! –pero ya era demasiado tarde, el pitido monótono de la línea cortada retumbaba una y otra vez en su oído. Cerró su teléfono y se sentó en la cama. Ese día sería como todos los años; estaría todo el día sola en su habitación, viendo películas, videos en internet o simplemente jugando en su PlayStation2 o su consola Wii. Mientras que su mejor amiga se iría a cenas y citas cursis con su, ejem, novio. Sus otros amigos estarían muy ocupados con sus propios asuntos como para pasar el día con ella. Su hermana menor estaría probablemente jugando con la vecina de al lado (aunque de verdad no le interesaba en absoluto), y su hermano mayor estaría con su novia, pasando el día juntitos perdidos por ahí, haciendo sus cositas para luego irse por la noche a un motel, y después de un mes la muchacha llegaría a su casa con la noticia de que estaba embarazada, sus padres y su hermano entrarían en shock y luego esos próximos ocho meses se la pasarían llorando, peleando, discutiendo, fumando o cualquier otra cosa, y que cuando el bebé nazca, la madre se iría y dejaría a su hermano al cuidado del recién nacido, y todos en su familia se vendrían abajo, quedarían pobres y viviendo en la calle y…
– ¡¿Ariadna me estás escuchando?!
– ¡MAMÁ, NO QUIERO SER TÍA!
–…
–…
Tardó unos segundos para desprenderse de su tormento mental y en procesar lo que estaba ocurriendo ese mismo momento. Pero cuando el pequeño hámster que habitaba en su cerebro comenzó a correr por la ruedita, recién logró percatarse de que allí parado en la entrada de su habitación estaba su amado hermano mayor, mirándole con perplejidad.
–"Genial, ahora creerá que estoy loca…" –pensó mientras su rostro se ensombrecía – ¡A-ah, Link! ¿Estás aquí? ¿Qué haces aquí? –"Así se hace Ari, ahora a tartamudear…"
Link alzó una ceja, pero luego negó con la cabeza mientras murmuraba unas cuantas palabras que no fueron percibidas por la joven, para luego simplemente hablar con normalidad –Sólo venía a avisarte de que mamá y papá estarán fuera todo el día y que no llegarán hasta muy tarde por la noche.
– ¿Y desde cuándo eso es novedad?
–Y también para que lleves a Aryll a la casa de Lalo para que pase allí la tarde…
– ¿QUÉ? ¡¿Y por qué tengo que ir a dejarla como si fuese su niñera?! –la adolescente se paró de golpe y se acercó al adulto joven dándole una severa mirada.
–Porque, –respondió tranquilamente el rubio levantando sus dedos mientras enumeraba frente al rostro de su hermana –Uno, es tu deber como hermana mayor. Ya tienes dieciséis años, deberías aprender a ser más responsable; dos, yo voy a salir en una cita con Zelda y no puedo hacerme cargo de Aryll; y tres, ya es momento de que salgas de este chiquero y vuelvas a tener contacto con el mundo exterior. En serio, ya llegas hasta a parecerte a un vampiro…
Ariadna bufó y mostró sus dientes –o colmillos– para demostrarle a su hermano que de verdad era un ser chupasangre. El mayor rodó los ojos y cerró la puerta de un golpe.
–¡Y será mejor que te apures, porque en media hora tienen que estar allí! –su voz se fue apagando a medida que se alejaba.
La rubia suspiró derrotada y se acercó a su armario para coger algo de ropa limpia, dirigiéndose finalmente hacia el baño. No podía discutir contra Link y desobedecer sus órdenes, incluso lo intentó una vez y terminó castigada por todo un mes. Sin duda ese chico la tenía manipulada como una marioneta, y hacía cualquier cosa con ella. Si el rubio pudiera, la mandaría a que hiciese sus deberes y trabajos de la universidad, pero con tan sólo verla sufrir por las ecuaciones de álgebra y funciones de primer grado era más que suficiente.
Abrió la llave del agua caliente y se dejó llevar por sus pensamientos. Siempre a la hora de la ducha, su mente se disipaba a los orígenes del universo, la importancia de la vida, la existencia de deidades poderosas y de…
–¡Ariadna, apresúrate si no quieres que corte el gas!
…mil y un ideas para asesinar a Link sin que encuentren su cadáver.
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–Muy bien, Aryll. Te dejo en la casa de Lalo y luego desapareceré hasta que sea la hora de volver a casa, ¿vale? –La adolescente dijo mientras ella y su hermana iban caminando por la calle directo a la casa del chico, la cual no quedaba muy lejos de la suya.
–Pero Link dijo que te tenías que quedar conmigo todo el día, acompañándonos. Y también dijo que si no lo hacías, volviendo a clases, te iba a levantar a las cuatro de la mañana y te metería a la ducha con agua fría hasta que se acaben las clases… –respondió la más pequeña de las rubias lo más tranquila posible.
Ariadna la miró con un poco de miedo, porque cuando Link le decía ese tipo de cosas a su pequeña hermana, era porque iba en serio.
–"Maldito Link…" –pensó con el ceño fruncido.
–Si sigues frunciendo el ceño así, te arrugarás más rápido.
–"Maldita mocosa…"
La niña de tan solo doce años era toda una manipuladora, más que su hermano. Era malvada, siniestra y una "doble cara". Siempre que sus padres estaban presentes, la menor se comportaba de manera cariñosa y dulce, al igual que cuando estaba con Link; pero cuando las dos se encontraban a solas, la menor veía la oportunidad perfecta para hacerle la vida imposible.
Luego de unos minutos, llegaron a la casa y tocaron el timbre. Esperaron unos momentos hasta que la puerta fue abierta por un muchacho de la misma edad de Ariadna, cabello castaño oscuro y de ojos verdes, con una cinta roja alrededor de su cabeza, mirándolas con un aire de aburrimiento.
–Oh Aryll, le diré a Lalo que estás aquí. –dijo dirigiéndose a la menor.
–No es necesario Talo, ¿puedo pasar?
–Claro, él está en su habitación en estos momentos…
–Muchas gracias, con permiso.
Cuando sus pasos dejaron de escucharse desde la entrada, ambos adolescentes se quedaron mirando por unos momentos en silencio en la puerta, hasta que el chico decidió hablar.
–Vaya, parece que el monstruo ha decidido salir de su cueva. –dijo con una sonrisa arrogante en su rostro mientras se apoyaba en el marco de la puerta.
–También es bueno verte, Talo. –respondió ella con sarcasmo.
– ¿Y qué harás hoy en San Valentín?
–Pues, tenía pensado quedarme en casa, pero mis planes fueron estropeados por la mocosa mimada y el príncipe verde que tengo por hermanos.
–Siempre tan amorosa con ellos…
– ¿Y usted, Señor Sarcástico?
–Pues, ¿quieres ir a golpear parejas felices al parque?
– ¿Tienes el fierro?
–Claro que sí.
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Aryll entró a la habitación de su amigo y cerró la puerta tras de sí, procurando que los dos adolescentes aún siguiesen conversando en la entrada. Caminó hacia la cama donde yacía Lalo con una mirada seria y tranquila, cruzado de brazos y con varios artilugios esparcidos sobre el cobertor.
–Está bien Aryll, aquí están todas las cosas que pediste. Ahora, ¿quieres repetirme tu plan? –preguntó.
La muchacha suspiró antes de responder –Iremos al parque con Talo y Ariadna, y nos alejaremos de ellos para dejarlos solos, y así, con la ayuda de Link que también estará en el parque, pondremos todo un ambiente romántico para que esos dos se declaren su amor y ya no tengamos que soportar con su mal humor de San Valentín.
–Si no fueses mi amiga, y no conociera a mi hermano y a tu hermana, diría que esta idea es estúpida e infantil. Pero estoy seguro de que irá a funcionar.
– ¡Así se habla! Ahora, metamos todo esto en la mochila, bajaremos y actuaremos lo más natural posible. Yo aquí traje mi catalejo con la excusa de que veré aves y todo eso.
– ¿Y Link qué hará?
–Oh, eso tienes que verlo con tus propios ojos…
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–Link, ¿quieres por favor repetirnos tu plan? –un hombre de dorados ojos y de cabello color rojo con un extraño peinado le preguntó al rubio sentado frente a él.
El muchacho se frotó las sienes y suspiró profundamente –Por última vez, Malton, iremos al parque para poder unir a mi hermana con Talo y así acabar de una vez por todas, su pésimo humor de San Valentín.
Todos los allí presentes asintieron y dijeron un "ah" al unísono. Se encontraban en un Starbucks, bebiendo café mientras escuchaban atentamente el plan de Link. Ése no era el San Valentín soñado de los universitarios, pero como sus planes estaban ideados para desarrollarse en la noche, no tenían nada que hacer en el transcurso de la tarde. Y además, ellos también conocían el horrible humor de los adolescentes, y querían acabarlo para poder disfrutar el día en paz.
–Me parece razonable tu idea, Link. Pero dime, ¿no crees que ellos llegarán a sospechar de algo? –preguntó Fay.
–Conociendo a mi hermano lo estúpido que es, no creo que tengan ni la menor idea de lo que estemos haciendo. –Ilia soltó una pequeña risa al decir eso, contagiando al grupo con ella.
–Oh vaya, esto será divertido. –expresó Midna.
–Ahora bien, Aryll me enviará un mensaje avisando cuando lleguen al parque, allí será cuando actuaremos. Iremos en dos grupos y cada uno se posicionará a su lugar indicado esperando la señal para que comience el acto.
El grupo de universitarios asintió ante el discurso de Link, emocionados porque, dentro de lo que parece, a fin de cuentas iniciarán con un nuevo capítulo en la vida de los jóvenes hermanos de sus amigos.
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Mientras tanto, en un parque lleno de corazones, globos, cositas rosas y muchas parejas felices tomadas de las manos dándose besos en frente de niños pequeños, un par de adolescentes se encontraban sentados en una banca que, para el alivio de ambos, no logró ser contagiada por el ambiente "amoroso" del lugar.
–Este lugar parece como si cupido hubiese vomitado sobre él. – Talo dijo mientras observaba el extraño panorama.
–Aun no entiendo por qué Lalo y Aryll quisieron venir exactamente a este lugar, para luego dejarnos solos. Preferiría estar en un cementerio.
– ¡Oh vamos, no te quejes! Al menos podemos darle uso al… –música de suspenso por favor, estimados lectores, – ¡"FIERRO GOLPEADOR DE PAREJAS FELICES"! –el muchacho alzó hacia el cielo, completamente feliz, con una enorme sonrisa de alguna publicidad de dentífrico en el rostro, un fierro metálico completamente normal. Pero para este singular par, estimados lectores de fanfics, aquel fierro era la respuesta a su desgracia; poder desquitarse con todas aquellas parejas que restregaban sus muestras de afecto hacia los solteros. Jóvenes, niños, adultos o viejos, nadie podía salvarse del dichoso fierrito.
Pero regresando con nuestros protagonistas, Ariadna miró desconcertada a su amigo, y lentamente se llevó una mano a la cara y negó con la cabeza. El muchacho podría ser su mejor amigo, compañero o partner, pero a veces, lamentablemente, actuaba como un completo idiota frente a decenas, cientos o miles de personas.
– ¿Podrías por favor, por el bien de la humanidad, actuar normal una vez en tu vida? –dijo con un ligero tono de molestia en su voz.
–Ari, lo normal está subestimado. Ahora bien, para comenzar con nuestra cita…
– ¿Dijiste cita?
–Ehhh, no. O sea, q-quise decir… etto… –"Ugh, vamos Talo, piensa en algo rápido, ¿por qué dijiste cita? ¡Ni que fuese tu novia!, aunque admito que es bonita... ¡Argh! ¡Subconsciente de mierda, te odio! ¡Es tu amiga! ¡Sólo eso!"
La rubia lentamente comenzó a alejarse de su amigo un poco perturbada y preocupada, pero más que nada perturbada. Nadie en su sano juicio estaría golpeándose, quiero decir, azotándose la cabeza con la banca en donde estaban sentados sin motivo aparente.
–Talo, deja de golpearte la cabeza, las personas están comenzando a mirarnos raro… –susurró lo suficiente alto para que su amigo la escuchase. Éste dejó descansar su cabeza y se volteó a verla, con un enorme chichón en la frente mientras caía un hilillo de sangre por esta.
–Finjamos como que nada de esto ocurrió.
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– ¿Qué están haciendo, Aryll?
– ¿Me puedes creer que Talo se está azotando la cabeza con la banca, completamente colorado?
–Ah, eso no es novedad…
Ambos niños estaban espiando, digo, observando a sus hermanos en la cima de un árbol, ocultos entre el follaje, con el catalejo de la rubia y unos binoculares del castaño. Sin embargo, a esas alturas –literalmente– ya estaban lo bastante acostumbrados a tan extraños acontecimientos entre los adolescentes.
–…
–…
–…
–... ¿Y ahora qué hacen?
– ¡¿Y QUÉ CARAJO QUIERES QUE TE DIGA SI LOS MUY PENDEJOS SE LA PASAN HACIENDO NADA?! Ah no, ahora están, ¿golpeando parejas con un… palo?
– ¿Qué? –el muchacho dirigió sus binoculares a la dirección donde Aryll estaba apuntando. Y en efecto, Ariadna y Talo iban corriendo detrás de una pareja de jóvenes flaites(1), quienes anteriormente se estaban besando tranquilamente… ¡Qué va!, esa pareja estaba prácticamente devorándose el uno al otro, para el disgusto de todo el mundo. –Aah, no, están golpeando parejas felices con el "Fierro Golpeador de Parejas Felices". Lo sé porque escuché a Talo hablar de ello el otro día con Iván.
– ¿Y hasta ahora se te ocurre decirme? Pero bueno, ya es momento de que Link entre en acción…
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Ahora, volviendo con Link, junto con sus amigos, estaban sentados a unos veinte metros de los adolescentes, también observándolos totalmente anonadados.
–Y yo que pensaba que Talo era el más inmaduro… –el rubio suspiró decepcionado al descubrir la otra faceta infantil de su hermana menor, hasta que el sonido de un mensaje desde de su teléfono lo alertó
Nuevo mensaje recibido
Aryll-chan (recibido a las 15:36): Muy bien, Verdecito, ahora entran ustedes en acción.
Yo (enviado a las 15:38): Entendido, Gaviota.
Mensaje enviado
Guardó el artefacto en el bolsillo de su pantalón de mezclilla y se volteó al grupo. Todos asintieron y se dirigieron a sus estaciones de trabajo.
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– ¡Consíganse una habitación!
– ¡El amor no dura para siempre!
– ¡Te está engañando con otra!
– ¡Cada vez que se besan, Din mata a un gatito!
Esas, y miles de frases más estuvieron gritando nuestro par preferido a cada pareja que cruzaba por delante de ellos. Aún sentados en su banca "anti-amor", con su fiel fierro golpeador.
–No puedo creer que estemos haciendo esto…– decía la rubia entre risas.
–Ni yo… –prosiguió el castaño, –tenía planeado hacerlo solo, pero me di cuenta que hacerlo contigo es mucho más divertido…–un leve rubor se posó en sus mejillas al decir eso. Ariadna se volteó a verlo y asintió, también ruborizada y con una pequeña, pero sincera sonrisa.
–Sí, tienes razón… –Talo dejó de ver el panorama, centrándose ahora en su amiga.
–"Vaya, no me había fijado que Ariadna tiene unos bellos ojos"… Sabes Ari, nunca me percaté de que tus ojos brillaran tanto cuando sonríes… Qui-quiero decir, que hasta parece como si tuvieras el mar dentro de ellos y que tus pestañas rubias se volvían doradas cada vez que pestañeas, formando un pequeño y bello atardecer en tu rostro… –a estas alturas, estimado lector, el rostro de nuestro muchacho estaba tan rojo que hasta podría confundirse con un tomate maduro. Y ni hablemos de la joven a quien le había dedicado esas palabras. Ariadna estaba tan sumisa en sus pensamientos, repitiendo una y otra vez aquella poesía, que no creía que su amigo pudiese crear.
–Ta-Talo… "Muy bien Ari, primero Link y ahora… él… se ve tan lindo cuando se sonroja…"
Y sin que ambos se diesen cuenta, sus rostros se fueron acercando lentamente el uno al otro, con sus ojos cerrados. Sus labios se encontraban a milímetros de distancia, estirados y esperando el momento preciso para alcanzarse, y así sentir una suave y dulce piel, y liberar sus emociones. Sus mentes estaban lejos del mundo real, hasta que…
– ¡DAMAS Y CABALLEROS! Enamorados, parejas, matrimonios o la hueváda que sean, nos importa un comino. Sean bienvenidos a la fiesta anual del Día de los Enamorados de Hyrule City, soy su anfitrión, Malton Cassanova. Ahora como estamos todos reunidos hoy en la plaza Ordon…
–Y así se arruina un momento perfecto… –Talo susurró molesto e irritado, mientras Ariadna sólo desvió su mirada, completamente roja y decepcionada.
–"Estuve a milímetros de mi primer beso con Talo… sin contar el que me dio cuando casi me ahogo en el Lago Hylia hace siete años…"
–Etto… ¿qui-quieres ir por un helado?
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– ¡Nooo! ¡¿Pero qué mierda?! ¡Casi! ¡CASI! –Aryll estaba que escupía espuma por la boca en la rama del árbol, y Lalo simplemente estaba en shock. – ¡Uy! Simplemente… ¡Gah! ¿Aló, Link? Sí, soy yo… no, no funcionó, estuvieron a punto, ¡A PUN-TO!... Sí, lo digo en serio, Lalo está de testigo… ¿Qué? ¿Qué cuando se cortó?, pues se separaron cuando tu amigote, el Elvis pelirrojo, ¡habló por el micrófono!... Sí, sí sé que ese era el plan, pero… uff, está bien, escucho…
Lalo, quien había salido del shock desde que su amiga comenzó a hablar por el celular, la miraba atento y curioso, en especial por las caras que ponía la rubia. Al principio molesta, luego expectante, luego asustada, luego asqueada, luego interesada, y al final, una enorme sonrisa como la del Gato Cheshire de Alicia adornó su rostro.
–…Okey, si tú lo dices. Espero que funcione. Adiós, ¡te quiero! –y colgó.
–… ¿y qué te dijo?
–Él e Ilia se harán cargo del plan B…
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La tarde pasó rápida, entre risas, besos, juegos, besos, concursos, besos, concursos de besos, y más besos. Las parejas iban y venían por el parque, siempre con una sonrisita llena de amor en el rostro.
Pasó tan rápida la tarde, que ni cuenta se dieron los adolescentes de que el cielo comenzaba a teñirse de colores anaranjados y rosados, y una que otra estrella comenzaba a brillar en el cielo como luciérnagas en un pantano.
–Diosas, son casi las nueve, si Aryll no llega pronto estaré castigada de por vida… –dijo preocupada Ariadna mientras que en su celular marcaba una y otra vez el número de su hermana.
–Pff, no creo que sea para tanto, ¿recuerdas cuando nosotros mismos llegábamos hasta más tarde a nuestras casas? –habló el castaño restándole importancia al asunto.
–Sí, pero esto es diferente. Si no llego a casa con ella, estaré castigada hasta finalizar el año escolar.
–Eso sí que es mala suerte…
El silencio inundó el ambiente, y ninguno de ellos se atrevió a hablar. Incómodo momento si le sumamos que por su cabecita aún estaba fresco el recuerdo de su casi "beso". Se miraron el uno al otro, sonrojados, y hubiesen seguido así de no ser porque sus hermanos mayores aparecieron de la nada y se acercaron hacia ellos.
–Hey chicos, ¿cómo están? –preguntó el rubio de ojos azules.
–Talo, ¿puedo hablar contigo un momento?
–Se-seguro, Ilia. –dicho esto, el castaño se alejó con su hermana de ambos rubios, dejándolos con otro silencio incómodo.
Link miró a su hermana y la invitó a sentarse a su lado en una de las bancas que estaban cerca. Ya ubicados, el mayor comenzó a hablar.
–Ari, ¿te encuentras bien? –un tono de preocupación acompañó a su voz.
– ¿Eh? claro que sí, ¿por qué preguntas?
Link comenzó a murmurar algo intangible mientras se frotaba las manos en busca de las palabras correctas para iniciar con la conversación. Cuando ya las hubo encontrado, se aclaró la garganta y miró fijamente a su hermana menor. –Escucha, sé que nuestra relación fraternal no es muy placentera como la de los demás. Pero quiero que sepas que te quiero y me preocupo mucho por ti. Aunque no lo creas, sé cuándo estás de mal humor sin que lo demuestres, y en este momento estás ocultándome algo, y sólo quiero que me digas qué es, sabes que puedes contar conmigo. –terminó de decir con una sonrisa sincera en su rostro, mientras que con la mano acariciaba la mejilla de la menor. Ariadna lo miró un poco incrédula, pero luego suspiró y agachó la cabeza.
–Está bien, es sólo que hoy, y-yo y Talo estuvimos a punto de darnos nuestro, primer beso… –dijo casi en un susurró y ocultó su cara entre las manos, sintiendo cómo sus mejillas se volvían rojas con cada segundo que pasaba.
– ¿Pero no que ustedes ya se habían besado antes? –Link preguntó con una sonrisa socarrona.
– ¡Me estaba ahogando! ¡Eso no tiene nada que ver!, además teníamos nueve años, eso no cuenta…
–…
–…
–… ese chico en verdad te gusta, ¿verdad?
Ariadna levantó la vista para ver a su hermano quien la miraba con un rostro sereno. Un rostro que siempre veía cuando el muchacho hablaba con sus padres o Aryll.
Asintió levemente para luego agregar –Sí. Desde nuestro viaje al Lago Hylia. Por eso siempre actúo como si nada pasase con él. Y por eso no me gusta San Valentín, porque me recuerda la imposibilidad de que los dos estemos juntos. Él sólo me ve como una amiga, una amiga marimacho… –sintió cómo una cuántas lágrimas escapaban de sus ojos y corrían lentamente por su mejilla. Intentó limpiarse con el puño de su manga, pero unas fuertes manos agarraron su cara y la hicieron voltear a su hermano. Link le limpió los ojos con los pulgares suavemente para luego abrazarla y consolarla.
La joven devolvió el abrazo y se acurrucó en el pecho del mayor. Sintiendo un pequeño dèja vú de cuando tenía cinco años, y Link la consolaba cuando se asustaba o se lastimaba.
–Te cuento un secreto, me pasaba lo mismo con Zelda cuando tenía tu edad. Ella era la chica más popular de la escuela. Era hermosa, inteligente, valiente y buena con todo el mundo. Yo era sólo un friki más del curso, retraído, tímido e invisible, siempre pensé que una chica como ella nunca se fijaría en alguien como yo. Pero un día, en este mismo parque, vi que estaba siendo intimidada por unos bravucones de nuestro curso. Entonces me reuní de valor y puse en práctica todos mis años de karate, y, míranos ahora, cinco años de relación…
La rubia se rió un poco al recordar esa vez cuando Link llegó a casa con un ojo negro, siendo cargado por una bella muchacha de cabello rubio.
–Gracias Link… –dijo finalmente mirando al universitario.
–De nada mocosa…
Se rieron un poco hasta que Ilia y Talo aparecieron. El castaño miró a su amiga y la invitó a caminar, a solas, hasta la fuente.
Mientras se alejaban, los dos adultos los observaban con orgullo.
–Espero que esta vez no se avergüencen. –dijo Ilia.
–No creo que lo harán, nuestro trabajo está hecho. Ahora sólo falta que ellos pongan de su parte. –y dicho esto, se levantaron y se dirigieron a donde estaban sus respectivas parejas, para dar inicio a su tan esperado San Valentín.
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La noche ya había caído sobre toda la ciudad, el parque lentamente estaba volviendo a la normalidad. Las estrellas brillaban con todo su esplendor en el cielo, y dos jóvenes adolescentes estaban parados frente a la fuente de la plaza Ordon, viendo cómo caían los chorros de agua.
–Siempre me ha gustado esta fuente. –susurró la rubia con los ojos cerrados. Talo se la quedó mirando, asintiendo en afirmación.
Hubo unos minutos de silencio entre ambos hasta que Talo tomó la mano de su amiga y entrelazó sus dedos con los de ella. Ariadna abrió los ojos en la confusión, pero luego al ver el rostro sereno del muchacho, no hizo nada más que negar con la cabeza, sonreír para sí y apretar el agarre. Sin duda que para ella, ese momento era el más perfecto de su vida, y nunca lo olvidaría…
–Ari…
Al escuchar su nombre, volteó hacia su amigo, sólo para sentir cómo sus labios eran presionados con los de éste. Sus ojos se abrieron de la impresión, pero luego los cerró y correspondió el beso, pasando sus brazos por detrás de la cabeza del castaño, y este a su vez, la abrazó por la cintura y la atrajo hacia sí. Cuando la necesidad de aire en sus pulmones les venció, separaron sus cabezas y se miraron el uno al otro, sonriendo y ruborizados. La rubia suspiró y apoyó su cabeza en el hombro del muchacho y dejó que este le acariciara el cabello.
–Te amo Ariadna…
–Yo también Talo…
–Feliz San Valentín…
–Para ti también…
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Su despertador sonó a las 9:30 de la mañana, lo apagó pero no hizo ademán de levantarse. Más bien, se quedó acostada, viendo el techo y recordando todos los sucesos del día anterior. Una sonrisa cruzó por su rostro y tocó sus labios, sintiendo cómo sus mejillas se coloraban.
Quién diría que dos jóvenes que odiaban con todo su ser el día de San Valentín, terminarían siendo una pareja más de aquel día tan romántico.
Sin duda entre la vida y el amor no hay más que ironías…
FIN
