Prólogo
—Emmett, tienes que jodidamente salvarme de esta familia de locos. ¡Mierda, hombre!, me volveré loca si estoy un segundo más aquí —le chillé a mi hermano mayor a través de la conexión de Skype. Vi cómo se reía a carcajadas, mostrando sus perfectos dientes, no pude evitar sonreír sarcásticamente debido a que él se estaba burlando de mi puta miseria. No se había dejado de burlar desde el momento en que nuestra madre nos informó que yo pasaría el verano con la tía Deph aquí, en New Orleans.
—Joder, Emmett, hablo en serio —repliqué irritada, ya que no paraba de reír.
—Relajante, hermanis, solo te quedan… —miró a un costado por unos segundos y luego movió sus ojos azules hacia mí— 10 semanas de exilio.
—¿Por qué mamá tuvo la grandiosa idea de que pasara tiempo con mis estúpidas primas este verano? —Le pregunté mientras me aseguraba que ninguna de las mimadas de Katia y Lana estuviese escuchando.
—Bastante fácil, ella quiere que te comportes como toda una niña bonita, quiere una hija, no tres hijos, supongo —me contestó tomando un trago de su cerveza. Puse los ojos en blanco y di un respingo al escuchar su puerta abrirse. Sonreí automáticamente al ver que eran Jasper y Edward. Apenas pasaba una semana de haberme ido y ya quería que se terminara el verano para volver con ellos. Necesitaba una revancha de la última competencia de eructos, el maldito de Edward hizo trampa, estaba bastante segura que saldría campeona, como siempre.
—Mierda, ¿qué haces? ¿Estás viendo porno? —Saltó Edward sobre la espalda de Emmet, viéndose curioso. Se escuchó la carcajada de Jasper en el fondo, lo cual me hizo sonreír aún más. Cómo extrañaba a estos condenados.
—Oh, solo es Bella —Edward, empujó a mi hermano fuera de la silla, para poner su tonificado trasero de jugador en ella—. ¿Qué hay, bebé?
—Ella está por suicidarse —se burló Emmett mientras se levantaba del suelo de su habitación, pasando una mano por su liso castaño cabello.
—Dinos, ¿cómo va la tortura? — Jasper se dejó ver en la cámara, con una media sonrisa en su rostro, su ondulado cabello dorado estaba alborotado como siempre y sus ojos azules estaban posados en mí mientras esperaba mi respuesta. Él era tan jodidamente sexy, que a veces me hacía sentir nerviosa, pero entonces recordaba lo idiota que era y se me pasaba.
—Todos en esta familia son vegetarianos, he comido cosas que tengo miedo de preguntar lo que contienen. La tía Deph tiene una pizarra llena de reglas y cosas que debemos seguir en la casa, una de ellas es no decir malas putas palabras, ¿pueden creerlo? No sé ni siquiera cómo mierda he sobrevivido una semana. Las habitaciones de las chicas son tan rosadas que no puedo entrar sin marearme y solo hablan de chicos, chicos, chicos y chicos, no tienen una jodida idea de lo que son los chicos en verdad, y viven diciéndome que me vería mejor vistiendo de otra manera, usando maquillaje y estúpidas cosas como esas.
—¿Deberíamos ir y secuestrarte? —Intervino Edward dedicándome una de sus sonrisas de «Soy muy sexy y lo sé» —. Pregunto, primero… ¿Tus primas están buenas? Podríamos secuestrarlas a ellas también.
—¡Hey! —Emmett lo golpeó con fuerza en la cabeza—. No hay nada que preguntar, hombre. Hice una mueca de asco mientras le dedicaba un gesto de desaprobación.
—Eres asqueroso, ¿ya no tienes suficiente con tirarte a media escuela? —Cuestioné cruzándome de brazos.
—Solo estaba preguntando, joder, Emmett, no vuelvas a hacer eso —le pidió Edward a mi hermano mientras se llevaba la mano a su cabeza, adolorido —¿No has hecho nada para divertirte? —Preguntó Jasper llevándose a la boca la cerveza que era de mi hermano.
— ¿Nada de fiestas, clubes, bares, sexo, alcohol? Sabes, cosas de verano… ¿Ningún chico? ¿Sexo? —Los ojos de Emmett saltaron de ira por un momento.
— ¿Chico? ¿Qué coño hablas, Jasper? —No pude evitar reírme. Mi hermano y yo podíamos divertirnos muchos con los chicos, y ser los mejores amigos del mundo, y tratarnos de «idiota, estúpida» y decirnos malas palabras, como todos unos chicos, pero él estaba consciente de que era una chica, y que era su hermanita, la cual debía cuidar de idiotas como Edward o Jasper.
—Al lugar más lejos que he ido es a la iglesia, a hacer labor comunitaria. —Gruñí, enojada de recordarlo. —Mierda, pobre chica —Los claros ojos de Jasper se agrandaron de sorpresa—, quizá sí deberíamos ir por ti.
—¿Qué haces? —Preguntó una femenina voz a mis espaldas. Di un respingo de sorpresa y me volví hacia mi prima, Katia. Al parecer había estado haciendo ejercicio, ya que traía ropa deportiva y su hermoso liso cabello negro recogido en una alta cola de caballo, a decir verdad, mis primas eran realmente lindas, tenían ese aspecto de chicas populares. Bien vestidas, bien peinadas, siempre decentes y… femeninas, MUY femeninas.
—¿Es ese Emmett? —Ella acercó sus ojos celestes a la laptop mientras se quitaba los audífonos—. ¡Emmett!.
—¡Katia! —Le respondió mi hermano en su mismo tono, pero claramente fingido—. Hace tiempo que no te veía, te ves realmente genial.
—Sí, tus pechos se ven realmente geniales. — ¡Gloria a Dios que solo yo en la habitación pude alcanzar a escuchar el asqueroso comentario de mi calenturiento amigo Edward! —Tú también has cambiado mucho —Katia sonrió encantadoramente—, ¿quiénes son tus amigos? —Ellos son los idiotas de Jasper y Edward. —Me apresuré a decir, ya se los había mencionado antes.— Entran a nuestra casa como si fuese la suya, por eso se encuentran ahí.
Ellos se rieron entre dientes ante mi comentario.
—Somos su llaga en el culo —Dijo Jasper divertido, para luego llevarse la mano a la boca, como recordando algo—. Lo siento, no quise decir culo.
Tapé mi cara entre mis manos, aguantando la risa. Por eso es que principalmente escojo a chicos sobre chicas, ellos son más divertidos, nunca te traicionan, nunca hablan a tus espaldas, siempre están para ti, aunque estos tres sean quizá los más idiotas que he conocido, los quiero como a nadie. Katia lucía realmente incómoda, pero a la vez, podía notar, con mi don de chica, que ella se encontraba contemplando «a los dioses» que podía ver en la pantalla, como todas las chicas hacen en el momento en que los ven. Sí, son bastante atractivos, populares, «perfectos» a la vista de cualquiera, pero yo era casi inmune a sus encantos. Claro, porque yo los he visto hacer competencias de quien se lanza el mejor gas o quien eructa por más tiempo. He arrastrado a mi hermano repetidas veces a su habitación hecho mierda, luego de fiestear como dios manda y créanme… A veces me arrepiento de no grabar sus «shows», él llora, se ríe y comparte secretos que muchas veces preferí no saber. Como cuando me dijo una vez que mataría a Jasper por decirle que yo tenía un bonito trasero. Sí, eso fue algo que no quería saber.
—Así que, ¿no vendrán ni siquiera por un momento? —escuché que Katia les preguntaba a los chicos, ahora sentada en donde yo me encontraba hacía minutos. Vaya, para ser una «chica de iglesia», era bastante rápida.
—Planeábamos llevarnos a Bella secuestrada, pero recordamos las consecuencias que nos traía eso.— Comentó Edward divertido. Me imaginé que había recordado la vez que trataron de jugarme una broma pesada cuando estaba en preparatoria y bueno… terminaron con unas fuertes patadas en donde no les da el sol.
—Ella estará bien aquí, la primera semana siempre es así… —Katia se volvió a mirarme, dedicándome una sonrisa que no pude descifrar, una sonrisa atrevida, ansiosa… ¿Dónde carajo estaba la dulce Katia que nunca opinaba?—. Descuiden, la mantendré ocupada, se los aseguro.
—¡Hey! ¿Qué se supone que significa e…? —Antes de que Emmett terminara la pregunta, ella ya había terminado la llamada.
—¡Hey! ¿Pero qué coño te pasa? —Expresé algo enojada—. ¿Por qué hiciste eso?
—Porque es hora de que tu verano realmente comience, Bella. —Y ella comenzaba a asustarme. ¿Acaso era bipolar?— Tienes que aprender a que si quieres que mamá confíe en ti y te dé todo lo que tú quieres, solo finge un poco, como Lana y yo.
—¿Ok…? —No podía cerrar mi boca debido a la sorpresa. ¿Ven? Por esta clase de cosas es que prefiero juntarme con chicos. Las chicas usualmente son unas totales locas.
—¿La tía Stephanie quiere convertirte en una niña bonita? Pues vamos a hacerlo, a mi manera. —Ella sonrió mientras me levantaba de un tirón, jalándome de mi camiseta del equipo de fútbol americano de la escuela, que Edward me había regalado en mi cumpleaños hace años.
Y solo les diré una cosa: esa fue la última vez que hablé con mis chicos en todo el verano, ya que estaba muy ocupada haciendo bastante jodidas cosas con mis primas, que no se imaginarán las que fueron.
Solo estaba ansiosa de ver la cara de mis amigos cuando volviera… sobre todo de Jasper y Edward. Había cambiado mucho en el verano.
