Un Lovino pasando hacia la adolescencia, los cambios en su cuerpo han empezado a hacer mella en él, mientras que Antonio no puede evitar controlar más sus sentimientos, su pequeño Roma estaba creciendo. Se mostrara la evolución de Romano en su etapa adolescente, humor, enojos, y calenturas se hacen presentes dentro de esta historia. Lemon.
Capítulo 1: Date cuenta.
Una vez más había metido la pata ¿En qué momento se le había ocurrido meterse en la cocina? ¡Demonios, ahora estaba lleno de harina y otras ingredientes para su pasta! Aunque no aceptaría nunca que su hermano fuese mejor cocinero que él, ese distraído-dígase estúpido- de su hermano podía en todo, pero cuando de cocina y arte era capaz de todo.
Chasqueo la lengua al ver la cara de Holanda mirándole con ojos entre cerrados y expresión seria ¿Ahora qué? Govert frunció mucho más el ceño mientras tensaba su quijada. Ni que hubiera destruido sus amorosas naranja, ni nada por el estilo, digamos que fue un accidente laboral, sus preciadas naranjas ahora eran zumo.
Una vez más las miradas de ambos europeos se chocaron enojadas. Esta vez no se encontraba ninguna Emma que se entrometiera, ni ningún español hablador, simplemente ellos. Esta vez el menor de los protegidos de España iba a aprender sobre lo que era tratar a sus mayores. La estura del holandeses era casi doblegaba a la del juvenil italiano, este de una vez olvido su faceta de valor para convertirse en una de total terror.
-"Cazzo, ¿¡Dónde está el bastardo de España cuando se le necesita!?"- pensó el italiano mientras buscaba rápidamente con la mirada a su mentor, es decir bastardo, para que lo auxiliara. Y ahí estaba, con sonrisa afable, ojos verdes destellantes de alegría y diversión y caminar despreocupado. Si estuviera en otra posición, quizás estaría sonrojado como colegiala en primer día de clases, pero ahora mismo estaba a punto de cargarse del miedo y no había tiempo para homosexualidades. ¡Joder, lo iban a apalear! - ¡Bastardo!
Como si de su nombre se tratara, lo ojos del hispano chocaron contra la figura de Romano, ojos llorosos, mirada aterrada y furiosa, y su labio inferior siendo mordido de una forma un tanto atrevida. Una expresión que siempre había cautivado a España desde que conoció a su pupilo, tan adorable, tan jodidamente provocador e inocente.
Entro a la cocina sin saber exactamente que sucedía. Miro a su alrededor, un total desastre, cosas tiradas, harina por doquier, Romano sucio y por sobre todo, la mirada de Holanda en su pequeño Romano, furioso y con los puños apretados a los costados y la quijada tensa. Romano corrió así España, escondiéndose detrás de esté. Con fuerza se aferro a sus ropas.
-¡Dile al idiota de Govert que fue un maldito accidente! – grito, aferrando la camisa del español con más fuerza.
-¿Qué fue un accidente Lovi? – el hispano miro a su pupilo con su caracteristica sonrisa.
Lovino se cubrió el rostro con las manos. Esa sonrisa, esa jodida y bella sonrisa. Sintió como sus mejillas adquirian un poco más de color. Maldijo por lo bajo. Antonio lo miro sin comprender. Acarició los cabellos sucios de su protegido y miro a Govert. Holanda señalo con furia comprimida sus presiadas naranjas echas zumo.
-¡Oh!– fue lo único que salió de los labios hispanos.
-¿Cómo qué "Oh"? ¿Es todo lo que tienes que decir bastardo? – lo zarandeo, estando a punto de dejarlo en el suelo sucio de la cocina. – Has algo maldición.
El español se rasco con nerviosismo la cebeza sin saber que hace con exactitud.
-Mira el lado bueno Govert, ya no tienes porque hacer el zumo tu. – sonrio nervioso. Si tan solo Emma... ¡Eso es! – Mira es Emma. – señalo al jardín. El holandez callo en la trampa.
Antonio tomó a Lovino en brazos con gran esfuerzo, saliendo de la cocina a paso veloz antes que el holandez se diera cuenta del engaño. Esquivo a Emma subiendo las escaleras y cerro la puerta de la habitación con pestillo. Se sentó en la cama aún con Lovino en brazos. Lo abrazo con fuerza, depositando un beso en su mejilla llena de harina.
-Ya estas a salvo Lovi-love.
Con una velocidad sobre humana, el italiano desizo cualquier contacto físico, escondiendose debajo de las sabanas. Cerro los ojos con fuerza, trago saliva e intento recomponer su respiración agitada. El rostro lo sentía más caliente que nunca. Una parte de él quería bailar de felicidad y la otra permanecer escondido entre las sabanas con olor al español.
-Lovino, ¿te encuentras bien?
-S-sí. – susurro.
Lovino sintió un peso extra a su lado. Abrazo con fuerza su cuerpo, haciendolo bolita. El corazón se le hacelero de tan solo pensar en la proximidad de su tutor. Sus cuerpos pegados y el calido aliento tocar su rostro. Antonio, con cuidado, retiro las sabanas ahora sucias. Lovino abrió un ojo para mirarle.
-Te voy a preparar el baño, ¿te parece?
-Puedo hacerlo yo solo bastardo. – gruño.
-Muy bien. Buscare ropa limpia.
Viendo que no obtendría respuesta alguna, salió de la habitación a paso lento. Dejo la puerta entre abierta, mirando. Lovino, con pereza se levanto de la cama, comenzó quitandose la camisa. Una nube de polvo blanco lo embolvio. Lo aparto con la mano, tosiendo sin parar. Siguió con los zapatos, calcetines y por ultimo el pantalón junto con el interior. Lo dejo todo amontonado en una esquina.
Una ola de tristeza invadio a España al darse cuenta de lo grande que estaba su ya no tan pequeño Lovi. La espalda, hombros y piernas y brazos más definidos. Cerro la puerta sin hacer ruido y camino cabizbajo hasta la habitación contigua. ¿En qué momento se puso tan grande?
Continuara…
Dependiendo de la cantidad de reviews subiere el siguiente cap.
