1. Los personajes de SCC pertenecen al Grupo Clamp.
Amor de vampiros
Capitulo 1
En una noche de luna llena con un color brillante perlado que alumbra las calles de Tokio, un grupo de hombres de capas negras camina por aquellas calles va rumbo a la mansión de su amo.
En la mansión de la una de las familias más poderosa de todo Japón se encuentra un hombre de piel blanca, pelo castaño claro, ropa elegante y ojos color miel, su mirada intensa y desafiante ese hombre tiene entre sus manos una copa sangre
Entro uno de sus sirvientes y le dijo.
-Señor Kinomoto lo buscan-
-Déjalos entrar Jack- el toma la copa de sangre y el otro señor deja entra a los hombres de capas negras.
-¿Qué paso con Suri?- pregunto el señor Kinomoto a los hombres.
-Ella murió durante el parto mi señor- se inclinan ante él y señor Kinomoto los mira con los ojos color rojo.
-La niña- los miro con enojo y cada vez sus ojos se ponían más rojos.
-La traemos con nosotros pero está muy débil- el señor Kinomoto se tranquilizó un poco.
-Muéstremela- uno de los hombres índico que acercaran a la niña.
El señor Kinomoto la miro y sonrió.
-¿Cuál es el nombre de la niña humana?-
- Madeleine-
-Es muy pequeña para que sea convertida en uno de nosotros-
Entro una mujer de pelo negro a la sala donde se encontraba el señor Kinomoto, era una mujer de hermosa belleza, pelo negro largo con ondas, ojos color verde jade intensos y piel de porcelana.
Miro a la niña humana que estaba en los brazos de su esposo y le dijo.
-No me obligaras a tratar de criar a esta niña humana como mi hija Fujitaka-
El imponente vampiro miro a su esposa con los ojos de furia y rojos de la rabia que le estaba dando.
-Nadie te lo está pidiendo Nadeshiko- la mujer le sostuvo la mirada y los demás sirvientes tenían miedo de lo que podía pasar, ya que los dos eran vampiros imponentes y demasiado fuertes.
-Solo te lo dijo no la quiero en mi casa- la mujer se dio la vuelta sin mirar a su esposo.
El vampiro se tranquilizo y miro a la niña que tenía en sus brazos.
-Cuando crezcas tú serás transformada en vampiro- sonrió –Y serás la amante de mi hijo mayor- sonrió con mas malicia.
La mujer camino por los pasillos de la gran mansión hasta llegar a una de las habitaciones donde se encontraba su hija, entro a verla y miro algo que la sorprendió mucho.
Estaba una niña de pelo castaño claro y su piel de porcelana bebiendo la sangre de una de las sirvientas.
-Sakura- mira a la pequeña niña la cual tenía sangre en la boca, la niña soltó a la mujer que tenia presa en sus dientes.
-Madre- sonrió la pequeña.
-Otra vez- la mujer se acerco a la niña y la ayudo a limpiarse la los labios que tenía sangre.
-Es que se veía apetitosa- la miro con una carita triste.
-Sakura cuantas veces te tengo que decir que no debes beber la sangre de los sirvientes- la mujer la miro a los ojos y mando llamar alguien para que recogieran el cadáver.
-Me acusaras con mi padre- la niña miraba a su madre.
-No te acusare Sakura- la tomo de la mano y la sentó en la cama.
-Madre mi padre está un poco enojado verdad- la mujer la miro.
-Porque lo dices Sakura- la niña la miro con sus ojos color verde.
-Yo solo lo veo cada vez más distante de ti- la mujer la miro con sorpresa, su pequeña hija tenía un inmenso poder.
-No mi Sakura no es verdad todo lo que ves y escuchas- la mujer la tomo entre sus brazos, tenía miedo de que su esposo le quitara lo único que era de ella su hija.
Su hijo el mayor se fue de la casa a cumplir con su misión, sin poder hacer algo para mantenerlo a su lado.
Sabía que eran tiempos difíciles ya que los humanos querían acabar con todos los vampiros, y la asociación de vampiros quería acabar con los vampiros puros.
Miro a su pequeña niña la cual nunca había salido de la casa por miedo de que algún clan enemigo la asesinara ya que ella era la princesa de los vampiros, tenía miedo de perderla.
Por esa razón la tenía encerrada en su casa y además de que tenía un apetito voraz por la sangre humana.
-Tienes que controlar tu apetito de sangre mi niña- la mujer sonrió al ver a los ojos color verde.
-Tendré cuidado madre de mantener mis colmillos ocultos- la mujer le dio un beso en la cabeza de la niña, ella sonrió porque amaba a su madre más que nada en este mundo.
*******En Hong Kong******
En otra mansión estaba un hermoso hombre de pelo castaño chocolate, ojos color ámbar, su piel era de blanca como la nieve y su mirada tan fría como su cuerpo.
Contemplaba la luna que brillaba ese noche tan obscura estaba esperando por su cena que sus sirvientes le traerían, cerró los ojos y olio el aire que pegaba en la ventana.
Sentía tantos sabores tan diferentes que estaba tan ansioso de probar la sangre humana, pero durante sus 100 años de vida nunca se sentía satisfecho con la sangre que le conseguían, abrió los ojos que se pusieron rojos al oler la sangre de un humano acercándose.
Volteo a mira y vio a una hermosa mujer muy apetecible, se acerco a ella con tanta lentitud, la miro traía un vestido azul sencillo y se dio cuenta que era una plebeya.
La mujer tenía los ojos color azul, su pelo negro largo y lo miraba con curiosidad.
-Que me va hacer- dijo la mujer.
El joven vampiro sonrió y coloco una de sus manos en los ojos de la mujer y dijo.
-Nada pasara- sonrió con maldad –Solo debes dormir- la mujer se fue cayendo pero el joven vampiro la tomo en sus brazos y miro el largo cuello de la mujer que lamio en eso sus colmillos salieron.
Mordió a la mujer y succiono con fuerza para tomar toda la sangre de la mujer dejándola sin vida, cuando a cabo llamo a su mayordomo para que se la llevara se limpio la boca de para quitarse los restos de sangre que tenía en ella.
-Me siento insatisfecho- miro a uno de los sirviente.
-Mi amo le trajeron dos mujeres mas- sonrió el joven vampiro.
-Y que esperan tráigalas a mí- el sirviente se inclino y fue por las otras dos mujeres.
Se sentó en uno de los sillones a esperar a que le llevaran las dos mujeres humanas ante él, siempre pensaba porque se sentía tan vacio, insatisfecho cuando bebía la sangre de las mujeres humanas.
Recordó que su abuela le dijo "Encontraras a una mujer que te de lo que falta para que estés completo, con su sangre te sentirás satisfecho".
Miro a las mujeres que entraron asustadas por lo que podía hacerles el joven vampiro, el sonrió con maldad, las miro de arriba hacia abajo eran igual que la primera eran plebeyas su ropa las identificaban de inmediato.
Una de las mujeres estaba llorando, estaba asustada tenía el pelo rojo y sus ojos color café obscuros y su vestido negro, la otra mujer lo miraba con odio tenía el pelo negro y sus ojos color violeta, su vestido negro con morado.
-Tengo miedo Tomoyo- la mujer de pelo rojo le dijo a la otra, la cual solo miraba al joven vampiro.
-No lo tengas porque él no tendrá piedad de nosotras- no baja la mirada.
-Vaya que tienes razón mujer- el vampiro se puso de pie, se acerco a ellas y sonrió.
-Ya terminaste de leer nuestras mentes vampiro- dijo la mujer de pelo negro.
-Lo siento mucho por su prometido- sonrió con maldad –Pero el esta noche no saldrán con vida- tomo del brazo a la pelirroja y ella grito asustada.
-Déjala vampiro- la mujer de pelo negro lo tomo del brazo y le vampiro se sorprendió mucho era la primer mujer que le ponía un dedo.
-No la voy a dejar porque ella y tu son mi cena- la miro con sus ojos color rojo y lo soltó de la impresión se arrodillo ante él y le dijo.
-Por favor no le haga nada- la mujer tenía la mirada abajo.
-No lo puedo hacer tengo hambre- dijo el joven vampiro, la mujer lloro arrodillada sin alzar la mirada.
El joven vampiro jalo a la pelirroja hacia la otra habitación, la mujer gritaba desesperadamente y le clavo los colmillos en su cuello succiono la sangre dejándola sin vida, la tiro al suelo y se limpio la boca.
Le indico a uno de los sirvientes para que se llevaran a la mujer, entro a la sala donde estaba la otra mujer aun arrodillada la cual estaba llorando, se acerco a ella y la alzo del suelo la obligo a que lo viera.
Miro a la mujer la cual tenía lágrimas en sus ojos.
-Por…fa…vor…no me comas- la mujer de ojos violeta lo miro a los ojos.
-No puedo eso va contra las reglas- la mujer cero los ojos esperando a que el vampiro clavar sus colmillos pero no lo sintió, abrió los ojos y vio que el vampiro estaba enfrente de ella mirándola con asombro.
-Que le pasa- pregunto la mujer.
-He tenido una visión- la mujer lo miro asustada y curiosa.
-No le entiendo- el vampiro se separo de ella y camino hasta la ventana, miro la luna la cual estaba siendo oculta por las nubes.
-Ya no importa no te hare nada por ahora- la mujer se sorprendió mucho.
-Me dejara en libertad- pregunto.
-No- la miro, la mujer se sorprendió mucho por lo que dijo el vampiro.
-Pero porque- ya tenía lagrimas en los ojos.
-Me vas a ayudar con tu poder- la miro –Para encontrarla.
****************Pasaron unos años**********************
En Japón se celebraba el cumpleaños de Sakura, la cual ya no era una niña era toda una mujer hermosa, su pelo era castaño claro largo, sus ojos eran verdes jade igual que los de su madre, su piel era de porcelana blanca, sus labios rojos.
Su mirada era imponente igual que la des padre pero era noble, cuando era niña tenía ese afán de beber la sangre de los sirvientes, era regaña por su madre pero después con el paso de los años su apetito se fue controlando pero por una extraña razón no se sentía satisfecha con la sangre que bebía algo le hacía falta.
Era vigilada por los hombres de su padre ya que ella era la princesa de los vampiros y los enemigos querían verla muerta, así que tuvo que someterse a las reglas de su padre.
En una cierta hora tenía que estar en su casa y no tenía amigas, la única con la que platicaba era con Madeleine una humana que era la amante de su hermano, por una extraña razón su hermano no la quiso convertir en vampiro.
Ella y Madeleine siempre se escapaban para ver la ciudad en donde vivían los humanos, claro con disfraces para que nadie las recociera.
Sakura se tuvo que contener de no tomar la sangre de algunos humanos, Madeleine le estaba ayudando a colocarse el vestido color durazno para que bajara a la fiesta que sus padres le habían preparado.
Los invitados fueron amigos leales del clan Kinomoto, pero aun así los hombres del señor Kinomoto se mantenían en alerta por cualquier enemigo.
Madeleine le coloco dos rosas del color del vestido en su cabello, un collar negro y maquillaje para resaltar sus ojos verdes, zapatillas de tacón y un delicioso perfume de cereza.
Sakura bajo para ver a todos los vampiros felices por su cumpleaños, sonrío al ver tantos regalos y saludo a todos los amigos de sus padres pero tenia muchas ganas de beber un poco de sangre así que se escondió de su madre y salió al patio donde estaba varios choferes humanos, se acerco a uno que le pareció apetecible.
Lo rodeo con sus brazos y le susurro un hechizo para que no se moviera, lamio el cuello y clavo los colmillos succiono la sangre pero alguien la interrumpió.
-Es delicioso ver a una vampiresa beber la sangre de un humano- Sakura soltó al humano y volteo a mirar a la persona que interrumpió su cena.
Sakura miro a los ojos del joven los cuales estaban en color rojo pero después regreso a su color ámbar.
El joven vampiro sonrío y miro a la mujer que tenia la boca llena de sangre, goteaba la sangre manchando la rosa que traía en su pelo.
-Creo que debería limpiarse- le dijo el joven vampiro.
-Usted no es nadie para que me diga que hacer- el joven vampiro sonrío.
-Si quiere yo se lo puedo quitar- se acerco a Sakura la cual solo lo miro con desafío.
-A ver si puede- el joven vampiro la tomo de la cintura y la pego a su cuerpo, estaba tan cerca sus rostros, los dos sentían el olor de cada uno, el sentía el olor a cereza y a sangre reciente, Sakura sintió el olor de chocolate en el joven vampiro.
El se acerco hasta la boca de la mujer y la miro para ver que hacía, pero Sakura no se movió así que se inclino mas y estaba a punto de lamer los labios de la castaña.
****************Continuara****************
Sakura Li 23 espero les guste esta historia…
Actualizare las otras…nos vemos…
