Hola a todos!
Como verán voy a comenzar un nuevo fic. Espero que sea de su agrado y que me dejen sus opiniones. Esta vez se trata de un fic Youko Kurama y mi lindo Kuronue. Como lo dice el summary, es una de las versiones que tengo sobre la forma en que se conocieron Kurama y Kuronue, se que cada quién debe tener una idea distinta, espero que ésta les guste.
La historia está dedicada a todas las fans de Kuronue y a las que me pidieron hacer un fic de ellos.
Nota: los personajes de Yuu Yuu Hakusho pertenecen a Yoshihiro Togashi
Advertencia: Este fic contiene relaciones Hombre/Hombre, si no te gusta no leas.
Parejas: Youko/Kuronue
Ángel Caído
Capítulo 1
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.FLASH BACK-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Los débiles pasos de un pequeño se escucharon a mitad de la noche seguidos de otros no muy lejos más rápidos y más pesados que los primeros. En medio de aquel silencio, lo único que podía escucharse eran los débiles sollozos que dejaba escapar por el dolor punzante que sentía en uno de sus bracitos. Sus pies lastimados por el contacto contra las piedras del suelo hacían que fuera más lento, se daba cuenta de su mala suerte al haber salido de su casa olvidando ponerse algo para protegerlos, por la prisa, por la necesidad de escapar de aquél que ahora lo seguía gritando y maldiciendo su nombre.
Ya no aguantaba más, estaba cansado, sus pequeñas piernas habían perdido su fuerza y el solo tener la luz de la luna para observar el eterno camino de ese bosque tan espeso no le ayudaba.
Sin fuerzas ya, se dio por vencido, se detuvo cerca del tronco de un árbol y se dejó caer al suelo apretando con la mano la herida en su brazo que no dejaba de sangrar. Ahí esperaría a que llegara ese hombre y lo castigara por haber desobedecido otra vez. De sus ojos dorados comenzaron a salir lagrimas que se deslizaron por su rostro, cuando una una nueva punzada en su herida lo hizo cerrarlos al instante.
Cada vez más cerca escuchaba los gritos de aquél que decía ser su padre.
DÓNDE DEMONIOS TE HAS METIDO? YA VERÁS, UNA VEZ QUE TE ENCUENTRE LAMENTARÁS HABERME DESOBEDECIDO!-
Lentamente dobló sus piernas y escondió la cabeza entre sus rodillas. No pudo evitar estremecerse cuando una mano se posó sobre su hombro, estaba seguro que ese sería el final de su corta vida cuando una vocecita a su lado lo hizo levantar la mirada.
oye, ven conmigo-
Trató de ver a la persona que le hablaba pero con la luna detrás de ella y los ojos nublados por las lágrimas lo único que podía ver era una pequeña sombra un tanto extraña, parecía un niño, como él, pero había algo en su silueta que lo hacía verse completamente extraño.
vamos, confía en mí, apresúrate o nos encontrarán- volvió a escuchar la voz que lo llamaba y vió ante el una pequeña mano extendida invitandolo a levantarse.
El pequeño de ojos dorados levantó su mano y al entrar en contacto con la otra algo en su interior le dijo que ahora estaría a salvo y que podía confiar en la persona frente a él. Un nuevo grito, ahora mucho más cerca lo hizo reaccionar y se lavantó de un salto.
TE MATARÉ MALDITO ZORRO-
Se paralizó al escuchar tal amenaza pero al momento sintió como lo jalaban de la mano obligándolo a correr. Se dejó llevar, pero sus pies le dolían mucho y practicamente estaba siendo arrastrado por el otro pequeño. Dio un respiro de alivió cuando se detuvieron frente a una enorme laguna que reflejaba la luna llena en su superficie.
sabes nadar?- le preguntó la pequeña sombra negra, aún con la luz de la luna no podía reconocer a su acompañante, había llorado mucho y sus ojos le ardían. Ante la pregunta solo asintió con la cabeza.
bien, porque tendremos que cruzar para que ese youkai no encuentre tu rastro- sin esperar otro comentario lo tomó de la mano otra vez y se adentraron en la fría laguna.
Cuando llegaron al otro lado la pequeña sombra quiso comenzar a correr otra vez pero notó resistencia por la otra parte.
qué pasa?- le preguntó
yo...no puedo correr más, mis pies, me duelen mucho- cerró los ojos apenado
toma- escuchó y al levantar la vista se encontró con unas sandalias negras frente a él -espero que te queden bien, están un poco gastadas pero protegerán tus pies mientras llegamos-
Al ver que el chico de ojos dorados no hacía nada se agachó y trató de ponerselas.
debemos apresurarnos, no te preocupes, falta poco-
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Kurama-
qué es lo que quieres ahora?-
nada, solo que ha estado muy pensativo, te sucede algo malo?-
no es nada- le respondió fríamente -ahora vete-
pero...-
HE DICHO QUE TE VAYAS-
Se alejo asustado del kitsune y se levantó de la cama donde hacía poco había pasado un momento increíble, se colocó lentamente su vestimenta color violeta y acomodó su cabello negro ondulado. Cuando ya estaba dispuesto a irse se volvió hacia el kitsune que aún seguía sentado en la cama apoyando su espalda contra el respaldo y fijó en él sus ojos negros.
algún día te cansarás de solo tener sexo-
Kurama se levantó dejando ver su cuerpo carente de prenda alguna que lo cubriera y se acercó al otro youkai.
tienes razón, ya me cansé de tener sexo...pero contigo, AHORA VETE Y NO QUIERO VERTE NUNCA MÁS-
Sin consideración alguna lo empujó fuera de la habitación cerrando la puerta al instante, sabría lo que vendría ahora, el youkai de cabello negro le suplicaría perdón por su atrevimiento, sonrió ironicamente al escuchar la voz del otro lado de la puerta.
Kurama, perdóname, no quise hablar de más, no volverá a pasar lo prometo, dejame estar cerca de tí, aunque sea solo para tener sexo-
El aludido cerró los ojos y suspiró fastidiado, se dirigió hacia la cama y se volvió a recostar. Ya estaba harto de esos arranques de todos sus amantes, aún no entendían que él nunca iba a darles más que solo sexo. Siempre terminaba igual, ellos tratando de entrometerse en su vida y él echandolos de ella a patadas.
Un nuevo suspiro se escapó de sus labios y esas imágenes vovlieron a aparecer.
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listo! Estás mejor?- preguntó terminando de curar las heridas del pequeño zorro
hai-
bien, tienes hambre? Yo sí, ahora vuelvo-
Los ojos dorados no dejaban de observar a su salvador. Era tan solo un niño, igual que él y al parecer también estaba solo. Lo miró mientras se acercaba a la fogata que había encendido y cocinaba algo que parecía ser la pierna de algún youkai.
Ahora entendía porque cuando lo vió por primera vez se le hizo extraño, de su espalda salían dos alas negras, tan negras como su cabello. Ahora estaba sentado en el suelo recargado en una piedra, dejó de mirar al otro chibi y observó a su alrededor, estaban en una cueva, no muy grande, pero lo suficientemente alejada como para no ser encontrados.
ya está- le dijo el pequeño youkai alado frente a él extendiéndole un trozo de carne -espero que te guste, es lo único que pude conseguir hoy-
El zorrito tomó lo que le ofrecían y después de verlo por un rato se decidió a probarlo. No estaba mal, después de todo no había comido en todo el día.
y...cuál es tu nombre?-
qué?- le respondió el zorro levantando la mirada y dejando de comer
el mío es Kuronue, y el tuyo?-
Ku...Kurama-
mucho gusto. Quién te perseguía?-
Kurama bajó la mirada
mi padre, pero no pienso volver con él-
Kuronue abrió los ojos sorprendido
tu padre! Él era el que gritaba todas esas palabras?-
Kurama solo asintió.
no te sientas mal, yo no conocí a mis padres, pero me las he arreglado muy bien viviendo solo. Y por qué te perseguía?- le preguntó comiendo el ultimo trozo de carne que le quedaba.
Los ojos de Kurama comenzaron a llenarse de lagrimas, algo que para el otro chibi no pasó desapercibido.
porque en donde vivo no hay un solo zorro parecido a mí, a los amigos de mi padre les gustan los zorros plateados así que él me deja solo con ellos para que...-
oye! Tienes una cola!-
Lo interrumpió el youkai con alas acercándose a él.
sí, todos los zorros tenemos una- le respondió no entendiendo su emoción, para él eso era lo más normal del mundo
y orejas!- le dijo comenzando a tocar las orejitas de su nuevo amigo
Kurama se alejó de él más sorprendido que antes.
pero qué nunca habías visto un youko?-
no- le respondió sonriendo -eso es lo que eres?-
pues claro, tengo orejas y cola, ves?- le dijo al mismo tiempo que movía sus orejitas y agitaba su cola de un lado a otro
que bien! Como me gustaría tener unas-
hablas en serio?- le preguntó Kurama volviendo a acercarse al pequeño youkai
por supuesto, tus orejas deben ser muy útiles para escuchar a tus enemigos cuando se acercan, y tu cola sería un buen distractor-
El pequeño youko tan solo se le quedó mirando. Hasta ahora nadie le había dicho algo parecido, los amigos de su padre le decían que era hermoso pero en sus ojos solo veía lujuria y el deseo de aprovecharse de él. Pero ahora veía los ojos azules del chibi youkai y no veía nada de eso, al contrario, solo veía inocencia, sinceridad y una verdadera emoción por lo que estaba diciendo. Por un momento olvidó la tristeza que lo embargaba hace un momento y devolvió la sonrisa que el youkai de ojos azules le ofrecía.
sabes? A mi me gustaría tener alas como tú para irme volando a un lugar lejano y nunca volver-
hmmm...pues ahora no puedo volar, aún estoy aprendiendo, pero te propongo algo-
El pequeño zorro lo escuchaba atentamente curioso.
cuando aprenda a volar nos iremos lejos de aquí, no te preocupes, yo te llevaré, a mí tampoco me gusta este lugar. Mientras, tus orejas pueden ser de gran ayuda, podremos escapar de los youkai peligrosos antes de que nos encuentren, estás de acuerdo?-
pero a donde iremos?-
no lo sé, pero eso sí, debe ser un lugar alto, donde pueda sentirse el aire y donde haya muchas rosas- le dijo giñándole un ojo
rosas? Te gustan las rosas?-
sí, me encantan, lo malo es que es muy difícil encontrarlas, puede decirse que hay muy pocas de ellas aquí en el Makai, este lugar no es muy agradable para que florezca algo tan hermoso-
Kurama lo miraba realmente sorprendido, jamás pensó que alguien tan pequeño pudiera hablar así. Kuronue se dió cuenta de la mirada que se dirigía hacia él y sonrió apenado.
lo siento, a veces hablo mucho-
no importa, me agradas-
Entonces, trato hecho?- le preguntó extendiéndole la mano
trato hecho- se estrecharon las manitas sellando el trato
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maldición!- dijo incorporandose, al parecer esa noche no iba a poder dormir. Los golpes en la perta y el molesto llanto de hace un momento había terminado.
seguro se cansó...como todos- pensó meláncolicamente, pero de inmediato cambió su expresión -mejor así, todos son unos entrometidos-
Resignado a no dormir esa noche se vistió con una túnica de un ligero tono dorado que hacía juego con sus ojos y salió por la ventana.
Caminó sin rumbo durante algún tiempo, pensó en regresar pero algo en su interior le decía que debía seguir caminando. Se detuvo en seco al notar el lugar en el que se encontraba.
una laguna- fijó su vista en el cielo disfrutando la calma que en ese momento se sentía, algo extraño en el Makai, sobre todo a esa hora de la noche. La luz de la luna bañaba su rostro y hacía brillar las hermosas hebras plateadas de su cabello.
Estaba dispuesto a marcharse cuando un sonido lo detuvo. Puso sus sentidos alerta y sus orejas comenzaron a trabajar tratando de escuchar algo que le indicara la presencia de algún peligro.
Lo escuchó otra vez, un débil quejido se dejó oír, caminó despacio buscando de donde provenía hasta que lo encontró, detrás de un arbusto estaba un youkai en el suelo de espaladas. Kurama esperó un momento pensando que podía tratarse de una trampa, lo observó bien, luego se dió cuenta de que al parecer estaba mal herido pues había un charco de sangre debajo de él.
Algo que no dejó desapercibido fueron las alas que se dejaban ver.
alas?- el corazón de Kurama comenzó a latir rapidamente. Las tocó delicadamente, estaban muy maltratadas.
El Youko lo volteó despacio y lo que vió lo sorprendió. El youkai tenía una profunda herida en el pecho que no dejaba de sangrar y tenía golpes en todo su cuerpo. Le tomó el pulso y se sintió aliviado al notar que aún estaba vivo.
tengo que apurarme, de lo contrario no aguantará más tiempo- sin pensarlo más lo tomó en sus brazos cuidando de no lastimarlo más y corrió su casa.
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Kurama mira!-
El pequeño youko se giró a ver el motivo por el que su amigo lo llamaba.
Habían pasado casi dos semanas desde su encuentro y ya se habían hecho muy buenos amigos. El chibi youkai de cabello negro agitaba sus alitas y se elevaba en el aire a una corta distancia del suelo.
increíble!- exclamó moviendo su cola mientras se acercaba a su amigo quien volvía a tocar el suelo.
pronto lograré volar más alto, ya lo verás- le dijo sonriendo
eso espero. Házlo otra vez Kuro-chan-
Kuronue comenzó a elevarse de nuevo cuando una voz se dejó oir detrás de ellos.
ASÍ QUE AQUÍ ESTÁS, POR FIN TE ENCONTRÉ!-
Kuronue cayó sentado al suelo por el susto tan solo para ver como su amigo era tomado del brazo por otro youkai que al parecer también era un zorro, pues tenía orejas y cola parecidas a las de Kurama, solo que éstas eran de un color café oscuro.
creíste que ibas a escapar de mí verdad? Vámonos, y ya verás lo que te espera cuando lleguemos- lo jaló fuertemente del brazo y comenzó a arrastrarlo sin importarle las suplicas del zorrito.
NO, DÉJAME NO QUIERO IR-
Kurama trataba de zafarse pero el zorro era más fuerte.
Kuronue, desesperado por ayudar a su amigo corrió hacia el zorro y lo mordió en la pierna.
SUÉLTAME- de una patada el pequeño Kuronue salió disparado chocando contra un árbol cayendo inconsciente al suelo.
KURO-CHAN!-gritó Kurama pero ya era tarde, su padre se lo llevaba sin poder hacer nada por su amigo
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Cuando cerró la puerta del que ahora era su hogar, elevó levemente su youki para volver a protegerlo con sus plantas.
Subió las escaleras hasta su habitación y recostó en su cama al youkai alado. (N/A: no sé qué tipo de casas existían en el Makai así que imaginen una casa…se acuerdan el capítulo donde aparece Shigure cuando va a colocarle el Jagan a Hiei? Pues bueno, imaginen una casa parecida solo que de dos pisos ok?)
Desabrochó las cintas del chaleco negro descubriéndole el pecho dejando ver la profunda herida. Con un paño mojado con agua tibia comenzó a limpiarla quitando la sangre que se deslizaba lentamente. Cuando estuvo limpia se levantó y buscó unas plantas curativas que él usaba para esos casos. Remojando las plantas en el agua las colocó sobre la herida y, después, con mucho cuidado, cubrió con una venda que apretó suavemente para que el corte cerrara. Después, continuó con sus alas. Estaban muy lastimadas, las limpió y vendó también.
Ante esta acción el youkai dejó escapar una débil queja.
Kurama le limpió la sangre que tenía en el rostro y observó sus delicadas facciones. Le quitó el cabello rebelde que caía sobre su frente y le acarició la mejilla delicadamente.
serás tú? No me estaré equivocando?-
El youkai herido dejó escapar un suspiro mientras el zorro seguía acariciándolo. Kurama se tomó la libertad de observarlo detenidamente.
Estaba muy pálido, su ropa algo gastada. El chaleco y pantalón negro que usaba contrastado con su palidez le daban un aspecto hermoso, parecía hecho de procelana. La ropa pegada a su cuerpo moldeaba muy bien su figura. Acarició los cabellos negros que se esparcían por la almohada.
eres tú, Kuronue?-
Continuará…
N/A: Qué les ha parecido? Si les gustó por favor envíen sus opiniones, y si no les gustó pues también, para ver si lo continúo o no.
Sayonara!
