Hola! Regreso a la vida para traerles este fic de romance/misterio(?) en el cual estoy vertiendo mi corazón roto, pero ese es otro tema, antes quisiera aclarar algunos puntos importantes.
1.- Este fic tiene tres parejas con Yuri Plisetsky, a algunos no les gustarán unas y por eso pido que tengan respeto por aquello. Si algunas les gusta una pareja no digan groserías de la otra pareja, de decir algo así reportaré su comentario. Si esperan ver a su pareja favorita realizarse en este fic entonces les voy advirtiendo que puede que no sea así, este es un fic sobre el amor y del pasado, no una historia de realización de OTPs, lo siento.
2.- En estos momentos me encuentro en proceso de titulación (tesis) así que puede que no actualice tan seguido como me gustaría pero haré mi mayor esfuerzo.
3.- Soy de México, donde las groserías y palabras raras son el pan de cada día en el lenguaje, así que si alguien no entiende algo de lo que diga hagamelo saber para asesorarle.
4.- La idea principal de este fic surgió de la película "definitivamente quizás" pero la verdad es que no está basado 100% y terminé desviandome mucho cuando me puse a ver la serie de "Kuzu no honkai" así que si notan un parecido con el anime es porque me inspiró más el anime que la peli, además de mi corazón roto.
Eso era todo, espero por favor le den una oportunidad, acepto correcciones gramaticales, ortográficas, narrativas y de redacción.
Yuri Plisetsky siempre ha sabido que la vida es una vil perra pero a veces esta se lo toma como reto y se vuelve más y más perra.
Si bien había pasado por una serie de eventos desafortunados (los cuales en realidad habían sido causa de su propia estupidez) entre sus dieciocho y veinte años, nada se comparaba con haber perdido a dos de sus mejores amigos en un accidente de coche hace un año, tener que mudarse a fuerzas a la tierra de sus desgracias (San Petersburgo) y convertirse en guardián del hijo de ambos difuntos a sus veintiséis años. Sí, la vida era una perra.
Hoy, se suponía que iba a ser un día normal, hasta que se dio cuenta en la mañana de que era el aniversario de la muerte de sus amigos. Tuvo que pedir permiso en el trabajo de salir más temprano y llevar a Valentín, su ahijado, a visitar la tuba justo un día después de que el niño tuviera su primera clase de educación sexual.
Si no fuera porque entre todo ese mar de emociones bizarras que le gobernaban el orgullo podía más, seguramente se pondría a llorar como un infante tal y como había hecho horas antes en su departamento al recordar la fecha ¿Cómo se podía ser tan miserable a los veintisiete años? Ah cierto, el karma por sus estúpideses pasadas.
Tras varios minutos donde el niño se quedó contemplando la tumba de sus papás en silencio mientras las lágrimas salían de sus ojos sin expresión alguna y él sólo pudiera sentarse en la tumba de atrás rememorando los mejores momentos que compartió con aquella pareja, el pequeño finalmente se levantó de la tumba y caminó seriamente hacía él limpiándose los ojos
–Tenemos que hablar–Yuri sólo quería que la tierra se lo tragase.
Yuri jamás pensó en ser padre, ni siquiera la idea de ser tío se le pasó por la mente dado que salió hijo único, sin embargo aquel pequeño nació y sus amigos literalmente lo obligaron a pasar tiempo con él. Yuri inmediatamente adoró al bebé como si algo lo uniera a él más que la amistad con sus padres pero dado que no vivían en la misma ciudad no tenía que convivir más de lo necesario.
Entonces llega aquel fatídico día, sus amigos mueren y aquel niño, con 10 años queda huérfano. Obviamente va al funeral, da el pésame a los conocidos, a las familias, ayuda a consolar al pequeño, se reencuentra con gente que apreciaba y demás, pero en ningún momento se esperó que un abogado le llamara y le dijera que estaba en la lista de la herencia. ¿Y qué le heredaron? Al hijo. Sí, fue a él a quien decidieron darle la responsabilidad y confianza de cuidar al pequeño en caso de que algo malo pasara, y aunque al principio entró en pánico, no se quejó ni lo negó; no había nada mejor para solucionar el mal karma que se cargaba desde sus 18 a 20 años que cuidar al hijo de una de las tres personas a las que lastimó en el pasado… pero una cosa era decirlo y otra era hacerlo.
–Entonces, se supone que mi papá mete su abeja en la flor de mi mamá, que vienen siendo los mismos lugares de donde orinan
–Valentín si tenías dudas debiste preguntar en clases–Yuri se encontraba conduciendo la vieja Van que le regaló su abuelo con aquel niño de cabellos negros y ojos azules de copiloto.
–Jesse estuvo acaparando al maestro porque según sus padres él fue un accidente–Yuri se preguntaba cómo es que daban esas clases sin tener en conciencia que ese tipo de preguntas iban a darse–tío Yuri ¿Yo fui un accidente?–el rubio casi frena de golpe por la sorpresa. No podía decirle al niño que no lo fue porque a decir verdad él llegó antes de que sus papás se casaran, pero tampoco podía decirle que sí, sería deprimente.
–Fuiste… accidentalmente planeado
–¿Y eso que quiere decir?
–No tengo idea–Yuri no era un buen tutor, básicamente era como una de esas "malas madres" que no podían lidiar con el trabajo y el hijo al mismo tiempo, y ahora menos porque el niño ya iba para la adolescencia. Les había prometido, no, les había jurado a los padres de Valentín que evitaría a toda costa que el niño terminara siendo una basura como él en su tiempo y hasta ahora sentía que iba por mal camino.
–…tío Yuri
–Dime
–Tengo hambre–Yuri suspiró, al menos eso sí podía arreglar.
Cuando llegaron a casa, el rubio comenzó a cocinar algo de pasta boloñesa y una pequeña ensalada con jitomate y alcachofa. Sí había algo en lo que podía enorgullecerse con respecto a su nuevo trabajo de criador, si no es que era lo único, era en la manera en que alimentaba a Valentín. Su madre le había educado a comer de todo así que podía hacerle una buena dieta para que creciera como el apuesto hombre que se convertiría; malditos buenos genes que sacó el chamaco de sus padres.
–¿Quieres agua de betabel o de mandarina?
–Mandarina–dijo el pequeño y Yuri comenzó cortar deis mandarinas–tío Yuri ¿Por qué mis padres decidieron dejarme contigo?–a Yuri le sorprendió la pregunta, sobretodo porque no era de carácter sexual.
–La verdad no lo sé, creo que me tenían DEMASIADA confianza
–¿A qué te refieres?
–Bueno…–Yuri tras cortar las mandarinas, prosiguió exprimirlas–estoy seguro de que hay gente mucho más capaz que yo de cuidarte, pero a lo mejor ninguno tenía los… las agallas, de protegerte como yo sería capaz. Creo que eso es lo que vieron tus padres en mí… o tal vez me vieron amargado y solo y pensaron que sería buena idea que nos hiciéramos compañía entre los dos para que no te amargaras ni te quedaras solo como yo
–Yo creo que eres genial como eres tío Yuri–Yuri sonrió conmovido al escuchar eso–cuando Iván me insulto por ser huérfano tú no tuviste miedo de insultarlo de vuelta o empujarlo, aunque después te hicieran llamar de la escuela y los padres de Iván te quisieran demandar
–Todo lo hago por ti Valentín–cuando terminó de exprimir, dejó colando el jugo y se dispuso a llenar una jarra con agua y endulzarla con miel–ve poniendo la mesa. Ya voy para allá–el pequeño le hizo caso. Yuri siguió enternecido, si no tuviese a ese niño con él, seguro su vida sería una completa bazofia.
Comieron en silencio. El niño parecía que de vez en cuando quería preguntar algo pero no lo hacía, tal vez porque sería asqueroso y arruinaría la cena; Yuri lo prefería así. Valentín se parecía mucho a sus padres, quizás más maduro que la madre y más inmaduro que el padre, pero cuando creciera seguro sería idéntico a ellos… no lo dejaría casarse nunca.
–Tío Yuri ¿Por qué la gente trata de tener hijos si no quiere?
–Eso… eso creo que lo aprendes más bien en secundaria–el niño sigue mirándole interrogante–¿Exactamente qué te dijeron en la escuela?
–Que cuando papá y mamá se quieren mucho mucho mucho, se casan y deciden formar una familia y para eso el papá debía meter su abeja en la flor de la mamá y…
–Ok, ya lo veo. Verás, los adultos, cuando se quieren mucho consideran que… meter la abeja en la flor, es la mejor manera de demostrar cuanto se quieren y por eso lo hacen, para mostrar que se quieren, por eso a veces los niños son "accidentes" porque sólo querían amarse, no tener al hijo
–Oh…–dijo el niño haciendo una perfecta O con su boca–entonces ¿El tío Yuri ha metido su abeja en la flor de alguien sin buscar tener hijos?
–Eso… eso queda fuera de discusión–el rubio se levanta, recoge los platos y los deja en el fregadero. Toma un trapo y comienza a limpiar la barra donde hizo la comida.
–Creo que es tiempo de que me cuentes la historia
–¿Sobre cómo se conocieron tus padres?
–No, sobre porque tú no te quedaste con mi padre–Yuri dejó de limpiar la barra y le miró interrogante–sabes, antes de que mis padres murieran, mi mamá tenía a una amiga que quería mucho y venía de vez en cuando a la casa
–Sí, creo que sé a quién te refieres
–Bueno, una vez las escuché hablando y su amiga le dijo que si no hubiera sido por ti yo no hubiera nacido–la mirada de duda del rubio se transformó en una de sorpresa–pero también dijo que también pudiste haber sido tú la causa por la que no hubiera nacido, porque tú y papá estuvieron enamorados–y de sorpresa ahora se había transformado en horror. Inhaló y exhaló tratando de mantener la compostura.
–Sabes, es posible que tu mamá y su amiga hayan estado ebrias para decir algo así
–¿Con helado?
–Bueno, yo a veces mezclo vodka con helado de naranja–confesó.
–Cuéntame la historia–insistió Valentín mientras daba pequeños saltitos en la silla.
–No creo que sea una buena idea
–¿Por qué no?
–No es una historia para niños y porque de tener que contártela te tendría que contar toda la historia de todas las personas a las que Yuri Plisetsky les arruinó la vida en algún momento y las… cosas tontas que hice–por no decir pendejadas.
–¿Tuviste otra pareja además de mi papá?
–¿Quién dice que fuimos pareja alguna vez yo y tu padre?
–Bueno, cuando dos personas están enamoradas tienen una relación y Yúliya dice que no necesariamente se meten las abejas a las flores hasta estar casados, así que…
–En realidad eso es una mera suposición, a veces uno puede pasar años enamorado de alguien sin saber que esa misma persona está enamorada de él también, cuando seas mayor podrás ver películas sobre el tema– decidido, no lo dejaría casarse nunca, ni siquiera dejaría entras a la casa a futuros pretendientes y pretendientas.
–¿Y eso fue lo que les pasó a ti y a mi papá?–el rubio sólo rio de manera sarcástica–por favor, cuéntame la verdad, ya sé cómo nacen los bebes y tengo amigos que sus padres están divorciados así que puedo entenderlo
–No se trata sobre saber de esos temas, sino del contexto en cómo ocurren esas cosas–Yuri se quitó el delantal y caminó hacia el comedor–es hora de dormir
–Entonces puedes contarme la historia para que me vaya a dormir–el rubio en respuesta sólo le dio empujoncitos en la espalda para guiarlo a su cuarto. Al llegar el niño siguió insistiendo–además el maestro nos explicó que si un hombre puede meterle su abeja a otro pero en vez de una flor es una…
–Por favor no hablemos de eso–le interrumpió y se sentó en la cama junto al niño, que seguía mirándole curioso–de acuerdo, admito que en algún punto tu padre y yo tuvimos "algo" pero quedó en el pasado, tú padre conoció a tu madre, se casaron, te tuvieron y fin de la historia
–Pero si tú y mi papá estaban enamorados ¿Por qué no te casaste tú con él?
–Porque soy imbécil y tu mamá apareció para demostrarlo
–¿Mamá te quito a mi papá?
–Pues… diría que más bien lo salvó de mí
–¿Por qué?–ya le estaba exasperando tanta pregunta.
–¡Porque soy un…! Un tonto–corrigió antes de gritar una grosería frente al niño–hice muchas cosas tontas en la vida Valentín ¡Muchas! Y aun así tus padres me perdonaron todas y cada una de las babosadas que cometí, a pesar del daño físico y emocional que le causé a tu padre
–… ¿Le hiciste daño a mi papá?
–…bastante–no tenía caso mentirle al niño–y tu mamá se encargó de curarle todo ese daño. Ambos se casaron y te tuvieron porque se amaban y yo ya no tenía lugar allí más que como el tío Yuri
–… ¿Me odias por eso?
–¡¿Qué?! ¡No! No, para nada, todo lo contrario–le acarició el cabello–tu papá era una persona tan considerada, tan dulce y que siempre estuvo al pendiente de mí y tú mamá era… dios, era un encanto total. Tú eres el producto de ambos y desde el momento en que naciste te adoré, de no hacerlo jamás hubiese aceptado ser tu padrino si algo les pasaba
–… ¿También los extrañas?
–Sí, todos y cada uno de los días los extraño con todo mi corazón–lo acercó más para abrazarlo–pero ten esto por seguro, los que nos aman jamás nos dejan, siempre estarán en nuestros corazones–lo separó de nuevo para verlo–ellos están en ti y siempre lo van a estar
–¿Por mi cabello y mis ojos?
–No sólo por ello. En tus gestos, tu forma de reírte, tus gustos, incluso sacaste los encantos de tu madre, lo cual será un problema cuando crezcas
–Cuéntame la historia… la historia de ti y mis padres–volvió a insistir y Yuri se apartó volteando la cabeza–por favor
–Ya te lo dije, no es una historia para niños
–¡Pero necesito saber!
–¡No necesitas saber!
–Sí, sí lo necesito–el rubio miró al pequeño que parecía ya desesperado–necesito saberlo, necesito entender
–… ¿Qué necesitas entender?
–La razón por la que no eres feliz
–¿Pero qué…? Claro que soy feliz
–No lo eres, lo he visto–Yuri sintió que algo resonaba en su interior, como si las piezas de su corazón roto chocaran para avisarle que seguían ahí, rotas–no me importa si es por mi o por otra razón, eso no cambiará nuestra relación ni hará menos sincero el cariño que me tienes, pero necesito saberlo para que ambos podamos ayudarnos a sanar–Yuri miró al niño. Sus ojos azules brillaban tratando de convencerlo.
Se levantó y caminó hacía el closet para sacar el pijama de Valentín. Unos segundos después volteó de nuevo a ver al pequeño que seguía esperando una respuesta positiva.
–De acuerdo–el chico sonrió–pero no te la voy a dejar fácil
–¿A qué te refieres?
–Como ya te dije, para contarte la historia de porque tu padre y yo no nos quedamos juntos y entiendas por qué "no soy feliz"–eso último lo dijo con comillas aéreas–tengo que contarte muchas de las babosadas que hice en los inicios de mi adultez, más revelarte algunos secretos de personas que conoces y añadir detalles que, si bien no son del todo de tus padres, son fundamentales para que sepas porqué las cosas salieron como salieron
–Aja
–Así que más que la historia mía con tu padre te contaré la historia de las tres veces que estuve seriamente enamorado
–¿Las qué…?
–Me preguntaste si tuve alguna otra pareja antes de tu padre, la verdad es que tuve tres romances antes, durante y después de tu padre
–Oh…
–Voy a cambiar los nombres de todos los personajes
–… aja
–Y por lo mismo no sabrás quienes de todos son tus padres
–¡Oh! Como una historia de misterio
–Exacto, una historia de misterio sobre las tres veces que Yuri Plisetsky se enamoró, subtitulada: cómo se puede ser tan baboso–el chico rio–ponte cómodo Valentín, porque no será una historia corta
Continuará…
Muchos se preguntarán ¿Por qué llamé al niño Valentín? Bueno, quería más que nada un nombre neutral, uno que no pudieran decir si era Kazajo, ruso, japones, canadiense, etc. y pues se me ocurrió este, así de simple.
Para el siguiente capítulo quisiera oir sus teorías ¿Quiénes creen que sean los padres de Valentín? Aun no porque es temprano pero eso sí, debieron tenerle MUCHA confianza a Yuri para dejarles a su hijo.
Bye bye
