¡Saludos! Como verán, y creo que ya han notado, este es el primer fanfic que publico en y me siento muy orgullosa y feliz ya que he esperado este momento durante mucho tiempo.
Este Drabble fue escrito en respuesta al reto "Novia Abandonada" de él foro Restos ilustrados. Espero les guste y no es que me desagrade Ginny, solo que me pareció una buena idea para el reto. No me odien por eso.
Breve mención Slash. Si no te gusta puedes dar media vuelta y salir.
Disclaimer: Todo le pertenece a J.K. Rowling.
Novia abandonada
Ginevra Potter.
¿Era así como hubiese sonado su nombre? Sonaba hermoso, distante e imposible.
Y ahí estaba. Sentada, casi tirada, en el suelo, con la espalda recostada en la pared bajo el alfeizar de la ventana y la mirada perdida. Vestida con su hermoso vestido blanco de satín. Un satín que ya no brillaba como antes de lo enmohecido que estaba. Los bordes del vestido estaban adornados con encajes, que debieran ser blancos en su momento pero, que ahora se mostraban sucios y empolvados. También estaba adornado con las más finas perlas alrededor del cuello. Su peinado se encontraba deshecho, enredado, casi totalmente caído. El velo ya no estaba, se había perdido en alguna parte de la habitación, seguramente, desgarrado por la prisa de deshacerse él.
Sus ojos verdes, que antes demostraran con total nitidez sus emociones. Antes brillantes y ahora opacos, vacíos, enrojecidos por su interminable llanto, que parecía no querer cesar jamás.
En su mente vagaban las difusas imágenes del día que, se suponía, sería el más feliz de su vida.
Frente al espejo, modelaba su vestido y sonreía felizmente. Estaba a punto de caminar hacia el altar, faltaban pocos minutos. Ya casi. Ya se oía a sí misma pronunciado el tan esperado "acepto". Solo debía esperar a que su padre fuera a recogerla para llevarla, sujeta a su brazo, junto al que sería su futuro esposo.
Arthur no se hizo esperar, pero algo andaba mal. Su rostro estaba sombrío y tenía los labios apretados en una fina línea.
Le ofreció un pedazo de pergamino, que en tenía escrito su nombre "Ginevra Weasley".
Leyó la carta con detenimiento, confundida. Y conforme sus ojos bajaban por el pergamino sus manos temblaban cada vez más.
"Lo siento." Escuchó murmurar a su padre.
En sus ojos comenzaron a agolparse cristalinas lágrimas. Cerró los ojos tratando de no llorar. Pero estos la traicionaron y las lágrimas se fueron deslizando continuamente, sin detenerse, por sus blancas mejillas bañadas de puntos marrones.
No, no podía ser. Él no podía haberla dejado plantada. No él, no a ella. Su rostro enrojeció tanto como su cabello. En su pecho se agolpaban y chocaban entre sí, sentimientos que querían hacerse notar por sobre los demás. Entre ellos: furia, impotencia, repugnancia, desesperación. Y por sobre todos, el sentimiento más molesto y más notorio, era el dolor de su corazón roto.
"Ginny, cariño." Llamaba su padre, tratando de consolarla.
"¡Déjame!" Gritó aunque su voz se quebró antes de terminar. "¡Déjame sola!" Arthur no tuvo más opción que obedecer. Dejándola sola. Sola en su desesperación y en su locura.
Las imágenes se desdibujaban una y otra vez en su mente, destrozándola más y haciéndola todavía más vulnerable.
Las lágrimas volvieron a deslizarse por sus mejillas cuando en su memoria se pincelaba la carta que había arruinado su vida, su boda. Recordó con exactitud lo último que esta decía.
"Lamento no haberte dicho la verdad antes. No sé si algún día me perdonarás. Pero yo realmente amo a Draco. Lo siento.
- Harry."
Ya había comenzado a hipar de nuevo y con más fuerza.
Ginevra Weasley no sonaba tan hermoso como deseaba, no sonaba igual de hermoso sin Potter.
(Fin.)
¿Qué tal? Se aceptan, sugerencias y comentarios.
Besos y muchas gracias por leer.
