DISCLAIMER: Los personajes de Digimon no me pertenecen, son de la Toei, y etc., etc., etc. Solo los estoy usando con fines recreativos. Y para completar, Jiminisu Kamiya, tampoco  es mía, es propiedad de Hikari Takaishi Y.

NOTAS INICIALES: Hum… no estoy muy segura de cómo vaya a desarrollarse este fic (vos que conoces la idea ya debes saber porque Conny-chan ), ni de que canciones voy a usar (las letras pueden llegar a ser algo ofensivas), ni de nada, así que ya están advertidos  .

"Porque vos te haces la santa,

y en el baile las fichas te saltan…

Por eso sos…

fiestera, rumbera,

borracha y festejera"

Bolicheras

Capitulo 1: Escape

Lenta y sigilosa… mente…

Así se desplazaba Hikari Yagami por el living de su casa, los zapatos de plataforma firmemente sujetos en la mano derecha, en la izquierda, una cartera de cuero blanco. Trataba de llegar a la puerta de salida sin que su hermano lo notara.

Pero fue inútil.

- Quieta ahí.

"Ouch"  fue lo único que cruzó por la mente de la canela.

- No se te ocurra mover ni un solo músculo.- la voz masculina era amenazadora y sibilante.

Lentamente, Hikari se dio vuelta. Llevaba los ojos fuertemente cerrados, pues no quería ver la escena que podía imaginarse perfectamente.

Su hermano Taichi, de 21 años de edad, se hallaba apoyado contra el marco de la puerta que comunicaba el living con su pieza. Llevaba los brazos cruzados a la altura del pecho y un aire de ligera superioridad en sus ojos castaños.

- Ay, oniisan, que guapo que te ves hoy.- fue lo único que se le ocurrió a la morena

Tai la observó de manera irónica, mientras no dejaba de inspeccionarla de arriba abajo. Haciendo caso omiso de su piropo, la interrogó.

- ¿Adonde crees que vas vestida de esa forma?

- A la casa de Sora, por supuesto.

- ¿Y desde cuando te produces tanto para visitar a una amiga?

Hikari observó su vestuario. Descubrió, repentinamente, que no tenia forma de explicar la minifalda negra con volados ni el strapples blanco (remera sin mangas, que suele dejar el ombligo al descubierto). Recordó su maquillaje y se dio cuenta que tampoco tenía una explicación lógica para el carmesí de sus labios y sus ojos perfectamente delineados. Una gota de sudor comenzó a recorrer el contorno de su femenino rostro. La boca se le crispó en un tic nervioso.

- ¿Qué, acaso no puedo ponerme bonita para estar con mis amigas?

Taichi suspiró y cerró los ojos.

"Terca como yo tenía que ser"

- Si, Kari, por supuesto que puedes.

La castaña respiró, aliviada. Al parecer, lo había convencido…

- ¿Y se puede saber para que van a lo de Sora?

- Pues a festejar. Ayer cumplió la mayoría de edad, ¿no lo recuerdas?

Como olvidarlo…  

El día anterior, su adorada pelirroja había cumplido 21 años…

- Esta bien, preciosa, pero no regreses tarde.

- Gracias, hermano ¡Eres un ángel!- Hikari lo abrazó con fuerza y depositó un beso en la morena mejilla.

- No, tú lo eres pequeña. Que te diviertas.

La menor Yagami se apoyó contra el lado exterior de la puerta de su apartamento. Lo había conseguido: había escapado de las garras de su hermano.

Sacó de su cartera un espejo de mano, para arreglarse el cabello castaño.

Una vez lista, se dirigió a tomar el elevador que la llevaría al piso inferior.

No suspiraría tan aliviada si supiera de la conversación telefónica que su hermano estaba manteniendo en ese mismo instante…

- Si. ¿Yamato? Necesito tu ayuda. Las chicas están metidas en algo extraño…

- Disculpen la tardanza.

- Y a buena hora que llegas, Mimi. ¡Llevas media hora de retraso!- Jiminisu tenía las manos posadas sobre la cintura y hablaba con  enfadado.

- Lo lamento, pero estuve muy ocupada…

- Oh, lo sabemos Mi-chan, recorrerte todas las tiendas de Odaiba es un trabajo muy agotador- Sora se acercó y besó a su pelirrosada amiga en la mejilla.

- ¡Pero no me digan que no valió la pena!- Mimi dio una vuelta en redondo, dejando que su pelo suelto flotara libremente. Realmente estaba fantástica, llevaba un vestido ajustado, del mismo rosado que su cabello, con clichés en violeta, y unas botas blancas altas hasta la rodilla. Estaba maquillada con colores de, para variar (), la gama del rosa.

- Claro que si. Estas espectacular, Mimi- Inoue apareció del cuarto de su amiga pelirroja, para recibir a Tachikawa.

Derrotada, Kamiya se dejo caer en un sillón. Traía puesto un jean azul oscuro, muy ajustado, una camisa (una de esas blusas o camisas que llevan un  nudo en el medio) amarillo radiante, y los ojos pintados del mismo color. Su cabello castaño oscuro estaba recogido en una cola de caballo alta y sus labios, pintados de un rojo intenso.

- ¿Y Hikari?- preguntó la pelirrosada, al tiempo que se sentaba al lado de Jiminisu y le daba un beso en la mejilla, en símbolo de reconciliación.

- No lo sabemos. Seguro que debe habérsele complicado el escapar de Tai-chan.

- ¿Tai-chan?- preguntaron las tres femeninas al unísono, haciendo que Takenouchi se sonrojara intensamente.- ¿Desde cuando le dices "Tai-chan"?

- Desde ayer- las mejillas de Sora eran un incendio mientras les explicaba a sus amigas.- Ayer vino y me dijo que…

- ¡Sin detalles, por favor!- pidió Mimi, haciéndose la escandalizada.- Solo quiero saber una cosa, ¿Besa bien el Sr. Taichi?

Sora no pudo responder y solo se limitó a hundir su rostro entre las manos, mientras sus compañeras reían a carcajada limpia.

- Vamos, So.- la animó Miyako- No es nada malo. Tú bien debes saberlo. Además, hoy vamos a divertirnos. No arruines tu producción.

La chica Inoue tenía razón. Por lejos, Sora era la más recatada en aquella habitación, pero no por eso la menos hermosa. Llevaba un vestido celeste de falda corta, ajustado a su cintura con una faja de seda blanca, y las mangas por debajo de los hombros. El cabello, pelirrojo y semi largo, lo llevaba sujeto por diferentes horquillas, pero caía dulcemente sobre el principio de su espalda.. Un pañuelo azul claro adornaba su cuello desnudo.

En cambio, Inoue había optado por un estilo un tanto menos "convencional". Llevaba una típica musculosa japonesa de color verde oscuro, con tres botones en el cuello, pero había decidido acompañarla por una falda de lycra negra, larga hasta las rodillas. Tenía el cabello sujeto en dos preciosos recogidos y había optado por dejar en su casa los anteojos, a favor de las lentillas de contacto.

Cada una estaba absorta en el examen de las demás, cuando unos golpes ansiosos interrumpieron sus pensamientos. Sora se apresuró a abrirle la puerta a su "cuñada", que entró agitada y falta de aliento.

- ¿Qué sucede Kari-chan? ¿Tai mando a los del FBI para que te siguieran o algo así?

- No estoy muy segura, pero bien podría hacerlo.- la canela se dejo caer en la silla más próxima y aceptó, gustosa, un vaso de agua bien helada.

Todas esperaron en silencio a que la menor se repusiera. Una vez lista Hikari, Mimi comenzó con la organización de la salida.

- Bueno, pues…¿Adónde quieren ir?

- ¿Adónde propones, Mi-chan?- preguntaron al unísono. Mimi era la que mas salía y, por tanto, tenía más conocimiento de boliches y lugares nocturnos.

- A un lugar donde ningún conocido pueda hallarnos.

- Muy inteligente. Eso ya todas lo sabemos- aclaró Jiminisu, comenzando a exasperarse.

- Pero es que no sé me ocurre donde… ¡Oh, lo sé! ¡Lo tengo! ¡No puedo creer como no se me había ocurrido antes!

- ¿Qué sucede?

Mimi tomó su abrigo y su cartera y alcanzó a sus amigas los propios. Tomó la llave de Sora, abrió la puerta y las invitó a salir.

- No se preocupen, tengo todo fríamente calculado…

- Shiro a Mato, Shiro a Mato, ¿me escuchas?

- Fuerte y claro. ¿Qué sucede, Shiro?

- Nuestros objetivos acaban de partir con rumbo desconocido. Habrá que proseguir al seguimiento.

- Comprendido. Cambio y fuera.

El pelirrojo sacudió la cabeza, divertido.

"Esta vez, no, Mimi. Esta vez no te saldrás con la tuya"

Notas de la Autora:

¿Cosa extraña, verdad? Muy descriptivo… Pero en el próximo capítulo comenzará la verdadera trama. ¿Adonde planea llevarlas Mimi?

Siguen leyendo y dejen sus comentarios en el recuadrito de más abajo.

Chao!

Estrella de la Tarde.