hola chicas! estoy de vuelta en el ruedo, bueno de hecho esta es mi primera historia de sailor moon, así que espero que les agrade, es una idea original salida de mi loca cabezita.
los personajes de sailor moon no me pertenecen y hago esto sin fines de lucro
Días largos
Qué día tan pesado había tenido, mis clases habían sido muy largas, mis practicas no lo fueron menos y mejor ni hablamos de mi trayecto a casa me había topado con un idiota de un auto color amarillo al que estuve a punto de partirle la cara, así que como era de esperarse inhale profundamente al entrar al estacionamiento debajo del edificio de mi departamento. Me baje del auto y lo cerré, camine entre los autos, entre al elevador presione el botón que me llevaría a mi anhelado departamento y apoye mi cuerpo en la pared mientras cerraba mis ojos y frotaba mi cien, las puertas del ascensor se abrieron y suspire mientras caminaba por el pasillo color crema, metí la llave en la cerradura y abrí la puerta, dios en verdad estaba cansado avente la pequeña mochila a el sillón y me deje derrumbar en otro, la cabeza me dolía, los ojos me escocían desde hacía varias noches que por más que lo intentaba no podía dormir una ansiedad inundaba mi cuerpo y por más que cerraba mis ojos no lograba conciliar el sueño , esto llevaba ya una semana y el resultado era obvio tenía un humor de perros.
Mi celular sonó, por el soundtrack de hallowen supe que era mi madre, rodé mis ojos lo que menos quería ahora era hablar con ella, desde hace 6 años cuando mi padre había muerto ella y yo sencillamente no podíamos convivir en paz así que supondré tomo la decisión más sana mudarse a otro estado y disfrutar su estado de repentina soltería dejándome solo en esta ciudad para hacer lo que me viniera en gana, lo que me resulto bastante conveniente pero debía aguantar sus continuas llamadas.
-hola madre- solté
-Darien, hasta que al fin contestas, estuve llamándote todo el dia-
-he estado ocupado madre- ya mencione que tenía un humor de perros- estuve en la escuela y
Sali muy tarde-
-bueno, quería decirte que…-la corte -madre estoy muy cansado y todavía tengo cosas que hacer luego hablamos- colgué.
Me levante del sillón tenía la ligera idea de comer algo así que fui a la cocina para prepárame algo. Termine de cenar y me fui directo al baño para darme una reparadora ducha, el agua caliente relajo mis rígidos músculos era sencillamente delicioso estar ahí. Salí de la ducha y tome la toalla color blanco para enredármela en la cintura y salir a mi habitación.
El sonido de mi celular me alerto un mensaje nuevo había llegado, sonreí al leerlo era de mi vecina; "¿quieres compañía? Se me antoja follarte hasta el amanecer" la idea me resulto tentadora. Mimet es la chica que vive un piso abajo, es una decoradora de interiores con la que suelo acostarme a veces, negué con la cabeza y avente el celular, quería descansar esta noche.
Encendí el televisor y me puse un bóxer negro me recosté en la cama sin meterme entre las sabanas, tome el control y sintonice un canal con una película que me resultara entretenida, termino la película y mire el reloj eran las 12: 23 a.m. apague el televisor, me metí a las sabanas color azul naval y me gire para dormirme. Mi departamento tenía una excelente vista de la ciudad y había dejado las cortinas abiertas de mi balcón, las luces dela ciudad ayudaban a relajarme, cerré mis ojos, baje mi respiración.
Volví a abrir mis ojos y mire el reloj en la mesita de noche eran la 1:30 a.m., intente volver a cerrarlos, me gire incomodo en mi cama, bufe molesto parecía llevar media hora intentando pero mire el reloj y solo habían pasado 10 minutos, desesperado me incorpore de la cama y fui hacia el balcón.
-otra noche más- susurre al aire.
Mi llegada a la universidad era la misma a diario siempre entraba a las 7:50, curso el 5 semestre de medicina y tengo el mejor promedio, mi padre había sido un prestigiado cardiólogo y yo quería seguir sus pasos. Estacione mi convertible color negro en el lugar de siempre, al bajar del carro unas chicas me miraron como si quisieran devorarme, yo sonreí de medio lado, entre en el edificio y me puse en camino para mi primera clase.
Mi día se me hizo eterno tal vez si había sido mala idea negarme a la propuesta de mimet ayer en la noche de todas formas no pude dormir, sería mejor si ocupara mi tiempo en algo.
-qué te pasa? Pareces ido- dijo Andrew mientras le daba una gran mordida a su sándwich de pavo
-no dormí bien anoche- respondí secamente.
-Y por lo que veo andas de pésimo humor- mire a mi amigo, llevaba 2 años de conocerlo y se podría decir que a pesar de llevarme con todo mundo en este lugar él era el único que en verdad me importaba.
-llevo una semana sin dormir bien – supongo que sobraba decir mas
Andrew me miró fijamente- no tienes ojeras- bebí un sorbo de mi café y sonreí – tal vez solo necesites un poco de relajación, ya sabes a veces estas tan tenso que aunque lo único que deseas es dormir no logras hacerlo por todo el estrés acumulado-
Mordí mi panino - alguna sugerencia-
-vamos esta noche a un bar, solos tu y yo y las miles de chicas urgidas de esta linda ciudad ¿Qué te parece mi idea?-alzo las cejas muy sugestivamente
-no lo se- algo en la idea no terminaba de gustarme y no es que fuera un santo que en su vida ha pisado uno de esos lugares, por el contrario es solo que no me daban ganas. Mire la cara de mi amigo, el en verdad quería ir de copas, suspire, ¿Qué tan malo podía ser?- de acuerdo, pero volveremos temprano, es jueves y mañana tengo un examen importante-
-juevebes, hermano- dijo con su típica sonrisa de me salí con la mía.
Al entrar al bar lo primero que vi fue la barra atestada de gente, el lugar estaba muy lleno y las luces hacían ver todo aún más lleno de lo que realmente estaba- busquemos una mesa- le dije a Andrew.
Las practicas se me habían pasado volando, cuando me di cuenta ya era hora de salir y según lo acordado espere a Andrew en el estacionamiento del bar – que van a beber?- pregunto la mesera
-unas cervezas para empezar- dijo TAndrew mirando de arriba abajo a la camarera que dicho sea de paso no estaba de nada mal ver, la chica le sonrió y yo rodé mis ojos
–qué? Me miras como si hubiera matado a alguien- reí abiertamente, era noche de chicos después de todo.
No se cómo ni en qué momento pero nuestra mesa ya estaba llena de botellas, no todas eran de cerveza, una era de vodka y la otra de whisky, tres chicos se habían unido a nosotros y no parábamos de reír. Había una mesa de chicas al lado que cuando me di cuenta ya estaban sentadas con nosotros, comencé a charlar con una y luego en mi borrachera empecé a besarla, los chicos recién llegados pidieron otra ronda y yo estaba demasiado metido con mi nueva rubia amiga.
-¿de que color son tus ojos?- pregunto una chica de cabello oscuro
-azules-conteste, mientras sentía la mano de la rubia acariciando mi entrepierna por debajo de la mesa
–si pero son de un color raro, como azul oscuro o índigo, no lo se son muy lindos- dijo sonriéndome
-gracias- le dije sinceramente, tenía que agradecerle después de todo ella se había fijado en el detalle con esta luz de mierda que iluminaba el lugar.
Un apretón en mi entrepierna me saco de mis cavilaciones-quieres ir a otro lugar?- me dijo al oído la rubia, de la que aunque sé que me lo dijo no recordaba a ciencia cierta su nombre. No pude evitar sonreír, volví a besarla e iba a asentir cuando un fuerte dolor en la cabeza me descontrolo, el dolor era tan fuerte que lleve mis manos a mi cabeza apretándola como si eso fuera a calmarlo, el aire parecía demasiado pesado, era idea mía o el oxígeno de este lugar se estaba acabando, me pare y salí del lugar tan rápido como pude, al llegar al estacionamiento inhale aire muy profundamente , dándome cuenta que en verdad había dejado de respirar haya adentro. Poco a poco mi respiración se fue regularizando y el dolor cedió era obvio que el cansancio me acababa de pasar factura.
Decidí no volver al bar e irme a mi casa, le mande un mensaje a Andrew informándole y me puse en camino, estaba algo mareado y muy cansado, el sueño parecía vencerme a cada paso que daba, me metí al ascensor de mi edificio y casi me quedo dormido apoyado contra la pared del ascensor, el sonido de las puertas abriéndose me hicieron reaccionar.
Entre a mi departamento y me fui directamente a mi dormitorio, me quite la ropa como pude y me tire en la cama boca arriba, antes de dejarme vencer por el sueño mire mi reloj de noche, diablos era las 2:30 a.m. suspire y sentí cada musculo relajarse, me sentía muy cansado cerré los ojos sintiendo como caía en el letargo del sueño pero un aroma embriagador comenzó a llegar a mis fosas nasales, no pude reconocer el aroma pero este era sencillamente adictivo, cada vez era más fuerte, abrí los ojos e intente girar mi cabeza pero no pude, no podía hacerlo estaba paralizado de los pies a la cabeza, sentí una presión en el pecho, la desesperación me inundo, no podía respirar bien, intentaba moverme, abrir la boca, mover aunque sea un puto dedo pero me era imposible.
Intente tranquilizarme, pensar que me estaba pasando, parálisis del sueño eso era, diablos tenía que tranquilizarme, relajarme y poco a poca la parálisis se iría, quise respirar profundamente pero la presión instalada en mi pecho no me lo permitía, maldita sea, cerré mis ojos, y repetí como mantra " tranquilízate Darien, tranquilízate Darien…" la presión en mi pecho se volvió más fuerte y podía sentir el maldito aroma tan cerca mío que parecía que lo tenía encima, entonces sentí un frio de esos que calan los huesos y una mano, una maldita mano tocarme el abdomen, una escalofriante risa femenina se escuchó y quise abrir los ojos pero ya no pude, la mano parecía jugar de mi pecho a mi abdomen, en un sube y baja bastante cruel, no tenía camisa y podía sentir la larga uña siendo arrastrada por mi piel, intente recordar, si, en la parálisis del sueño se tenían alucinaciones visuales y auditivas aunque no recordaba que también fueran olfativas pero el cerebro era sumamente poderoso y me lo estaba demostrando, respire tanto como se me permitía y destense mi cuerpo lo más que pude y como si mi alucinación se burlara de mí, otra risa se escuchó.
Su mano dejo su juego y por un momento pensé que estaba logrando salir del trance hasta que la sentí nuevamente acariciando mi miembro, lo acariciaba de arriba abajo, Dios estaba comenzando a ponerme duro, sentí que bajaba el resorte del bóxer y pude sentir la suave y cálida mano cerrarse entorno a mí ya muy erecto miembro, temblé, no sé si de ansiedad por sentir más o de miedo a lo que estaba pasándome, el vaivén seguía de arriba abajo, podía sentir mi calor corporal aumentar y mi el palpitar agitado de mi corazón, empecé a sentir el movimiento cada vez más rápido, y mi cuerpo ardía, estaba intentando contener lo que venía pero era más fuerte que yo aun así resistía. El vaivén paro y yo agradecí al cielo, intente moverme pero sentí como una lengua acariciaba mi glande, una especie de gruñido salió de mi garganta, no pude contenerlo, que rayos me pasaba?, una boca succiono levemente la punta de mi pene mientras el vaivén aparecía de nuevo a un ritmo un poco más lento pero con más presión, los labios seguían succionando mi glande y haciendo círculos sobre mi muy necesitada piel, iba a venirme, estaba volviéndome loco, sentí llegar mi orgasmo tan intenso como ningún otro, maldita sea y yo ni siquiera podía abrir los ojos. Un abrumador sueño me inundo y sin más perdí la conciencia de todo.
Desperté, me estire y abrí los ojos, craso error, mi cabeza quería estallar, ¡Dios que horror, maldita cruda! Poco a poco fui abriendo los ojos, mire el reloj eran casi las ocho, maldición mi examen era hoy, me senté de un tirón pero sentí un mareo bastante feo y puse mis manos en la cama para apoyarme, me estabilice salte de la cama al baño y me arregle y salí del apartamento como alma que lleva el diablo.
Me estacione y baje del auto lo más aprisa que pude había perdido mi primera clase pero a la segunda apenas y llegaba, entre al salón y me senté en un asiento de hasta arriba lo que menos quería ahora era que el profesor se diera cuenta de mi maltrecho estado físico.
Divise a Andrew con la mirada pero no lo encontré, cese mis intentos cuando el profesor empezó a repartir los exámenes al llegar el mío sentí mi dolor de cabeza reaparecer con mayor ímpetu, mecanismos de enfermedad, bueno pues a darle después de todo esto me pasaba por idiota.
El color se me fue de la cara al escuchar al profesor Trevelyan decirme que un café y unas aspirinas no me sentarían nada mal, yo solo asentí como idiota y le susurre un no volverá a ocurrir profesor. Al salir del salón mire a Drew recargado en la pared, de brazos cruzados y con gafa oscura, seguramente el infeliz se la había seguido y tendría una cruda el doble de fea que la mía. Me reí que más me quedaba lo más difícil del día estaba hecho era viernes a si que no tenía prácticas.
-Y que tal te fue anoche?- pregunte mientras bebía mi muy cargado café, teníamos una hora libre así que fuimos a la cafetería para poder charlar, a quien engaño queríamos un lugar para ocultarnos del sol y poder tomar algo calientito, lo de la plática era pura escusa.
-¿Te refieres así tuve acción?- sus ojos cafés brillaron con intensidad y supe que la respuesta era afirmativa-pues no me fue nada mal con Charlotte-
-¿Charlotte?- pregunte no sabiendo cuál de ellas era
- la castaña alta, hermosa y bastante fogosa cabe decir- yo me reí – cualquiera hubiera sido fogosa para ti estabas sumamente ebrio- el me miro con cara de cómo puedes dudar.
-¿Por qué te saliste así anoche? Ni siquiera a avisaste que te ibas-
-Me dolió mucho la cabeza- Andrew me miro como incrédulo
-Estabas muy metido con la rubia y de pronto te sales sin decir palabra, ¿solo por un dolor de cabeza?-
-Bueno fue más que eso, ya sabes que no he podido dormir en noches, súmale a eso el dolor de cabeza, el estrés, el alcohol y agita- lo vi asentir y beber otro sorbo de café
-¿Entonces pudiste dormir bien anoche?- me quede pensando en la pregunta unos instantes, que había pasado anoche, los recuerdos de mi muy anormal noche llegaron a mí, entre la resaca y la escuela ni siquiera había tenido tiempo de reparar en eso, ¿Qué rayos había pasado anoche?
Llegue a mi departamento cuando apenas empezaba a anochecer, había pasado al supermercado a comprar algunas cosas que necesitaba y me había detenido a comprar comida china.
La reseca había cedido después de 3 tazas de café y 2 aspirinas así que ahora tenía un hambre atroz. Deje las cosa en la barra de mi pequeña concina y saque la comida de su empaque, me dirigí hacia el televisor y me senté a ver la tele un buen rato.
Me estire estaba muy aburrido la película era malísima, apague el televisor y me fui al cuarto, diablos mi cuarto era un desastre, con todo regado y mi cama des tendida, había salido tan rápido esta mañana que no había tenido tiempo de nada.
Después de acomodar todo y darme un baño mire mi reloj eran las 10 de la noche, bastante temprano para tener sueño. Mi celular sonó.
-hola Mimet-
-Chiba, vaya hasta que te dignas en hacerme caso- su voz sonó algo más aguda de lo normal
-yo siempre te hago caso Mimet, no se ha que viene tu comentario-
-comenzaba a pensar que estabas evitándome-
-por supuesto que no, es solo que he estado algo ocupado en estos días- no mentía, por lo menos no del todo
-bien pues tendrás que recompensarme por tenerme tan abandonada- ya sabía como quería que la recompensara y claro, no me iba a negar.
- ¿y cómo quieres que te recompense?- dije bajando un par de octavas mi voz
-qué te parece si me llevas a bailar-
-¿Esta noche?- esperaba que respondiera que no, si quería salir con ella pero no hoy apenas acababa de pasar mi resaca
-Pues es viernes en la noche, que mejor noche para…- la corte- mejor mañana es sábado, también es un buen día además nos veríamos más temprano y aprovecharíamos mejor el tiempo- esto último lo dije sin ningún doble sentido aunque tal vez ella no lo tomo así por que escuche una pequeña risa.
- de acuerdo entonces mañana a las 8, en mi casa, sueña bien- dijo y colgó sin mas.
Aventé mi teléfono y me desplome en mi cama, quería dormir y no saber de mi hasta mañana, cerré mis ojos y me deje caer en brazos de Morfeo.
Mire mi reloj pasaban de las 2:30 a.m. cerré mis ojos pero el sueño se había ido, esfumado, desaparecido, me gire incomodo en más de una ocasión pero no conseguía nada, me sentía raro, ansioso creo que era la palabra más acertada, me gire boca arriba y mire el techo, al diablo el sueño voy a bañarme.
la noche paso lentamente, sin rastro de mi sueño,vi salir el sol, era bastante lindo ver que la ciudad comenzaba a cobrar vida, el aroma a café inundo mis fosas nasales, no había podido dormir en toda la noche así que esta sustancia me caía de maravilla. Me gire y entre al departamento, mire mi reloj me cambiaria y empezaría mi día según lo planeado, tal vez esta noche me vaya mejor.
Toque la puerta, ella me abrió sonriendo no pude evitar mirarla de pies a cabeza traía un vestido negro strapple bastante entallado que llegaba a más de medio muslo, ella era alta y delgada, no tendría una curvas de infarto, pero tenía una figura estilizada, con su cabello castaño suelto y lacio se veía elegante, como siempre.
-Hermosa- le dije mientras me acercaba y le daba un beso en la mejilla
-Gracias- al dar media vuelta decidí que definitivamente el vestido le quedaba perfecto
-pasa ponte cómodo, dame 5 minutos y estaré lista-.
Me adentre en el lugar, decorado exquisitamente, bueno tenía que ser así después de todo a eso se dedicaba. Me senté en el sillón no sé por qué pero me sentía un poco raro, ajeno al lugar a pesar de ya haber estado antes ahí en varias ocasiones.
-lista, nos vamos- tomo su bolso y salimos del apartamento, el trayecto al restaurante fue muy tranquilo con una plática de apenas un par de preguntas.
Había escogido un restaurante retirado del bullicio de la ciudad, situado a las afueras de la misma, un restaurante que ofrecía cierta intimidad a cada mesa, con poca iluminación, decorado con velas, las mesas estaban alejadas una de la otra y tocaban en su mayoría música blues, lo que le daba al lugar un aire muy íntimo a pesar de ser un sitio público.
Me estacione, baje del auto y le di la vuelta para abrir la puerta de Mimet, entramos y pedimos una mesa.
-es un lindo lugar- me dijo una vez que estuvimos acomodados en nuestra mesa
-Si lo es, vengo aquí desde hace algún tiempo-
-Oh vaya, eso sonó a que no soy la primera a la que traes –
-Dios Mimet , ¿Cómo puedes creer eso de mí? Claro que no y claro que tampoco conozco el hotel que queda a tan solo 3 cuadras de aquí- Mimet soltó una sonora carcajada
-lo peor es que se que es verdad- sonreí, el mesero llego con la carta y nos dispusimos a ordenar, ella eligió una ensalada y yo una pasta, la cena transcurrió amenamente entre risas, así era siempre con Mimet, relajado y casual.
-y bien, quieres decirme porque te negaste la otra noche? – yo puse cara de no entender mientras tomaba otro sorbo de mi trago
-el viernes por la noche, mi mensaje- sujete la mano que tenía sobre la mesa y la oprimí un poco- lo siento, no tengo escusa, estaba muy cansado esa noche- termine mirándola fijamente
-Bien, no creas que lo olvidare tan fácilmente- una sonrisa se dibujó en sus labios- no es usual que me dejen plantada- hizo un mohín
-lo sé- acaricie el dorso de su mano suavemente, acerque un poco mi silla a la de ella y le susurre- pienso recompensarte- acerque mi rostro
- ¿Cómo?- me dijo mirándome retadoramente
-como tú me lo pidas- la vi sonreír coquetamente, acerque aún más mi rostro y roce un poco sus labios, los entre abrió y yo juguetee con ellos sin llegar a besarla solo los acariciaba, iba a besarla cuando una dolorosa punzada en mi cabeza me hizo retroceder, mire a Mimet quien me regresaba la mirada extrañada
-lo siento, tengo que ir al baño- el dolor era demasiado, mis oídos zumbaban y sentía una presión en el pecho que me dificultaba la respiración, me levante de la silla
-te sientes bien- Mimet me tomo de la mano y me miro.
-si ahora vuelvo- ¡Dios la cabeza me estallaba! Camine hacia el baño lo más rápido que pude, el interior era mucho más claro así que cerré los ojos un instante para acostumbrarme.
Lentamente los fui abriendo, el dolor seguía, camine hacia los lavabos pero una punzada en mi pecho me hizo trastabillar, como pude llegue al lavabo, me agarre de él y apoye mi frente sobre mis manos ¡¿qué rayos estaba pasándome?! Poco a poco el dolor fue cediendo pero al mismo tiempo llego hasta mis fosas nasales un aroma familiar, el mismo aroma de la otra noche, fácil de reconocer porque nunca había olido algo similar, inhale profundamente y empecé a sentir como mi pecho se iba aflojando y el dolor de mi cabeza disminuyendo, esta cosa era relajante y adictiva, tenía un efecto parecido a la droga, inhale nuevamente sintiendo mis músculos destensarse poco a poco, después de un par de segundos el dolor había desaparecido por completo.
Abrí mis ojos y levante el rostro, buscando la fuente de tal olor pero no la encontré, no había sido una alucinación, estaba despierto, me eche agua en la cara y me acomode la ropa, di un rápido vistazo otra vez por todo el lugar y salí de allí.
Mimet se veía impaciente y preocupada – siento la tardanza, últimamente me ha dado mucho dolor de cabeza, creo que he empezado a padecer migrañas- ella acaricio mi rostro
-te parece si nos vamos- .
Todo el camino fuimos en silencio, al salir del ascensor Mimet camino delante de mí y saco las llaves de su apartamento.
-lamento haber arruinado los planes- le dije sincero
-descuida ya abra otras oportunidades- me sonrió y luego me beso, era un beso tranquilo, cauto, la tome por la cintura y la acerque más a mi profundizando más el beso, adentrando mi lengua en su boca y haciendo que de su boca escapara un pequeño suspiro, sonreí contra sus labios y la apoye contra la puerta, ella empezó a jugar con mi cabello y a pegarse más a mí, me separe de ella
-abre la puerta- ordene, ella me miro picara y se giró para abrirla, de repente el aroma llego más fuerte que las veces anteriores y una horrible punzada en el lado derecho de mi cabeza me hicieron ver todo negro un instante, me apoye del marco de la puerta e inhale lo más profundamente que pude, el puto aromo inundo mis pulmones, por muy delicioso que fuese estaba empezando a odiarlo porque cada vez que lo sentía nada bueno pasaba.
-Mimet cariño, será mejor que lo dejemos para otra ocasión- ella me miro un segundo con cara de ¡¿Qué?! Pero enseguida cambio su rostro y me dijo pegando su cuerpo a mí de forma sugerente
– ¿estás seguro?-
Claro que no lo estaba una parte de mi quería entrar a su departamento y hacer trizas ese vestido y todo prenda que hubiera debajo de él, la idea de decir que no y entrar a su departamento estaba ganado la partida pero una nueva punzada en mi cabeza me hizo desistir por completo
-lo siento, me odiare por esto pero no creo que sea buena idea esta noche-
Mimet hizo un puchero y me dio un último y casto beso - buenas noches, Chiba- la vi cerrar la puerta y suspire, no tenía ni la menor idea de que me había pasado.
Entre a mi departamento, mi cabeza estaba adolorida, deje las llaves sobre la barra de la cocina y me serví un vaso de agua, la cita había sido un desastre, me sobe la cien, camine hacia mi habitación, un largo baño eso curaría cualquier mal que me aquejara.
El agua caliente sobre mi piel me hizo relajarme, el dolor se había esfumado y el mundo también, definitivo debería vivir bajo mi regadera, remembrando mi fallida noche fuera no pude evitar recordar el olor, realmente lo había sentido o había sido solo producto del dolor, había sido tan real, si claro, tan real como el sueño de la otra noche, ¡al diablo! Si seguía pensando en eso la cabeza iba a volver a dolerme. Termine de bañarme y salí hacia mi habitación, me puse un bóxer y me tire en mi cama a dormir o a intentarlo por lo menos porque algo me decía que no sería tarea fácil.
