Capítulo 1:
El sol brillaba en Piltover. Era un día tranquilo, sobre todo desde que Jinx ya no atacaba la ciudad del progreso. La oficina de policía estaba totalmente en silencio, más que nada por ser las siete de la mañana. Caitlyn se encargaba de papeleo en su propio despacho y Vi estaba sentada en una silla con los pies encima de la mesa que había en frente mientras intentaba no dormirse. En la oficina había poco más de una decena de escritorios de antiguos agentes que renunciaron según los asedios de Jinx incrementaban, pero los robots eran un buen sustitutivo de los agentes. A los pocos minutos un chico entró, pelo negro, gafas, de estatura media, con una bandeja de cartón y tres vasos de plástico cerrados. Se acercó a la macarra de pelo rosa y se quedó dudando durante unos segundos.
-¿Qué pasa? ¿Te has vuelto a olvidar de cuál es cuál?-lo miró algo divertida.
-No, solo estoy memorizando… ten-le dio uno de los tres y esta le dio un trago.
-Bien, acertaste, no hagas esperar a la jefa-soltó una risita.
-Sí, sí, me debes tres con ochenta.
-Joder, cada vez son más caros.
-Si no quieres pagar no lo pidas-entró directo en el despacho y le dejó el vaso en la mesa.
-Gracias Scott-le dio un sorbo a su bebida.
-No hay de que-cogió el último vaso de la bandeja, salió mientras bebía y volvió a entrar con un pequeño montón de carpetas.
-¿Tienes los informes de los últimos arrestos?
-Datos personales, biografías, informes psicológicos, incluso cartas astrales.
-¿Perdona?-levantó la mirada al chico a la vez que una ceja.
-Es broma, solo pruebas científicas, también hay plantillas de las huellas digitales.
-Si supieras patrullar despediría a Vi.
-Ya están los robots.
-No pueden con todo.
-Además de que se rumorea de que tienes razones personales para no despedirla.
-¿Quiero saberlos?
-No creo.
-¿Cuánto te debo?
-Cuatro con setenta-la sheriff le dio un billete.
-Quédate el cambio.
-Gracias-cogió el billete y salió de vuelta a la oficina principal.
Se sentó en su escritorio mientras Vi continuaba sin hacer nada, solamente bebiendo el café que había traído Scott. Desde hacía unos cuantos días el trabajo de la oficina era más bien nulo. La agente no podía hacer más que ir al gimnasio que había o salir a dar una vuelta como si patrullara, pero no había mucho que patrullar.
-Oh dios, que coñazo.
-Esa boca, Vi.
-Me vas a decir que no te aburres.
-Soy oficinista, estoy en mi medio.
-Joder… ¿Crees que podría molestar a Cait?
-Si quieres intentarlo, pero la última vez te disparó con los dardos tranquilizantes.
-Ugh, tienes razón, ahora iría bien que el cretino de Jayce se pasara por aquí.
-Pensé que erais amigos.
-Meh, nos llevamos bien, pero eso no quita que sea un cretino.
-Seguro que lo sabe.
Poco rato pasó, a lo mejor una hora, aún era bastante de mañana, hasta que alguien de la liga entró en la oficina. Caminó hasta Vi mientras esta se levantaba de la silla.
-¿Y tú eres?
-Soy un mensajero de la liga, vengo a traeros un mensaje a ti y a Caitlyn.
-Yo me ocuparé de dárselo-recogió las cartas del mensajero y después de despedirse s fue.
-¿Eso qué es?
-Si me dejas abrirlo te contesto, genio-abrió la carta y empezó a leer.
-¿Y bien?
-Joder, esto sí que es bueno, toma-le tira la carta y entra en el despacho-Cait, tienes que leer esto enseguida-le deja la carta encima de la mesa.
-Vi, no tengo tiempo para tonterías.
-Te juro que no es una tontería, es de la liga y es buenísimo.
-Está bien-abrió la carta y por un momento no se creyó lo que estaba leyendo-"…así que con tal de mejorar la relación entre naciones y unificar el sentimiento de deportividad les invitamos a quedarse en la academia de la guerra." Eh… esto tiene que ser una broma.
-No lo es, te dije que es buenísimo, yo digo que sí.
-Tengo que pensármelo, en caso de que nos vayamos no tendremos a nadie que patrulle.
-Los robots.
-¿Y el papeleo?
-Scott.
-¿Me habéis llamado?-gritó desde fuera.
-Sigue con tus mierdas-respondió Vi de un grito.
-De acuerdo-volvió a gritar el chico.
-Necesitas unas vacaciones, Cait. Entre el papeleo diario, los combates de la liga y C no das abasto.
-Está bien, esto ha estado muy tranquilo y podemos dejarle a cargo, ya has conseguido que delegue un poco.
-Bien, buena chica.
-Si quieres que saque la escopeta de dardos solo tienes que decirlo.
-Vale, vale, joder, menudo humor por la mañana.
Del alcantarillado de Piltover, exactamente por un callejón, salió un hombre importante en la ciudad, imponente, popular y también algo cretino. Jayce salió de una de las alcantarillas con una caja de herramientas en la mano. Iba vestido más sencillo que otros días, unos tejanos, una camisa blanca y un chaleco marrón con algunas manchas negras. Justo después de salir se dirigió a la oficina de la sheriff a hacerles una pequeña visita. Lo que él pensaba que era un favor personal que les hacía, aunque en realidad solo era una pequeña muestra de su, aún más grande que su fama, ego. Entró en la oficina principal con aires de grandeza pero sin ningún resultado. Los tres estaban simplemente hablando entre las mesas de Scott y Vi.
-¿Hola? Figura importante en el edificio-llamó Jayce la atención de los tres.
-Tenías razón, Vi.
-Lo sé.
-¿Qué quieres Jayce?-preguntó Caitlyn.
-¿No puedo hacer una pequeña visita al brazo largo de la ley de Piltover?-se acercó lentamente y cogió el vaso de Scott para darle un trago-Esto no es café.
-Ni es tuyo-se lo quitó de la mano.
-Tío, apestas. ¿Dónde has estado para oler así de mal?-preguntó Vi.
-Oh, salgo de las alcantarillas.
-¿Haciendo qué?
-Vi, durante mis muchos años viviendo aquí he aprendido dos cosas: primera, es imposible mantener la ciudad en orden más de un mes y segundo, nunca te metas en los asuntos de Jayce-dijo Caitlyn.
-No puedo tomarme mi chocolate con la peste que echas, Jayces.
-Pues lárgate.
-¿Has hablado ya con la liga?
-No. ¿Se han pasado por aquí?
-Sí, a lo mejor tienes una carta en el buzón-dijo Vi.
-En caso de que la respuesta sea "Sí", saldremos por la tarde.
-¿Qué?-Jayce se quedó algo descolocado.
-Venga-empezó a empujar Vi para que se fuera-a tu casa a ducharte-echa a Jayce de la oficina.
-¿Si mi respuesta es "Sí"?
Mientras tanto, en Demacia por la mañana, el joven explorador dormía plácidamente abrazado, haciendo la cucharita, a la hija predilecta de la ciudad estado después de una noche movidita. El rubio notó como la chica en sus brazos se movía y cuando abrió los ojos vio a Lux de frente sonriendo y no pudo evitar devolverle la sonrisa. Se dieron un beso y se apretaron más el uno al otro abrazándose.
-Buenos días, Ezri.
-No me llames así-dijo mientras sonreía algo avergonzado.
-Por la noche estabas bastante atrevido.
-Anoche no había límites.
-Nunca los hay-la chica volvió a besarle mientras se ponía encima de él-¿Tienes energía?
-Pues cla-de repente empezaron a picar a la puerta.
-¡Mierda, tienes que irte!-dijo en voz baja.
-Lux ¿Estás ahí?-se escuchó a Garen preguntar.
-¡Vamos, vamos!-se puso al lado de la puerta y ambos empezaron a vestirse-¡Ahora salgo hermanito!
-¿Por dónde salgo?-preguntó Ezreal.
-Por la ventana, tu habitación está justo debajo de la mía.
-¿Estás bien? Me ha parecido oír que hay alguien más dentro.
-¡No lo hay, no te preocupes!-volvió a dirigirse al explorador-Vamos, salta.
-¿Cómo voy a hacer eso?
-Saltas y te metes en tu cuarto, simple, puedes teletransportarte dentro.
-Vale, vale-se sube al marco de la ventana-¿Cómo me meto en estos líos?-se escucha el pomo de la puerta girando.
-¡No hay tiempo para lamentarse!-empuja a Ezreal.
-¡Mierda!-miró para la pared en el aire y en cuanto vio la ventana se teleportó al interior dándose de cara contra la cama-Tengo que convencerla de que lo nuestro se haga público.
Durante la mañana se reunieron todos los residentes de la casa Crownguard, Lux, Garen y sus padres y su invitado Ezreal para desayunar. Se hizo bastante ameno, a veces algo de tensión cuando le preguntaron al joven si estaba teniendo una buena estancia y soltaba alguna indirecta hacia Lux, pero por el resto todo era como si fuera una comida normal y corriente. Mientras acababan Garen se levantó porque llamaban a la puerta. Al volver estaba leyendo una carta. Le pasó otra carta sin abrir a Lux y la suya a Ezreal. La maga miró al explorador y luego a su hermano.
-¿Vosotros qué haréis?
-Yo iré a hablar esto con Jarvan.
-Voy a ir con los que salgan de aquí, si eso veré al resto de los campeones de Piltover allí directamente.
-Pues creo que yo también voy, empezaré a hacer la maleta.
-Iré a recoger mis cosas, muchas gracias por dejar que me quede señores Crownguard.
-Es un placer tener a un explorador de tan afamada reputación en esta casa-respondió el señor Crownguard.
En menos de un par de horas un grupo de campeones se fueron camino a la academia de la guerra para empezar aquel periodo de convivencia. Durante el viaje se quedaron en pequeños grupos hasta que un momento Ezreal y Lux se quedaron juntos durante un rato.
-Siguiendo las normas… podrías coger una habitación con mi hermano y así os lleváis mejor.
-¿Qué tal si primero le decimos a tu hermano qué tenemos entre nosotros?
-No puedo decirle nada a mi familia, les podría dar algo, se supone que tengo que casarme con alguien de la nobleza.
-Antes has oído a tu padre, soy un afamado explorador.
-Eso no significa que te acepten.
-Lux, no podemos seguir ocultando esto, hoy me has tirado por la ventana.
-Me lo pensaré, te lo juro.
-No me sirve, a este paso tendré que ponerte un ultimátum y créeme que no quiero hacer eso.
-Está bien, pero tengo que encontrar el momento adecuado.
-Te lo digo en serio, no me obligues a ponerte una cuenta atrás.
De vuelta en Piltover, en casa de los Reveck, el mensajero de la liga le dejó la carta a Corin para que Orianna fuera informada. El inventor se metió en la casa mientras acababa de darle un par de arreglos a la bailarina. Aquel panorama era algo nostálgico, un hombre que quiso recuperar a su hija. Después de darlo los últimos retoques durante el comienzo de la tarde volvió a activarla y le dio el sobre.
-Ten hija mía, viene directo de la liga.
-¿Qué quieren, padre?
-No lo sé, léela para saberlo, de mientras estaré trabajando.
-Sí, padre-coge la carta y en menos de tres segundos sus circuitos internos han leído la carta y escogido una respuesta que le parecía óptima. Se acercó a su padre y empezó a hablarle-En la carta se menciona la convivencia entre campeones para aumentar los lazos entre ellos. He decidido que lo mejor es ir.
-Vaya, mi niña se independiza, tendrás que llevarte un kit de reparación.
-Sí, padre-se fue a por uno y cuando volvió su padre estaba esperando en la puerta para despedirse de su "hija".
-Espero que lo pases bien allí en la academia, recuerda hacer amigos.
-Sí, padre-el inventor le dio un beso en la frente a Orianna y dejó que se marchara.
Caitlyn hablaba por un teléfono móvil mientras esperaba junto con Vi a que Jayce llegara con su equipaje. Iban a ir hasta la academia en un buggy. Colgó el teléfono y se quedó mirando alrededor. Luego miró a Vi para obtener alguna respuesta por su parte, pero esta solo se encogió de hombros. Soltó un suspiro y arrancó el vehículo.
-¿No vamos a esperarle?
-Le dijimos que estuviera aquí ahora, si no viene nos vamos sin él.
-¿Y Ezreal?
-Va con los demacianos, dijo que nos veríamos allí.
-Joder…-se sacó un cigarro, se lo puso un la boca y sacó un mechero, después de un par de intentos consiguió encenderlo-ya podría darse prisa-se escuchó un repiqueteo metálico-¿Y eso?
-¿Podrían llevarme hasta la academia?-Orianna estaba a un lado del coche.
-¿A ella también la han invitado?-preguntó Vi.
-Sigue siendo una campeona de la liga, sube, te llevamos allí.
-Muchas gracias-la muchacha robótica se subió a la parte de atrás.
-Si no viene creo que deberíamos largarnos ya.
-Tienes razón-y justo en el momento en el que emprendieron el camino Jayce apareció cargado con varias maletas, pararon el coche y dejaron que se subiera-llegas tarde.
-¿La robot también viene?
-Otro…
-Sabía que era algo raro, Jayce está conmigo y si es la mitad de listo de lo que dice ser debe tener algo de razón.
-Ahí te has pasado.
-Os lo diré por última vez-se ponen otra vez de camino-Orianna es una campeona de la liga y es ciento por ciento normal de que esté aquí.
En cuanto llegaron a la academia se encontraron con Ezreal y el resto de campeones que llegaban por grupos. Caitlyn decidió que lo mejor sería una habitación de tres personas junto con Orianna y Vi mientras que Jayce se llevó al explorador a la fuerza.
N/A: Y aquí empieza otra parte de "El interior de la liga", espero que os llegue a gustar tanto o más cómo la otra y las que seguiré colgando. Disfrutadlo y nos leemos ;)
