La Dimensión Fantasma

Capítulo I - Introducción

Finalmente había llegado

¿El duelo?

Finalizado.

¿Había ganado?

Por supuesto que no.

Y por lo tanto,

todo se resumía a esto:

aquel viajero ínter-dimensional,

aquel visitante del así llamado "mundo de los vivos"

debía resignarse y volver por donde había venido.

Así debía ser...

¿O no?

¿Así es como debe terminar?

...

Después de todo lo arriesgado,

de los sacrificios que había hecho.

Podía escucharla...

¿Acaso esa chiquilla llamada "Destino"

volvía a reírse en su cara arrebatándole lo único por lo que había peleado estos últimos años?

No...

No volvería con las manos vaciás

Nunca mas.

―¡Kaiba! ¡Detente! ―la voz entrecortada de Atem le ponía los nervios a flor de piel; era desesperante.

Apretó un poco mas el cuello del egipcio con su antebrazo; quería hacerlo callar, la situación frente él ya era por demás peligrosa para tener que preocuparse ademas de los empujones que daba Atem por liberarse.

Los cinco sacerdotes frente a él observaban la escena del rapto sin saber que hacer... ¿el sexto sacerdote? Yacía caído de fauces sobre el suelo de oro. Un camino de sangre le daba a entender a los demás.. que ya no se levantaría

―¡Mahad! ¡Detenlo! ―el egipcio llamó a por su leal guardaespaldas.

El mago no se hizo esperar; alzó su bastón invocando a su leal Mago de las Ilusiones a través de un circulo mágico que apareció sobre el techo del palacio real.

El Mago se hizo presente solo para desvanecerse en la nada.

Un nuevo estruendo se hizo eco petrificando a los cuatro sacerdotes restantes. El viajero del tiempo poseía un extraño mecanismo de estruendo que superaba la magia de los Artículos del Milenio. ¿Pero cómo? No existía magia superior; y lo mas importante: ya estaban muertos... ¿cómo podían sucumbir una vez más?

―¡Mahad! ―gritó el faraón al ver a su fiel amigo caer junto a su sacerdote.

El ejercito fue alertado de inmediato pero detenido por la sacerdotisa: no tenia caso enfrentar a un poseedor de un articulo del Milenio con semejante poder, solo pondría en riesgo la vida de mas personas y por sobre todo: la vida del joven Faraón.

―Kaiba... ―trató el egipcio de razonar con el empresario; aunque muy en el fondo sabia que no lo escucharía― ¿qué pretendes hacer?

El empresario no respondió, era bastante obvio lo que pretendía.. solo estaba haciendo tiempo hasta que el mecanismo que lo había traído hasta allí regresará. Solo debía mantener sujeto al rehén unos cuantos segundos más... si era necesario seguir pasando a retiro sacerdotes o cortarle la respiración hasta dejarlo inconsciente.. no tendría ningún problema en hacerlo.

El tiempo había llegado; el artefacto estaba listo para su retorno. Kaiba sonrió victorioso; no era la salida triunfal que esperaba pero... volvería con su trofeo a casa.

―¡Kaiba! ―gritó Atem al notar su ser comenzar a desvanecerse

―¡No sabes lo que estás haciendo! ¡No sabes lo que puede pasar!

¿Lo que estaba haciendo? Lo sabia perfectamente. ¿Lo que podia pasar? Bueno, estaba por averiguarlo. El haz de luz proveniente del cielo los encerró a ambos finalmente haciéndolos desaparecer. El viajero volvía a su dimensión llevándose consigo el premio por su esfuerzo.


Seis años habían pasado de aquel "desastroso", podía decirse, suceso. Seis años en que el mundo cambió de manera radical en todo sentido, él, su familia, sus "amigos", su empresa, la ciudad, la realidad a su alrededor, incluso el cielo sobre ellos. Todo...

El presente lo encontraba a él, sentado en el living de una casa en las afueras de la ciudad, tomando café -su gusto por él no había cambiado-, leyendo el diario (podía reírse de la ironía del destino), vigilando a un jovencito de unos cinco años que jugaba en silencio a armar un rompecabezas.

Nadie podría decir como era la relación entre ellos, parecían dos extraños reunidos por la casualidad; ninguno se hablaba mas allá de lo necesario, quizás esa era una cosa en común.

El niño de extraños cabellos tricolores en punta que desafiaban la gravedad, piel blanca y ojos azules meditaba en silencio mientras buscaba las piezas faltantes de su rompecabezas; hacia mucho tiempo, una pregunta asaltaba sus pensamientos y hoy seria el día en que se la dirigiría a su padre:

―¿Dónde está mamá? ―preguntó en un tono apagado tomando de sorpresa a Kaiba.

¿Por qué preguntaba eso si el pequeño nunca había conocido a su madre ni a nadie que pudiese considerarse como tal? ¿Por qué de repente surgía esa curiosidad?

El castaño disimuló el asombro que el pequeño le causó dándole un sorbo a su café. No esperaba que al fin le hiciese la pregunta; pero... si eso deseaba saber... no tenia mas alternativa que contestar.

―Muerta...

Un silencio siguió; la respuesta no fue del todo una sorpresa para el niño aunque si la confirmación de una sospecha.

―¿Puedes traerla de regreso? ―preguntó; aun no tenia del todo claro el concepto de la muerte.

Kaiba se quedó un segundo; sin apartar la vista de su periódico. No hubo ningún cambio en su temple: la respuesta era una sola.

―No...

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Bang! Mi continuación a Dark Side Of Dimensions, contratame Takahashi! XD De las preguntas que pueden surgir de esto les puedo decir que... nada es lo que parece. En serio!

Bueno, espero les haya gustado, dejen review plis y diganme si despertó interes sino no lo dejo asi.

Nos leemos cuando me lean!