Esta es mi primer historia, espero y les guste.


KURT POV

Este era el inicio de un nuevo día, pero también el de un nuevo año escolar. Todo el verano no tuvo ningún punto interesante ya que la mayor parte del tiempo estuve en el taller ayudando a mi papá o en casa sin nada que hacer, con la pura compañía de Finn y eso ocasionalmente ya que la mayor parte del tiempo estaba saliendo con Rachel o en casa de Puck.

En resumen ese fue todo mi verano pero hoy era un nuevo inicio, o al menos eso quería pensar. Como el pasado año escolar me levante temprano para que me diera tiempo de poder hacer mi rutina de hidratación diaria y poder ponerme adecuadamente el conjunto de ropa que había elegido la noche anterior.

Al terminar de prepararme baje a la cocina para poder tomar mi desayuno.

-Kurt, cielo, ¿Dormiste bien? – pregunto Carole, mientras terminaba de hacer unas tostadas

-Más que bien – respondí con una sonrisa

-Creo que hoy te encuentras muy feliz ¿Por qué será?

-Simplemente tengo la sensación que hoy todo empezará a ser diferente – conteste y empecé a comer mi desayuno.

-Hola, hijo – me saludo mi papa, dándome un beso en la frente y sentándose a mi lado para empezar a desayunar.

Diez minutos después llega corriendo a la cocina Finn, que como siempre el primer día se levantó tarde.

-¿Kurt nos podemos ir hoy juntos a McKinley? – me pregunto Finn, cuando le daba una gran mordida a una de las tostadas que había preparado Carole.

-Mmm si, claro – le respondí, aunque era raro que el pidiera eso ya que cada uno teníamos nuestro propio auto, pero no le di mayor importancia.

-Gracias amigo, hoy no tengo muchas ganas de manejar – dejando de lado la manera en que me había llamado, solo respondí con una sonrisa.

El resto del desayuno transcurrió normalmente. Después de terminar mi desayuno, me fui directo con Finn hacia McKinley.

Al llegar fui directo hacia mi casillero, cuando a mis espaldas escucho la voz de mi mejor amiga.

-Hola Kurt que estuviste haciendo este verano que no supe nada de ti - pregunto un poco más efusiva de lo que esperaba.

-Hola Mercedes – respondí con el mismo entusiasmo – en realidad no hice nada ya que todo el tiempo me lo pase en casa o ayudando a mi padre en el taller y que hay de ti?

-Estuve haciendo mil cosas con mi familia pero eso te lo tendré que contar en el almuerzo, porque voy tarde a mi primera clase- y se despidió de mí con un movimiento de mano dirigiéndose por el pasillo.

Ya cuando estaba a punto de cerrar mi casillero recibí un fuerte golpe en mi espalda que me hizo caer al suelo tirando algunos de mis libros.

-¿El homo se lastimo? – pregunto Karofsky en tono de burla mientras Azimio se reía de lo que había dicho su amigo.

-Déjame en paz – grite lo más molesto que pude.

-Y si no te dejo, que vas a hacer – dijo secamente, poniendo su puño a la altura de mi cara.

En ese momento me quede callado ya que sabía perfectamente que nunca le ganaría a Karofsky por más que lo intentara.

-No te metas en mi camino si sabes lo que te conviene homo – amenazo

Yo solo me quede encogido en el suelo esperando a que se fuera.

Karofsky empezó a reír y unió su puño con el de Azimio en señal de victoria. Después los dos se fueron riendo por el pasillo.

Con esto me había dado cuenta que nada sería diferente, todo sería como el año pasado la misma gente molestando y nada nuevo para mí, ni nadie nuevo con quien estar este nuevo año.

Al terminar de recoger los libros que se me habían caído, revise mi celular y me di cuenta de que ya era tarde y muy probablemente recibiría un regaño del maestro de química por llegar tarde en el primer día, así que empecé a caminar a prisa por el pasillo.

Y al ir rápido tratando de llegar lo más pronto posible al salón de química no iba poniendo atención si alguien más se encontraba frente a mí ya que llevaba la cabeza agachada y pensando que ya todos estaban en clases no pensaba toparme con nadie.

Pero al dar la vuelta en el pasillo choque con alguien, lo que hizo que los libros que llevaba en mis manos cayeran al piso y empujara tan fuerte a la persona con la que choque que casi también cae.

-Lo siento, no me fije por donde iba – dije rápidamente y agachándome para recoger mis libros, aun si fijarme con quien había chocado.

-No te preocupes – me contesto.

Pero su voz era como si ya la conociera, como si ya la hubiera escuchado antes o mejor dicho como si lo hubiera escuchado toda mi vida, pero no sabía dónde, ni cuándo.

Entonces él se agacho para ayudarme a terminar de recoger mis libros, pero cuando iba a recoger el último él también lo iba a tomar y entonces nuestras manos se tocaron, en ese momento sentí un impulso eléctrico que recorría todo mi cuerpo.

Una sensación demasiado agradable.

Levante la mirada y lo vi por primera vez aunque seguía con la extraña sensación de que lo conocía de toda mi vida.

Él levanto la vista y fue cuando se cruzaron nuestras miradas, en ese momento sentí que todo lo que estaba a nuestro alrededor dejara de existir.

Sentí que él se convertía en el oxígeno que necesito para vivir, el universo estaba a nuestro favor ya que estamos hechos el uno para el otro y nada podría llegar a separarnos.

En ese instante solo estábamos él y yo. Y por mi cuerpo empezó a recorrer la sensación de felicidad inimaginable, simplemente como si él fuera todo lo que necesito para vivir.

Empecé a recorrer su rostro con mi mirada, su cabello, su nariz, sus pómulos, su mentón, sus labios, "él es perfecto" es lo primero que pensé y de nuevo regrese a sus ojos que son de un color verde hipnotizante, relajante y que no puedes dejar de ver.

Después de seguir observando sus ojos, me di cuenta de la manera en que lo estaba observando, pero más fue mi asombro al encontrar con que el me miraba con la misma intensidad que yo.

Lo que provocó que me sonrojara y rápidamente bajara de nuevo la mirada hacia el piso.

-Lo siento – dije nerviosamente.

-¿Por qué? – me pregunto un poco dudoso.

-Por empujarte y casi tirarte – conteste más nervioso.

-Ya te dije que no te preocupes, además no me fijaba por donde iba.

-… - ya no supe que más decirle así que se formó un silencio incómodo.

-Por cierto me llamo Sam y tú eres?.

-Kurt – conteste rápidamente -Bueno me voy, ya que voy tarde a mi primer clase.

Comencé a caminar rápido por el pasillo, a pesar de que quería estar a su lado y no separarme de él nunca, pero como le dices a alguien que acabas de conocer que quieres estar todo el tiempo con él.

-Oye me puedes ayudar.

Por un momento lo dude, pero di media vuelta para saber qué es lo que necesitaba.

-Claro, que necesitas.

-Soy nuevo y no encuentro el salón B5, creo que estoy un poco perdido.

Es nuevo por eso es que nunca la había visto, o al menos en McKinley ya que su rostro se me sigue haciendo muy conocido.

-Ohhh yo voy al salón B3 y te puedo mostrar cual es el B5, sígueme – le dije, haciendo con la mano una seña para que me siguiera.

Durante todo el trayecto ninguno de los dos dijo ninguna palabra, pero el hecho de estar cerca de él hacía que pudiera sentir el calor que su cuerpo emanaba.

Quería poder abrazarlo, para sentir mejor el calor de su cuerpo.

Que es lo que estoy pensando, empecé a dudar y haciendo que me volviera a sonrojar por lo que quería hacer, pero que sabía que no era lo correcto.

-Ahí es – dije señalando el salón que él buscaba.

-Gracias – dijo con una sonrisa.

-De nada, suerte y espero que te guste tu nueva escuela.

-Pues hasta este momento todo lo que me eh encontrado me ha gustado mucho, te lo puedo asegurar – dijo con una sonrisa aún mayor.

La forma en la que lo dijo, hizo que me sonrojara aún más de lo que ya estaba porque estoy seguro de que se está refiriendo a mí o al menos eso pienso.

-Ohhh pues suerte, para mi este día también ha empezado muy bien – le dije con la cabeza baja, ya que no quería que él viera lo sonrojado que estaba.

Di la vuelta para entrar en mi salón, pero antes de eso también pude darme cuenta de que él estaba igual de sonrojado que yo, lo que hizo que entrara al salón con una gran sonrisa.

Claro al entrar al salón recibí un regaño por parte del maestro, pero no puse mucha atención al igual que al resto de la clase.

Salí de la primer clase y entre a las demás pero a ninguna puse mucha atención ya que todo el tiempo me lo pasaba pensando en Sam ese chico que es perfecto, o al menos es lo que pude sentir cuando lo conocí en la mañana.

Al momento del almuerzo, al estar en mi casillero guardando mis libros seguía pensando en él hasta que alguien me tomo del hombro.

-Kurt, Kurt ¿estás bien? – me pregunto Mercedes que parecía un poco preocupada.

-Ahh si ¿Por qué? – todavía un poco perdido.

-Te estoy hablando y no me haces ningún caso – me dice ya un poco más relajada.

-Lo siento, estaba pensando en otras cosas – ya poniéndole más atención.

-OK, me tienes que contar en qué, pero vamos a la cafetería.

En el camino ella comenzó a decir de todas las cosas que había hecho en el verano, pero yo solo buscaba al chico de la mañana.

Al ya estar en la cafetería, solo tome una botella de agua ya que no tenía mucha hambre, pero desde el momento en que nos sentamos mi vista solo estaba en dirección a la entrada para que lo pudiera ver cuando el llegara.

Así estuve hasta que escuche que Mercedes me llamaba de nuevo.

-Kurt, no me pusiste atención en todo lo que te conté verdad – me pregunto un poco enojada.

-Mmmm no, lo siento – le conteste ya que sabía perfectamente que era inútil mentirle, ya que me conocía demasiado bien y sabría enseguida que le estoy mintiendo.

-En que tanto estas pensado, porque desde que te encontré en el pasillo estas un poco perdido.

No sabía si decirle o no, ya que todo era muy extraño pero es mi mejor amiga así que ella me puede ayudar.

-Bueno – suspire ya que sabía que esto sería un poco extraño.

Le conté todo desde cuando Karofsky me empujo a los casilleros, hasta cuando entre al salón de química.

Ella solo se quedó muy sorprendida y justo en el momento en que ella iba a hablar, él entro a la cafetería, y la interrumpí diciéndole que él era de quien le hablaba.

-Wow es sexy y lindo – dijo con una sonrisa.

-Lo sé – fue lo único que conteste.

-Y… ¿qué es lo que piensas hacer? le vas a hablar? – me pregunto.

-La verdad no lo sé, cuando estoy cerca de él me pongo muy nervioso – le conteste.

-Pero deberías intentarlo, tal vez tú y él lleguen a ser más que amigos.

-Eso estaría muy bien pero lo tengo que pensar y sobre todo recordar de donde es que lo conozco.

En todo el tiempo que estuve hablando con Mercedes lo estuve observando hasta que él se dio cuenta y me volteo a ver sonriéndome, haciendo que yo me pusiera sonrojado.

-Te acaba de sonreír deberías hablarle – dijo Mercedes emocionada.

-Lo hare pero no ahorita, además tengo que controlarme ya que siempre al estar junto a él termino sonrojado.

En ese momento sonó la campana y regresamos a nuestras clases faltantes.

Pero antes de salir de la cafetería, di media vuelta por si lo veía de nuevo y si ahí estaba el observándome aun sentado en una de las mesas.

Salí de la cafetería con una gran sonrisa por el hecho de que el me estuviera observando.

Durante el resto de las clases de nuevo no puse mucha atención.

Cuando entramos al Glee club, salude a todos ya que no los había visto durante todo el día a excepción de Mercedes.

Como siempre Rachel empezó con sus sugerencias de que ella debería hacer todos los solos.

Pero Mr. Shue la hizo callar, acto que todos le agradecimos.

Mr. Shue nos empezó a explicar que al ser el comienzo de un nuevo año escolar tendríamos que hacer audiciones para todos los nuevos alumnos que quisieran ingresar al Glee club lo pudieran hacer.

Pero eso fue lo último que escuche ya que mis pensamientos regresaron, al chico de la mañana.

Ni siquiera me di cuenta cuando Mr. Shue dio por terminada la sesión, hasta que Mercedes fue de nuevo la que me saco de mis pensamientos moviéndome un poco por el hombro.

-Sabes, estas completamente hipnotizado por ese chico – dijo, levantando una ceja.

-Ya lo sé, pero es extraño - le confesé.

-¿Por qué extraño? - me pregunto.

-Porque nunca había sentido algo así por una persona y mucho menos por alguien a quien acabo de conocer.

-Eso se llama "Amor" sabes – dijo con una sonrisa.

-No es eso o al menos eso creo, porque nadie se puede enamorar tan rápido.

-Pero si dices que ya lo conoces tal vez no es tan extraño.

-Puede que tengas razón pero primero tengo que recordar de donde lo conozco.

-Buen punto, tienes toda la tarde para pensarlo.

-Ok mientras busquemos a Finn para ver si quiere que lo lleve o se va a quedar más tiempo.

Después de estar un tiempo buscando a Finn, lo encontramos en la práctica de football que debió de ser el primer lugar en que lo buscáramos ya que lo más obvio era encontrarlo ahí.

Pero cuando lo vi a lo lejos también pude distinguir que junto a él estaba de nuevo el chico de la mañana. Me detuve completamente antes de llegar en donde estaban los dos.

-¿Qué sucede? – pregunto Mercedes.

-Él está ahí.

-¿Quién? Ohh ya veo – dijo observando a los dos.

-Creo que lo mejor es que espere aquí.

-No, deberías ir a hablar con él.

-No, ya te dije que le volveré a hablar cuando recuerde de donde lo conozco y no me ponga tan nervioso.

-Está bien, pero no creo que dejes de ponerte tan nervioso – dijo riendo un poco al final.

Estuvimos esperando alrededor de 5 minutos hasta que Finn se alejó un poco de él y así ya pude acercarme yo a Finn.

Después de que hable con Finn y me dijo que se iría caminando, decidí que lo mejor era ir a casa lo más rápido posible y tratar de recordar de donde es que conozco a Sam.

-Nos vemos mañana – dijo Mercedes.

-Ok hasta mañana.

-Recuerda que tienes que pensar de donde es que lo conoces y mañana me cuentas o me llamas por teléfono, lo que sea primero – dijo con una sonrisa.

-Ya lo sé pero recuerda que también tengo otras cosas que hacer.

-Si pero no te desvíes de lo importante.

-Está bien – le conteste riendo un poco.

-Nos vemos.

-Adiós.

Y los dos nos despedimos con un movimiento de manos.

Empecé a caminar hacia mi auto y ya estando en el me quede unos momentos pensando antes de encender el auto sobre porque había tenido todas esas sensaciones cuando estuve cerca de ese chico y de donde es que lo conozco.

Encendí el auto y fui a casa pensando que tal vez estando ahí podría encontrar algo que me recordara de donde es que lo conozco y así mañana ya podría hablar mejor con él.