Antes de empezar, algunas advertencias:

—Habrá KiriKami, KatsuDeku y quizás un poco de TodoBaku (quién sabe).

—Este es un AU donde no existen quirks y en general, excepto las parejas o las menciones, los personajes no se conocían desde secundaria. Aquí todos tienen 20 años.

—Todoroki con tendencias yandere (soy débil).

—Bakugou tsundere/bipolar.

—Uraraka ama el dinero y está obsesionada con él.

Creo que eso es todo, hace tiempo que tenía esto en mente. Se me ocurren muchas cosas que pueden suceder (?)


Capítulo 1: Te ha oído.


Uraraka Ochako quería dinero.

Le urgía conseguir más dinero.

Necesitaba dinero.

¿Para qué? Es simple. Le gusta el dinero.

Y por eso, a sus veinte años, consiguió un trabajo bien pagado y un piso bastante económico que encima tenía tres habitaciones.

Pero Ochako no necesitaba tres cuartos; con uno era suficiente… Ni siquiera con uno. Si era por conseguir más dinero, a Uraraka no le importaría dormir en el sofá del salón.

Y así fue como decidió alquilar las habitaciones de su piso con el objetivo de tener mucho dinero.

—¡Eh, Kirishima, mira esto! —Exclamaba cierto rubio con alegría al haber visto un anuncio en Internet que llamó su atención.

Denki y Eijirou llevaban saliendo desde hacía cuatro años, y todavía se seguían llamando por sus apellidos, pero lo que en verdad importaba era que ambos querían irse a vivir juntos. No podían alquilar un piso porque era demasiado dinero, y el hecho de seguir viviendo con sus padres era bastante molesto debido a que cuando quedaban en la casa de alguno para hacerlo, terminaban siendo pillados en mitad del acto.

Ambos poseían unos pocos ingresos por unos trabajos por horas que tenían, así que el precio de una habitación les venía realmente bien; eso iban a hacer.

—¡Genial! —Aplicó el pelirrojo con felicidad al contemplar dicho anuncio donde cierta persona estaba alquilando una habitación para persona responsable y que pague. Sobre todo que pague.

Ya estaba decidido. Nada podía salir mal pues tendrían su nidito de amor sin que nadie les pudiera interrumpir.

Nada podía salir mal...

[...]

—Se llama Mekomo Lakaka —explicaba cierto joven de cabello bicolor mientras sostenía una jaula en la que se hallaba un canario amarillo con tonos blancos.

Todoroki se hallaba ya en el piso de Uraraka dispuesto a instalarse en la habitación que le correspondía.

—¡Lo siento! Pero los animales no vienen incluidos en el precio… —Decía Ochako al ver que su primer inquilino traía compañía.

—Eso no es problema alguno —respondió sacando de su bolsillo un montón de billetes y entregándoselos a la de cabello castaño, la cual cedió enseguida y no dudó ni un instante en aceptar aquel dinero.

—¡Trato hecho! ¡A partir de hoy eres el inquilino número uno de mi piso!

—¿Número uno? ¿Acaso hay más? —Inquirió no muy convencido; él solo quería estar tranquilo con su canario.

Justo en ese momento se pudo escuchar el timbre de la puerta seguido por unos murmullos.

—¡K-Kacchan, no tenías que haber tocado todos los timbres!

—¡CALLA MIERDA!

—¡Bienvenidos! —Exclamó Ochako bastante feliz abriendo la puerta—. ¡Pasad!

Habían llegado otros dos jóvenes, también de veinte años, a vivir en una de las habitaciones. Katsuki entró como si estuviera ya en casa arrastrando dos grandes maletas e Izuku le siguió bastante nervioso con unas bolsas en las que había comida.

—¡H-Hola, soy Midoriya Izuku! —Se presentó el de cabello verde un tanto extrañado al ver cómo un sujeto con cara de póker comenzaba a analizarle a él y a Bakugou.

—¡Supongo que ya estamos todos…

Pero Ochako no pudo terminar de hablar al ser interrumpida por el timbre de la puerta nuevamente.

Extrañada, se dirigió a ella y la abrió, dejando ver a dos chicos, también de veinte años, con un par de sonrisas en sus rostros y que desbordaban gran felicidad.

—¡Hola! ¡Venimos por lo de la habitación! —Exclamó Kirishima mientras analizaba el interior del piso con curiosidad.

Kaminari se limitó a entrar y observar todo con alegría; después de todo, aquel lugar era en el que tendrían su nidito de amor.

Todo iba perfecto… hasta que llegaron al salón y vieron a tres tipos con un silencio incómodo y bastante sorprendidos al verles.

—¿No se supone que… —inquirió Kaminari para sí mientras aquella sonrisa comenzaba a borrarse.

—,,, era solo una habitación? —Completó Kirishima igual de anonadado.

—¡Parece que tenemos un pequeño problema! —Exclamó la de cabello castaño con una sonrisa nerviosa—. Se supone que es una persona por habitación, y yo veo aquí más…

—¡K-Kacchan y yo venimos incluidos en el mismo pack! —Aplicó Midoriya dispuesto a pagar más, pero en seguida Bakugou se adelantó y le ofreció a Ochako un puñado de billetes.

—¿Feliz, maldita? —Dijo el joven amargado mientras fruncía el ceño más de lo normal.

—¡Genial! Ahora solo quedáis vosotros dos —añadió mirando al pelirrojo y al rubio que parecían estar sufriendo a la hora de tener que pagar más al ver cómo Uraraka tenía una mano abierta dándoles a entender que quería billetes.

—Eh… —murmuró Denki con nerviosismo—, supongo que…

—¡Está bien, pago yo! —Interrumpió Eijirou con dolor por tener que pagar más por la habitación.

Afligido, sacó unos pocos billetes y se los entregó a Ochako, la cual bastante feliz, recogió las ganancias.

—¡Has estado muy varonil, Kirishima! —Animó Denki al haber visto cómo su pelirrojo asumía la responsabilidad y tratando de animarlo.

Pero aquel rubio sabía perfectamente que no se iba a librar y que la próxima vez, pagaba él.

—¡Bien, entonces…! —prosiguió Uraraka después de contar todo el dinero y organizarlo—, ¡sentiros como en vuestra propia casa! —continuó cuando estaba a punto de marcharse, pero se detuvo antes de atravesar la puerta para salir del piso—, pero… El sofá no se toca —finalizó un poco más seria para luego recuperar su sonrisa e irse por completo.

Después de oírse el ruido de la puerta al cerrarse, los cinco jóvenes intercambiaron miradas sin saber muy bien qué procedía, hasta que fue Shouto el que hizo el primer movimiento; cogió con rapidez sus maletas y su jaula con el canario y se dirigió hacia la habitación de la izquierda, la cual era más grande que las otras dos.

Katsuki no pasó por alto ese detalle y reaccionó también a gran velocidad llevándose a Izuku a rastras y con todo hacia la habitación de la derecha, la cual era bastante más grande que la del medio, la cual obviamente tuvieron que quedársela Kirishima y Kaminari.

—¡Maldición…! —Dijeron al unísono al ver lo pequeña que era la cama y lo reducido que era el espacio.

Del salón se entraba a un estrecho pasillo horizontal en el que estaban las tres habitaciones. La de la izquierda era la más espaciosa y tenía una cama de matrimonio la cual Todoroki usaría a su placer, la del medio era la más pequeña e incómoda en la que Denki y Eijirou tendrían que soportar vivir y la de la derecha era más o menos mediana con una cama doble y un poco más cómoda; aún así a Katsuki le enfadó el hecho de haber perdido ante Shouto.

Y ni siquiera llevaban más de una hora en el mismo piso.

Al extremo contrario de la habitación de la izquierda había un solo baño bastante pequeño, cosa que posiblemente ocasionaría problemas futuros.

—¿Y ahora qué se supone que vamos a hacer? —Inquirió Kirishima colocando sus maletas a un lado y sentándose en la pequeña cama.

—Bueno, lo único que importa es que ahora podemos… —respondió Denki después de cerrar la puerta y acercarse lo suficiente hacia el pelirrojo.

—Kaminari… —correspondió abriendo levemente su boca y acercándose cada vez más al rostro del rubio.

—¡NO PIENSO COMPARTIR MI COMIDA CON ESE BASTARDO! —Se pudo escuchar una voz procedente de la habitación de la derecha.

—¡P-Pero Kacchan, hay que ser amables! —Prosiguió otra voz que intentaba tranquilizar.

—Oh no, un amargado —comentó Kaminari al haber visto interrumpido su momento especial con Eijirou.

—¡¿QUÉ ME HAS DICHO?! —Un fuerte golpe en la pared derecha de la habitación seguido por un grito hizo que Kaminari se sobresaltase.

—¡¿Me ha oído?!

—Te ha oído —afirmó Kirishima, con una sonrisa nerviosa, lo obvio.

—¡¿Las paredes son de papel o qué?!

Quizás su nidito de amor no iba a funcionar como tenían previsto.

[...]