Los personajes no son míos. Solo la historia lo es. ¡Te odio Meyer! ¡Por que me torturas creando a Hombres/Vampiros/Lobos tan irresistibles!
Nombre y apellido: Edward Anthony Cullen
Edad: 17 años
Vida: Perfecta...
Esa era la manera más fácil de describirme a mí mismo. Yo Edward Anthony Cullen. Soy el Capitán del equipo de Fútbol Americano, las chicas me desean. ¿Qué puedo hacer?. Yo no tengo la culpa de que mi atractivo las vuelva locas por mi. Si, puede ser que suene muy egocéntrico, pero es verdad
— Oye estúpido
— ¿Qué quieres Rosalie? – Bueno. Toda regla tiene su excepción. Las chicas me aman... Rosalie, ella es otro caso muy distinto
— Te estamos hablando – Señalo con su mano a todos los que se encontraban en nuestra mesa, entre ellos, mis hermanos. Emmet quien era un año mayor que yo y Alice, quien era un año menor que yo
— ¿Qué decían?
— Aun nada. Pero creí que era necesario, que tu prestaras atencion a la futura conversación – Contesto con una sonrisa burlesca. ¿Mencione que me odiaba?
— Que insoportable eres – Como respuesta solo recibí una mirada amenazante de parte de Emmet. Sin duda el que Rosalie sea novia de mi hermano, no me ayudaba mucho
— Bueno, ya dejen de pelear – Se quejo James - ¿A qué no saben la buena nueva?
— Y allí habla, la cotilla del pueblo - masculle entre dientes. Recibiendo como respuesta un golpe en mi brazo
— Escuche eso ñiñato patético
— Lo que tu digas preciosura – Rodé los ojos. Aveces creo que James es una mujer en cuerpo de hombre. Siquiera una chica, era tan chismosa como él
— La parejita esta peleando
— ¡Cállate Jasper! – Exclamamos los dos al unísono
— Chicos – Nos llamo con voz melosa Alice. Mi pequeña hermanita. Eso no presagiaba nada bueno – Háblenle nuevamente así, a mi Jazz y ambos jamas podrán festejar el día del padre – Siguió diciendo con voz dulce, lo cual la hacia sonar más amenazante. Tanto James como yo, tragamos en seco. Si de algo estabamos seguros, era que Alice siempre cumplía sus promesas
— James. ¿Qué nos querías contar?
— Elemental mi querida Victoria — Todos rodamos los ojos, incluyendo Victoria, nuestra mejor amiga. Una pelirroja de infarto. — ¿A que no saben quien volvió al pueblo?
— ¿Quien? — Pregunto curioso Emmet
— Adivina...
— Sthepen Flyde — inquirio curioso
— ¿Quién es ese? – Pregunto Victoria
— Un viejo amigo. Solíamos filetear con las mejores niñas, a nuestros cortos 13 años... Que buenos tiempos aquellos, todas las niñas detrás de nosotros... ¡Auch! ¿Por qué fue eso Rose?
— Por recordar esos tiempos —s equejo la rubia de mi...cuñada ¿Comó la podia soportar mi hermano? Ese era un misterio de la vida
— Pero... Pero... Amor. Esas niñas no eran nada a comparación de ti
— ¿Lo dices de verdad Osito?
— Sí Bebe. Sabes que te amo
— Yo tambien – Le sonrío – Quiero un beso – Dijo para luego besar apasionadamente a mi hermano
— Yo quiero otro beso...
— Y yo quiero vomitar. Así que párenle de arrumacos cursis y dejen a James continuar con su chisme de niñita - Les ordene a ambos, quienesme fulminaron con la mirada
— Ya cállate Eddie y ve a follarte a alguna de tus amiguitas.
— Rosalie que dulce eres. Pero, ya lo he hecho en el primer receso
— ¡Eres tan...!
— ¡Oigan ustedes dos!. James, tiene que contar un chisme — nos regaño Alice — Este podría ser el chisme, que cambie nuestras vidas. Así que se callan ambos o yo misma, me encargare de callarlos
— Lo sentimos Alice – Sin duda, tanto Rosalie como yo sabíamos que Alice, cuando se lo proponía, era peligrosa
— Gracias pequeña. Cómo les decía ¿A qué, no saben quien volvió al pueblo?
— ¿Quien? — pegunto Kevin
— Adivinen
— ¡James! – Le gritamos todos al unísono
— Ya no griten. Bien sé los diré. ¿Recuerdan al Jefe Swan? – Bufe. Claro que lo recordaba. Eh pasado, mas de una noche en la celda por conducir ebrio. Por suerte y con ayuda de la carita de Alice. Charlie Swan solo ha hecho una advertencia, por lo cual por ahora, no tenia expediente alguno
— Si James, claro que lo recuerdo - Asegure
— ¿Qué pasa con él mejor amigo de Edward? – Bromeo Ben. Yo solo le dedique un gesto no muy educado
— Bueno. Pues, resulta que tiene una hija
— ¿Y que con eso?
— Pues, la adorada hija del Jefe Swan, se mudara a Forks, por ende iniciara el instituto junto con nosotros – Informo a lo que algunos chicos del equipo, comenzaron a aullar como lobos hambrientos
— Solo espero que sea igual de hermosa que la madre. Dios, esa mujer si que era ardiente – Exclamo Jackson
— ¿Y tu como sabez eso?
— Victoria. Mi madre tiene fotografías de todos, los que vivieron en Forks. ¡Dios!. Hasta párese que fotografía a los arboles para ver su "evolución" – Comento a lo que todos reímos
— Eso es gracioso – Afirme entre risas – ¿Entonces? ¿Ya a llegado a Forks?
— Parece ser que sí...
— Eso significa una cosa... – Sonrío Ben
— ¡Carne fresca! – Coreamos todos los chicos, mientras comenzábamos a hacer unos improvisados tamborileos con la mesa de la cafetería
— Que idiotas – Mascullaban las chicas. Por chicas, me refiero a Rosalie, Alice y Victoria, ya que las demás chicas de la cafetería nos miraban con admiración
— ¡Señor Cullen! – Me grito él profesor Banner. Un viejo amargado que no ha tenido sexo en años
— ¡Controle a su grupito de Neandertales! – Esta vez la que grito fue la señora Cope. Sin duda, ella tenia el mismo problema que él profesor Banner
— Claro señorita Cope – Respondí educadamente, mientras me subía a una silla - ¡Hombres monos, Callados! – Les ordene a los chicos, a lo que ellos obedecieron-¡Sentados! – Los chicos que se encontraban parados sobre la mesa se sentaron inmediatamente
— ¡Que se hagan los muertitos! – Chillo Emmet, quien estaba sentado junto a su novia, al igual que Jasper. El estúpido comentario de Emmet causo que toda la cafetería, quien estaba pendiente de nuestro pequeño espectáculo, rompiera a reír
— ¡Edward Cullen, a la Oficina del Director!
— Pero señora Cope, hice lo que me dijo... Controle a los hombres mono –Replique a una muy furiosa mujer
— ¡Ahora! – Me fulmino con la mirada. Sin rechistar la seguí, no sin antes voltearme y decirles a los chicos:
— Escuchen bien hombre monos. Papá se ira con dracula. ¡Sepan comportarse!
— ¡Cullen! – Exclamo la mujer a la vez que tomaba de mi brazo, (clavándome, las uñas en el acto) y me arrastraba hacia, la Oficina del Director
— Señora Cope. ¿Por qué no hablamos de lo sucedido? – Ofrecí con la típica voz que utilizan los psicólogos, cuando tratan a un loco – Yo solo obedecía sus ordenes. Mis hombres monos...
— Neandertales... No hombre monos como usted los llama. Aprenda a usar correctamente su vocabulario- Y dicho eso, prácticamente me empujo dentro de la Oficina del Director, para luego cerrarme la puerta en las narices
— Edward. ¿Otra vez aquí? – Pregunto una mujer de avanzada Edward, cabello gris y ojos azules apenas me vio
— Sara. Lindura – La salude – Que puedo decir – Me encogí de hombros – El verte a ti, me hace querer pasar cada minuto de mi vida en la Oficina del Director
— Tu no cambiaras jamas pequeño – Negó repetidas veces con su cabeza, aun observando la computadora y escribiendo algo en ella
— Me rompes el corazón con tu rechazo ¿Es que acaso, no lo notas?. Tú eres la única que me entiende – Dije melodramáticamente. Tanto así que asta podría ganarme un premio, como mejor actuación — ¿Cunado dejaras a tu esposo? Ven conmigo y dejalo, Sara
— Cullen entra – Me ordeno él Director Sánchez, quien al parecer por la cara del muchacho que acababa de salir de su oficina, ya había saldado su dosis anual de: "Te castigo por que yo tengo el poder". Bueno, almenos hoy no tardaría demasiado con su discurso habitual
— Adiós lindura. Piensa en lo que te he dicho – Le guiñe el ojo a Sara, antes de entrar hacia la oficina, aunque claro que pude escuchar sus risitas divertidas
— Cullen ¿Qué haz echo ahora?
— ¿Yo? ¿Por qué pregunta?
— Por que se encuentra en mi oficina y no creo que sea una visita de cortesía
— Pues, la señora Cope me odia, por eso estoy aquí
— Cullen. Eres un alumno excelente. Sus notas son ejemplares. Es un buen deportista, por no decir nuestro deportista estrella, pero su conducta deja demasiado que desear... – Y apartir de allí deje de escuchar. Cuando me quise acordar, las clases habían llegado a su fin y yo, ya me encontraba en el salón de castigos
— ¡Hey hermano!
— Que cuentas James – Le salude - ¿Por qué te han castigado?
— Una chica. Yo y el salón del conserje. Créeme, no es nada bueno para los "castos" ojos de la profesora de Matemática. Al menos eso dijo ella. ¡Por dios! Entiendo lo de la moral y todo eso, pero... ¿Castos? ¿Sus ojos?
— Jamas cambiras, torpe - Reí
— ¿Y tú? ¿Cope te trato con el mismo cariño de siempre?
— A decir verdad, creo que tengo sus uñas aun marcadas en mi brazo – Murmure a la vez que levantaba un poco la manga de abrigo. Y si, allí se encontraban unas perfectas marcas, de las uñas de esa mujer
— Esa mujer te ama - Bromeo
— No lo dudes jamas – Conteste con sarcasmo
— Entonces ¿Preparado para lo de mañana? – Lo mire extrañado. ¿Acaso me había olvidado de algún partido?. No, eso era imposible
— Mañana llega la hija del Jefe Swan – Dijo como si fuera lo mas obvio del mundo
— Claro que lo estoy
Solo sabia dos cosas:
Si la chica era linda... Terminaría teniendo sexo desenfrenado con ella y luego la dejaría
Si era un patito feo. Yo personalmente me encargaría de hacerle la vida a cuadritos
Hola Gente querida y Bonita. Esta es mi nueva historia. Ya hace bastante a rondado por mi cabeza (Por no decir una hora). Bueno espero que les guste.
Cualquier duda envíenme un REVIERWS o igualmente envíenme un REVIERWS
Besos: Bella-Ragaza
