ARE YOU AFRAID OF THE DARK?
¿Le tienes miedo a la obscuridad? ¿No? Creo que deberías tenerlo.
Los personajes no me pertenecen sino a Fujio Akatsuka. Yo no gano nada más que alivio en mis noches de insomnio con esto.
Advertencias: De momento ninguna, la historia irá trascendiendo y obscureciéndose en el transcurso de episodios. Disfruten. :3
Los días para los ninis de la familia Matsuno eran intrascendentes y aburridos. Al menos la mayor parte del tiempo cuando no se enfrascaban en alguna rara aventura. Todos se dedicaban a lo suyo, flojear y apostar, tratar de conseguir chicas, dejar de ser ninis y parias sociales, cuidar y consentir a los gatos, jugar béisbol, y conocer nuevas e interesantes personas.
Una rutina tranquila para todos ellos, los días eran tan normales que ninguno de ellos imaginaba lo que pasaría después.
Luego de su habitual visita al puesto de Oden de Chibita, los sextillizos se dirigían completamente ebrios a casa, cuidando el no toparse con algún policía que los riñera, o caerse y despertar con una cruda tremenda en un callejón.
Al llegar a casa y subir más que dispuestos a dormir, apenas fueron capaces de quitarse la ropa, algunos de "ponerse" el pijama y desparramarse en el futón. Ese no fue el caso de Karamatsu, quien se saltó uno de los pasos al desnudarse y quedarse exclusivamente en bóxer para caer rendido en su habitual lugar y dormir a pierna suelta como si nada.
La noche transcurría como todas, el silencio roto por los ronquidos de Osomatsu y los balbuceos de Jyushimatsu. Todos dormían plácidamente, hasta que el segundo hijo, en medio de la bruma del sueño, comenzó a sentir unos toquecitos en la pierna. Pensando que sería Ichimatsu moviéndose entre sueños, intentó dormir nuevamente. Estuvo a nada de conseguirlo cuando sintió una mano grande apoyándose en él.
Se levantó dispuesto a pedirle a Ichimatsu que parara sólo para encontrarlo dormido, babeando inconsciente de lo que pasaba a su alrededor. Totty no estaba en mejores condiciones, así como todos sus hermanos, todos y cada uno de ellos fuera de combate. Inevitablemente se sintió asustado, pero no lo suficiente para no dormir otra vez. Ya analizaría esa historia en la mañana.
Despertaron deseando no hacerlo, y sin responsabilidades, nada, aparte de su sentido común, les impedía levantarse.
El primero en hacerlo fue Todomatsu. Se levantó con el cuerpo pesado recordando que tenía que ir a trabajar.
El segundo fue Jyushimatsu, con sus energías completamente renovadas alcanzó a Totty en el baño para acompañarlo mientras se arreglaba.
El siguiente no fue nada más ni nada menos que Choromatsu, alegando que no por ser ninis tenían que ser unos irresponsables que durmieran todo el día. Así que después de ver como sus regaños no servían de nada, se fue tranquilamente a ver si podía encontrar mercancía nueva de su adorada Nya-chan en las plazas del pueblo.
El último en salir de las calientitas mantas fue Ichimatsu dispuesto a alimentar a sus gatos. De ese modo quedaron los mayores durmiendo desparramados gracias a la mayor cantidad de espacio. La calma duró hasta el mediodía, momento en el que apareció Matsuyo golpeándolos para que mínimo se dignaran a comer y no estuvieran todo el rato llenando su casa de malas energías debido a su pereza.
Fue así que terminaron ambos en la mesa hablando de temas banales.
-Sí, Firebolt me ha dado mucha suerte en estas últimas carreras, definitivamente le seguiré apostando je je je ganaré montones.
-Lo que digas brother.
-Es que es tan rápido que parece un demonio, no, un fantasma deslizándose por la pista de carreras.
-Un fantasma... –susurró Karamatsu, recordando a medias los acontecimientos de la noche anterior. –O-oye Osomatsu ¿acaso sentiste que alguno se levantó anoche?
-¿Qué si alguno se levantó?... ¿Qué dices Karamatsu? Si todos estábamos medio muertos ayer. –río de manera despreocupada, pensando que quizás su hermano tuvo un sueño muy vívido, mientras no haya sido nada sexual estaba bien.
-Es que ayer sentí claramente como alguien me estaba tocando la pierna.
Sí, Oso pensó que debió ser algo sexual.
-Kara-chan es un pervertido. –dijo con un puchero burlesco.
-¡¿Q-qué?!
-Pervertido, pervertido.
Y así comenzó una pequeña pelea que terminó en risas, que si Karamatsu estaba desesperado o que Osomatsu sólo pensaba en sexo.
-Ja ja ja bueno, cuéntale a tu Onii-chan qué pasó ayer.
-Ja ja ja no creo que sea nada del otro mundo, tal vez sólo lo soñé, pero juraría que sentí claramente como alguien daba ligeros golpecitos en mi pierna para después apoyarse en ella. Fue tan real que incluso sentía la aspereza de las mantas tocando mi piel…
-Vaya… no esperaba que fuera algo tan… lúcido.
-Ni yo.
-¿Y si fue un fantasma? –mencionó Osomatsu pálido. –En ese caso tu Onii-chan no te ayudará.
-¡¿Eh?! Que malo eres Oso-niisan. –fingió dolor con una pose dramática y sólo eso bastó para que las risas comenzaran otra vez.
Así de normal transcurrió el día. En la tarde ya se encontraban todos reunidos haciendo nada. Y enfrascados en lo suyo la noche regresó.
Ahora teníamos a un Karamatsu a la expectativa ¿y si lo volvían a tocar mientras dormía?
Pero contrarío a lo que esperaba nada pasó, y nada volvió pasar en el trascurso de los días. Hasta después de dos semanas…
No era que los sextillizos se durmieran tarde, sino tenían nada qué hacer generalmente se acostaban a las once, más o menos. Por eso fue que a nuestro protagonista no le costó tanto hacerse un aproximado de la hora de los acontecimientos.
Últimamente tenía unos cuantos problemas para dormir, hablándolo con Osomatsu llegaron a la conclusión de que tal vez se había sugestionado con sus delirios de borracho, pero ni esa explicación racional lo ayudó a calmarse y dormir tranquilamente.
Sin embargo esa noche parecía que todo volvería a la normalidad, sus hermanos ya estaban bien dormidos y él estaba a nada de conseguirlo, cuando sintió nuevamente esos toquecitos. Despertó completamente, sólo para distinguirlos mejor. Era como si tres dedos dieran brinquitos en su pierna izquierda, subiendo cada vez más hasta que llegaron a su muslo. Se detuvieron, sólo para que después un fuerte manotazo lo hiciera incorporarse.
Aterrado corrió a prender la luz.
Sus hermanos se levantaron con recriminaciones modorras.
-¡¿Qué coño te pasa Kusomatsu?!
-Argh… apaguen la luz…
-¿Todo bien, niisan?
-Déjanos dormir, tengo suficiente con Jyushimatsu y Osomatsu moviéndose todo el tiempo.
El único que no decía nada era su hermano mayor que lo observaba con una sorpresa renovada. Se limitó a apagar las luces y volver a la cama, esta sería una noche muy larga.
La mañana siguiente fue un dolor de culo, textualmente y con agradecimientos especiales a Ichimatsu.
Al despertar, todos sus hermanos menores lo regañaron por despertarlos, alegando que no habían podido dormir después, aunque él sabía que era mentira y cayeron como troncos en cuanto apagó las luces. Pero como si eso no fuera poco, terminó con un Ichimatsu pateando su trasero y alegando que le haría la vida imposible si le quitaba su precioso sueño. Además, ser devorado por gatos sonaba tan factible que decidió fingir demencia.
Caminando con su actual look "fashion" dispuesto a olvidar en su habitual puente, fue detenido por un preocupado Osomatsu.
-¿Todo bien?
-Claro, ¿por qué no habría de estarlo, brother?
-No lo sé… quizá… ¡porque te levantaste a la una de la mañana a despertarnos a todos!
-Calma, calma brother. Tuve un mal sueño y no medí mis actos.
-¿Estás seguro de que fue un mal sueño?
-No…
Vale, tal vez él no era el mejor hermano mayor del mundo, bueno, sí lo era, que sus hermanos no lo quisieran aceptar es otra cosa. ¿En qué estaba?... ¡ah sí! Tal vez él no era el mejor hermano mayor del mundo, pero eso no le impedía ver que Karamatsu estaba preocupado. Fue por eso que como el gran y súper hermano mayor que era, decidió acompañarlo a ese puente dispuesto a oír lo que ocurrió con su pobre y asustadizo hermanito. –Vamos Kuso… digo Karamatsu. Tienes una anécdota "paranormal" que contarle a tu hermano mayor. –Y sonriendo a medias se fueron dispuestos a hablar.
Gracias por leer.
