CAPITULO 1. Te voy a visitar

Una tranquila mañana de otoño en Washington D.C, se hallaba Alfred, el héroe de nuestra historia, sentado leyendo un sinfín de informes acerca de temas demasiado aburridos para el tales como "relaciones comerciales" y "apoyo a los países tercermundistas", si, demasiado aburridos para su gusto; quería acción, guerras, estar en el campo de batalla y sobre todo, no estar postrado entre papeleos.

-¡kyaaa! Esto es taaaaan aburrido- bostezo llevándose su mano izquierda hacia la boca mientras firmaba con una X el papel en su mesa –si pudiese hacer algo para deshacerme de tanto papeleo- continuo firmando.

Pronto, una idea surgió de su gran y fabuloso cerebro. Estiro su brazo y tomo su celular, empezó a marcar un numero ya sabido de memoria y espero la contestación del otro lado de la línea -¡iggy! Hw r u ?... bueno no importa, ¿puedo ir para tu casa?- empezó a parlotear por la bocina. Del otro lado de la línea, Arthur empezaba a articular palabras intentando darle una negativa al americano, sin embargo, no le fue permitido hablar –ok iggy, si me insistes tanto iré enseguida bye bye- y colgó dejando al ingles con una mueca de fastidio.

Tras varias horas de aburrido y largo vuelo, Alfred por fin llego a casa de su anfitrión -¡iggy ábreme!- gritaba desde la entrada al tiempo que golpeaba frenéticamente la puerta de la enorme mansión -¡es que estas ahí, huele a te recién hecho!- volvió a gritar y tras varios minutos de insistencia, dejo su tarea de golpear la puerta para dirigirse a la puerta trasera ubicada en el patio trasero.

Como si se tratase de un vil ladrón, Alfred empezó a trepar la gran y blanca cerca que dividía el patio principal del trasero –antes era más fácil hacer esto- se quejaba mientras terminaba de cruzar. Cuando por fin la cruzo, alzo la vista y contemplo una escena bastante desconcertante para su gusto, en ella, se hallaba Arthur riendo felizmente con un absoluto desconocido -¡iggy, quien es el!- grito llamando la atención de ambos.

Arthur y el desconocido voltearon su vista hacia el nuevo invitado no anunciado –alfred, ¿Qué haces aquí? Pensé que llegarías más tarde- hablo sorprendido el ingles al tiempo que se levantaba de su silla.

-Yo creo que mejor me retiro- interrumpió el invitado –Artie, te veo en la próxima reunión - se despidió con una sonrisa y revolviéndole el cabello al ingles.

Alfred miro con recelo aquella escena, quien se creía ese tipo para decirle "artie" a su iggy y lo peor de todo, para revolverle aquellos deporsi revueltos cabellos. Soltó un sonoro bufido y cruzo sus brazos. Con su mejor mirada de enfado vio como aquel sujeto se retiraba de la escena.

-y bien… ¿Por qué tanta insistencia para venir a visitarme idiota?- hablo ácidamente el ingles sin dirigirle la mirada.

-yo… este de…- tartamudeo, si bien, había insistido en ir a visitar al ingles, no logro obtener un motivo claro y convincente –me.. mejor dime quien era el- cambio el rumbo de la conversación.

Arthur quien estaba empezando a levantar las tazas de la mesita, se sobresalto un poco –eso no te incumbe mocoso metiche- contesto –además para que insististe en venir en primer lugar, si me hubieras dejado articular palabra cuando me hablaste esta mañana, te hubieras enterado que no podía atenderte porque tenía visita, una importante visita- continuo hablando, resaltando la palabra "importante visita".

El americano frunció los labios, en ese punto su amigo tenía razón, sin embargo no estaba dispuesto a admitir que perdió en la discusión –mejor me voy- hablo molesto y emprendió rumbo hacia el interior de la mansión seguido por el ingles quien cargaba una bandeja repleta de bocadillos y te.

-¿alfred a dónde vas?- interrogo el ingles al ver como Alfred empezaba a subir los escalones que daban hacia las habitaciones –esa no es la salida-.

El de gafas se detuvo -a mi cuarto- contesto sin voltear a ver a su anfitrión -¿o acaso ya se lo diste a ese sujeto?- hablo entre dientes aun molesto por la escena presenciada.

-n…no, pero tampoco te di autorización para quedarte en mi casa- volvió a hablar el ingles quien estaba parado en el primer escalón.

-no importa, al final siempre terminas dándomela- menciono el americano y emprendió nuevamente marcha hacia las habitaciones.

Arthur prefirió guardar silencio y avanzar hacia la cocina dispuesto a limpiar los trastes que momentos atrás había usado.

Ya entrada la noche, el ingles empezó a preocuparse por su invitado, hacia bastante tiempo que permanecía encerrado en su habitación sin hacer ruido alguno y eso era demasiado desconcertante y raro viniendo de alguien hiperactivo y energético como el americano. Con la excusa de invitarlo a cenar fue hacia su habitación y toco la puerta –alfred ¿no quieres que vayamos a cenar fuera hoy?- pregunto sin recibir respuesta alguna –¿o quieres pedir comida a domicilio?- volvió a insistir.

Al no recibir nuevamente respuesta por parte de su invitado, opto por entrar a la habitación –con tu permiso, entrare- se disculpo por adelantado mientras abría la puerta. Al abrirla, no pudo observar nada, las noches inglesas eran demasiado oscuras para poder diferenciar los objetos, así que saco un pequeño encendedor de su bolsillo y lo encendió a modo de vela improvisada para poder ver lo que hacia el chico de gafas.

Lo primero que noto fue que aquel revoltoso joven se encontraba durmiendo plácidamente –y yo preocupándome por ti- sonrió y camino hasta la cama donde se sentó y empezó a acomodar cariñosamente los cabellos del americano –mañana a primer hora te explicare quien era ese- susurro –mientras tanto, que descanses- volvió a susurrar y finalmente abandono aquella habitación.

Después que Arthur se marchara, Alfred empezó a hablar entre sueños –ojala fueras chica- murmuro –así tendría más razones para visitarte- balbuceo.

Unas haditas que pasaban por aquella habitación en aquel momento, lograron escuchar la suplica que provino de todo corazón de parte del americano y muy sonrientes, volaron hasta la habitación de Arthur quien se encontraba ya también en reinos de Morfeo. Las haditas bailaron y esparcieron un polvo mágico alrededor del ingles al tiempo que seguían riendo.


Hola, aca les dejo el primer capi de esta extraña historia. En si, la idea surgio despues de ver un video de hetalia y drogarme con el angel britania, por cierto, ¿de donde sacaron eso de angel britania?.. si alguien me explica, le estare eternamente agradecida. Por cierto, no esperen mucho de los proximos capitulos, seran igual de cortos que estos y pues, no planeo hacer una historia tan larga. Procurare actualizar tan pronto me sea posible.

por cierto, para los k no saben, el "hw r u" que dice alfred es el dichoso "how are you", generalmente ese tipo de abreviaciones las usan los jovenes estadounidenses o de habla inglesa, asi que como alfred es joven, decidi remarcar aquello con la frasesilla.