South Park is not mine, it belongs to Trey Parker and Matt Stone.
Nombre Completo: Tweek Tweak
Fecha de Nacimiento: ******** Edad: 16 años
Trastornos Psicológicos: Paranoia, Afenfosfobia, Bogifobia, Ansiedad.
No. de Paciente: 144
MY LAST BREATH
.:Tweek POV:.
Hace un par de horas, no recuerdo cuantas, que me encuentro internado en un hospital psiquiátrico, abandonado y sufriendo por mis dolencias. ¡Hmm! Y yo que creí que mi vida era perfecta, bueno no tan perfecta, y ahora me encuentro en este lugar, lleno de locos y paranoicos peligrosos que solo afectan cada día más mi persona. ¿Por qué? ¿Por qué de todos en el mundo tenía que ser yo? ¿Por qué me toco estar aquí? ¿Por qué tengo que vivir en un manicomio? ¿Por qué tengo que sufrir el que esto me esté afectando tanto física como psicológicamente? Recibí una sola respuesta ante todas estas respuestas, y no fue la mejor de todas déjenme decir. Una triste respuesta de parte de mis padres y que no me ayudo en nada: es por tu bien.
...
.:Flash back:.
-¡Mamá, papá, por favor! ¡No quiero estar aquí!- Grite suplicando, sin poder contener mis lágrimas, haciendo que todo mi rostro se llenara de ellas.
-Hijo, entiende que esto es por tu bien.-Decía mi padre con los ojos finamente cristalizados.
-P-Pero… estoy bien ¡ngh! no necesito este lugar.-No sé porque, pero comencé a jalarme los cabellos de manera desesperada mientras mi llanto se intensificaba. -¡No necesito estar aquí! ¡Esto es para locos, yo no estoy loco! ¡GAH!
-Mi pequeño Tweek.-Sollozaba mi madre, tapando su rostro con un pañuelo y desviando la mirada para no verme.
-Hijo, por este tipo de comportamientos es que necesitas estar aquí.- Explico mi padre, mostrándome una mirada llena de tristeza, decepción, cariño, melancolía, nostalgia y otros sentimientos que solo me destrozaban.
-¡GAH! ¡No!- Me tire al suelo, y con desesperación me agarre de una las piernas de mi madre. -¡Mami, por favor ngh no me dejes aquí! ¡No permitas que me ngh encierren como a un lunático!
-¡Hijo, basta por favor!- Lloraba mi madre tan desesperadamente como yo lo hacía.
Los enfermeros se acercaron rápidamente y tomándome de las caderas y las piernas, empezaron a jalonearme con intenciones de separarme de la mujer que tanto amo en la vida. Debo admitir que odio que me toquen, no soporto que ninguna persona, que no sean mis padres o mi novio, me toque. Trate de sujetarme como podía, pero lamentablemente mis intentos fueron en vano y lograron desprenderme de ella. Me cargaron por completo pero por los bruscos movimientos que daba logre caer nuevamente al suelo, me pare rápidamente y corrí hasta la salida, alcanse a ver desde afuera como un chullo azul con un pompón amarillo se acercaba hacia mí. No pude sentirme más alegre, él, mi novio, Craig Tucker se acercaba corriendo hacia mí. Ambos esbozamos una enorme sonrisa, ya faltaba poco, solo unos cuantos metros más, estuvimos a punto de abrazarnos. Si, 'estuvimos'. Los putos enfermeros lograron alcanzarme, uno de ellos me cargo y me posó sobre su hombro mientras caminaba con dirección a las puertas que daban paso al hospital. ¡Con un carajo! ¡¿Acaso estos idiotas no saben que mierda es la afenfosfobia*?!
-¡Tweek!- Escuche gritar a mi amado, corría a toda prisa para poder alcanzarme, pero fue detenido por mi padre y en pocos segundos comenzaron a discutir.
-¡Craig!- Grite para llamar su atención, milagrosamente lo conseguí.
Dirigió su mirada hacia mí, y mientras mi padre seguía con sus estúpidos sermones nuevamente se acercó a paso rápido hacia mí y de nuevo estuvimos a pocos centímetros de tocar nuestras manos, pero los malditos enfermeros hijos de puta lo detuvieron y con sus últimas palabras me dijo:
-Tweek, escúchame. Hare todo lo posible para sacarte de esta mierda, ¿me oyes? ¡Cueste lo que cueste!-Esto último lo grito, puesto a que yo ya me encontraba detrás de las puertas que lentamente se cerraban e impedían la vista hacia fuera.
No podía creerlo, esto es lo que siempre temía que pasara: el que me alejaran de mi familia y de los que amo. El tener que cuidarme por mi cuenta, sin recibir ayuda de los demás. El tener que lidiar con todas estas enfermedades que lentamente me carcomen el alma, que me destrozan por dentro, dejándome apenas una mínima de esperanzas de que salga lo antes posible de aquí. No sé si hacer caso a todo lo que me digan, sinceramente, si en unas semanas Craig no logra sacarme de aquí, no tendré otro escape que terminar yo mismo con mi vida de una forma u otra.
Gritaba y pataleaba, pidiendo desesperadamente que me bajaran y me soltaran lo antes posible. Después de un momento los enfermeros que me acompañaban se detuvieron en una puerta, la cual estaba marcada con el 144 a la vista de todos. Abrieron la puerta y estando adentro me bajaron, dejándome caer bruscamente contra el suelo. Me dirige rápidamente a la cama que se encontraba pegada en contra esquina a la pared. ¡Oh por Dios! ¡No puedo creer que una persona me estuvo tocando por 10 minutos! ¡Esto es una pesadilla!
Alce mi vista hacia los hombres que aún se encontraban ahí, quienes al aparecer revisaban el lugar para mantenerme seguro. Si claro, si quieren mantenerme seguro entonces sáquenme de aquí. Antes de salir, uno de los hombres se acercó a mí y, sabiendo una de mis fobias me pidió que alzara la mano, coloco una pulsera metálica en mi muñeca, la cual tenía mi nombre completo y el mismo número que la puerta: 144.
Y sujetando la perilla de la puerta para al fin cerrarla y dirigiéndome una última mirada, uno de ellos hablo:
-Bienvenido al Centro Comunitario de Salud Mental No. 13- Y finalmente salieron, dejándome solo, en lo que parecía que sería mi nueva habitación en el tiempo que permaneciera aquí.
.:End Flash back:.
...
Y como dije antes, hace horas que me encuentro aquí. Desde que me dejaron encerrado me mantuve en la cama sollozando, abrazando mis piernas y ocultando mi cara en ellas, rogando por que pronto me sacaran de aquí.
Mis ojos arden, seguro por tanto llorar, y siento como lentamente comienzan a pesarme. Seguramente el tanto llorar me canso y ahora necesito dormir. Bueno, seguramente si duermo eso me calmara un poco. Me levante de la cama y me dirigí al pequeño baño dentro de la habitación y me detuve frente al lavamanos, observándome por un momento. Mis ojos demasiado rojos e hinchados y las ojeras debajo de ellos que fácilmente se ven a simple vista, mis mejillas enrojecidas y totalmente mojadas, mi nariz roja y moqueada. Si así estoy ahora, no quiero saber cómo me vera en unos meses.
Di vuelta a la llave y lentamente el agua comenzó a descender, tome un poco con mis manos y al tener suficiente hundí mi cara por completo. Repetí el mismo paso unas dos veces más y al tener mi cara "limpia" tome una toalla y la seque por completo. Regrese de nuevo a la cama y antes de acostarme y descansar, escuche un sonido agudo provenir a mis espaldas, más bien parecía una canción. ¡Esperen un momento! Esa canción… no… no… ellos no… ¿Por qué ahora? ¿Por qué a mí? ¡PRESION!
Fui volteándome poco a poco, así como el exorcista, pero yo no doy terror… ¿verdad?
Y ahí estaban, los pequeños gnomos hijos de puta, revisando los cajones de los únicos dos muebles del cuarto, seguramente para robar mi ropa interior de nuevo. ¡Como los odio! Por su culpa termine en este horrible lugar, por su maldita y jodida culpa.
-¡GAAHHH!- No pude contenerme más, ya estoy harto de todo esto. Tome una almohada lo más rápido que pude y rápidamente golpee a esos pequeños bastardos.
Estos soltaron un chillido de dolor y comenzaron a correr por todo el cuarto.
-Esta vez no escaparan malditos.- Comencé a perseguirlos por toda la habitación, apenas atinando algunos golpes y haciendo que varias cosas cayeran al suelo y se rompieran fácilmente.
Si no estoy mal, la persecución duro unos 10 minutos, ya que los gnomos desaparecieron en un parpadeo. Caí de rodillas al piso, jadeando, recuperando el aire perdido. Pude oír como abrían la puerta bruscamente, mire de reojo y me encontré con dos personas, una mujer y un hombre y si… enfermeros. Miraban con horror la habitación destrozada, hecha pedazos, y para luego mirarme a mí.
-¿Qué rayos hiciste?- Pregunto el hombre, ambos mirándome con preocupación.
-Ellos… solo ngh… solo qui-eck-eren joderme… s-solo me hacen sufrir…- Respondí, más para mí mismo que para ellos. A este grado, creo que ya estoy enloqueciendo… ¿o solo es la paranoia que me está afectando más?
-Tenemos que llevarlo afuera- Murmuro la mujer al hombre. –hacer que conviva con los demás, si lo dejamos aquí seguro enloquecerá más.- Oí preocupada a la mujer. ¿Yo, enloquecer? Por favor…
Me levante del suelo y dirigí mi mirada hacia los otros dos. El enfermero estaba a punto de hablar, pero no le permití. –Saben… creo q-que si ngh me vendría b-bien salir ngh…- Y sin más que decir, salí de la habitación. Se miraron confundidos entre sí por unos segundos y luego cerraron la puerta y cada quien tomo su propio camino.
...
Caminaba sin ningún rumbo fijo, manteniendo la mirada en el suelo y apretando mi camisa con ambas manos. No se preocupen, eso es lo que hago cuando me siento nervioso, confundido o simplemente… con miedo. Mientras caminaba solo escuchaba las voces de las demás personas hablando entre ellas, otros gritando, otros sollozando y algunos susurrando apenas me ven. Mientras no me toquen todo está bien.
"Grrrrr" mi estómago empezó a gruñir de pronto, ¿hace cuánto que no cómo? Ah, sí. Hace dos días, no pregunten porque. Subí la vista y mire a mi alrededor, no cabe decir que soy nuevo y no sé dónde carajo estoy. Me acerque a un par de chicos que estaban recargados en la pared y algo tímido pregunte en donde se encontraba el comedor. Estos me sonrieron picaros alzando una ceja, admito que me dio algo de miedo pero lo disimule perfectamente… creo, sin dejar de sonreírme me indicaron con una voz ¿seductora? en donde se encontraba el comedor. Tan pronto terminaron les di las gracias y me fui de ahí, no sin antes recibir una nalgada de uno de ellos e inmediatamente me voltee y le di un puñetazo en la cara. Callo noqueado al suelo, el otro simplemente me miro con miedo y lentamente se fue de donde estaba, para alejarse de mi claro. Si odio que me toquen, que me manoseen peor.
Por eso, los gnomos y otras jodidas razones terminen aquí.
...
Llegue al comedor en menos de 15 minutos, me acerque a una de las máquinas de café y me prepare uno, negro y con solo una cucharada de azúcar como me gusta. El café es una de las cosas que me relajan por unos momentos.
La cafetera sonó, indicando que el delicioso néctar que había preparado para mi estaba listo. Lo tome con ambas manos, sople un poco y di un pequeño sorbo, estaba caliente si pero eso no importaba, solo quiero relajarme y no pensar en nada. Me acerque a una de las mesas sola y me senté en una silla. Me quedo viendo el vaso fijamente, como si fuera lo más entretenido en el mundo, y de vez en cuando daba un pequeño sorbo.
Por un momento desvié mi mirada a la derecha, encontrándome con algunas personas conversando alegremente. Raro. ¿No se supone que esto es un hospital psiquiátrico? ¿Por qué la mayoría aquí esta legre y contenta? El sonido de varios instrumentos me saco de mis pensamientos, mire hacia la izquierda y del otro lado del pasillo logre divisar lo que parecía ser una sala de música. Seguramente es un tipo de terapia para algunas personas. Regrese mi vista al vaso de café, vacío, no puedo creer que lo termine tan rápido. Pero bueno, uno mas no me afectara.
Después de hacerme la… quinta taza de café, me dirigí a dónde provenía la música, admito que me dio algo de curiosidad. Aprovechando que la puerta estaba abierta me asome disimuladamente.
-V-Valla…- Exclame asombrado. Pude distinguir a un grupo de personas sentadas en círculo, si no estoy mal eran unas 6 o 7, cada quien tenía un instrumento diferente y algunos repetidos y solo dos personas cantando.
A pesar de ser todas personas con problemas diferentes, tocan muy bien.
-Oh… ¡Hola amigo!- Carajo, me vieron. Me vieron, me vieron, me vieron. Ahora, ¿qué hago, que hago, que hago?
-Eh… ngh… y-yo…- Trate de decir algo, pero estaba demasiado nervioso y no podía articular ni una palabra.
-Tranquilo, pasa no seas tímido.- Me sonrió amablemente una chica. No sé si entrar o no, pero no quiero ser grosero, así que entre al tímido.
-¿Cómo te llamas amigo?- Me pregunto un chico, seguramente unos dos años mayor que yo.
-Eh… T-Tweek… ngh…- Respondí, aun con los nervios al cien.
-Tweek, que lindo nombre.- Me alago una niña más chica que yo, de unos 12 o 13 años de edad. –Eres nuevo, ¿verdad?
-S-Si, a-acabo de ngh llegar hoy.- Y así, pasaron los minutos, ellos conociéndome y yo conociéndolos a ellos. No parecen malas personas después de todo, ya llegue al grado de confiar en ellas. Después de todo me han dejado quedarme con ellos las veces que yo quisiera.
Después de una hora y media de estar allí, me levante de mi asiento y hable: -B-Bueno, será m-mejor ngh que me valla.
Hable dedicándoles una sonrisa, ellos soltaron un "Oww" en tono triste. Y comenzaron a preguntar cosas como: "¿No puedes quedarte un rato más? ¡No te vayas! ¡Eres lindo! ¿Por qué te vas?". Y simplemente les respondí con un "Regresare mañana". Me despedí haciéndoles señas con las manos y camine hasta la puerta, y, en pocos segundos, ahora me encontraba tirado en el suelo y con el café esparcido en mi camisa y en el suelo.
-¿Pero qué…?- Alce la mirada, y me encontré con un pequeño chico, seguramente ambos habíamos chocado.
*Afenfosfobia: Aversión al contacto físico. Miedo al contacto con otras personas.
Ok, no se que carajo es esto o_O, lo empece cuando estaba en una de mis fases depresivas -_- y al parecer me enamore del tema de las fobias... por alguna extraña razon. Los examenes ya empezaron y apenas estoy terminando el primer cap. Odio los examenes! Los odio! En especial matematicas Dx, como odio esa materia! Pero bueno... al parecer tardare un poquito en seguir... ya que eh estado demasiado ocupada y mi mama casi me mata! Ahora tengo un chichon en la cabeza... y duele :'(
No olviden dejar un estupido y sensual Review!
Nos vemos. Bye! :3
