Disclaimer: Estos personajes no me pertenecen, son de Stephenie Meyer.
Advertencias: Slash, pero muy inocentón
Notas: Para el reto slash y femslash del foro El lobo, la oveja y el león y para el reto In fraganti de la comunidad crack and roll. Puede considerarse la continuación de "La regla y sus excepciones".
El sándwich
Quil nunca ha soportado hacer los recados de su madre, sin embargo, obedece la mayoría de las peticiones de Emily siempre que ella le permita hacerlas acompañado por Claire.
Iban cogidos de la mano, Quil escuchaba atentamente todas las explicaciones que Claire, con voz melodiosa aunque aguda y un leve ceceo, le daba sobre su visita a la peluquería y su nuevo corte de pelo. Parecía tan entusiasmada hablando sobre sus tirabuzones, que Quil no pensó en interrumpirla cuando decidió pasar por el garaje para ver a Seth antes de darle a Sun un poco del pastel que Emily había preparado.
No debería haber entrado, ignorando la puerta entreabierta que exigía en silencio privacidad, no debería haberse acercado al coche desde dónde salía un ruido sordo. Y no debería haber mirado dentro.
Seth. Embry. Juntos. Revueltos.
— Ay, Dios.
Su primer impulso fue taparle los ojos a Claire, pero la niña, con sus cinco años, ya era lo suficientemente alta para ponerse de puntillas y atisbar a través del cristal.
— Están haciendo el sándwich —. Dice con total seguridad, y le mira con esos ojos verdes grandes y brillantes.
(El sándwich: dícese de la técnica que consiste en aplastar al oponente y hacerle cosas que dan mucho gusto, suele ser una persona a la que quieres mucho. En ocasiones puede dar lugar a una tercera persona no deseada si no se usa protección. Explicación ofrecida por Jared a una Claire muy ingenua que le preguntó que hacía con Kim en el sofá).
Genial, Quil acaba de acabar con la infancia de Claire, esto le causará un trauma, no podrá dormir y será desgraciada el resto de su vida. Seth y Embry también son culpables, claro, que se han quedado momentáneamente quietos, reparando por primera vez en que ellos están ahí.
— Oh, no.
Quil coge a Claire y sale de allí corriendo y balbuceando un "Perdón, perdón" en alto, y se escabulle entre los árboles. Claire les dice adiós con la mano sobre los hombros de Quil. Pretende llevarla a su casa y parar esas imágenes antes de que lleguen a su cerebro y se instalen en su subconsciente (para no salir jamás) con unas sesiones de té y maquillaje.
Y lo más raro de todo, mientras se aleja de allí a toda prisa, es que en el fondo no le ha parecido tan extraño.
Ahora entiende la sonrisa traviesa de Leah, la mirada constantemente asombrada de Jacob. Va a tener que apuntarse a las sesiones de Queer as folk que hacen todos los viernes.
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— Nos han vuelto a pillar.
— Te dije que el coche no era una buena idea. ¿Cómo se lo voy a explicar?
— Con suerte no estará muy shockeado.
— Con suerte no le joderá ser el último en perder la virginidad.
(Y deberían salir del coche, pero la temperatura ha subido demasiado y una vez que se han empezado, las cosas hay que terminarlas).
Dije que volvería con otro... está claro que necesito otros hobbys, no me gusta como ha quedado la historia, pero en fin...
Se agradece un comentario ;)
Nos leemos
