Waazzaaaa!!
Este último conjunto de vicios, era de uno proponer las palabras, eran "comodines y yo decidí que estas serían las palabras que utilisaría: Silencio, Alma, Kei, Universo, Restos y Aikanáro. Por qué esas, bueno, se adaptaban a lo que yo quería hacer, claro que todas ellas forman una sola historia, aunque intenté que leyendolas por separado se entendiece algo, pero no lo conseguí, así que mejor de principio a fin para que no haya broncas. Espero que lo disfruten.
Disclaimer: Sakura Kasugano tan sólo es mía en fantasías hahaha, de ahí en fuera le pertenece a Capcom y escribo esto sin fines de lucro... después de todo no pagan.
Enjoy.
Silencio
(Capítulo Uno)
Frías corrientes de aire se colaban por la ventana entre abierta. Por la pequeña rendija que ésta dejaba para que el viento entrara y saliera de la habitación en penumbras, no era más gruesa de lo que una pluma es. La noche estaba tan oscura como la habitación en la que la chica se encontraba, las calles, solitarias eran alumbradas en partes por la luz amarilla de las farolas que permanecían encendidas para la guía de los transeúntes nocturnos, también, las calles, eran alumbradas en ciertos lugares por la tenue luz de la Luna llena que aquella noche de Otoño flotaba con su enormidad en el cielo claro y sin una sola nube.
Los árboles, que perdían poco a poco las hojas que los adornaban, se mecían perezosamente a merced del viento, que esa noche clara soplaba con fuerza desde el sur, cosa rara que nadie notaría aquella noche, pues había ciertas cosas mucho más importantes que atender que la dirección del viento, al menos, había cosas mucho más importantes que atender para la joven que se encontraba en la habitación en penumbras. Cosas que no podían esperar para otro día, cosas que no son prioridades, pero que quieras o no debes de hacerlas pues no dependen de ti, te absorben y toman todo tu tiempo, lo tengas o no, pues ni siquiera te lo piden, te lo arrancan con el aliento, sacándolo de tu cuerpo a la fuerza, por las buenas o por las malas, con sus terribles manos heladas, provocando en ti un escalofrío que recorrerá tu espalda de arriba abajo y de regreso por última vez.
"La cosa", miraba a Kei, con sus propios ojos, con su rostro tan pálido como el de ella, la miraba de la misma forma en que ella regresaba la mirada, era absurdo que eso sucediera, sin embargo, sucedía y no podía creerlo. Se negaba y la negación acrecentaba su temor a aceptar que de verdad estaba pasando. Miró aquellos ojos tan familiares y tan extraño al mismo tiempo, ojos absurdos que no deberían de existir y que estaban frente a ella, amenazadores, expectantes y acechándola, mirando todos y cada uno de sus movimientos, mandando señales al cerebro, que tampoco debería de existir, para que este coordinara las acciones del cuerpo, inexistente y presente al mismo tiempo, que se acercaba a ella de una forma tan grotesca que era… imposible aceptar.
El vidrio no detuvo a "la cosa", y nada lo haría, pues esa cosa tomaría lo que fuera que buscara de Kei, sin importarle que ella no lo tuviera o no quisiera entregarlo, esas eran cuestiones que a "la cosa" no le interesaban discutir. Si venía por algo, lo tomaría y se marcharía después, lo más pronto posible y sin hacer preguntas, había otros que esperaban, sin saberlo, por ella, para darle eso tan valioso que desconocían tenían que entregar tarde o temprano.
Mientras tanto, Sakura se dirigía a donde Kei se encontraba. Ella por su parte, ignoraba completamente por lo que su amiga estaba pasando por aquellos momentos, por eso mismo, se permitía disfrutar de aquella noche estrellada y tan maravillosa que los Dioses le otorgaban como un divino regalo a disfrutar antes de que la pesadilla comenzara. Antes de que llegara a su destino, el cual se mezclaba con el destino fatal que correspondía a Kei.
Ignorante de esto, Sakura se detuvo un momento, un cosquilleo en su espalda, le indicó que algo andaba mal. Un mal presentimiento la obligó a detenerse y mirar a su alrededor, aquello no se le hizo nada extraño, constantemente, alguien se acercaba a ella para retarla a un duelo, cosas sin importancia, oponentes que la mayoría de las veces resultaban ser demasiado débiles para preocuparse por ellos, o al menos eso era lo que Sakura pensaba, en realidad, sus habilidades habían mejorado tanto que ahora costaba más trabajo derrotarla, inclusive para Ryu, quien en su primer encuentro con ella, había ocultado gran parte de su verdadero poder. Para el último encuentro, Ryu pierde por poco, de no haber utilizado todas sus fuerzas, Sakura le habría pateado el trasero.
La chica sonrió al recordar eso. Y sin hacer más caso a ese extraño presentimiento, siguió con su camino. Era casi media noche, cuando estuvo muy cerca de llegar al hogar de Kei. El extraño presentimiento invadió de nuevo a Sakura, esta vez era más intenso, no podía dejarlo pasar, algo malo estaba por suceder. Nuevamente, la chica se detuvo y miró a su alrededor, todo estaba en calma, incluso el viento parecía haber detenido su soplo constante para que la joven escuchara el más mínimo ruido de quien quiera que la viniera siguiendo, si es que alguien la seguía. La paranoia no era un problema de Sakura, pero esa noche, ese sentimiento la inquietaba un poco.
Caminó de nuevo mirando en todas direcciones, ella pensaba que lo "malo" estaría allí afuera, en las calles de aquella ciudad intranquila, pensaba que una vez estando dentro del hogar de Kei, los sentimientos de incertidumbre y temor se marcharían para dar paso a la amiga tranquilidad y a la diversión que estaría esperando junto a Kei.
Sin duda se equivocaba.
01/09/07
«-( H.S )-»™
