Cuando tomé tu mano

Gaara y Matsuri no me pertenecen, sino a Masashi Kishimoto, de lo contrario estos dos serían canon desde hace rato :)

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"Cuando te acaricié,me di cuenta de que había vivido toda mi vida con las manos vacías" - Alejandro Jodorowski


Ella era tan hermosa, probablemente nunca sería suya, probablemente él no sabría hacerla feliz como se merece. Pero se conformaba, viéndola desde lejos, admirando su luz.

Matsuri

Aquella chica que lo había ido a buscar esa mañana para alegrarle el día entero. Aquella que anteriormente no le había tenido miedo, cuando los demás si, la única que lo eligió a él como su sensei. Había sido tan idiota, nunca se dio cuenta de lo que valía, hasta la noche anterior. Matsuri lo había estado ayudando con unos papeles.

-Vete a tu casa a descansar, Matsuri- ella lo miró con decisión y se levantó de su asiento, acercándosele.

-No, Gaara-sama, yo lo ayudaré, usted también merece descansar- se le escapó una pequeña sonrisa al escucharla, de verdad esa chica era especial.

-Gracias- él no solía agradecer, pero ella lo merecía, merecía un agradecimiento por privarse de horas de sueño por él.

Habían juntado todos los papeles y era hora de irse. Matsuri agachó su cabeza, como saludo hacia su kazekage, pero al darse la vuelta tropezó con la silla, solo que no cayó. Gaara la atrapó. Él quería preguntarle si estaba bien, pero la mano de Matsuri sosteniéndole la suya, lo distrajo. Ella notó la mirada del kazekage sobre las manos casi entrelazadas, y se apenó.

-¡Lo siento Gaara-sama!- se levantó y soltó su mano para luego salir corriendo del despacho.

La mano de Matsuri era suave y pequeña a comparación de la suya. Él anhelaba volver a tomarla, pero no se atrevía.

-¿Gaara-sama está bien?- ella estaba ahí, parada frente a él, con una hermosa sonrisa y las mejillas sonrojadas.

-Si, Matsuri, estoy bien- se lo repetía millones de veces pero no se atrevía, él quería tomar su mano, pero no podía. Ella estaba a centímetros de él, pero a la vez a miles de kilómetros.

-Ya terminé con los nuevos papeles Gaara-sama, me retiro- con su habitual saludo se levantó, pero Gaara no la quería lejos.

-Matsuri…- estiró su mano y tomó la de ella, pequeña, suave, delicada. Las manos de ella eran tan angelicales y las de él… eran las de un monstruo. Matsuri se sonrojó pero no corrió la mirada, quería entender a Gaara y a su acción. Él se negaba a soltarla, le traía una sensación de paz, y ahí fue cuando lo entendió. Ella era mucho para él.

Con sus manos había asesinado, y casi destruido en muchas ocasiones su propia aldea. Las manos de Matsuri en cambio estaban hechas para salvar, para tomar las manos del caído y levantarlo. Lo que siempre le hizo falta a Gaara fue Matsuri, y ahora lo entendía.

-Me tengo que ir Gaara-sama- a ella le gustaba la mano de Gaara, la hacia sentir de alguna manera querida y protegida, pero debía soltarla e irse. Lentamente Gaara soltó su mano, acariciando hasta el último instante la suave piel de su ex alumna. Matsuri era su nuevo sueño, porque ya no quería volver a sentir su mano vacía, quería que ella la sostuviera, porque sus manos encajaban perfectamente, como si se hubieran hecho a la medida.

Gaara...

...Matsuri