Ella, que se aburría una noche y como está obsesionada con BNHA dijo pues vamos a hacerle un shot. Disclaimmers aparte.


Bakugo sabía que Kirishima entrenaba con el saco en su cuarto de cuatro a cinco, los martes y jueves, ocasionalmente algún domingo siempre que sus otras actividades varoniles no se lo impidieran.

Eran las cuatro y media de un jueves y, con los deberes ya hechos, Bakugo se aburría. Podría haber molestado al idiota de Kaminari, o ver de qué modo sobrepasaba al bueno para nada de Deku, pero le 'apetecía' ver al pelirrojo. Aunque se pusiera a hacer pucheros para suplicarle que lo ayudase con la estúpida tarea de Aizawa-sensei. Pedazo de basura. Lo mataría.

Se colaba luz por la rendija de debajo de la puerta, o sea que Kirishima estaba en su cuarto, y un pequeño retumbo.

Otras cosa que el de las explosiones sabía era que su compañero a veces se ponía música para entrenar. Playlists de Youtube para ahorrarse el ir pasando canciones. Música estridente de mierda que sólo escuchaban los colocados de RedBull. Será perdedor. Le haría estallar ese equipo de música. Preparado para soltarle alguna de sus lapidarias frases de saludo puso la mano en la puerta pero sólo llegó a abrir una rendija al creer reconocer un acorde de guitarra. Se pegó al marco y espió.

Sí...sabes que ya llevo un rato mirándote. Tengo que bailar contigo hoy.

Me cago en la ***. ¿No era esa la maldita canción que sonaba por medio mundo como una pandemia? ¿Que hasta había llegado a lo más alto de la lista Billboard? ¡Y Kirishima entrenando con ella puesta!

Ya, ya me está gustando más de lo normal. Todos mis sentidos van pidiendo más. Esto hay que tomarlo sin ningún apuro.

¡Deja de mirar! Se gritó internamente Bakugo, que hubiera deseado cerrar de un empujón e irse de ahí pero, por alguna extraña razón, no podía despegarse de la puerta.

Kirishima estaba descamisado, golpeando el saco enérgicamente ¿casi al ritmo de la música? Y muy concentrado.

¡Quiero ver bailar tu pelo, quiero ser tu ritmo! ¡Que le enseñes a mi boca...tus lugares favoritos!

Maldito y asqueroso cabeza-dura. Con todo ese sudor recorriéndole cada línea de músculo y perdiéndose por donde no debía...¡Que asco!

Déjame sobrepasar tus zonas de peligro...¡hasta provocar tus gritos y que olvides tu apellido!

Buena idea tuvo el día que bajó la guardia con Kirishima hasta considerarlo su amigo.

Pasito a pasito. Suave, suavecito, nos vamos pegando poquito a poquito.

Como luego quisiera que le ayude con lo que sea iba a ir listo. En un momento dado, Kirishima se emocionó de más y con un dramático movimiento acompañado de un último golpe al saco dio por finalizada su sesión. El saco se balanceó, casi parecía aplaudirle.

Vamos a hacerlo en una playa en Puerto Rico hasta que las olas griten ¡ay bendito! Para que mi sitio se quede contigo...

¡Bam! De un sonoro portazo Bakugo se marchó dejando a Kirishima con el corazón parado del susto. Algo de la vibración de unas pisadas enfurruñadas en el suelo le resultó familiar.

-¿Bakugo?

-¡Muere pedazo de basura!—gritaron desde el pasillo. El pelirrojo se quedó con cara de circunstancia sin entender nada. Especialmente por qué estaría cabreado ahora el de las explosiones.

Por su parte Bakugo se encerró en su habitación y dio un trago largo de agua. Igual hasta se daba una ducha. Fría. La iba a necesitar. Tanto como el desgraciado de Kirishima.

Despacito...